20 sept 2017

ENDEUDAR Y FUGAR

ARGENTINA
La venta de dólares al público alcanzó en agosto el valor más alto desde la crisis de 2008. Una fuga de 6200 millones que hace historia
Por Tomás Lukin20 de septiembre de 2017


 Imagen: Joaquín Salguero


Aunque la fuga de divisas superó en agosto lo conseguido por préstamos externos, el Banco Central no lo considera un signo de debilidad. Más de un millón de personas pasaron por las ventanillas para poner sus ahorros en dólares. Sumaron 5167 millones de dólares. A ello se agregan otros 1044 millones de dólares comprados para viajes.

Hay que remontarse a la caída del banco estadounidense Lehman Brothers, hace ocho años, para encontrar un período donde la fuga de capitales supere las dimensiones alcanzadas el mes pasado. La corrida cambiaria que precedió a las PASO insumió 5167 millones de dólares en agosto pasado. La dolarización de carteras que siguió al estallido de la crisis internacional alcanzó los 5654 millones de dólares en octubre de 2008. Las operaciones registradas antes de las primarias corresponden a compras de billetes realizadas por 1.075.020 individuos. La cantidad de personas que adquirieron moneda extranjera informada en el Balance Cambiario del Banco Central es la máxima observada en un mes desde la liberalización del mercado cambiario en diciembre de 2015.

Cuando a la formación bruta de activos externos, el ítem donde se imputa la demanda de billetes para atesoramiento y la demanda de divisas para transferencias al exterior, se le suman los 1044 millones de dólares insumidos por viajes, la fuga en agosto asciende hasta los 6211 millones de dólares. De esa manera, la demanda de dólares para atesoramiento y turismo superó los 5502 millones de dólares obtenidos por el Estado nacional a través de la colocación de deuda en moneda extranjera. La conducción del BCRA rechaza que la magnitud de la fuga de capitales financiada por el endeudamiento externo sea indicadora de una creciente vulnerabilidad de la economía a los movimientos de capitales.

La dinámica observada el mes pasado no se limita a agosto. Durante los primeros ocho meses de 2017 la formación bruta de activos externos trepó a 30.117 millones de dólares. Al computar los 8671 millones de dólares insumidos por turismo, la salida de capitales acumulada llega a 38.788 millones de dólares. La fuga insumió así 89 de cada 100 dólares ingresados en las emisiones de bonos realizadas por el Ministerio de Finanzas y 79 de cada 100 dólares acumulados en las reservas internacionales informadas por el BCRA a finales del mes pasado.

Desde la entidad presidida por Federico Sturzenegger, relativizaron la relevancia de las dimensiones adquiridas por la creciente apuesta al dólar al señalar, en el informe publicado ayer, que “las compras netas tuvieron una tendencia creciente en las dos primeras semanas previas a las elecciones del 13 de agosto, comportamiento habitual en los periodos preeleccionarios, y mostraron luego una desaceleración en el resto del mes”. A su vez, desde la entidad enfatizan que “parte de estas compras de billetes impulsaron el incremento en los depósitos en caja de ahorro en moneda extranjera”.

Los miembros del directorio de la entidad advierten que cuando se observan entre los valores netos de la formación de activos externos el guarismo que computa los ingresos por venta de divisas, la magnitud del fenómeno se relativiza. Utilizando el criterio de los funcionarios, la fuga alcanza a los 3165 millones de dólares. La cifra suavizada es, de todos modos, la más elevada en lo que va de 2017 y la mayor desde que asumió el gobierno de Cambiemos en diciembre de 2015. Los datos del Balance Cambiario revelan que la liberalización del mercado cambiario no esta siendo acompañada por un apalancamiento al desarrollo económico y productivo del país.
La cantidad de personas que compraron moneda extranjera el mes pasado, alrededor de 1,1 millón de individuos, representó un incremento de 100.000 clientes frente a julio cuando comenzaron las presiones cambiarias que insumieron una significativa porción de reservas internacionales del BCRA para aplacar las presiones sobre la cotización de la moneda estadounidense.

Consultados por este diario colaboradores del banquero central, consideran improbable que se vuelva a reiterar un escenario semejante: “Compraron caro”, expresaron al jactarse de la onerosa estrategia desplegada por el Gobierno para contener la corrida previa a las PASO que llevó al dólar a superar los 18 pesos.

El informe del Banco Central precisa que el 10 por ciento de las operaciones para compra de billetes físicos fueron por más de 2 millones de dólares. De esa porción, 7 puntos porcentuales corresponden a operaciones individuales que superaron los 5 millones de dólares. La autoridad monetaria precisa que la mayor parte de las transacciones, el 42 por ciento del total, corresponde a importes de hasta 10.000 dólares. La magnitud promedio de esas compras alcanzó los 1448 dólares.

@tomaslukin

Subió hasta 27,35 por ciento la tasa de Lebac. El premio por pedalear
En un intento por estirar los plazos de colocación, el Banco Central subió fuerte los rendimientos de las Lebac de dos a nueve meses, pero mantuvo en 26,50 por ciento la de 30 días.
Por Federico Kucher

Federico Sturzenegger, titular del BCRA. Una estrategia muy cara, y hasta ahora con poco éxito. Imagen: Bernardino Avila


El Banco Central se enfrentó ayer a un nuevo súper martes y no consiguió renovar 47 de los 484 mil millones de pesos que vencían en la licitación de Lebac. La tasa de interés para las colocaciones de corto plazo (28 días) se mantuvo en 26,5 por ciento, pero las de mayor duración (273 días) subieron de 25,9 a 27,4 por ciento. La autoridad monetaria pretende que los inversores se pasen a las Lebac de mayor plazo y avaló una suba de casi 1,5 por ciento en el rendimiento. La decisión le generó una carga extra de intereses de casi 1500 millones de pesos.

En el organismo a cargo de Federico Sturzenegger aseguraron que parte de los pesos que no se renovaron en la licitación fueron de los bancos, que los necesitaron para recuperar liquidez y cubrir requerimientos de encaje. El resultado de la adjudicación de Lebac de ayer generó un efecto expansivo sobre la base monetaria de casi 55 mil millones de pesos. La tasa de incremento del dinero circulante en la economía hasta finales de la semana pasada se ubicaba en torno del 23 por ciento (34 por ciento si sólo se toman en cuenta los billetes en poder del público). El ritmo es muy superior respecto de la tasa de inflación del 17 por ciento que puso como meta el organismo para este año.

Las Lebac siguen acumulando problemas estructurales para la economía, al desgastar el patrimonio del Banco Central y generar una elevada carga de pago de intereses. La entidad desembolsa por día más de 700 millones de pesos en intereses y desde que comenzó el Gobierno de Macri ya se pagaron más de 310 mil millones. En lo que resta de este año se abonarán, además, otros 70 mil millones de pesos.

En las últimas semanas, pese a que ayer no se consiguió renovar la totalidad de los vencimientos de la licitación primaria, hubo un fuerte incentivo de los inversores por la compra de Lebac y el negocio de la bicicleta financiera. Esto explica que en los últimos 30 días el stock de Letras pasó de 936 mil millones a 1 billón 51 mil millones de pesos, es decir una suba de 115 mil millones. Las autoridades del Central desde que se pusieron al frente de la entidad ya casi triplicaron la deuda. El stock de estas letras, cuando asumió el actual gobierno el 10 de diciembre de 2015, era de 296 mil millones de pesos, por lo que en 20 meses se anotó un alza del 255 por ciento.

El Central no muestra preocupación por el aumento del endeudamiento en Lebac e incluso se muestra dispuesto a avalar suba de tasas. Ayer incrementó en más de 1 punto porcentual los rendimientos para las letras con vencimiento mayor a 200 días (cerraron en 27,35 por ciento), en tanto que permite que la tasa de interés del mercado secundario se ubique arriba del 27,5 por ciento para las letras de corto plazo. Los empresarios y economistas de distintas corrientes aseguran que estos niveles de tasa hacen imposible sostener el rebote de la actividad económica. Plantean que es imposible encontrar un proyecto productivo que pueda ganarle en retorno a esta inversión financiera y que, para colmo, el interés elevado no está siendo exitoso para frenar la inflación.