31 may 2015

La caída de Palmira altera el equilibrio geopolítico en el Levante

La situación en el Levante se agrava considerablemente al cortar el Emirato Islámico la llamada «ruta de la seda», o sea el paso de Irán hacia el Mediterráneo. Para ello sólo existen dos opciones: pasar por Deir ez-Zor y Alepo o por Palmira y Damasco. La primera vía está cortada desde inicios de 2013 y la segunda acaba de verse interrumpida. La caída de Palmira tendrá, por consiguiente, consecuencias considerables para todo el conjunto del equilibrio regional.
por Thierry Meyssan
RED VOLTAIRE | DAMASCO (SIRIA) | 25 DE MAYO DE 2015




La prensa occidental dedica en estos días sus titulares a Siria, algo que no sucedía desde que se habló, hace 2 años, de los ataques químicos perpetrados en las afueras de Damasco y del proyecto de intervención militar de la OTAN. Los periodistas expresan inquietud ante el avance del Emirato Islámico y la posible destrucción de los vestigios de la antigua ciudad de Palmira.

Pero son pocos los que conocen la historia de la reina Zenobia, quien –aprovechando la debilidad de Roma, que acababa de perder la Galia– proclamó a su hijo «emperador» y asumió ella misma la posición de «regente». La reina Zenobia no sólo liberó Siria. También redimió a los pueblos que habitaban los territorios de los actuales Egipto, Palestina, Jordania, Líbano, Irak, parte de Turquía e incluso Irán. Su capital, Palmira, fue una ciudad que se caracterizaba por su refinamiento, abierta a todas las religiones, una escala brillante en la ruta de la seda entre Damasco y China. Sin embargo, después de un exitoso golpe de Estado en Roma, el general Aureliano logró restablecer la unidad del imperio aplastando primeramente las fuerzas de la reina Zenobia, y posteriormente el imperio galo, antes de poner fin a la libertad religiosa, imponer el culto al Sol invicto y proclamarse Dios a sí mismo. Esta prestigiosa historia hace de Palmira el símbolo de la resistencia del Levante ante el imperialismo occidental de la Antigüedad.

Pero resulta sorprendente el relieve que ha dado la prensa occidental a la caída de Palmira, sobre todo teniendo en cuenta que el mayor avance del Emirato Islámico esta semana no fue en Siria, ni tampoco en Irak, sino en Libia con la caída de Sirte, ciudad 5 o 6 veces más poblada que la ciudad siria de Palmira. Pese a ello, los mismos periodistas que durante los 2 últimos meses no hablaban de otra cosa que del caos reinante en Libia y lanzaban constantes llamados a favor de una intervención militar europea, oficialmente dirigida a poner fin a la oleada de migrantes, no hablan de ese avance del Emirato Islámico en Libia. Claro, hay que recordar que quien encabeza el Emirato Islámico en Libia es Abdelhakim Belhadj, nombrado –con el respaldo de la OTAN– gobernador militar de Trípoli [1] y recibido oficialmente en París, el 2 de mayo de 2014, por el ministerio francés de Relaciones Exteriores.

Para agregar dramatismo a la situación en Siria, los periodistas occidentales afirman en coro que ahora «Daesh [2] controla la mitad del territorio sirio». Afirmación que contradicen los mapas que ellos mismos publican, en los que el lector atento puede comprobar que Daesh sólo controla unas cuantas ciudades y carreteras sin llegar a tener bajo control regiones enteras del país.

Es evidente que el objetivo del tratamiento mediático de la situación en el «Medio Oriente ampliado» no es ofrecer al público occidental una imagen real sino instrumentalizar sólo ciertos factores cuidadosamente seleccionados para justificar determinadas políticas.

El Emirato Islámico y la importancia de Palmira

Mucho nos gustaría que la inquietud ante la caída de Palmira fuese sincera y que las potencias occidentales, después de haber masacrado millones de personas en esta región a lo largo de una década, finalmente se hubiesen decidido a poner fin a esos crímenes. Pero no podemos dejarnos engañar. Esa inquietud de fachada no busca otra cosa que justificar una reacción militar invocando la amenaza del Emirato Islámico.

Se trata de un elemento indispensable si Washington quiere realmente concretar la firma del acuerdo que ha venido negociando –desde hace 2 años– con Teherán.

En efecto, el Emirato Islámico fue creado por Estados Unidos con ayuda de Turquía, de las monarquías del Golfo y de Israel, algo que siempre hemos denunciado y que ahora aparece demostrado en un documento de la DIA (siglas en inglés de la Agencia de Inteligencia del Departamento de Defensa de Estados Unidos) parcialmente desclasificado esta semana, documento que el lector interesado puede leer gracias al vínculo que incluimos al final de este artículo.

En contradicción con las sandeces que publican los periodistas que acusan al «régimen de Bachar» (sic) de haber creado ese grupo yihadista para dividir la oposición siria y hacerla caer en el radicalismo, el documento de la DIA demuestra que el Emirato Islámico actúa de conformidad con la estrategia de Estados Unidos. Este informe de la Agencia de Inteligencia del Departamento de Defensa estadounidense, fechado el 12 de agosto de 2012 y que circuló ampliamente en el seno de la administración Obama, anunciaba claramente los planes de Washington:

«Si se produce un desenlace, existirá la posibilidad de establecer un principado de salafistas, reconocido o no, en el este de Siria (Hassake y Deir ez-Zor), lo cual es exactamente el objetivo de la oposición [los Estados occidentales, los Estados del Golfo y Turquía], para aislar al régimen sirio, considerado como la profundidad estratégica de la expansión chiita (Irak e Irán).»

Como siempre dijimos, la creación y desarrollo del Emirato Islámico son resultado de una decisión del Congreso de Estados Unidos, adoptada durante una sesión secreta realizada en enero de 2014, para concretar la aplicación del plan Wright. Se trataba entonces de crear un «Kurdistán» y un «Sunnistán» que abarcarían territorios pertenecientes a Siria e Irak para cortar así la «ruta de la seda», después del soborno y la traición que hicieron posible la caída de Deir ez-Zor en manos de los yihadistas (funcionaros corruptos de Deir ez-Zor se dejaron sobornar y entregaron la ciudad sin combatir).

Desde los tiempos de la Alta Antigüedad, una red de vías terrestres de comunicación conecta Xi’an (la antigua capital china) con la costa del Mediterráneo. Esa ruta vincula a Irán con el mar a través del desierto, ya sea pasando por Deir ez-Zor y Alepo o pasando por Palmira y Damasco. Actualmente garantizaba el transporte de armas hacia Siria y el Hezbollah y posteriormente debía ser utilizada para transportar el gas de los yacimientos de Fars (en Irán) hacia el puerto de Latakia (en Siria).

Palmira, la «ciudad del desierto», es por consiguiente mucho más que el inestimable vestigio de un maravilloso pasado. Es ante todo una plaza de enorme importancia estratégica en el equilibrio regional. Precisamente por eso es grotesco afirmar que el Ejército Árabe Sirio no trató de defenderla. En realidad, el Ejército Árabe Sirio actuó allí como ha venido haciéndolo desde que comenzó la llegada de mercenarios a Siria: en aras de evitar bajas entre la población civil, se repliega cuando los mercenarios avanzan en pequeños grupos que coordinan sus acciones entre sí (gracias a los modernos medios de comunicación que reciben de las potencias occidentales) y vuelve a golpearlos cuando se reagrupan en posiciones definidas.

Otra realidad es que la coalición internacional anti-Daesh, creada por Estados Unidos en agosto de 2014, nunca ha combatido realmente a los yihadistas. Está más que demostrado –no una sino unas 40 veces– que los aviones occidentales lanzan en paracaídas armamento y municiones que acaban en manos del Emirato Islámico.

También es notorio que, aunque la llamada coalición de 22 países dice disponer de una cantidad superior de hombres, mejor entrenados y mejor equipados que los del Emirato Islámico, lo cierto es que esa “coalición” no logra hacer retroceder a los yihadistas, quienes –como estamos viendo– siguen conquistando nuevas vías terrestres de comunicación.
La evolución de los intereses estadounidenses

En todo caso, Washington ha cambiado de estrategia. La reciente nominación del coronel James H. Baker como nuevo estratega del Pentágono [3], demuestra que la administración Obama ha pasado la página de la estrategia del caos. Estados Unidos vuelve ahora a una concepción imperial clásica, basada en la existencia de Estados estables. Y para firmar su acuerdo con Irán tendrá que evacuar al Emirato Islámico del Levante antes del 30 de junio.

La ingente campaña de prensa sobre la caída de Palmira podría no ser otra cosa que una forma de preparar a la opinión pública con vista a una verdadera implicación militar en contra del Emirato Islámico. Ese será el sentido de la reunión de los 22 miembros de la coalición anti-Daesh (y de 2 organizaciones internacionales) a celebrarse en París el próximo 2 de junio. 

El Pentágono tendrá que decidir para esa fecha si opta finalmente por destruir el Emirato Islámico o por desplazarlo hacia otra parte para asignarle nuevas tareas. Tres destinos son previsibles para un redespliegue de los yihadistas: Libia, el África negra o el Cáucaso.

De no ser así, Irán no firmará el acuerdo y la guerra seguirá agravándose ya que la caída de Palmira bajo los ataques de los yihadistas, fabricados y amamantados por Occidente, tendrá las mismas consecuencias que su conquista por las legiones del emperador Aureliano. Ya en este momento, ese hecho amenaza la supervivencia del «Eje de la Resistencia», o sea la coalición Irán-Siria-Líbano-Palestina. El Hezbollah se plantea decretar la movilización general.
Thierry Meyssan


Documentos adjuntos

Informe de la DIA sobre los yihadistas en el Levante, 12 de agosto de 2012.
(PDF - 582.2 KB)

[1] «De cómo los hombres de al-Qaeda llegaron al poder en Libia», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 7 de septiembre de 2011; «Los Contras sirios apoyados por Washington están bajo el mando de un “ex” terrorista de al-Qaeda», por Thierry Meyssan,Red Voltaire, 19 de diciembre de 2011; y «Según Interpol, Abdelhakim Belhadj es el jefe del Emirato Islámico en Magreb»,Red Voltaire, 25 de febrero de 2015.

[2] Daesh es el acrónimo árabe del Emirato Islámico, también conocido en Occidente como “Estado Islámico”, anteriormente designado bajo las siglas EIIL (Emirato Islámico en Irak y el Levante), y también ISIS (Islamic State in Irak and Syria) o ISIL (Islamic State in Irak and Levant). Nota de la Red Voltaire.

[3] «Nominación del nuevo estratega del Pentágono»,Red Voltaire, 17 de mayo de 2015.

FIFA-Gate: EEUU advierte que habrá "más acusados y más incriminados"

Tras primera ronda de detenciones



Weber explicó que "una investigación llevó a otra y un hombre a otro".


Uno de los principales investigadores federales de EEUU en el escándalo de corrupción de la FIFA dijo estar "bastante seguro" de que habrá otra ronda de acusaciones en el caso, informó el diario The New York Times.

Richard Weber, jefe de la unidad de investigaciones criminales del Servicio de Rentas Internas de EEUU (IRS), no identificó quiénes son los blancos restantes de la investigación federal.

"Estoy bastante seguro de que vamos a tener otra ronda de acusaciones", dijo Weber al Times."Creemos firmemente que hay otras personas y entidades implicadas en actos delictivos".

Dos días después de que 14 personas fueron acusadas de planificar esquemas de sobornos y blanqueo de dinero, que implican a altas jerarquías del organismo del fútbol mundial, Weber rechazó la idea de que el gobierno estadounidense tenía la misión de derrocar el liderazgo de la FIFA.

"No creo que alguna vez hubo una decisión o una declaración de que iríamos detrás del fútbol. Íbamos detrás de la corrupción", dijo Weber. "Una cosa llevó a la otra, llevó a la otra y a la otra", añadió.

Las autoridades federales aseguraron al diario que el momento en que se dieron a conocer las acusaciones no tuvo nada que ver con las elecciones del presidente de la FIFA, que tuvo lugar este viernes.

También negaron que haya sido un intento de dañar las posibilidades de reelección de Joseph Blatter al frente del organismo, quien a la postre resultó reelecto.

No obstante, según el informe del Times, los agentes federales pensaron que era mejor esperar a la reunión de funcionarios de la FIFA en Suiza para no tener que hacer luego detenciones por todo el mundo.

El miércoles, la secretaria de Justicia para el Distrito Este de Nueva York, Kelly Currie, calificó a las primeras acusaciones de "comienzo de nuestro esfuerzo, no el fin".

Aunque el IRS es mejor conocido por perseguir a los evasores de impuestos, se encargó de reclutar al exoficial de la FIFA y de Concacaf Chuck Blazer, para convertirlo en el "Garganta Profunda" que descubriera la estela de corrupción de la FIFA.

El caso entonces fue mucho más allá de fraude fiscal, hasta vincularse con una investigación que hacía el FBI desde finales de 2011 relacionada a sobornos y otros delitos de funcionarios de la FIFA.

"El caso comienza como un caso fiscal contra Blazer, pero nuestra participación no fue solo en el aspecto fiscal", dijo Weber.

"Una vez que nos involucramos en un caso de corrupción internacional como éste, usamos nuestra experiencia financiera para seguir el dinero", añadió.

Los oficiales de la ley dijeron al periódico que Blazer grabó conversaciones con funcionarios de la FIFA en 2012.

Para 2013, Blazer se declaró culpable de los cargos de evasión de impuestos y corrupción, pero había dado a los investigadores federales una visión clara de la corrupción en el seno de la FIFA, especialmente del trinitario Jack Warner, expresidente de Concacaf, a quien los fiscales acusan de haber ayudado a Sudáfrica a conseguir la Copa Mundial de 2010.

La ley estadounidense que le jugó en contra a la FIFA


Es la misma regulación que le aplicaron a la mafia en la década del 70.

Los arrestos a dirigentes de la FIFA en Suiza despertó el asombro por el hecho y, también una pregunta de fondo: ¿por qué si estaban en Europa intervino el Departamento de Justicia de los Estados Unido y el FBI?

Todo se responde gracias a la ley llamada RICO, sancionada en los 70 en tiempos de la mafia en los Estados Unidos.

“El nombre viene del inglés ´Racketeer Influenced & Corrupt Organizations Act´. En castellano se traduciría como “Ley de Organizaciones Corruptas e Influenciadas por Actividades Ilegales”, explicó en un informe Fernando Gamiz, director del área de Fraude, Investigaciones y Disputas de BDO Argentina.


La ley prevé un largo listado de delitos, tales como violaciones a leyes estatales contra el juego, asesinato, secuestro, extorsión, incendio intencional, robo, soborno, obscenidad o negociar con sustancias controladas o químicos listados.; cualquier acto de soborno, falsificación, robo, malversación, fraude, obstrucción de justicia, esclavitud, juego, lavado de dinero, asesinato por encargo, así como otros delitos incluidos en el Código Criminal Federal; malversación de fondos de sindicatos; quiebra fraudulenta o fraude en acciones; narcotráfico; violación criminal de los derechos de autor; lavado de dinero y delitos vinculados; ayudar al ingreso de inmigrantes ilegales a cambio de dinero; y actos de terrorismo.

De acuerdo con Gamiz, para determinar la aplicación de la ley, se debe “al menos deben detectar dos incidentes ilegales. Y para ciertos jueces los actos deber significar una amenaza de actividad criminal continua. Usualmente se determina por la continuidad de los actos por más de un año y el riesgo de que se repitan indefinidamente en el futuro”.

La pregunta del millón es: ¿qué penas pueden afrontar los directivos de la FIFA acusados de corrupción? La respuesta equivale a 5 mundiales en la cárcel: 20 años de prisión (como mínimo). Además, el condenado debe devolver los bienes que obtuvo gracias a su delito y puede llegar a pagar hasta tres veces el monto del daño causado.

“En este caso, según ha trascendido, parte de las coimas, se convinieron en la sede de la CONCACAF en Miami; y mucha evidencia habría sido obtenida durante el allanamiento de la misma. Además se utilizaron cuentas bancarias en los Estados Unidos. Los delitos se cometieron en ese país, eso explica la participación de su Justicia y el trabajo de ellos con la Justicia suiza”, detalló Gamiz.

Mientras tanto, la lista de celebridades que cayeron bajo esta ley es larga, e incluye a Luchesse y Gambino (líderes de la mafia en Estados Unidos), la Major Baseball League, el Departamento de Policía de los Ángeles, Departamento de Policía de Key West, Hells Angels y Latin Kings, entre otros.

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La poderosa atracción del planeta fútbol


Millonarios rusos y árabes, bancos, grandes marcas, clubes, agentes y jugadores se reparten un negocio, con luces y sombras, de más de 45.000 millones de euros que se expande imparable a Asia y Oriente Medio

MIGUEL ÁNGEL GARCÍA VEGA 


Estado Allianz Arena, del Bayern de Munich. / AFP PHOTO / STR

Pepe Samitier (1902-1972) fue un centrocampista único. Tiraba chilenas, escorpiones y se lanzaba a zigzaguear bicicletas cuando todavía ni existían palabras que definieran esos ardides. Jugador técnico (le apodaban El hombre langosta), pero también de pierna fuerte, era conocido no solo por haber militado en el Real Madrid y el Barcelona sino por su lúcido sarcasmo. La historia, y esa Biblioteca de Alejandría de la pelota que es Alfredo Relaño,director del periódico deportivo AS, le atribuyen una frase: “Si el fútbol fuera negocio lo tendrían los bancos”.

Pero si Samitier jugase actualmente sentiría cómo el balón y las ilusiones giran de una manera muy distinta. El fútbol —pese a las tarascadas, como el escándalo de corrupción destapado esta semana en la FIFA— es una industria que genera en el planeta esperanza y 50.000 millones de dólares (45.800 millones de euros). La cifra llega de la consultora Repucom. Es un espacio donde las entidades financieras se han convertido en los máximos inversores y donde la fiebre del fútbol hace tiempo que traspasó Europa y América Latina. Ahora el negocio se expande a China y los países árabes en busca de algunos de los 1.600 millones de aficionados que hay en el mundo. Nadie escapa a su influjo. Los multimillonarios árabes y rusos adquieren clubes de las ligas europeas mientras las grandes marcas han visto un Edén para sus intereses. Da igual que la inequidad, ese alquitrán oscuro y viscoso de nuestro tiempo, se derrame separando clubes muy ricos, donde militan jugadores y agentes poderosos, y equipos y deportistas que apenas sobreviven. Es la desigual forma en la que gira hoy el planeta fútbol.



Las cifras del Planeta Fútbol

Esa rotación no se entendería sin saber lo que está en juego. El año pasado los clubes profesionales —acorde con la FIFA— gastaron 3.600 millones de dólares (3.277 millones de euros) en traspasos para hacerse con los servicios de jugadores internacionales. Por eso cuando Jonathan Barnett, de 64 años, quizá el agente británico más importante, se queja de que a su protegido, Gareth Bale, “no le pasan el balón” no solo defiende a un futbolista por el que el Real Madrid pagó 85 millones de libras —el traspaso más caro de la historia— sino un ecosistema muy hermético que cuida los intereses de los suyos. “Mi trabajo es muy claro”, sostiene Jonathan Barnett. “Asegurarme de que mis jugadores cuando se retiren trabajen porque quieren, no porque lo necesiten. Los días de montar un pub o una tienda por 50 libras se han terminado”.

Ese sentido mercantilista del negocio es una seña de identidad de un fútbol moderno que se ha convertido en “un espacio oscuro y cerrado en el que resulta muy difícil entrar”, observa Sandalio Gómez, profesor del IESE. Pero la falta de luz resulta proporcional a la llegada masiva de dinero. Sobre todo de empresas de Oriente Próximo. Los 20 principales clubes de Europa están patrocinados por líneas áreas de esa región del planeta: Barcelona (Qatar Airlines); Real Madrid, París Saint-Germain, Arsenal, Milán (Emirates) y Manchester City (Etihad Airlines) comparten destino. A su vez, los Emiratos Árabes son el principal inversor individual desde 2005 en patrocinio de camisetas de equipos europeos. Hace una década ni siquiera estaba presente en la industria: ahora aporta 163 millones de dólares (148 millones de euros).



LUIS TINOCO

Como se ve, la geopolítica del fútbol soporta también sus propias contradicciones. Los dos grandes mercados del futuro, China y los países árabes, coinciden con territorios donde la democracia se siente débil. En cambio África, que cuenta con Nigeria, el país que más ama el fútbol del planeta —según el informe Sports DNA de Repucom—, apenas importa. “Desgraciadamente las marcas no ven el continente como un potencial consumidor. Es un vivero de talento, pero no de ingresos”, concede Ramón Amich, director en España de Repucom.

Porque el dinero del fútbol es miedoso y cuando el BBVA destina 23,5 millones de euros por temporada al patrocinio de la Primera y Segunda División sabe que el desembolso tendrá retorno. Algo similar le ocurre a Caixa Econômica Federal. Una caja de ahorros pública que es el gran soporte del balompié brasileño. Hablamos de un mercado —estima la Fundación Getúlio Vargas— de 11.000 millones de reales (unos 3.200 millones de euros) al año y 370.000 empleos, que además fabrica talento. “Desde hace muchos años Brasil es el principal exportador de futbolistas del mundo, y lo continuará siendo”, prevé Eduardo Carlezzo, abogado brasileño experto en este deporte.

Brasil, Asia, África, Emiratos Árabes. Nadie duda de que el fútbol busca, incansable, nuevos horizontes. En Estados Unidos los niños corren cada vez con más frecuencia detrás del balón al tiempo que ruedan sus anhelos y su futuro. “Sigo muy de cerca la Major League Soccer en Norteamérica. Tengo la sensación de que es el único torneo que en pocos años será capaz de competir con las grandes ligas europeas”, vaticina Raffaele Poli, responsable del CIES Football Observatory.


Los ingresos de la liga española suponen el 0,75% de la riqueza nacional

Mientras llega el futuro al Nuevo Mundo, en el Viejo Continente el balón se ha transformado en un imán para las finanzas. Entre 2005 y 2014 los bancos y aseguradoras gastaron 1.206 millones de euros en patrocinar las camisetas de sus seis principales ligas —Francia, Italia, España, Portugal, Inglaterra y Alemania— revelando que el universo financiero junto con el turismo (784 millones) son los grandes pilares del entramado del fútbol. Sin olvidarnos, claro, del dinero.

La máquina del balompié hay que cebarla con mucho efectivo porque de lo contrario se para. Un jugador del Real Madrid cobra de promedio 166.180 dólares (152.000 euros, al cambio actual) a la semana y uno del Barcelona 155.452 (142.800 euros), calcula la consultora especializada en salarios Sportingintelligence. Esas cifras corresponden solo a la ficha. Porque algunos futbolistas son verdaderos imanes del dinero y los patrocinios. Cristiano Ronaldo trabaja con Emporio Armani, Herbalife y KFC. Además se estima que recibe 9,5 millones de dólares al año de Nike y 2,5 millones de Emirates. Otro genio del balón, Messi, hace caja con Turkish Airlines (dos millones de dólares) y Adidas (9 millones). Al tiempo abre mercado en Japón y China, donde promociona productos locales.

Desde luego la forma de mantener el caché ahí fuera pasa por ganar títulos y campeonatos en casa. Pero triunfar cada vez exige más dinero y la presión se traslada a los clubes. El gasto en fichajes que tiene que afrontar un club de la Liga para situarse entre los tres primeros puestos del campeonato —calcula el CIES Football Observatory— ha pasado de 279 millones de euros en la temporada 2009/2010 a 362 millones durante la 2014/2015. Un 51% más. En esas mismas horquillas de tiempo, los fondos destinados a traspasos por las cinco grandes ligas europeas (Inglaterra, Francia, Alemania, Italia y España) crecieron de 7.250 millones de dólares (6.600 millones de euros) a 9.000 millones (8.200 millones de euros). Una subida del 25% en seis temporadas.

El fútbol es un deporte cada vez más caro y se dispara la inequidad entre clubes y entre jugadores. El Real Madrid, el equipo más rico del planeta, ingresó en la temporada 2013/2014, según Deloitte, más de 549 millones de euros. ¿Algo inalcanzable para otros clubes? En principio sí. Pero un comienzo del cambio pasa por equilibrar la distribución de los derechos televisivos, que es el principal origen del dinero. “El nuevo reparto centralizado de los derechos audiovisuales que ha fijado el Gobierno tiene la voluntad de llegar a una distribución más equitativa (como en Inglaterra o Alemania)”, comenta Ramón Amich. Y si el ratio antes entre el equipo más rico y el más modesto era de uno a diez ahora bien podría situarse en uno a tres. Con esta nueva aritmética, los equipos casi duplicarán sus ingresos. Pasarían de repartirse 800 millones de euros a unos 1.500 millones (incluyendo la venta de los derechos internacionales). “Aun así, el Real Madrid y el Barcelona todavía tienen superioridad porque recaudan en cualquier parte del mundo”, precisa Alfredo Relaño.

Un intermediario gana el 5% de los ingresos del jugador y un 20% de los patrocinios

Todo cambia, pensarán algunos, para seguir igual. Hay algo de eso. Si el Real Madrid puede recibir decenas de millones de euros por renombrar su estadio (aún está por definir) como Abu Dhabi Santiago Bernabéu Stadium o CEPSA Bernabéu Stadium es evidente la ventaja que acumulan los grandes. “Poner tu nombre en lugares con mucha afluencia garantizada de público es algo por lo que las marcas pagan mucho dinero”, confirma Víctor Mirabet, consejero delegado de la consultora Coleman CBX. Y, en principio, la estrategia funciona. AON patrocina al Manchester United desde hace cinco años porque para la aseguradora el encaje resulta perfecto. “El club tiene 660 millones de seguidores y las dos empresas son globales y comparten idénticos valores: la excelencia y la actitud ganadora”, analiza Pedro Tomey, responsable de relaciones institucionales de AON España y Portugal.

Pero en el mundo del fútbol nadie garantiza ni lo excelso ni el triunfo. Fernando Martín, 38 años, es ingeniero de Caminos y desde hace dos trabaja como intermediario (la figura que desde mayo sustituye al agente FIFA) de futbolistas. “El día a día es un poco miserable”, reconoce. Solo representa en exclusiva a un futbolista, el resto de sus clientes los comparte con otros colegas. Por eso se queja. “Es una actividad difícil porque interfiere mucha gente: la familia, el jugador, el club, otros agentes”. Aunque compensa si sale bien. “Un intermediario gana el 5% de los ingresos brutos del jugador y un 20% del patrocinio”, aclara Juan José Cano, socio responsable de KPMG Sports. Sin embargo, muy pocos viven de esta actividad ya que hacen falta contactos y años.

Desde 1998 lleva José Seguí representando futbolistas como David Silva o el ‘Kun’ Agüero (ambos en el Manchester City). Auténticas estrellas planetarias. Bastante reacio a la prensa, le gusta trabajar en ese espacio de duermevela donde suceden algunas de las cosas más trascedentes del fútbol. “El gran cambio en la mentalidad del futbolista español es que está saliendo fuera de casa a jugar”, señala José Seguí. De Croacia a China. De las grandes ligas a las modestas. Un deportista nacional que ha aprendido que el balón es cruel para casi todos y que las aspiraciones hay que medirlas mucho. “Solo trabajo con futbolistas cuyos objetivos y metas estén alineados con su talento”, advierte Seguí. Al final manda el factor humano. “El jugador puede tener grandes cualidades profesionales, pero si las personales no están al mismo nivel no lo represento”, avisa Manuel García Quilón, quien tutela los destinos de Mario Suárez (Atlético de Madrid); Albiol, Callejón (los dos en el Nápoles) y Rafa Benítez.

Y es en la formación de esas cualidades donde se aprecia otra fractura. En España, la Fábrica (Real Madrid) y la Masía (Barcelona) han sido las grandes canteras de futbolistas. De las dos, la del Barça es la más exitosa. Fue capaz de crear una generación de jugadores de la que forman parte Xavi, Iniesta, Pedro, Messi, Busquets o Piqué. Pero ahora el modelo catalán sufre. La FIFA ha prohibido al FC Barcelona fichar durante un año por las irregularidades cometidas en la contratación de jugadores menores de 18 años. Tampoco ayudan los resultados en el campo. El Barcelona B va el último en la Liga Adelante lastrado por chavales con un ego difícil de manejar y lejos de sus padres. “Los chicos cuando se forman fuera de casa no salen bien”, puntualiza Relaño. “Toda esa gran generación del Barça (a excepción de Iniesta) procede de Barcelona. Tienen que estar cerca de sus familias para educarse. Por eso hay cada vez más extranjeros en las canteras de los clubes”. Porque el sueño del balón resulta escurridizo. Si la Masía alberga a unos 45 chicos, apenas 15, pronostican los expertos, tienen posibilidades de triunfar.

El torneo de EEUU será capaz de competir con las ligas europeas en pocos años más

El fútbol también es un deporte darwinista sometido a la tensión del talento y los intereses del dinero. En España la mayoría de los grandes clubes (a excepción del Real Madrid, FC Barcelona, Club Atlético Osasuna y Athletic de Bilbao) son Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) y están obligadas a presentar estados financieros auditados y a que su deuda no supere el 100% de los fondos propios. Esta normativa son los rescoldos de las graves dificultades financieras que durante bastante tiempo atravesaron muchos equipos. En la temporada 2013-2014 aún acumulaban unos números rojos de 496 millones de euros con Hacienda. Pese a todo, el negocio mejora. En ese mismo espacio de tiempo, la LFP ingresó 2.328 millones. Una cifra que lleva varios años creciendo y que contribuye a que el 0,75% del PIB español —estima KPMG— proceda del balón y sus aledaños.

Paradójicamente esa debilidad mezclada con el potencial de este deporte ha atraído a inversores tan diferentes como Peter Lim (Valencia), Carlos Slim (Oviedo) o Abdullah Al-Thani (Málaga) al fútbol español. Un movimiento que se refleja en otras grandes ligas con nombres y destinos distintos. De ahí que Mansour bin Zayed Al-Nahyan (Manchester City), Roman Abramovich (Chelsea), Shahid Khan (Fulham), Erick Thohir (Inter de Milán) y Dmitry Rybolovlev (Mónaco) representen, sobre todo, esa oligarquía rusa y árabe que igual se compra un club que, como Rybolovlev, se gasta 118 millones de euros en un cuadro Salvator Mundi de Leonardo Da Vinci. ¿Quién dijo que el balón no es un arte?

http://economia.elpais.com/economia/2015/05/29/actualidad/1432888459_563187.html

Ucrania desafía a Rusia al colocar al frente de Odesa al exlíder georgiano

Poroshenko otorga la ciudadanía ucrania a Saakashvili y le nombra gobernador

RODRIGO FERNÁNDEZ 
Moscú 30 MAY 2015




Poroshenko (izquierda) y Saakashvili, este sábado en Odesa. / MYKOLA LAZARENKO (AP)

El presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, concedió la ciudadanía de ese país al expresidente de Georgia Mijail Saakashvili y lo nombró gobernador de Odesa. La decisión de Poroshenko podría, según algunos observadores ucranios, obedecer a su deseo de irritar al líder ruso, Vladímir Putin, aislar aún más a la región moldava prorrusa del Transdniéster y atraer las inversiones extranjeras a Odesa.

Poroshenko presentó a Saakashvili como nuevo gobernador de Odesa, y en su discurso se refirió a él como a un hombre “que hacía posible lo imposible”. El presidente ucranio conoce al georgiano desde que ambos eran estudiantes del Instituto Kievita de Relaciones Internacionales y subrayó los éxitos de su amigo, cuando gobernaba Georgia, en la economía y la lucha contra la corrupción.



Saakashvili se convirtió en presidente de Georgia en 2004, tras ser uno de los líderes de la llamada revolución de las rosas, que terminó defenestrando a Eduard Shevarnadze. Reelegido en 2007, Saakashvili lanzó el año siguiente un sorpresivo ataque contra la región separatista de Osetia del Sur, que desencadenó una breve guerra con Rusia. El enfrentamiento terminó con la derrota georgiana y el reconocimiento, por parte de Moscú, tanto de la región atacada como de Abjazia, otra autonomía que en la época soviética había sido parte de Georgia.

El partido de Saakashvili fue derrotado en las elecciones parlamentarias de 2012 y al año siguiente, al terminarse su mandato, se mudó a EE UU. El expresidente posteriormente fue acusado en su patria de malversación de fondos y de haber reprimido con armas una manifestación pacífica.

Las autoridades georgianas dictaron el año pasado una orden de arresto contra Saakashvili, quien atribuye las acusaciones a disputas políticas.

“Lo que hoy se decide en Ucrania, en gran parte se decide en Odesa, que es la capital de Ucrania del Sur y la capital del mar Negro”, declaró Saakashvili en su discurso como flamante gobernador, en el que pidió dejar de lado “conflictos artificiales” para crear un “equipo fuerte” que garantice el progreso de la provincia.

El nombramiento llega en un momento en que se estrecha el cerco en torno al Transdniéster, la región rebelde de Moldavia habitada principalmente por rusohablantes. Odesa es su puerto de salida, y Saakashvili puede tratar de cerrarlo, aumentando los problemas del Kremlin en la zona.

El lituano Aivaras Abromavicius, ministro de Economía de Ucrania, aplaudió el nombramiento. Según opinó, se necesitan “radicales” como Saakashvili, ya que en estos tiempos “las medidas normales no funcionan”.

Crece la brecha interna en Syriza por la negociación sobre el rescate


El 44% del comité central votó, en la última reunión, a favor de romper con las instituciones
MARÍA ANTONIA SÁNCHEZ VALLEJO (ENVIADA ESPECIAL) Atenas 30 MAY 2015 -



El primer ministro Tsipras y el ministro Varoufakis este miércoles. / ALKIS KONSTANTINIDIS (REUTERS)
La posibilidad de que Syriza, el partido que ganó por mayoría las elecciones del 25 de enero, se rompa en dos si para lograr un acuerdo con los acreedores debe hacer muchas concesiones (es decir, muchos tachones sobre el programa electoral) es cada día más clara: el 44% de los cuadros del partido propuso en el último comité central, hace una semana, una ruptura de la negociación con los socios y el impago de la deuda, además de un plan B, con medidas como la nacionalización de la banca y la imposición de una tasa a la riqueza, lo que en la práctica supondría la salida del país del euro. La propuesta fue rechazada por 95 votos frente a 75, pero muestra lo igualadas que están las fuerzas entre la mayoría gubernamental, más pragmática –o posibilista-, y el ala radical.

Lejos de ser una gresca política interna, esta escisión puede tener consecuencias para la gobernabilidad: si el Parlamento no aprueba el acuerdo por la oposición de algunos diputados de Syriza (hasta el 30% de sus 149 escaños, según las estimaciones), y aunque el Gobierno logre el apoyo de otros (To Potami, con 17 escaños, está dispuesto a respaldar “cualquier pacto”), el país puede quedar al borde de una nueva convocatoria electoral, que según las encuestas sería favorable a Syriza (36% de los votos).

Desde las primeras señales de rebelión en Syriza, en febrero, durante la negociación de la prórroga del segundo rescate –que expira en un mes-, las diferencias han ido a más, y a menos la capacidad del primer ministro, Alexis Tsipras, de controlar el órgano central. Los radicales tienen figuras de peso, bien situadas: académicos como Kostas Lapavitsas o Stathis Kuvelakis; europarlamentarios con tirón; el hiperinfluyente ministro de Reconstrucción Productiva, Panayotis Lafazanis, o la presidenta del Parlamento, Zoí Konstandopulu, que en el comité central propuso la suspensión durante un año del pago de la deuda, en consonancia con las primeras conclusiones del comité de auditoría de la misma. El antiguo jefe del equipo económico de Syriza, el marxista Yanis Miliós, ha instado también a la ruptura.

Un cartel a la entrada del ministerio que dirige Lafazanis, líder de la Plataforma de Izquierda –núcleo duro ideológico del partido-, recuerda que no valen concesiones. “Ni un paso atrás. No nos dejamos chantajear”, dice el póster, que no está colocado en el local sindical, ni en la cafetería, sino en la recepción. Seis pisos más arriba, Kostas Kassimis, asesor del ministro y militante de Plataforma de Izquierda, asegura que no respaldarán ningún acuerdo que imponga “medidas neoliberales”.

“No me gusta eso de las líneas rojas, prefiero decirlo de otra manera: cualquier acuerdo debe respetar el programa electoral del partido, porque si no es así supondrá un paso atrás para el país”, añade Kassimis. “La ruptura con los socios no es un objetivo; el ‘Grexit’ es un arma en manos del Gobierno. Debemos usar todas las cartas que tenemos, pero soy optimista y tengo confianza en el Gobierno y en el partido”.

"Parece que no saben lo que hacen, o que juegan al ajedrez"

Grecia lleva semanas instalada en el día de la marmota, en el que todo parece ya visto y suena a oído. El anuncio de un acuerdo o de medidas equis, y su inmediato desmentido; las declaraciones a favor o en contra de lo que sea –que enseguida pueden trocarse en lo contrario; relámpagos de ideas fulgurantes que en horas, o minutos, se desinflan (como la propuesta de gravar la retirada de efectivo de los cajeros): así es el día a día de las negociaciones, vividas a ras de suelo, o como mucho a la altura de un titular.

“Estamos muy perplejos, no sólo por el tiempo perdido, sino por la forma de llevar la negociación”, admite un diplomático comunitario en Atenas. “A veces pareciera que no saben lo que están haciendo; otras, parece una partida de ajedrez en la cumbre”. La filtración, este miércoles, de un acuerdo con los socios, que disparó las Bolsas, quedó en nada en minutos, y ahora se interpreta como un intento deliberado de Alexis Tsipras de frenar la salida de depósitos, no como un indicativo de que el acuerdo esté cerca. Sobre la fecha límite para cerrarlo, ya no es el 5 de junio –fecha del primer pago de junio al FMI, para el que se ignora si hay fondos -, y se amplía hasta el 30 (cuando expira la prórroga del rescate), según el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis.

Como otros colegas del Gabinete, Nikos Vutsis, ministro del Interior –que no participa en las negociaciones-, dijo ayer que espera que pueda firmarse un acuerdo esta próxima semana, aunque sea a costa de “aplazar durante seis meses o un años algunas promesas electorales” (más munición para el disenso del ala radical de Syriza). El propio Varoufakis propuso la compra de bonos griegos en poder del Banco Central Europeo (unos 27.000 millones de euros) para facilitar la vuelta del país a los mercados.

Durante este largo fin de semana de fiesta –el lunes es Pentecostés, fiesta en la Administración y los bancos-, Tsipras pugna contra el reloj por cerrar un acuerdo inapelable para su flanco rebelde. Una facción que tampoco ha recibido de buen grado el nombramiento de Elena Panaritis, antigua diputada del Pasok y actualmente consejera del de Varoufakis como representante de Grecia ante el FMI a partir de la próxima semana.

En la sede de la antigua televisión pública, a la periodista Fuli Zabitsanu, militante en la Plataforma de Lafazanis, no le tiembla el pulso al analizar la situación: “Cualquier cosa es posible, un acuerdo o un impasseaún mayor. Personalmente, en estas circunstancias, defiendo la ruptura con los acreedores, aunque eso suponga la salida del euro”. Zabitsanu ha acudido el primer día de los 20 hábiles para pedir la readmisión en la nueva ERT, una de las promesas electorales que ha sacado adelante el Gobierno, aunque con retraso. Y a juzgar por las asambleas de antiguos trabajadores, a Syriza se le puede abrir otro frente por los sindicatos gremiales, que insisten, frente a las demandas de los socios, en mantener sus garantías laborales.

Las diferencias en Syriza son conocidas desde que echó a andar la formación, pero se hicieron más evidentes en el momento de su constitución como partido, en 2013 (hasta entonces era una coalición de grupos de izquierda). El giro al centro tras el buen resultado electoral de 2012, con la incorporación de dirigentes de otros partidos –del Pasok, como el actual alcalde de Sanidad; independientes e incluso algún fichaje de Griegos Independientes, como Rachel Makrí), no sentó ya nada bien a los ‘puros’.

Pero de las diferencias entre facciones a una hipotética ruptura media un trecho. “Syriza no se va a romper; les gusta demasiado el poder y ahora que lo han logrado no lo van a soltar, sea cual fuere el acuerdo que se firme, si se firma”, advierte el periodista Nikos Konstandaras, director del diario conservador Ekathimerini. Para el funcionario Kostas Kesanópulos, “votante de izquierda, sin adscripción”, el mayor riesgo de una ruptura –en Syriza y/o con los socios- es “el gran vacío político, una tentación para el populismo. El hecho de que la oposición esté hundida es a la vez una baza a favor de Syriza y un tremendo agujero negro: si hay nuevas elecciones, las ganará Syriza. Pero si no, lo hará el populismo”.

HOY SE VOTA EN UNA ITALIA ENVUELTA EN ESCANDALOS DE CORRUPCION


Temblor en el centroizquierda

La rabia por las promesas y esperanzas no cumplidas, pero también la desilusión y el desánimo con el gobierno de Renzi han hecho mella en buena parte de la población, que no se ha manifestado mayormente durante la campaña electoral.
 Por Elena Llorente

Desde Roma
Siete regiones y más de 1000 municipios van a elecciones hoy en Italia y los resultados podrían influir notablemente en el rumbo del gobierno de Matteo Renzi, del Partido Democrático (PD, centroizquierda), sobre todo por los escándalos salidos a relucir esta semana. La rabia por las promesas y esperanzas no cumplidas, pero también la desilusión y el desánimo, han hecho mella en buena parte de la población que no se ha manifestado mayormente durante la campaña electoral. Es que la gran mayoría de los italianos todavía sigue pagando el precio de una recesión económica que recién ahora parece comenzar a ceder pero que, en realidad, sólo dentro de varios meses podrá ofrecer resultados perceptibles a los simples mortales.
La campaña electoral apagada se vio reavivada sin embargo por las denuncias contra varios candidatos que pusieron en serios problemas principalmente al PD, cuyo secretario Renzi, se vanagloriaba poco antes de que ningún candidato de los acusados sería elegido porque pertenecían a “pequeñas formaciones”. Sin embargo el viernes, último día de la campaña electoral, se confirmó que el más importante de los acusados era un exponente del PD, el candidato a presidente de la región Campania a la que pertenece Nápoles, Vincenzo de Luca. Todo empezó con una lista de nombres de candidatos bautizados como “impresentables”, luego de una investigación realizada por la Comisión Parlamentaria Antimafia. Es decir candidatos de distintos partidos y de distintas regiones con penas por corrupción, desfalco, asociación mafiosa, y muchas otras motivaciones poco “elegantes” y que sin embargo sus propios partidos aceptaron como tales. Según una ley vigente en Italia desde 2012, la ley Severino, no pueden ser candidatos en las elecciones las personas que han tenido condenas definitivas, pero el modo de aplicación de la ley está en discusión a nivel judicial.
Se trata de 17 personas, 4 de la región Apulia (sureste del país) y 13 de la región Campania (sur de Roma), es decir la región de Nápoles, tristemente célebre por la penetración de la camorra –la mafia local– en los ambientes políticos y empresariales. De las cuatro personas acusadas de “impresentables” en Apulia, una es candidata del centroizquierda y tres del centroderecha. En Campania en cambio, cuatro son candidatos del centroizquierda y nueve del centroderecha. Para el gobierno de Renzi ha sido un mazazo que De Luca y otros tres de su grupo estuvieran en la lista. Inmediatamente se habló de “vendetta” (venganza) dentro del propio PD porque la presidenta de la Comisión Antimafia, Rosy Bindi, pertenece al partido pero a un ala muy crítica de Renzi. “La denunciaré ante la Justicia”, declaró De Luca en relación con Bindi. De Luca, entre otros procesos, en enero pasado fue condenado en primera instancia (la Justicia italiana tiene tres instancias) por abuso de poder por la construcción de un incinerador de basura cuando era alcalde de Salerno. También fue enviado a juicio por extorsión en 1998 pero al caer en prescripción esta causa en 2012, renunció a esa prescripción y pidió ser procesado. “Creo que queda claro que la agresión en realidad está dirigida contra el secretario nacional del partido (Renzi, NDR). El objetivo es ponerlo en una difícil situación en estas elecciones”, declaró De Luca a la prensa italiana.
Antes de tener la confirmación sobre el caso De Luca, Renzi había comentado que “nunca había visto un debate preelectoral tan lejano de la realidad y sólo referido a los candidatos ‘impresentables’. Yo estoy seguro y hasta haría una apuesta, de que ninguno de ellos será elegido porque pertenecen a pequeños grupos”. Varios de los 17 pertenecen a pequeños grupos, en efecto, pero esos grupos son aliados de las grandes coaliciones de centroizquierda o centroderecha y aportan votos. “Los candidatos impresentables deberían retirarse o bien renunciar una vez que hayan sido elegidos y eso sería un lindo gesto de dignidad política”, comentó por su parte el pequeño partido de centro, Scelta Civica, cuyos candidatos no están en la lista de “impresentables”. Tampoco hay candidatos del Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo, para quienes la presidenta de la Comisión Antimafia “ha demostrado autonomía y firmeza, pese a las presiones de Renzi”.
Bindi, mientras tanto, se encuentra en el centro de un ciclón. Dirigentes del PD la acusan de haber instrumentalizado la comisión, sobre todo porque recién se dio a conocer la lista completa de “impresentables” el último día de campaña electoral y no antes. Otros, incluso un miembro de la misma comisión, la acusa de haber manejado todo ella sola y sus colaboradores, sin haber compartido con el resto de la comisión los resultados de su investigación. “¿Indignados? La indignada soy yo. Son ellos que han presentado como candidato a De Luca y sabían muy bien quién era. ¿En qué cosa se ha transformado el PD? ¿Debo acaso usar distintas medidas para medir a los de mi partido y a los demás?”, declaró Bindi –ex presidenta del Partido Democrático– a la prensa italiana, aclarando que la obligación de la Antimafia es presentar al público una fotografía de los candidatos para que pueda elegir mejor. Criticada por los partidarios de Renzi, Bindi ha recibido sin embargo el apoyo y la solidaridad del ala disidente del partido, entre ellos del ex secretario del PD y ex ministro Pier Luigi Bersani. Lo que muchos dan por seguro es que después de las elecciones, el PD –donde el grupo disidente crece cada día más– sufrirá cambios muy serios. Y el panorama se presenta más complicado todavía si se tiene presente además que en las elecciones de 2010, de las siete regiones que elegirán sus presidentes hoy, cuatro quedaron en manos del centroderecha y tres del centroizquierda.

Democracia, pueblo e igualdad.

EL DOCUMENTO NUMERO 19 DEL GRUPO CARTA ABIERTA

Con convicciones, sin pantomimas

El grupo de intelectuales habla de la devolución a la política de tres palabras-concepto muy importantes en la Semana de Mayo y en la actualidad del país: democracia, pueblo e igualdad. El protagonismo popular como garantía de un proyecto que desafió a los poderes fácticos.
 Por Carta Abierta

En estos días de mayo una multitud regresa sobre los lugares y los símbolos de nuestra historia y de nuestro presente. Días que coronan una etapa extraordinaria en la vida del país, que ponen de manifiesto el sentido reparador del camino recorrido y que también evidencian los logros, las vicisitudes y los conflictos de una época, la nuestra, cargada de potencias transformadoras y de acechanzas. Días de mayo que reconstruyen un puente imaginario de más de doscientos años de extensión en el tiempo que nos recuerdan, como también sucedió durante los festejos del Bicentenario, el litigio que recorre, bajo la forma de la cuestión de la igualdad, una actualidad política, social, económica y cultural que no sólo nos ha permitido superar la decadencia y la desolación de los ’90 sino que le ha devuelto a esa multitud un protagonismo que parecía perdido. Días, en definitiva, en los que se vuelven a entrelazar, en el discurso con el que Cristina cerró los impactantes festejos populares, tres palabras-concepto que marcan una realidad en disputa y a las que el kirchnerismo resignificó de manera notable: democracia, pueblo e igualdad.
Un discurso cargado de emotividad en diálogo con la multitud, cargado de la potencia de una política heredera de las grandes tradiciones emancipatorias y atravesado por la conciencia de una etapa histórica que necesita renovar su contrato con el pueblo argentino profundizando el camino recorrido en estos doce años. Con esa multitud que ha asumido un protagonismo capaz de entrelazarse con las mejores gestas populares del pasado y dispuesta a constituirse en contralor de lo por venir. Pero también una intervención notable que giró alrededor de la significación de la política de derechos humanos y de la figura parte aguas para el presente argentino como lo ha sido la de Néstor Kirchner.
Una oratoria en comunión con centenares de miles de ciudadanos que se sintieron interpelados por quien siempre respetó la inteligencia popular, por quien acuñó el concepto “la Patria es el Otro”, por quien nunca dejó de señalar, con palabras decisivas, la complejidad y los desafíos de esta época y que buscó, una y otra vez, destacar que es a ese gentío de los incontables de la historia a la que le corresponde defender lo conquistado. Allí estuvo, al caer la noche del 25 de mayo, la apropiación política por una parte sustantiva del pueblo de su papel como garante de la continuidad de un proyecto de país que no ha dejado de avanzar, que se ha atrevido a desafiar a los poderes reales, tanto internos como externos, y que logró algo que parecía imposible: devolverle a la política, en tanto instrumento de transformación, un lugar central en la vida democrática. Para eso, Cristina, como en otras ocasiones, recuperó algunas palabras clave de la mejor tradición de la democracia popular.
Porque dentro de las marcas fundamentales que han dejado sobre el cuerpo argentino estos años únicos, una de ellas tiene que ver con la reconstrucción de la vida democrática reuniendo, en un movimiento de correspondencia, aquello que había sido separado: el Estado de derecho y las instituciones republicanas con los derechos sociales, la revalorización del papel central del Estado y la ampliación de los caminos hacia la igualdad. Es en esa correspondencia donde hay que ir a buscar, también, la fervorosa comunión de las masas populares congregadas en la plaza con un proyecto iniciado en tiempos de crisis y convulsiones por Néstor Kirchner y continuado, de manera ejemplar, por Cristina. Ahora, en este 2015, se abre una nueva etapa de inéditos desafíos y complejidades que pondrán a prueba la continuidad de lo iniciado doce años atrás.
Las convicciones señaladas en aquel 25 de Mayo de 2003 sumadas a un trabajo nacido de una voluntad inclaudicable, con potencia militante y ejerciendo la acción política en beneficio de las mayorías saqueadas e invisibilizadas por la hegemonía neoliberal de los años ’90, sacaron del infierno a un país devastado por la muerte, la miseria, la entrega y la antipolítica.
Los gobiernos de Néstor y Cristina realizaron la acción más intensa y transformadora de la vida política argentina de los últimos cincuenta años. Restituyendo derechos materiales y simbólicos, desarrollando políticas redistributivas, poniendo el centro en la defensa de los derechos humanos, extendiendo el mercado interno y la producción nacional, defendiendo la soberanía nacional, siendo protagonista de la integración regional. Si algunas fuerzas políticas pueden definirse por prometer lo que no pudieron cumplir y otras por prometer lo opuesto de lo que harían, el kirchnerismo puede caracterizarse como una fuerza política que hizo mucho más de lo que prometió. Esa construcción coherente, generó la incorporación a la participación y la militancia de miles de jóvenes que rescatan el valor de la política y la autenticidad del proyecto.
Hemos dicho promesa. El concepto tiene cierta carga de ofrenda, juramento o augurio, pero queremos sacarle toda relación con lo recóndito o lo misterioso. La promesa, así como la comprensión, son el elemento vital en el que habita la vida intelectual. Por eso, como en páginas siempre celebradas lo afirmara Hannah Arendt, la promesa es una de las condiciones de la acción que mantiene en tensión a todas las formas de la política, que no son otra cosa que la potencialidad para formar incesantes sentidos, tanto de comunidad, de universalidad como de justicia. Es propio de la condición humana ser portadora de esas cualidades que la llevan a conjugarse en horizontes colectivos de acción, y a reelaborarlos permanentemente. En su trasfondo último, estas son vibraciones de la vida intelectual, y ayudan a definir los ejercicios de pensamiento como propios del tejido común de ofrecimientos que pueden hacerse en medio de un gran debate, como el que hoy caracteriza a nuestro país. Debido a esto, las palabras de este documento podrán ser aportes intelectuales en la medida que sepan interrogar sus propias promesas, es decir, en la medida en que adquieran su propia conciencia de que cada palabra dicha, puede contradecirse o generar el acontecimiento, a veces inesperado, de su propia superación. Esto último es lo que esperamos que suceda.
Mientras tanto ¿qué con las nuevas derechas? Resulta un interrogante respecto a las formas y medios novedosos que definirían las particulares maniobras para embestir contra los pueblos que el poder concentrado viene construyendo en América latina. La fisonomía de distintos momentos hizo despertar palabras, en una búsqueda por dibujar las estrategias con que los clásicos opresores apuntaban contra la emergencia de un ciclo histórico de gobiernos populares en el continente de “las venas abiertas”. Acciones destituyentes, golpes blandos y otros ensayos para poder nombrar aquello que con nuevas maneras hacía reaparecer lo repetido: la ofensiva contra la democratización y la reacción para obturar la conquista de derechos.
Los diarios de los monopolios mediáticos, los mismos que dan una encarnizada batalla contra la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual –tal vez el más evidente símbolo de transformación democratizadora del kirchnerismo–, en estos días registraron viejas firmas que siempre lucieron apoyando las clausuras golpistas de gobiernos votados por la ciudadanía, ahora respaldando a una Corte Suprema de Justicia como vértice de un Poder Judicial en un tiempo en que éste se expone como una corporación que en nombre de los límites al poder persigue desteñir la democracia que las presidencias de Néstor Kirchner y Cristina Fernández supieron construir poniendo en época las tradiciones del nacionalismo popular. Entre los apoyos empresariales que supo conseguir el presidente de esta Corte, sobresalen la Sociedad Rural y la Asociación Empresaria Argentina, nuevo apodo del Consejo Empresario que constituyó la plataforma desde donde se diseñó la desarticulación de una Argentina inclusiva, viva y luchadora, demolida por las patotas de militares, civiles y de empresarios neoliberales que gobernaron con el terrorismo de Estado.
Las mismas usinas empresariales que reclaman acabar con las paritarias, con las retenciones, que presionan por reducir el gasto público, se ofrecen como protectores de la corporación que intentó convertir en héroe a la cara visible de una operación política destinada a corroer las posibilidades de dar continuidad al proyecto popular, en vísperas de la contienda electoral. Decíamos en la Carta Abierta/18 “El texto y la sangre”: “Frente a la denuncia del fiscal, se requiere iluminar, por encima de oscuras acusaciones que, alejadas completamente del rigor que se exige a los escritos judiciales, son legitimadas con liviandad por un sector del Poder Judicial, más interesado en jugar un rol importante en la mecánica destituyente, que en el objeto natural de su función: Perseguir Justicia”. Hoy se ve la caída estrepitosa del velo de una tan burda como siniestra conjunción de poderes e intereses que se esforzaron en dar crédito a lo falso en el sonado “caso Nisman”. Hoy quedaron desenmascarados quienes querían convertir el destino del país en un caso judicial. Muchas son las demandas sociales que exigen del Poder Judicial atención perentoria. En particular, facilitar el acceso a la Justicia de las víctimas de violencia de género; y velar por la aplicación de leyes y medidas que contribuyan a erradicar las prácticas machistas y patriarcales.
Expuesta está la asociación del monopolio mediático con la lista de organizaciones del capital concentrado y un Poder Judicial más interesado en poner “límites al poder (del pueblo)” que en proveer Justicia, compenetrado con la doctrina de los liberales predemocráticos que se aterrorizan por el ejercicio irrestricto de la voluntad popular porque están consustanciados con la mirada de la república aristocrática, la república de las minorías. Por eso son reconocidos como salvaguarda de sus intereses por la oligarquía sistémica, frente a un proyecto político cuya mayor virtud fue la de nunca renunciar a la autonomía conferida por el voto, habilitante para emprender reformas siempre orientadas a la reparación de las mayorías avasalladas por las políticas de globalización financiera.
Esta tensión por la hegemonía entre el poder devenido de los derechos de propiedad del capital concentrado y el poder popular en crecimiento gracias al recuperado valor de la autonomía de la política, desembocará en un momento crucial con el choque de proyectos que expresarán los inminentes comicios. ¿Cuál es la disputa clave, entonces, en la instancia que se avecina? Parece remanida e insuficiente la sola mención a la polarización entre el intento de continuidad del proyecto en curso, o su sustitución por otro que, sin riesgo de error, puede nombrarse como propio de la restauración conservadora. Otra cosa son las chances sobre su éxito en esa empresa, en el hipotético y lejano supuesto de su acceso al gobierno. Tampoco hay peligro de errar si se afirma que la oposición al Frente para la Victoria (FpV) repondría la unidad entre gobierno y poder real, que no es otra cosa que la renuncia a la autonomía de la política frente a la fuerza del capital concentrado.
Más complejo e inminente resulta interrogar sobre el significado más preciso de la palabra continuidad. ¿Puede entendérsela como un congelamiento de lo hecho? ¿Se nos puede representar como la permanencia en una línea máxima posible a la que habrían accedido las transformaciones de los doce años en los que los fundadores del kirchnerismo, Néstor y Cristina, presidieron la República? Si este horizonte fuera la esperanza de la prolongación del ciclo popular, ésta estaría acechada por una amenaza tan grave como cercana. Tensión por la hegemonía, choque de proyectos y autonomía de la política, que en el capitalismo sólo se constituye con la escisión entre gobierno popular y poder real, han sido los pilares sobre los que se construyó la dinámica reparatoria y de transformación radical. Los esfuerzos democratizadores sobre los medios de comunicación, ejemplar política de derechos humanos –inédita en lo nacional e internacional–, el proyecto de reforma del Poder Judicial, la disputa por la renta agraria alrededor de los conflictos por las retenciones, la lucha ideológica en relación al gasto social, como también la reconstrucción de la institucionalidad del mercado de trabajo, hoy resistida por un empresariado colonizado por el recetario de cuño fondomonetarista, el forcejeo de igual a igual con los fondos buitres y con la justicia imperial coaligada con ellos, informan que la continuidad pétrea es tan ilusa, que profesar su posibilidad es más intención aviesa que estrechez de miras.
Continuidad es profundización, es avance, o no es. La realidad social, hoy desnaturalizada por la conquista de la preeminencia de la política, está en transformación y puja permanente. La continuidad del kirchnerismo exige más que su formulación tautológica preguntarse ¿Cuáles serán los futuros cambios? ¿Cómo se construirá la participación popular y la correlación de fuerzas para sostenerlos? Así, quien se proponga liderar la declamada continuidad debe prepararse a ser un timonel de la profundización.
Entrará a tallar la cuestión de los estilos como meollo, no como mera formalidad. No es de segundo nivel, entonces, la batalla electoral en las PASO del FpV. ¿Habrá distintos proyectos? Sí, puede haberlos, pues al distinguir estilos se están insinuando modos distintos de mirar el futuro. ¿Cuál es esa diferencia? Entre las propuestas de seguridad democrática, enarboladas por amplios sectores del kirchnerismo, y la lógica policial de algunos gobiernos provinciales, los estilos no son temas de detalle. Entre la pelea por la aplicación íntegra de la Ley de Medios y los encuentros amistosos de pretendientes presidenciales del FpV con propietarios de medios monopólicos, las diferencias se marcan en blanco y negro. Hay estilos que huelen a palabra escamoteada. Hay formas de hablar que gambetean el decir. Mientras nuestra Presidenta identifica a los proyectos hermanos más avanzados de América latina, a Venezuela, Bolivia, Ecuador y Cuba enlazados indisolublemente con el rumbo emancipatorio en que estamos embarcados, hay quienes prefieren callar acerca de ese hermanamiento político.
En términos de estilo se destaca el procedimiento de postulación de la candidatura a diputado nacional de Eduardo Jozami, que innova en los mecanismos electorales hasta hoy practicados, sostenido en un debate amplio, abierto, movilizador y transparente del papel que espera cumplir y enmarcado en la profundización del proyecto nacional y popular. Afirmamos desde Carta Abierta que Eduardo Jozami debe ocupar el cargo al que hará honor por su formación, trayectoria y compromiso ejemplar.
¿Cómo se profundiza la puja para impulsar nuevas reformas necesarias en pos de la igualdad? Reforma tributaria, cambios pendientes en la legislación financiera, recuperación nacional de empresas claves en pos de reinstalar la centralidad del Estado y transformar la organización productiva ante la claudicación de una reiteradamente soñada gran burguesía nacional, que una vez tras otra prefirió y prefiere ser apéndice de las economías centrales.
La omisión de esa palabra clave –igualdad– es un silencio sospechable. Los doce años de gestión pueden ser reivindicados desde el discurso que agita la política como razón de sus logros, o desde el gerente que reniega de la ideología vanagloriándose de la eficacia como virtud personal. Así, la reforma de los ferrocarriles, aunque demorada pero encaminada a reponer un recurso estratégico, puede ser defendida apenas desde una opción eficiente, o puede también ser argumentada desde un plan de conglomerados estatales que resultan cruciales para un Estado conductor de un proyecto de desarrollo nacional. Aptitud y actitud que el sector hegemónico del empresariado no sólo mostró no tener, sino que contrariamente actuó conspirando contra esa opción, con conductas especulativas, prebendarias, extorsionadoras y de sumisión a la centralidad del capitalismo financiero internacional. La centralidad estatal también ha de abrir la posibilidad, en tanto admita una participación ciudadana en el diseño de políticas, de un desarrollo diferente que califique la inclusión, la igualdad y la protección del medio ambiente. No es menor la sustitución del incentivo de la ganancia fácil por otro centrado en lo que Artigas llamara “la pública felicidad” y las culturas originarias denominan el “buen vivir”. Concepto controvertido y debatido, pero mucho más convocante a la promesa del bienestar general que el paradigma que invoca la magia de conseguirlo a través del más individual de los egoísmos.
La actitud de un candidato comprometido con el proyecto transformador y con vocación de liderar las peleas que devendrán de los nuevos desafíos y combates, requiere ser expresada claramente. Por eso es cuestión de interpelar ahora, es la hora de hablar, es el momento de responder a la exigencia de definir el rumbo.
Se han conocido fallos adversos con relación al necesario procesamiento de los responsables empresariales implicados en el genocidio de los años ’70. Y es imprescindible como esencial al proyecto democrático, nacional y popular, seguir avanzando con esos juzgamientos sin fijar plazos ni alentar reconciliaciones. Esa constituirá la principal lección del ciclo histórico que estamos viviendo; su signo que trascenderá las fronteras para que el Nunca Más sea una consigna y realidad que desborde el límite nacional. ¿Todos los que se exigen como aspirantes a profundizar lo hecho se han comprometido a sostener esto, que merece nombrarse como una épica? ¿O habrá alguno que en nombre de un supuesto apaciguamiento de los argentinos intente fechar un momento final? ¿Son admisibles los implícitos para dar testimonio de un compromiso sin matices con los modos con que en estos doce años se impulsaron los juicios? ¿O quien arribe con el poder renovado que inviste un presidente en sus comienzos tendría el deber de ser enérgico en avanzar hacia nuevos modos aún más eficaces y rápidos en la consecución de los procesos, las sentencias y las condenas?
La profundización debe ser proclamada. Como así también las insuficiencias, los temas pendientes y las rectificaciones necesarias como en el caso del retroceso que significó la modificación en la política de seguridad o la aguda concentración admitida en la producción pampeana asociada al uso del letal glifosato o la ausencia de una reforma estructural en el sistema de salud que supere su actualidad de fragmentación, ineficiencia y desigualdad.
En el proceso de recuperación y crecimiento de la capacidad industrial de nuestro país es necesario un salto cualitativo, modificando la matriz productiva hacia la producción de bienes de alta complejidad con tecnología nacional. La opción de un Estado también productor, encabezando conjuntos conformados por pymes e instituciones del complejo nacional de ciencia y tecnología, aparece como la opción necesaria, siempre que esté acompañado de una reforma del propio Estado con objetivos de eficacia y eficiencia de la gestión de las empresas públicas.
La autonomía se expresa en escisión del gobierno popular respecto del bloque dominante, como así también en la independencia nacional en relación con los centros de poder. Para avanzar en la construcción de autonomía en las políticas de Defensa, Seguridad e Inteligencia, ¿no sería mejor abandonar el TIAR y asumir como política axial la integración y fortalecimiento del Consejo Suramericano de Defensa? La misma vocación deberá abonar la respuesta en el campo de la seguridad nacional cuya articulación debería ser en el seno regional y suramericano.
Abruman las encuestas sobre los electorados, su volatilidad y comportamiento. Encuestas que segmentan por edades, sexos, nivel de ingresos. Manipuladas por los grandes medios son utilizadas, también, para (des)orientar el pronunciamiento libre de la voluntad minándola con la pedagogía del voto eficiente. Clara herramienta de una concepción de la democracia degradada, como la entendía el “realismo” de Schumpeter, en su democracia de electorados y candidatos funcionando como consumidores y productos ofrecidos que compiten por ser “deseados” por esos votantes. Democracia sin ideas, sin utopías, sin pasiones y con buena provisión de empleos para fotógrafos. Democracia pasiva. Ambito propicio para el despliegue de los políticos sin política, ofreciéndose como buenos administradores, siempre sumisos a quienes les garantizan la maquinaria publicitaria que les permite “instalarse”. No es bueno que esta dinámica siga tan activa cuando queremos avanzar a una democracia participativa. Ha sido insuficiente el esfuerzo desplegado para combatir estas dinámicas que en lugar de impulsar, cierran el paso a la sustantividad de una democracia de ciudadanos.
Poder popular y ciudadanía integral no son conceptos asimilables a la fetichización del Estado en su rol de garante único y excluyente del interés público. Es imprescindible desarrollar una estrategia de la continuidad del kirchnerismo fundada en la capacidad de las fuerzas populares para actuar con autonomía respecto de la dinámica estatal propiamente dicha. Esto no contradice el papel central que el Estado tiene para profundizar las transformaciones en marcha, pero advierte –eso sí– que la defensa del interés público, en un sentido integral, reclama de un tipo de protagonismo ciudadano que va más allá de los límites del aparato estatal. No sería concebible la defensa de un gobierno popular –ni mucho menos el derecho popular de exigirle a éste fidelidad a sus principios fundacionales– si no se ubicara al propio Estado como un campo de disputa en el que también intervienen y se atrincheran intereses antipopulares, tal y como lo demuestra el accionar de la corporación judicial por estos días.
Decíamos en la Carta Abierta/16 “Encrucijadas del Futuro”: “Aún son muchas las tareas pendientes, las que se podrán concretar sólo a condición de la continuidad de este Proyecto Político, que no es incompatible con esta Constitución, ni las Constituciones incompatibles con la capacidad de cada época de rediscutirlas, no para eternizar ninguna figura, sino para ligar temas centrales de la vida social con arquitecturas legales modernas”. Pero el tiempo, la necesidad de intensificar los cambios y la emergencia de las resistencias de minorías, a veces apoyadas en los dispositivos de un liberalismo decimonónico de una doctrina constitucional cuyo sentido responde a climas de otras épocas y a un acuerdo que atendía razones y actores diferentes a la dinámica de la sociedad argentina actual, hace imprescindible requerir que el programa que enuncien quienes aspiran a presidir la Nación incluya la convocatoria a una Asamblea Constituyente, en la búsqueda de una Ley Fundamental inspirada en los principios de solidaridad y fraternidad, que consagre la participación ciudadana, la igualdad social, una reformulación del régimen de propiedad que asegure su función social y una recuperación de las tradiciones culturales de los pueblos originarios y los sectores populares en la letra que organice la vida de los argentinos.
Estos recorridos que venimos enunciando requieren de la decisión de imponer el criterio democrático para disciplinar a las corporaciones. La derecha, tanto la vieja como la nueva, aspira a un nuevo período con un poder ejecutivo que administre, así lo explicitaron los dirigentes más verborrágicos del empresariado y los oportunistas candidatos de la oposición, quienes pregonaron que era hora de limitarse a ello y no de hacer política. Quieren un poder judicial que siga poniendo límites a la acción de gobierno de los representantes que sean elegidos para dirigir los destinos nacionales. Por eso la reforma constitucional es imprescindible, y uno de sus objetivos centrales debe ser la generación de una doctrina para la democratización del Poder Judicial que introduzca la decisión popular en la designación de los integrantes del Consejo de la Magistratura y limite los recursos legales que hoy proliferan para defender a las minorías de los cambios sociales que afectan sus intereses.
Esperamos que quien resulte candidato del FpV comprenda que la vida democrática en un proyecto de reformas profundas no comulga con la lógica de ciertas políticas de Estado consensuales que permiten un margen de pequeñas diferencias y dejan intocado lo sustantivo. Esa vida democrática exige un sistema institucional que admita la confrontación de proyectos opuestos y el respeto de la voluntad popular. No hay derecho más sagrado que éste.
En esta hora electoral creemos necesario explicitar el camino a recorrer, los rumbos a rectificar y los pendientes a realizar, como los cambios necesarios en la Ley de Inversiones Extranjeras, la denuncia de los Tratados Bilaterales de Inversión, la desvinculación de los proyectos de tratados de libre comercio –tal como el que está negociando el Mercosur con la Unión Europea–, la recuperación de la jurisdicción nacional como lugar de litigio de los créditos de deuda soberana –como se hizo en la reciente emisión de títulos–. Asimismo se hace indispensable sostener los acuerdos con Rusia y China y todas las relaciones que permitan acrecentar el margen de independencia nacional en el contexto actual del mundo multipolar. Al mismo tiempo, habrá que dotar de otro ímpetu a los proyectos de unidad latinoamericana, hoy menos enérgicos que hace un lustro atrás por el impacto de la crisis en América latina. Es necesario que Argentina y Brasil asuman un liderazgo que entusiasme y no desanime la vocación de participación de los demás países de la región.
Vivimos una globalización financiera en un mundo sumergido en una crisis larga que provoca desempleo, pobreza, desigualdad, discriminación. Un mundo con la hegemonía de un capitalismo financiero que se desplegó con la caída del mundo bipolar, que significó la derrota de los “socialismos reales” y los “Estados de bienestar” en el Norte. Mientras, las experiencias populistas y nacionalistas revolucionarias eran desarticuladas violentamente en el Sur, abriendo paso a la expansión de esa forma de acumulación del capital liberado a la concentración más extrema de la riqueza, al despliegue más brutal de la opresión nacional y social. El desarme del mundo de posguerra impuso un avance del capitalismo en esa forma que ampliaba las ganancias, reducía los salarios, internacionalizaba las finanzas y globalizaba la producción, debilitando el poder de negociación de los oprimidos, deteriorando su nivel de vida, mientras un grupo de financistas situados en las “citys” de Nueva York, Londres y otro reducido grupo de enclaves, se convertían en el grupo hegemónico de ese capitalismo globalizado. Que no sólo es explotación, sino también guerras atroces y desiguales, invasiones por mano propia de las grandes potencias sobre países débiles sin ninguna formalidad institucional. Impunidad para lobbys que reúnen a financistas extorsionadores de países endeudados, muchos de ellos muy pobres, junto a políticos y las propias estructuras judiciales al servicio de minorías. A propósito ¿qué piensan hacer respecto de los fondos buitres quienes se postulan a la presidencia? ¿Alcanza con que manifiesten acuerdo con lo hecho, o deben comprometerse con una consecuencia sin variantes en la misma actitud que ha desplegado el gobierno nacional? El capitalismo en su forma actual expandió tal degradación de la vida económica y social que desesperanzó y sumergió grandes ideales, abonando el surgimiento de una época en donde el futuro sólo podía ser avizorado con la resignación de la mera continuidad del presente naturalizado. La promesa de paz y libertad que vociferaron los ganadores de la Guerra Fría se disolvieron con la rapidez de un rayo cuando la nueva realidad asomó con guerras en racimo, masacres y la imposición de políticas económicas que constituyeron una verdadera contrarrevolución antipopular, adornada por máscaras republicanas con votos y sin democracia sustantiva.
En la ciudad de Buenos Aires, convertida en bastión opositor desde el año 2007, se ha consolidado una hegemonía conservadora que se alimenta del sentimiento de rechazo al gobierno nacional y no siempre manifiesta claramente el sentido neoliberal de su propuesta. Probablemente, una parte de quienes votan por el PRO no propicien abiertamente un retorno a los ’90, pero su apoyo al macrismo difícilmente pueda explicarse sólo por ciertas mejoras en el tránsito o el espacio público urbano que no han faltado en la obra pública del gobierno porteño. Una gestión absolutamente despolitizada que exalta al vecino y niega al ciudadano, ha ganado consenso difundiendo una versión optimista de la vida que apela a un electorado satisfecho: “no nos mueven intereses sino valores” rezaban algunos carteles de la marcha antikirchnerista del 18 de febrero. En el marco de la visión empresarial de la acción de gobierno, cierta displicencia mostrada en ocasiones por el jefe de Gobierno se transforman en señales positivas de un dirigente que no concede excesiva importancia a lo público, y menos al debate de propuestas, y sólo se muestra preocupado por las mismas cuestiones cotidianas que interesan al hombre común.
Ese mundo alegre de tonos amarillos que niega los conflictos sociales se apoya en una mejora general en los ingresos que es, obviamente, consecuencia de las políticas del gobierno nacional. Eso no impide que, retomando las conductas que fueron características del antiperonismo de los años ’40 y ’50, esa fracción de las capas medias reaccione negativamente frente al sesgo igualitario de esas políticas nacionales y tema el ascenso social de los sectores populares que consideran como una amenaza.
Las grandes ciudades, entre ellas Buenos Aires, están sometidas al empuje desplazante de las reurbanizaciones y recalificaciones urbanas, que aseguran la acumulación y retorno más veloz e incesante del capital financiero internacional, condicionando la respuesta de los gobiernos que se adecuan a dicho proceso y arrinconando o expulsando otras formas de vivir la ciudad. La política que permita nuclear una base más amplia para enfrentar al macrismo debe señalar las crecientes desigualdades que genera ese tipo de desarrollo urbano inmobiliario que no es acompañado por ninguna medida compensatoria que atenúe el impacto expulsivo del incremento de la renta urbana sobre los sectores de menores ingresos ni tampoco por la protección de suelo urbano para uso social.
Luego de ocho años de cuestionamientos a su gestión, las recientes internas abiertas mostraron contradicciones que podrían implicar un futuro debilitamiento de la hegemonía macrista. La aparición de otro candidato que critica algunos aspectos de la gestión, pero es apoyado por algunas de las fuerzas que postulan a Mauricio Macri para la presidencia, no puede atraer a quienes cuestionamos en profundidad la concepción política del PRO. Tal vez, decir que todos son iguales no constituya el mejor discurso frente a un electorado como el de la Capital dispuesto a valorar diferencias y matices, pero resulta obvio que no puede pensarse la política porteña al margen de los dos modelos que se enfrentan hoy en el país. Esta posible erosión de la fuerza gobernante en la Ciudad debe ser tenida en cuenta para afinar las propuestas dirigidas a quienes parecen dispuestos a tomar distancia del macrismo, otorgando importancia a diversas cuestiones que afectan los ingresos de los sectores medios y enfatizando nuestra propuesta de participación ciudadana y el reclamo del pleno funcionamiento de las comunas tal como lo establece la Constitución de la Ciudad.
Pero sólo en el marco del proyecto nacional que ha transformado el país, podrá construirse en Buenos Aires una alternativa que merezca ese nombre. Las declaraciones del candidato a jefe del gobierno por el Frente para la Victoria, Mariano Recalde, cuestionando toda posibilidad de explicar nuestras dificultades electorales sólo por las tendencias dominantes en el electorado porteño, constituyen un llamamiento estimulante para repensar nuestro proyecto para la Ciudad.
Sin embargo, está pendiente todavía disponer de una política socio urbana específica para Buenos Aires que incluya temas hasta hoy no priorizados, como el papel de las comunas –en tanto poder local descentralizado– en la disputa con el capitalismo inmobiliario que reurbaniza y hace a su gusto la ciudad, agregar la participación popular en la políticas públicas, promover la convivencia de distintas culturas y modos de vivir, instalar el presupuesto participativo que manda la Constitución porteña.
Por último, hablamos de anomalía con relación a la irrupción de Néstor Kirchner en Argentina luego de casi treinta años de represión, posibilismo y naturalización del conservadurismo de la globalización que arrasaba el mundo y a nosotros como parte suya. Anomalía porque rompía con una escena que parecía inmutable, la película de la historia se había detenido en una foto que era anunciada como su fin eterno. Como la prueba del vencedor que anunciaba la sepultura de la igualdad que era la bandera y esperanza de los sumergidos. Crudo momento en que lo real, sólo por serlo, se impone por la fuerza sobre otras miradas, otros sentires, otros paradigmas. El capitalismo financiero impuso una forma de democracia de dominación, tan formal como vacía, que era sólo el velo de su contrario. Por eso anomalía, por lo inesperado, por lo que tuvo de ruptura respecto de una realidad extendidamente opresiva. Pero esa anomalía fue continental, porque Chávez ya había inaugurado un proyecto en la misma dirección, porque después Lula cambió la lógica de la política brasileña y más tarde Evo y Correa inauguraron procesos que recuperaron inéditamente las culturas de pueblos originarios.
Antes de aquellas nuevas emergencias de populismos bien entendidos, crisis y revueltas, movimientos populares en las calles y represiones salvajes, habían sido la transición a esa nueva época. El movimiento de resistencia al neoliberalismo en los noventa derrotó en una pueblada callejera a ese paradigma reaccionario, sin conducción, peleando en la espontaneidad con la decisión y la bronca que había provocado una década de recorte de derechos, de sumisión de los políticos a los patrones de la financiarización. El curso de la historia de las luchas populares y los acontecimientos singulares, muchos inesperados, abrieron el curso a la anomalía latinoamericana. Néstor y Cristina fueron excepcionales lectores de esa posibilidad, y hoy el kirchnerismo continúa siendo el lugar de la política donde esa apreciación se expande, mientras las otras propuestas se sintetizan en un solo concepto: normalización. Profundizar la anomalía –cuya continuidad siempre está en cuestión por su propio significado– o amansar la vida política con el estilo de la tan nombrada normalización. Esto se juega en las PASO y en las elecciones nacionales. A la vez que denunciamos que la oposición que rodea al candidato empresario Mauricio Macri promueve una restauración conservadora, entendemos imprescindible que los candidatos del FpV se expresen respecto del futuro. Entre ellos ya entrevemos quién representa el espíritu de esta escritura y quién no. Y nos involucraremos en la disputa para que predomine el primero.
En nuestra asamblea se recibió con entusiasmo el compromiso expresado por Florencio Randazzo respecto a las políticas más relevantes de los doce años de gestión del kirchnerismo y sus definiciones sobre la autonomía de la política frente a las corporaciones, la continuidad de los juicios contra los responsables del terrorismo de Estado –incluyendo los partícipes civiles– el fortalecimiento de la Unasur y las políticas de integración regional y su modo de entender la gestión menos como una cuestión técnica y administrativa que como un problema político que exige decisión para enfrentar los grandes intereses que condicionan la acción de gobierno.
Mientras una campaña interesada en evitar el debate político ideológico insiste en afirmar que, a menos de tres meses de su realización, las primarias abiertas ya están definidas, aparecen fuertes indicios de que en las PASO habrá –rodeado por una creciente movilización popular– un intenso debate político alejado de las pantomimas y el show, y más próximo a una política autonomizada de las corporaciones. En esta instancia Carta Abierta redoblará su participación dado el carácter decisivo de la coyuntura política en la que se juega el avance o retroceso del proyecto nacional.