10 oct 2012

INFIERNO DE DANTE

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Opinión

El Infierno del Dante

Por Atilio A. Boron

En La Divina Comedia, Dante Alighieri describe con artesanal minuciosidad los diferentes círculos del Infierno. Son nueve, pero nos interesa el octavo, porque es el que está destinado a castigar a las gentes que mienten a sabiendas y sin escrúpulo alguno. Si el gran florentino tiene razón en su descripción, las recientes elecciones venezolanas sumaron una enorme cantidad de candidatos a penar para siempre en ese círculo infernal. Pocas veces nos tocó soportar tanta cantidad de mentiras como las que leímos y escuchamos en estos días. La “dictadura chavista”, “ataques a la libertad de expresión” en la República Bolivariana, el “fraude electoral” fueron algunas de las más recurrentes en el fárrago de acusaciones descargadas sobre Chávez con tal de impedir su inexorable victoria.



¿Por qué tanto odio, tanta sed de venganza que hizo que políticos y comunicadores sociales que supuestamente deberían caracterizarse por su equilibrio y sensatez se convirtieran en voceros de las peores calumnias en contra de este personaje? La razón es bien sencilla: mienten porque los intereses de clase que representan, asociados a –y articulados políticamente con– los intereses imperiales exigen borrar al chavismo de la faz de la Tierra, y para ello cualquier recurso es válido. Venezuela, que encierra en sus entrañas las mayores reservas petroleras de la Tierra, es una presa que suscita los apetitos incontenibles del imperio, impaciente por reapropiarse de lo que una vez fue suyo y dejó de serlo por obra y gracia de Chávez. Como se trata de un propósito inconfesable, por ser un simple acto de latrocinio, se requiere apelar a retorcidos argumentos para que el delito aparezca como un acto virtuoso.



Por eso los mentirosos tienen que decir que el chavismo instauró una “dictadura” en un país que desde 1999 hasta ayer convocó a su población a las urnas en quince oportunidades para elegir autoridades, diputados constituyentes, miembros de la Asamblea Nacional o para refrendar con el voto popular la nueva Constitución o para decidir si se le revocaba o no el mandato al presidente. De las quince contiendas electorales, Chávez ganó catorce y perdió una, el referendo constitucional del 2007, por menos del uno por ciento de los votos, y de inmediato reconoció la derrota. No sólo eso: resulta que esta “dictadura” extendió los derechos políticos (amén de los sociales y económicos) como jamás antes lo habían hecho los regímenes supuestamente democráticos que gobernaron Venezuela desde el Pacto de Punto Fijo de 1958 instaurando una insípida alternancia sin alternativas entre democristianos y socialdemócratas.



Cuando Chávez llega al poder, en febrero de 1999, uno de cada cinco venezolanos mayores de 18 años no existía políticamente: no podían votar porque no se los inscribía en los padrones y ni siquiera poseían documentos de identidad. Hoy la “dictadura” chavista redujo esa cifra al 3,5 por ciento. Además, en la Cuarta República (1958-1998) el abstencionismo de quienes sí podían votar fluctuaba en torno del 30 o el 35 por ciento llegando, según lo afirmara Daniel Zovatto, director del Observatorio Electoral Latinoamericano, a picos del 80 por ciento en la década del sesenta. En la elección del pasado 7 de octubre se registró la más alta tasa de participación, con una abstención de apenas el 19 por ciento. Por si lo anterior fuera poco, mientras en la “ejemplar” democracia norteamericana se vota en un día hábil (el primer martes de noviembre, año por medio) y la tasa de abstención ronda el 50 por ciento, en la “dictadura” chavista se lo hace en días domingos y con transporte gratis para que todos puedan acudir a los centros de votación. Fue por eso que el ex presidente Jimmy Carter aseguró que el sistema electoral de la Venezuela bolivariana es mejor que el de Estados Unidos y uno de los mejores del mundo. Sin embargo, los condenados al octavo círculo del infierno insisten en que lo que hay es una “dictadura” y que lo que faltan son libertades.



Su servil empecinamiento se refleja también en sus constantes críticas a los supuestos límites a la libertad de expresión en Venezuela. Decían públicamente y a los gritos que no había libertad ante la mirada entre socarrona y perpleja de venezolanos que no entendían lo que proclamaban estos energúmenos en plena calle y a la luz del día. Basta con ojear los periódicos venezolanos para comprobar el tenor de las feroces críticas y perversas difamaciones que disparan a diario en contra de Chávez y su gobierno. Por supuesto, estos santos varones (y beatas mujeres) que fueron a la patria de Bolívar a custodiar la amenazada libertad de expresión, jamás manifestaron la menor preocupación por los 25 periodistas asesinados por el régimen títere que el imperialismo norteamericano instaló en Honduras luego del golpe de 2009.



Medios que, como los dominantes en la Argentina, violaron la veda electoral propalando subrepticiamente versiones vía Twitter en las que aseguraban el triunfo irreversible de Henrique Capriles. Patricia Bullrich “tuiteaba”, con base en esas fuentes, “ 52,8 Capriles, 47,2 Chávez” y Federico Pinedo escribía alborozado “Gana @Capriles!”. Ninguno de los dos pidió perdón por haber engañado a miles de personas con tamañas falsedades. Es más, en declaraciones posteriores se enorgullecen en haber actuado como lo hicieron librando, como estaban, un duro combate en contra de la “tiranía chavista”. Contrastan con estas infames actitudes la seriedad, neutralidad y el profesionalismo del Consejo Nacional Electoral de Venezuela, un organismo público con representación multipartidaria, que tal como lo había anticipado sólo comunicaría los resultados de las elecciones cuando las tendencias del voto fueran irreversibles.



Desilusionados y derrotados, los voceros del imperio sacaron de la manga el nuevo tema con el cual acosar a la Venezuela bolivariana: la salud de Chávez. Las usinas del imperio se encargaron de reinstalar este tema en la agenda. Ya antes habían aludido a esto, pronosticando, como decía la presentadora de CNN Patricia Janiot, que a Chávez le quedaban entre 9 y 12 meses de vida. Esa fue una de las hazañas del venezolano: derrotar al cáncer. La otra: sostener una enorme inversión social que cambió para siempre las condiciones de existencia –tanto objetivas como subjetivas– de las clases populares, más allá de la necesidad, reconocida por Chávez, de mejorar la gestión de la cosa pública. Derrotados en las elecciones, ahora vuelven a la carga porque el líder bolivariano ha demostrado ser un formidable aglutinador de la tradicionalmente dispersa dirigencia latinoamericana, lo que le ha permitido neutralizar con eficacia la regla de oro de cualquier imperio: Divide et impera, como enseñaban los romanos. Y ése sí que es un pecado imperdonable, que merece mucho más que descender al octavo círculo del Infierno para hacerles compañía a tantos seudoperiodistas (en realidad, publicistas de grandes empresas que utilizan los medios de comunicación para facilitar sus negocios) y supuestos republicanos cuya preocupación excluyente es garantizar la continuidad de la dictadura –aunque se vista con ropajes democráticos– del capital.



El pecado de Chávez, murmuran por lo bajo (y a veces lo vociferan, como lo hace el impresentable Mitt Romney), es intolerable e imperdonable y habrá que acabar con él cuanto antes. Ignorante de las leyes que rigen la dialéctica histórica, la derecha cree que la larga marcha de Latinoamérica y el Caribe hacia su segunda y definitiva independencia es la obra maléfica de algunos espíritus malignos, como Fidel, el Che y Chávez. Parafraseando aquel célebre título del discurso de Fidel en el juicio por el Moncada, a la derecha imperial y sus voceros locales “la historia los condenará”.





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7 oct 2012

Una nueva ofensiva MEDIATICA y van...

Latinoamerica se debate en sus contradicciones, con gobiernos
que han revertido en pocos años una triste historia de dependencia,
pobreza y sometimiento, pero que a la luz de la vision de sus detractores,
carece del suficiente liderazgo para afrontar la actual fase de crisis del
capitalismo contemporaneo.
Parece paradojico que aquellos que han llevado a sus pueblos por el camino
de la pobreza y marginacion, sean hoy los censores de la gestion de aquellos
que, con infinitas dificultades heredadas, van recorriendo el camino inverso,
con los vicios propios de las burocracias creadas de antemano, sumando
propias, pero en alguna medida, con un poco mas de sentido social que
aquellas ligadas al capitalismo depredador y al neoliberalismo.
Los ejempos hablan por si mismos. En aquellos paises donde se aplica con
rigor este tipo de politicas fogoneadas por el FMI y sus socios financieros,
la desocupacion aumenta, la recesion se agudiza y los pobres de siempre
son los que pagan las consecuencias, traducidas en marginalidad y delincuencia.
La precariedad del poco trabajo existente y la desesperacion de las masas de
inmigrantes provenientes del tercer mundo, hacen un coctel explosivo para
las sociedades del primer mundo contemporaneas, habituadas a mirar de reojo las
ingentes necesidades de los paises menos desarrollados, a endeudarlos con la
complicidad de sus "gobernantes" -siempre haciendo lugar para sus empresas-
y coaccionarlos con un sistema financiero acorde a sus intereses.
Para eternizar las desigualdades, han logrado crear una amplia red de medios
de comunicacion afines al pensamiento unico, que son verdaderas corporaciones
economicas que manipulan a voluntad la opinion publica acorde a sus intereses,
bajo la consigna de la libertad de opinion y de "conciencia" con el aval de
organismos internacionales creados al efecto, digase SIP o similares.
Los utimos acontecimientos desestabilizadores en Bolivia, le tergiversacion
de la actual situacion de Venezuela donde ya se anuncia "fraude" o el nulo
y complice silencio de los grandes medios a la insubordinacion de Prefectura
y Gendarmeria, con mucho de golpe tras un reclamo legitimo, son pruebas mas
que suficientes para desenmascarar intereses economicos que intentan mantener
sus privilegios con desinformacion, aliados politicos interesados y jueces que
privilegian el interes particular en detrimento del bien publico.
Las campañas de demonizacion de gobiernos elegidos democraticamente, que
tienen en su haber el "delito" de haber empezado a mirar un poco mas a sus
eternos postergados, es un claro signo de que, si no se democratiza el negocio
de informar -hoy en manos de unos pocos que han vivido a costa de las pautas
publicitarias de los estados- va a ser dificil que la sociedad vea otra realidad
que la que le cuentan aquellos que en funcion de sus intereses, no dudan en
poner en riesgo el orden democratico, o lo que es mas claro todavia, poner
sus estructuras informativas al servicio de los nostalgicos que siguen fogoneando
sublevamientos militares, inseguridad y una supuesta falta de libertad, que en
los hechos, no es mas que otra ofensiva para seguir conservando privilegios.

5 oct 2012

ELECCIONES EN VENEZUELA

NOTICIA de  REBELION 

Lo que no cuenta su periódico

Alejandro Fierro

Hugo Chávez se presenta a la reelección presidencial el próximo 7 de octubre con un programa electoral que contempla diversos objetivos para el periodo 2013-2019. Para alcanzar estos objetivos, propone una batería de propuestas concretas.



Sin embargo, la audiencia de los medios de comunicación de masas internacionales y muy especialmente los del Estado español, con El País y ABC a la cabeza, no podrá acceder a esta información, simplemente porque esos medios la ocultan. Los artículos en la prensa internacional y española referidos a la contienda electoral venezolana se centran en la supuesta y nunca probada ausencia de democracia en el país, en complots chavistas para mantenerse en el poder por la fuerza o en la vida sexual del actual presidente, haciéndose eco de una rumorología nunca contrastada y vulnerando así las mínimas normas deontológicas del periodismo, tanto en la confirmación de las fuentes como en la selección de temas según su interés social.



Lo mismo ocurre en los medios de comunicación venezolanos, el 85% de los cuales está en manos de la oposición. El desequilibrio en la propiedad de los medios y el tono absolutamente beligerante de la prensa de la derecha refutan cualquier acusación de falta de libertad de expresión en Venezuela. Algunos de sus artículos o imágenes sobre el jefe de Estado –por ejemplo, la publicada por la revista Tal Cual, en la que Chávez aparece caracterizado como un cerdo- serían prohibidas en el Estado español y sus autores juzgados y condenados, como ya ha ocurrido con informaciones o sátiras sobre el rey.



Los lectores no encontrarán en las páginas de su periódico información sobre la propuesta electoral de intensificar la explotación de las reservas de crudo del Orinoco –las mayores reservas de petróleo probadas del mundo, con más de un millón de millones de barriles- con el objetivo de alcanzar en 2019 una producción de seis millones de barriles diarios.



La radio tampoco hablará del objetivo de llegar en 2019 a los tres millones de viviendas públicas subsidiadas y de bajo coste, disminuyendo el precio cuanto menor es la capacidad económica de la familia beneficiaria hasta llegar a la gratuidad para los estratos más vulnerables. Ningún tertuliano explicará que entre 2011 y 2012 se han edificado 250.000 viviendas públicas y hay 450.000 más en construcción.



No habrá reportajes audiovisuales para mostrar cómo Venezuela ha pasado de luchar por erradicar el analfabetismo –en 2005 fue declarada por Naciones Unidas Territorio Libre de Analfabetismo- a ser el quinto país del mundo en tasa de matriculación universitaria y el segundo de Latinoamérica tras Cuba. No informarán sobre el proyecto de abrir nuevas universidades que se sumarían a las 22 creadas en los últimos 14 años y de facilitar el intercambio de estudiantes con los países del Mercosur.



Los columnistas no analizarán la propuesta de construcción de 16 centros sanitarios –entre ellos, 8 hospitales- ni los planes para extender la atención especializada a toda la población, con independencia de su lugar de residencia o capacidad económica.



Las revistas especializadas no se harán eco de la intención de incrementar la superficie de cultivos de regadío en un 200% ni de aumentar la producción de alimentos en un 45%, hasta llegar a los 42 millones de toneladas al año.



No hay ningún economista en los grandes medios de comunicación de masas que salga a explicar los datos macroeconómicos del país: un 5,6% de crecimiento del PIB en el primer semestre del año, encadenando siete subidas consecutivas; un descenso del desempleo hasta el 7,9%, lo que supone una disminución de casi el 50% desde 1998, cuando Hugo Chávez llegó al poder; por primera vez, la inflación interanual se sitúa por debajo de los 20 puntos… Por tanto, no habrá expertos que hagan inteligible al gran público la situación económica de la que parte Venezuela para poder hacer realidad las propuestas electorales.



Tampoco se realizarán entrevistas a politólogos para que expliquen los cinco grandes objetivos generales para el periodo 2013-2019: independencia nacional, con especial énfasis en la soberanía sobre los recursos y la soberanía alimentaria; profundización en el proceso socialista; convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo político integrada en la potencia emergente de Latinoamérica; contribución a una nueva geopolítica multipolar enfocada al equilibrio y la paz, y, por último, una política orientada a la preservación del medio ambiente y a una relación armónica entre el ser humano y su entorno.



El deber de los medios de comunicación que cubren las elecciones venezolanas es informar sobre los programas electorales, tanto de Hugo Chávez como del candidato opositor, Henrique Capriles. Sus periodistas y analistas de opinión tienen la obligación de explicar a la audiencia sus contenidos, con argumentos razonados y comprensibles. Después, estas propuestas podrán ser apoyadas o no por cada persona, pensar que son más o menos creíbles, calificarlas como objetivos plausibles o bien mercadería política. Y, en el caso de la audiencia venezolana, orientar su voto en función de una información cierta, plural y argumentada.



Al ocultar sistemáticamente las propuestas electorales de Hugo Chávez –las del candidato opositor tienen una considerable cobertura- los medios de comunicación de masas vulneran el Derecho a la Información de la ciudadanía. Es necesario recalcar una y otra vez que el Derecho a la Información está recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Se rompe así el consenso fraguado durante siglos entre la ciudadanía y una prensa que debía suministrarle información veraz ante la imposibilidad de cada persona de recabar información en todos los ámbitos por sí misma.



Por eso, las encuestas indican que los medios de comunicación son uno de los grandes problemas del Estado español.

* Alejandro Fierro es periodista del Estado español y colaborador de la Fundación CEPS

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.





3 oct 2012

UNIDOS Y ORGANIZADOS POR LA DEMOCRACIA



Los partidos políticos abajo firmantes venimos a expresar nuestro firme compromiso con la democracia y con la vigencia del funcionamiento de las instituciones del Estado de Derecho.




Detrás de un reclamo gremial de orden salarial se esconde una maniobra decididamente destituyente que no podemos permitir. El reclamo gremial de prefectos y genderames fue resuelto por el Gobierno Nacional, quedando en claro que todos cobrarán sus salarios sin cambio alguno. No obstante, el conflicto continúa sin causa alguna, habiéndose sumado suboficiales de la Marina que a su vez están llamando a los integrantes del Ejército y de la Fuerza Aérea a incorporarse.



Esta situación merece nuestro rechazo total y absoluto. No queremos a las fuerzas de seguridad ni a las Fuerzas Armadas desafiando al poder político ni a las autoridades constitucionales. Las imágenes que todos vimos parecen sacadas de un pasado oscuro que nunca más vamos a permitir que se repita en la Argentina.



Clarín y la corporación mediática, la Sociedad Rural y los sectores golpistas de siempre son los verdaderos artífices de este falso conflicto, Como siempre, en las sombras, operan con desenfado las corporaciones que atizan la discordia y el desencuentro para obtener privilegios indefendibles. Los grupos que no se subordinan a la legalidad y que buscan eludir el cumplimiento de la Ley de Medios, están fogoneando un conflicto con el claro objeto de desafiar a la democracia.



Ante la actitud irresponsable de aquellos sectores que son incapaces de construir una síntesis política propia y se dedican entonces a impulsar situaciones destituyentes, los partidos políticos nos expresamos repudiando la situación de insubordinación al poder constitucional, haciendo un llamamiento al resto de las fuerzas políticas a expresarse en un mismo sentido en favor de la democracia y diciendo Nunca Más a los golpistas uniformados y a los golpistas civiles.



Los partidos políticos nos expresamos Unidos y Organizados por la Democracia y por la profundización del Proyecto Nacional y Popular



Partido de la Victoria



Frente Grande



Partido Intransigente



Confederación Socialista



Partido Humanista



Frente Nuevo Encuentro