25 abr 2018

ENDEUDAR, FUGAR Y DEVALUAR

Argentina
Alerta emergente: se encarece el crédito externo

JORGE G. HERRERA
25 de Abril de 2018





La suerte del gradualismo de Cambiemos está en manos del financiamiento externo. Argentina precisa no menos de u$s30.000 millones anuales por los próximos dos a tres años para cubrir sus necesidades de financiamiento. Por lo que las condiciones del crédito externo son clave. Al respecto ayer se materializó una las amenazas más temidas por los colocadores seriales como Argentina y varios emergentes. La tasa de interés a 10 años en EE.UU. superó el 3% por primera vez en cuatro años (enero 2014). Este movimiento va en línea con las expectativas de los inversores sobre un crecimiento más sólido en EE.UU. y un repunte de la inflación. En paralelo la Fed mantiene a rajatabla su proceso de normalización monetaria y de suba de las tasas cortas con la mira puesta en prolongar el actual ciclo de expansión económica lo más posible sin llegar a un recalentamiento. Aunque hay que destacar que si bien el jefe de la Fed, Jerome Powell, señaló recientemente que los incrementos de la tasa serán graduales puede ser una espada de Damocles en el futuro ya que ajustar la fed funds muy despacio podría implicar subas abruptas en el futuro y arriesgar la expansión económica. Pero a la vez, subirlas muy rápido elevará el riesgo que la inflación se mantenga por debajo del 2%. 

Mientras tanto, la reciente suba de las tasas termina impactando no solo en la cotización del dólar y de sus principales rivales (euro, yen, libra) sino que da de lleno en las monedas emergentes.

Vale recordar que la tasa a 10 años comenzó el año en 2,4% de modo que acumula ya una suba de 25%, mientras que la tasa a 2 años que también alcanzó un máximo anual en 2,5% (nivel no visto desde setiembre 2008) comenzó el año por debajo del 1,9% lo que implica un alza de más de 30%. El ajuste de las tasas cortas se correlaciona con las expectativas de nuevas subas de la tasa de la Fed junto al desarme de los paquetes de estímulos monetarios de otros bancos centrales. En cambio las mayores expectativas inflacionarias en EE.UU. se trasladan sobre los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE.UU. Para el mercado esta suba de las tasas de largo plazo es bienvenida para evitar que la curva de rendimientos se invierta. Vale señalar que los inversores bursátiles temen que por una inversión de la curva de tasas porque recuerdan que en todas las recesiones en EE.UU., desde mediados de 1970, se produjeron meses después de que la rentabilidad del bono a 2 años superó a la del bono a 10 años. El temor es que la curva de rendimientos se esté aplanando debido a que la tasa a 2 años está subiendo más rápido. Aunque los más optimistas recuerdan que las Bolsas tuvieron buenas perfomance cuando la curva se aplanó. Sin embargo, los grandes gestores han empezado a mover sus carteras ante la señal de la tasa a 10 años al 3% que además cumple el rol de refugio, pero eleva la prima de riesgo de las acciones y perjudica su potencial de revalorización. Por el momento tanto la Fed como el FMI anticipan un sólido crecimiento durante 2018 y 2019 en EE.UU. por lo que en teoría no debería producirse una recesión ni una inversión de la curva de tasas.

Al fin y al cabo para Argentina el repunte de las tasas en EE.UU. significa un incremento del costo de financiamiento y por ende mayores pagos de intereses, lo que tendrá impacto fiscal. Por ello es útil observar lo que aconteció en estos días con algunas monedas de países emergentes con déficit de cuenta corriente, como Indonesia y la India, que experimentaron fuertes depreciaciones. 

La rupia indonesia alcanzó su peor paridad en dos años en 13,898 unidades por dólar. En el caso de la rupia india la paridad se desplomó al menor nivel en dos años en 14,105 unidades por dólar. O sea, las monedas emergentes se deprecian de la mano de la fortaleza del dólar. Mientras en Argentina el tipo de cambio nominal se mantiene anclado bajo una banda desconocida. Seria un error volver a acumular atraso cambiario. El "Primavera" fue aleccionador.