En la crisis de la deuda fija las pautas e impone la austeridad: Alemania manda
Fuerza. Tiene el nivel de desempleo más bajo en 21 años, su economía crece 2,5% más que en 2010 y la recaudación impositiva supera la previsión oficial
Alentador. Creció dos veces más que la economía italiana y su deuda es el 85% del PIB
BERLÍN
THE NEW YORK TIMES
A lo largo de la crisis en la eurozona, a medida que los gobiernos caen, el peso de la deuda se ha incrementado y las economías se han estancado o contraído, Alemania se ha mantenido por encima del conflicto. Mientras su economía ha continuado bien, sus líderes han insistido sin vacilaciones que, para los deudores, el camino hacia la redención se encuentra en la austeridad y en el sufrimiento.
Cuando la canciller Angela Merkel, el lunes último, describió la crisis de la deuda como "las horas más difíciles desde la II Guerra Mundial" para Europa, describía una situación, respecto de la cual la mayoría de los alemanes solo leyó en los diarios o vio por televisión. El martes último, la economía de Alemania volvió a sorprender a los expertos al crecer de manera inesperada un saludable 0,5% en el tercer trimestre y 2,5% más que el año anterior.
Mientras había señales ominosas de que el enlentecimiento de Europa también golpearía a Alemania, la economía más grande del continente, -resultó especialmente preocupante la caída aguda de la producción industrial, en septiembre-, el dolor que han sentido los socios de la eurozona, todavía no llegó a Alemania. Los consumidores germanos siguen gastando libremente, y el desempleo se situó en su nivel más bajo desde la reunificación del país hace más de dos décadas y continuó disminuyendo en octubre. La recaudación impositiva, de manera consistente, superó las proyecciones del gobierno, al extremo que la coalición política de Merkel tiene planes para recortar impuestos por más de US$ 8.000 millones.
En un giro ampliamente destacado sobre las sorpresas contables que ayudaron a encubrir las deudas griegas, Alemania descubrió, en fecha reciente, su propio error en los balances; sus obligaciones eran US$ 76.000 millones menores a los que se pensó previamente.
La continúa prosperidad de Alemania ha ayudado a alimentar la ira en países como Grecia y España contra los que se ve de manera creciente como la dura dominación germana. Cada vez más, Alemania es situado en el papel de villano, ya sea por los manifestantes en las calles de Atenas, Grecia, o políticos exasperados en los corredores de la reciente reunión del Grupo de los 20, realizada en Cannes, Francia.
"Los alemanes, con frecuencia, no aprecian lo suficiente cuán desgarradores son los cambios económicos que ellos recetan", dijo Philip Whyte, uno de los principales investigadores del Centro para la Reforma Europea, con sede en Londres.
DIFERENCIA. Whyte sostuvo que Alemania estaba intentando rehacer a Europa siguiendo su modelo económico competitivo impulsado por las exportaciones, sin comprender la conexión entre su éxito y el endeudamiento externo de países como Grecia, los cuales durante años utilizaron fondos prestados para adquirir bienes alemanes. "No todos pueden ser como Alemania", indicó Whyte. "El mundo en su totalidad no tiene comercio con la Luna".
Los socios europeos han tomado nota de la creciente división entre su lucha y la fortaleza de Alemania, y cómo los líderes alemanes han resistido las medidas agresivas del Banco Central Europeo que podrían haber provisto cierto alivio, aunque también pueden suscitar lo que para los alemanes es el profundo temor a la inflación.
Los griegos, en particular, se han mostrado furiosos ante las demandas de cambio dictadas por Alemania que se entrometen en su soberanía. Algunos manifestantes griegos han portado la bandera azul de la Unión Europea, con esvásticas amarillas en el centro, y comparan los acuerdos por la deuda con la ocupación de Grecia durante la II Guerra Mundial.
En otro punto, han surgido divergencias. Alemania no quiere que el Banco Central Europeo sea el prestamista de último recurso para países endeudamos mediante la compra activa de bonos.
Hasta ahora, Francia, Países Bajos y Austria han estado entre los aliados de Alemania en la crisis. Francia, impaciente por demostrar que el eje franco-alemán está prosperando, incluso ha respaldado la postura de Alemania con respecto a los préstamos del banco central. Sin embargo, el interrogante ahora radica en saber si otros países empezarán a resistirse a las prescripciones estratégicas de Alemania.
``Los alemanes han sido capaces de confiar en los franceses, los holandeses y los austriacos``, dijo Simon Tilford, el economista en jefe del Centro para la Reforma Europea en Londres. "Pero, si son arrastrados a esto y sus costos para pedir préstamos siguen aumentando, eso podría influir sobre si continúan o no apoyando a Alemania y la línea asumida sobre la crisis de la eurozona``.
PELIGROSO. El miércoles último, el gobierno de Francia mostró una clara señal de divergencia. Hizo un llamado al banco central para que contribuya a calmar la crisis mediante la adquisición de los bonos de Italia, Grecia y otros gobiernos cuyos costos para préstamos están subiendo.
"El papel del Banco Central Europeo (BCE) consiste en asegurar la estabilidad del euro, pero también la estabilidad financiera de Europa", destacó Valerie Pecresse, la ministra francesa del presupuesto.
Berlín teme que si se permite a los países que dependan del banco central, se volverían holgazanes con respecto al saneamiento de sus propias finanzas. Jens Weidmann, el presidente del Bundesbank alemán y un influyente miembro del consejo gobernante del BCE, dijo que sería ilegal usar el banco para resolver problemas del presupuesto gubernamental.
"Es peligrosa la creciente demanda que se está poniendo sobre la política monetaria", dijo Weidmann. "La política monetaria no puede y pudiera no resolver los problemas de solvencia de gobiernos y bancos", añadió.
Sin embargo, los analistas dicen que se está agotando rápidamente el tiempo para insistir en la ideología. Debido a que legisladores europeos aún no han puesto en marcha el principal fondo de rescate, prácticamente no existen otras herramientas aparte de la austeridad para reducir gradualmente deudas y déficits.
La crisis europea ha sido señalada como un símil de una obra moral -los pecadores sureños y los virtuosos norteños- aunque a veces en Alemania ha tomado la forma de una ópera de Wagner, con Alemania en el papel de dragón que custodia el tesoro de oro.
La semana pasada, Alemania fue inundada por informes de una propuesta que circuló en la reunión del Grupo de los 20, que podría haber permitido que el Fondo Monetario Internacional (FMI) retirara de las reservas de oro alemanas para robustecer la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF), que es el fondo de rescate europeo.
La censura fue rápida y demasiado dura para una sugerencia que básicamente estuvo condenada desde el comienzo. "Las reservas de oro alemanas deben seguri siendo intocables", dijo el ministro de Economía y vicecanciller, Philip Rossler.
Un dibujo humorístico en el diario Suddeutsche Zeitung mostró a tres hombres intentando violar la caja fuerte de un banco que decía: "Bundesbank: oro y reservas monetarias internacionales", en referencia al banco central germano.
El hombre enmascarado que asaltaba la caja fuerte con un taladro tenía en la espalda la sigla del BCE, en tanto el que colocaba los cartuchos de dinamita tenía la sifla del FMI. Sosteniendo la linterna estaba el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
REFORMAS. Los principales dirigentes políticos defendieron la independencia del Bundesbank, pero también aprovecharon la oportunidad para hacer un llamado a Italia para que venda sus propias reservas de oro, que son las cuartas más grandes después de las de Estados Unidos, Alemania y el propio Fondo Monetario Internacional.
"Considero que un país debe hacer todo lo que esté en su poder para ayudarse a sí mismo", señaló Gunther Krichbaum, presidente de la Comisión de Asuntos Europeos del Parlamentó alemán, quien habló en favor de que Italia venda su oro para aliviar la deuda de US$ 2,6 billones. "En este aspecto, Italia está lejos de agotar sus opciones", sostuvo.
A medida que la salud general de la economía alemana y su posición fiscal amplían la brecha con la periferia pobre de Europa, los germanos tienen una respuesta pronta. Afirman que ya hicieron los cambios estructurales en las normas de la fuerza laboral y la reforma jubilatoria, que ahora recomiendan para los países de lento crecimiento y que, de paso, realmente paguen los impuestos. Por tanto, si los perezosos quieren el dinero alemán, tienen que jugar de acuerdo con las reglas alemanas.
"Creemos que este éxito obedece a que tenemos ciertos criterios en torno de los cuales organizamos nuestra política económica. Esos son los criterios que queremos que cumplan otros países si piden nuestro dinero", señaló Tanja A. Borzel, profesora de Política de la Unión Europea, en la Universidad Libre de Berlín. "Cuando está en juego el dinero de los contribuyentes, la gente tiene que opinar y si eventualmente tenemos que pagar por los pecados económicos de otros, al menos deben cambiar sus políticas, si los rescatamos".
Gunthram B. Wolff, subdirector de Bruegel, un centro de investigación con sede en Bruselas, indicó que Berlín jugó un papel más firme en la crisis europea, en parte, debido a que la Comisión Europea no desarrolló un papel tan activo como debió, especialmente ante el endeudamiento italiano. "El cambio de poder es claro", dijo Wolff. "Se ve que Alemania ha ganado poder".
La cifra
6,5% Es la tasa de desempleo que se registró en Alemania, en octubre de 2011. Por ejemplo, en España, es más de tres veces superior.
La cifra
100.000 Son los millones de dólares que suman las tenencias de bonos soberanos de Italia que tienen, en la actualidad, los bancos de Francia.
Crece temor por Francia y su sistema financiero
Primero fue Atenas. Después, Roma. ¿París puede ser la próxima? Mientras Italia ha reemplazado a Grecia como el foco de angustia ante la crisis de la deuda europea que empeora, los inversores muestran creciente preocupación por la perspectiva de Francia, cuyos bancos están entre los más grandes del mundo y estrechamente vinculados a sus contrapartes de Estados Unidos. Una medida crucial del sentimiento de los inversores -la diferencia entre lo que Francia paga para pedir prestado contra lo que Alemania paga- se ha duplicado desde comienzos de octubre, en tanto la semana pasada alcanzó la brecha más amplia desde la formación de la eurozona, en 1999.
El salto que tuvo, la semana pasada, el rendimiento de los bonos italianos a más del 7% (después bajó), en función de la preocupación sobre la capacidad de Roma de pedir financiamiento, recordó a los inversores cel monto de la deuda italiana que está en manos de los bancos franceses. Pero, los bancos de Francia también tienen un montón de bonos del gobierno de su país, cuyos rendimientos han crecido al ritmo de la preocupación de que las finanzas francesas están exigidas al máximo, a medida que paga una cuenta mas grande para ayudar a prevenir que la crisis envuelva a Italia.
Los bancos franceses también son más dependientes del financiamiento de corto plazo que sus rivales de otros países, lo que los hace vulnerables si los problemas de Italia crean un congelamiento de los mercados de crédito como ocurrió cuando la caída de Lehman Brothers.
Por el momento, la formación del nuevo gobierno interino en Italia y la designación de Mario Monti -ex comisionado europeo- como primer ministro, han reducido los temores. Los políticos, reguladores y banqueros franceses insisten en señalar que los problemas de Italia están contenidos y no afectarán a los bancos de Francia, que han recortado sus tenencias de deuda soberana italiana en los últimos meses.
Los bancos franceses y otros en el continente, tradicionalmente se han dirigido a los fondos de mercado monetario estadounidenses para financiar la brecha entre los depósitos que tienen y lo que deben. Si bien los bancos franceses han cortado los pedidos de financiamiento sustancialmente en los últimos meses, lo que piden todavía es enorme. A fines de octubre, los fondos de mercado monetario de Estados Unidos tenían US$ 84.000 millones de deuda francesa.
Las raíces de la exposición de Francia a los problemas de Italia se encuentran en la decisión de los bancos franceses de expandirse agresivamente, durante la última década, mediante la adquisición de bancos italianos y de operar grandes redes de sucursales.
Pero, la economía de Francia es mucho más saludable que la de Italia y contrariamente a ésta cuya deuda equivale al 120% del PIB, el ratio deuda-PIB de Francia se sitúa en un manejable 85%. La economía francesa también creció a una tasa casi el doble que la de Italia, durante la última década. THE NEW YORK TIMES
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