12 ago 2017

OLVIDO Y DESOLACION

Cómo era el pueblo palestino antes de 1948: un ejercicio de memoria contra el olvido
26/12/2015


Empleadas del departamento de aduanas de Haifa. Shafika Sa'ad, en el centro con blusa de lunares, las dos mujeres por la izquierda de la primera fila son judías. 1940-42
Un libro recopila una memoria fotográfica de Palestina desde 1889 a 1948 que muestra que Palestina ni estaba vacía ni era un desierto, como difunde cierta propaganda sionista
“Palestina no era una sociedad hostil ni religiosamente fanática cuando los primeros colonos del movimiento sionista llegaron allá”, señala Teresa Aranguren, una de las coordinadoras del libro. Las fotos muestran la diversidad de la sociedad palestina de aquellas décadas y repasa los eventos más señalados

Un libro que reivindica la memoria palestina. Su propio título así lo corrobora: “Contra el olvido. Una memoria fotográfica de Palestina antes de la Nakba, 1889-1948” (Ediciones del Oriente y del Mediterráneo).

El proyecto, coordinado por Teresa Aranguren, Sandra Barrilaro, Johnny Mansour y Bichara Khader, con prólogo del arabista Pedro Martínez Montávez, muestra una realidad demasiado a menudo negada: la existencia de Palestina no como una abstracción, sino como sociedad, cultura y territorio que fue ocupado y usurpado por los colonos.




Soldados británicos cachean a vecinos de Yafa en busca de armas durante las revueltas de 1936 contra el mandato británico y el movimiento sionista

Dicho en palabras de la periodista Teresa Aranguren, buena conocedora de la región, “negar la existencia del pueblo de Palestina fue premisa fundamental del movimiento sionista que pretendió no solo ocultar su existencia sino hasta el recuerdo de que había existido”. Pero lo que existe deja rastro, y este libro recopila parte de esa memoria que constata que antes de la ocupación había cientos de miles palestinos que fueron expulsados de sus tierras en 1948.



Grupo de scouts, fotografía perteneciente al álbum de la familia Saqqa de la ciudad palestina de Belén.

Las fotografías muestran al pueblo palestino, sus vidas cotidianas, así como aldeas que fueron destruidas por los ocupantes y cuyos nombres ya no figuran en los mapas. “Este libro recoge fotografías que son huellas de aquella existencia que se quiso borrar. No es un ejercicio de nostalgia, sino de afirmación”, explica Aranguren.



Retrato de Alexia Khoudry que forma parte del álbum familiar de los Midawar, fechado en 1930

Las fotos incluyen desde las huelgas palestinas contra el mandato británico y el sionismo hasta escenas familiares costumbristas de aquella época, pasando por las integrantes del Primer Congreso de las Mujeres Árabes de Palestina, que se movilizaron contra la Declaración Balfour (1917), que contemplaba la creación de un Hogar Nacional Judío en Palestina.




Grupo de amigos durante un día de excursión al lago Tiberiades, fechada entre 1940 y 1942.

Una parte de las fotos han sido facilitadas por el profesor e historiador palestino Johnny Mansour, procedente de la ciudad de Haifa, quien en el libro explica que los habitantes palestinos de Haifa “fueron obligados a expatriarse en 1948 sin contemplaciones y con procedimientos muy salvajes, de tal forma que de sus 75.000 habitantes palestinos no quedaron más que 3.000”.


Poda de olivos en Palestina, foto tomada entre 1934 y 1939

Otras instantáneas fueron recopiladas por Teresa Aranguren y Sandra Barrilaro, que viajaron a los territorios ocupados palestinos y recogieron fotos familiares de sus amigos y conocidos en diversas ciudades y pueblos. Otras proceden del archivo fotográfico del hotel American Colony de Jerusalén, conocido como la Colección Matson, con más de 22.000 negativos y placas de vidrio.





Primer equipo de fútbol de Belén en 1932, del álbum de la familia Saqqa.

Las fotos incluyen retratos de celebridades, acontecimientos sociales y políticos, fiestas populares, factorías, oficios. El libro recoge también extractos de la carta al primer ministro británico Winston Churchill de la delegación árabe que viajó a Londres para oponerse a la declaración Balfour en 1921, y que decía así:

“El grave y creciente malestar entre la población palestina proviene de su convicción absoluta de que la actual política del gobierno británico se propone expulsarlos de su país con el fin de convertirlo en un Estado nacional para los inmigrantes judíos… La Declaración Balfour fue hecha sin consultarnos y no podemos aceptar que decida nuestro destino…”.

La ocupación de Palestina y la expulsión de su gente ya era una crónica anunciada en los años veinte. Dos décadas después la II Guerra Mundial y el Holocausto contribuyeron a hacerla realidad. Sus consecuencias siguen sufriéndose y extendiéndose en pleno siglo XXI.