Por Carlos Fazio
En 17/08/2023
En 17/08/2023
Fue el Estado. Sigue siendo el Estado. Pese a algunos avances: el acceso parcial a cuentagotas a determinada información relevante y dos generales, un procurador y un centenar de oficiales, soldados y civiles presos, el poder militar sigue casi intocable y la impunidad persiste bajo un manto de secrecía, negacionismo oficial, opacidad, mentiras, desinformación, manipulación, ocultamiento sistemático de documentación esencial por el alto mando castrense, destrucción de pruebas y siembra de evidencias falsas, obstaculización de las investigaciones y obstrucción a la justicia y al derecho a la verdad así como el incumplimiento (desacato) de las órdenes del Presidente de la República como comandante supremo de las fuerzas armadas. A lo que se suma, la eliminación física –hasta ahora− de nada menos que de 26 testigos clave, envueltos en la trama de la llamada “verdad histórica” (o solución final) del ex procurador general Jesús Murillo Karam, típica práctica de manual, consciente y deliberada, de lo que en el mundo de las operaciones clandestinas se conoce como “exposición limitada” ( limited hangout).