6 feb 2018

VENEZUELA EN LA MIRA

El retorno de los halcones


 3 de febrero de 2018




Rex Tillerson, secretario de Estado norteamericano, llego al país en el marco de una gira que busca promover la nueva Doctrina Trump para la región. El ex CEO de Exxon propondrá al presidente argentino intensificar el cerco económico a Venezuela. Los halcones anhelan una crisis humanitaria en el país caribeño para justificar una intervención militar zonal. El plan injerencista de EE.UU. privilegia a la Argentina como interlocutor en el Cono Sur por sobre Brasil. Una situación inédita en el sistema interamericano que revela el fuerte alineamiento de Macri con Donald Trump.

Rex Tillerson, jefe diplomático de los Estados Unidos, cabalgará hoy en el bucólico valle patagónico que circunda el Parque Nacional Nahuel Huapi. Tillerson fue presidente de los Boy Scouts y también se desempeñó como director ejecutivo de Exxon Mobil, la mayor petrolera del mundo. Podría decirse que Tillerson está siempre listo. Sin embargo, el secretario de Estado norteamericano no visitará este fin de semana nuestro país para montar un campamento silvestre o explorar nuevas rutas de crudo. En realidad, Tillerson viene a presentar la nueva Doctrina Trump para la región.

El llamado “Compromiso de EE.UU. con el Hemisferio Occidental” fue presentado hace dos días por el ex CEO de Exxon en la Universidad de Texas. La hoja de ruta hemisférica de Estados Unidos corre a Brasil y privilegia al gobierno de Mauricio Macri como país pivote de la Casa Blanca en el Cono Sur. Ese desplazamiento histórico en las relaciones interamericanas, el gigante sudamericano fue siempre el primer interlocutor de Washington en Sudamérica por su peso en las relaciones económicas de la región, se consumará mañana al mediodía en el Palacio San Martín cuando nuestro país juegue de local en una alta reunión diplomática en la que participarán enviados de Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay, Perú, Ecuador y Bolivia.



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Sec. Tillerson: Una transición hacia reformas económicas que estén más centradas en el mercado no se limita al sector energético. Argentina, con Macri como presidente, ha hecho enormes esfuerzos por implementar reformas para abrir la economía de ese país y generar crecimiento.
16:22 - 1 feb. 2018
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Previo a ver el domingo por la noche la final del Super Bowl entre Philadelphia Eagles y New England Patrios y a su encuentro protocolar del lunes por la mañana con el presidente Mauricio Macri, Tillerson advertirá centralmente que Trump “irá por todo” contra Venezuela. El menú incluye embargo petrolero, desconocimiento de las inminentes elecciones presidenciales y una intervención militar humanitaria escudada bajo el mandato de la OEA.


Marines a la vista

“El nuevo plan de defensa del Pentágono (oficializado semanas atrás) confirma un importante cambio que eleva de manera inédita las tensiones con China y Rusia. Desde la década del 90, y fundamentalmente tras el 11 de Septiembre de 2001, las distintas Estrategias de Seguridad y de Defensa definieron al terrorismo como principal amenaza al orden mundial y al liderazgo norteamericano”, contexualiza el arribo de Tillerson Mariano del Pópolo, becario del Conicet y Licenciado en Relaciones Internacionales, en diálogo conNuestras Voces.

Mariano del Pópolo pone énfasis en una cuestión muy sensible de la “gran strategy” norteamericana que el enviado de Trump presentará este fin de semana en la Argentina: “El documento del Pentágono implica un cambio inédito en las relaciones internacionales contemporáneas. Al asumir el retorno de la competencia entre los grandes poderes como principal amenaza a su hegemonía, la principal potencia mundial confirma, de hecho, la llegada de un mundo multipolar que entiende como más complejo e inseguro. Con Trump, Estados Unidos pasa de una estrategia de contención a la emergencia de China como potencia mundial, fundamentalmente a través de la diplomacia económica –que podemos definir como smart power– a una estrategia de disuasión contra China, que implica un enfrentamiento mucho más directo que se denomina como hard power”.

Si el reordenamiento del mundo fuese una partida del clásico juego de guerra TEG, la tarjeta de Donald Trump diría: “Vencé al ejército chino, ruso y a sus aliados en el mundo”. Venezuela acaba de proponer en el reciente Foro Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos) – China, celebrado en la capital chilena que el intercambio petrolero mundial pueda canalizarse por un patrón monetario diferente al dólar. Evidentemente, el gobierno caribeño reúne todos los requisitos para estar en la mira de la administración Trump: promulga una economía proteccionista, tiene mucho petróleo y celebra la creciente presencia extraterritorial de las potencias emergentes China y Rusia.

El encono entre Washington y Moscú, un dato fresco de la geopolítica global y que sepulta el supuesto idilio contranatura entre los machos alfa Donald Trump y Vladimir Putin, fue verbalizado por Tillerson dos días atrás en la Universidad de Texas, casa de estudios donde se graduó como ingeniero: “La interferencia de Rusia en la región (latinoamericana) es alarmante. Continúa vendiendo armamento y equipo militar a regímenes hostiles que no comparten ni respetan nuestros valores”.

Hostil es la palabra preferida del relato estadounidense para señalar a sus países enemigos. En ese sentido, ¿A qué gobierno sudamericano señaló Tillerson en su conferencia como un gobierno “hostil”? Pista: es una nación amante del beisbol, de las arepas y de la soberanía petrolera. Ese país, según Tillerson, que será recibido el lunes por Macri en la Casa Rosada, tiene índices de desarrollo humano propios de una nación africana sacudida por una triple pandemia y una cruenta guerra civil. En un afiebrado pasaje de su alocución en Texas, Tillerson dijo lo siguiente:“Venezolanos mueren de hambre, el saqueo es común y los enfermos no reciben la atención médica que necesitan. El régimen de Maduro es el verdadero culpable y debe rendir cuentas”.


Madura el bloqueo

Mike Pompeo, jefe de la CIA, utilizó la semana pasada una reunión delthink-tank neoconservador American Enterprises Institute para dar detalles del plan de ahogo económico a Venezuela. Pompeo desplegó“un mosaico sobre los puntos débiles en la deuda externa en cuanto a tiempos y capacidad de pago del país, en busca de una mayor efectividad que se traduciría no sólo en forzar una situación de default, sino en distorsionar el esquema de comercio internacional de Venezuela en productos básicos como alimentos y medicinas”, reveló días atrás el portal informativo venezolano Misión Verdad.

Desde que se inició el año el Departamento del Tesoro estadounidense, a través de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros, y la Unión Europea dispusieron sanciones económicas, como la congelación de activos, contra funcionarios venezolanos que son parte de la cúpula militar, petrolera y gubernamental del país. En paralelo, fuentes del Departamento de Estado hicieron trascender en off a corresponsales extranjeros asentados en Washington que “Estados Unidos piensa consumar un embargo petrolero contra Venezuela y el cierre de las transacciones con CITGO (filial de la petrolera estatal venezolana PDVSA en Estados Unidos”. “Las sanciones de Trump están dirigidas notoriamente a hacer chillar la economía venezolana como Nixon pidió hacer escarmentar al gobierno de la Unidad Popular presidido por Salvador Allende”, interpretan los analistas Arantxa Tirado y Aníbal García en un reciente artículo publicado en el centro de estudios latinoamericana CELAG.

Previo a la llegada de Tillerson, dos altos funcionarios de la Secretaría de Estado brindaron una conferencia de prensa telefónica con varios medios latinoamericanos de la región, la mayoría alineados editorialmente con la posición regional de la Casa Blanca. Por Argentina participó Clarín, claro está. En un momento, la periodista María Molina, de Radio Colombia, preguntó sobre la efectividad de las sanciones contra Venezuela. La respuesta tuvo olor a pólvora: “La campaña de presión está funcionando. Las sanciones financieras que hemos impuesto al gobierno venezolano lo han obligado a comenzar a caer en default, tanto en deuda soberana como de PDVSA, su compañía petrolera. Y lo que estamos viendo es un colapso económico total en Venezuela. Entonces nuestra política funciona, nuestra estrategia funciona”.

Tillerson posee un carácter de negociador “poco convencional”. Bravucón, intempestivo. El ex CEO de Exxon, según un perfil biográfico publicado en New York Times, tiene el “tono Trump” que todo ministro de la nueva administración de la Casa Blanca debe poseer para continuar en el cargo. Durante su paso por Exxon logró lo imposible: fue honrado con la “Orden de la Amistad” por parte de Vladimir Putin luego de cerrar acuerdos de exploración con la petrolera estatal rusa, sobornó a científicos norteamericanos para promulgar que el cambio climático no está relacionado con la explotación de crudo e intimidó a varios jeques petroleros de Medio Oriente en transacciones donde solía “retirarse de la habitación furioso, pateando sillas y arrojando libros si una oferta no lo satisfacía. Por lo pronto, nuestro canciller Jorge Faurie y nuestro presidente Mauricio Macri ya anticiparon que lo recibirán con lared carpet.

@guidoesminombre