La presidenta brasileña Dilma Rousseff enfrentará al socialdemócrata Aécio Neves en un balotaje entre los dos partidos que se han repartido el poder en los últimos 20 años, según resultados oficiales casi definitivos.
BRASILIAAFP, EFE Y ANSAlun oct 6 2014
Rousseff obtuvo 41,55 % de los votos y Neves 33,61 %, sobre un total de más de 103 millones de votos válidos.
Casi 142 millones de electores fueron convocados para elegir al nuevo jefe del Estado, además de 27 gobernadores, 513 diputados nacionales, 1.069 diputados federales y 27 senadores (un tercio de la Cámara alta).
Si bien el primer lugar de Dilma era esperable, el nombre de su rival en la segunda vuelta terminó siendo una sorpresa, al cabo de una campana cambiante y dramática.
La ecologista Marina Silva, del Partido Socialista, que se convirtió inesperadamente en presidenciable hace apenas un mes y medio y llegó a superar netamente a sus dos rivales, quedó tercera con 21,30%, según el Tribunal Superior Electoral (TSE).
En un segundo turno el 26 de octubre, Rousseff ganaría a Neves por 48% a 42%, según Datafolha, y por 45% contra 37% según Ibope. Pero Silva puede pasar sus votos a Neves y en ese caso, el desenlace es imprevisible.
Dilma Rousseff saluda desde su auto luego de votar. Foto: Reuters
"Aécio Neves renació de las cenizas y llega con mucha fuerza a este segundo turno. Creo que Rousseff y Neves tienen 50% de posibilidades de ser electos. Será una campaña muy corta y muy intensa", dijo a la AFP el analista André César, de la consultora Prospectiva.
En sus 12 años en el poder, el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) de Rousseff y su antecesor Luiz Inacio Lula da Silva logró que 40 millones de pobres ingresaran en la clase media, tornando a la primera mujer presidenta de Brasil en la gran favorita de estos comicios.
Pero millones de brasileños también reclaman un cambio, tras cuatro años de magro crecimiento en la séptima economía mundial el mercado espera un crecimiento del PIB de apenas 0,3% este año, elevada inflación y escándalos de corrupción vinculados al PT.
Economía.
El telón de fondo de las elecciones es el de un país con una economía que está intentando levantar cabeza tras cuatro años de desaceleración, asociada a una inflación cerca del límite máximo fijado por el Banco Central (6,5%).
Después del "boom" del 7,5% registrado en 2010, el PBI de Brasil fue progresivamente decayendo y hoy el coloso sudamericano se encuentra en "recesión técnica".
Más de un millón de brasileños, sobre todo jóvenes de clase media, salieron a las calles en junio de 2013 a reclamar mejores servicios públicos y un freno a la corrupción política.
Marina Silva intentó encarnar este cambio prometiendo una "nueva política" cuando se convirtió en presidenciable tras la muerte del candidato oficial del PSB en un accidente aéreo.
Pero en los últimos días Neves, del poderoso Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) del expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) la había relegado al tercer lugar en estas elecciones que se convirtieron en un "thriller" político.
Rodeado por simpatizantes que gritaban su nombre, el popular expresidente Lula votó en Sao Bernardo do Campo (Sao Paulo), cuna del PT, y apostó por un segundo turno entre Rousseff y Neves.
El PT y el PSDB "son dos fuerzas políticas muy fuertes. Una candidatura no se enfrenta de la nada. Hay que tener equipo para entrar a la cancha", dijo Lula, criticando así a Silva, su exministra de Medio Ambiente, disidente del PT.
Ahora, Neves tendrá otras tres semanas de campaña para intentar convencer a los brasileños de que el PSDB puede recomponer la golpeada economía del país y recuperar las banderas sociales que el PT le arrebató en los últimos años.
Cualquiera sea el resultado, las urnas confirmaron que la mayoría de los brasileños ha optado por respaldar a los partidos tradicionales, frente al discurso de la "nueva política" manejado por Marina Silva
Gobernadores.
El gobernador del estado de San Pablo, Geraldo Alckmin, logró ayer su reelección sin necesidad de una segunda vuelta, al superar el 57 % de los votos.
Será su tercer mandato como gobernador de Sao Paulo y el segundo en forma consecutiva. El político del opositor PSDB gobernó el mayor estado del país y mayor colegio electoral, con 31 millones de electores, entre 2001 y 2006 y volvió a gobernarlo a partir de 2011.
En Río Grande do Sul será necesaria una segunda vuelta entre el actual gobernador, Tarso Genro (PT) y José Ivo sartori (PMDB). El PT conquistó la gobernación de Minas Gerais, a través de Fernando Pimental, con el 53 % de los sufragios, pero en cambio perdió el Distrito Federal de Brasilia, cuyo gobernador Agnelo Queiroz logró 21 %. La segunda vuelta la definirán Rodrigo Rollemberg, del Partido Socialista Brasileño (44 %) y el conservador Jofran Freijat, con un 29 %.
La Gobernación del estado de Río de Janeiro será definida en una segunda vuelta entre el actual titular, Luiz Fernando Pezao (PMDB) con 40% y el senador Marcelo Crivella (Partido Republicano Brasileño), que sumó 20 %.
Más intervención contra apertura
En el balotaje del 26 de octubre se enfrentarán el acento de la mandataria Dilma Rousseff en los programas sociales y la intervención del Estado en la economía contra la visión de Aécio Neves de una mayor apertura comercial y de un Estado más austero.
Neves se presentó ante electorado como una alternativa más segura que la ecologista Marina Silva, lo cual le permitió cambiar las previsiones de las encuestas en los últimos días de campaña. Su partido de centro, el de la Social Democracia Brasileña (PSDB), gobernó Brasil entre 1995 y el 2002. Durante ese período se concretaron importantes reformas pro mercado que pusieron fin a décadas de elevada inflación y de inestabilidad financiera.
La idea de gobierno del socialdemócrata Neves se inspira en el legado de su correligionario Fernando Henrique Cardoso, quien ocupó el cargo de presidente del país en dos mandatos consecutivos entre 1995 y 2002 y que es tildado de "neoliberal" por el Partido de los Trabajadores de Rousseff.
Neves prometió emular a Cardoso, que estabilizó la economía brasileña en un momento de grave crisis e hiperinflación, y se ha presentado como garante para impulsar el crecimiento del PIB, que está estancado actualmente, y controlar el alza de los precios.
Aunque durante su gobierno el país cayó en problemas económicos, la presidenta sigue siendo muy popular entre los pobres. Más de 40 millones de personas dejaron la pobreza durante las presidencias de Lula y Dilma, en buena medida gracias a los planes de inclusión social.
Para los próximos años, Rousseff se comprometió a invertir gran parte de las ganancias de petróleo a más planes sociales y el fomento de la educación.
Además, la presidenta habló de aumentar los programas de vivienda social para personas de bajos ingresos, entregar acceso a Internet de banda ancha para todos y aplastar la corrupción.
Los mercados, en tanto, reaccionaron con preocupación en las dos últimas semanas, cuando las encuestas mostraron un repunte de Rousseff en las encuestas. Muchos empresarios e inversores están en descuerdo con el alto grado de intervencionismo en la economía que mostraron los gobiernos del PT.
El PSDB, mientras tanto, es visto como un partido de poca sensibilidad social", dijo a la AFP Marco Antonio Teixeira, profesor de ciencias políticas de la Fundación Getulio Vargas.
http://www.elpais.com.uy/