30 may 2015

EE UU exige a China el “fin inmediato” de la construcción de islas artificiales

Washington advierte de que el proyecto puede llevar a una mayor militarización

MACARENA VIDAL LIY Pekín 30 MAY 2015 -


Imagen aérea de los trabajos de barcos chinos en un arrecife. / CSIS/AMTI
EE UU ha aumentado su presión sobre Pekín en el contencioso territorial en aguas del mar del Sur de China. En el mayor foro anual sobre seguridad en Asia, el Diálogo Shangri-La en Singapur, el secretario de Defensa estadounidense, Ashton Carter, ha exigido el fin “inmediato y duradero” de la construcción china de islas artificiales en zonas en disputa.

“Estados Unidos está profundamente preocupado por el ritmo y la amplitud de las obras de construcción en el mar del Sur de China, la perspectiva de una mayor militarización", que en su opinión pueden aumentar "el riesgo de un error de cálculo o de conflicto entre los países” implicados, ha subrayado Carter.

China “ha construido más de 800 hectáreas, más que todo el resto de países reclamantes juntos, y más que en toda la historia de la región. Y lo ha hecho en solo 18 meses. No está claro hasta dónde va a llegar”, declaró el responsable del Pentágono ante un foro que agrupa a ministros de Defensa y altos mandos militares de Asia y Europa. Aunque EE UU no cuenta con reclamaciones territoriales en la zona, sí mantiene abundantes intereses geoestratégicos y cada vez ha intervenido en la disputa con más fuerza.

Washington, que el viernes acusó a China de haber instalado en uno de los islotes mecanismos móviles de artillería, también se opone a “cualquier mayor militarización de los territorios en disputa”. Carter insistió en que EE UU continuará el sobrevuelo y la navegación de lo que considera espacio aéreo y aguas internacionales.

Sus palabras se vieron de inmediato respondidas por un mando militar chino, el coronel Zhao Xiaozhuo, que replicó que “la libertad de navegación en el mar del Sur de China no es ningún problema, porque esa libertad nunca se ha visto impedida”. “Es incorrecto acusar a China de poner en peligro la paz y la estabilidad con sus actividades de construcción”. El jefe de la delegación china en el foro, el almirante Sun Jianguo, expondrá la posición china el domingo.

China lleva a cabo obras de construcción en las islas Spratly desde hace un año y medio, pero ha acelerado el ritmo de sus actividades desde comienzos de este año. Las imágenes previas a enero tomadas por satélite y divulgadas por EE UU muestran solo casetas levantadas sobre siete arrecifes. Hoy se ven islas completas. Tanto Vietnam como Filipinas, dos de los países con reclamaciones de soberanía, también han llevado a cabo actividades de construcción, aunque a una escala mucho menor que la china.

La zona, que se disputan también Taiwán, Malasia y Brunéi, es una de las principales vías para el tráfico marino mundial, y una ruta vital para el transporte de petróleo desde Oriente Medio hacia Asia. Cada año surcan las aguas del mar del Sur de China cerca de 50.000 barcos. Más de 15 millones de barriles de crudo pasan por allí diariamente. Y el 80% de las importaciones chinas y japonesas de productos atraviesa esa zona.

Aunque el interés por la zona no se debe exclusivamente a su papel en el tráfico marino. Se sospecha que sus aguas puedan contener ricos recursos minerales.

China, que durante la época maoísta no indicó un interés especial por las islas, se ha mostrado cada vez más contundente en sus reclamaciones territoriales. El martes publicó un nuevo libro blanco sobre estrategia militar en el que anuncia un cambio de sus prioridades de la defensa terrestre y costera a la defensa también en aguas internacionales.

Las disputas en el mar del Sur de China podrían “escalar y acabarse convirtiendo en uno de los conflictos más mortíferos de nuestra época, si no de la Historia”, ha advertido en el foro el ministro malasio de Defensa, Hishammuddin Hussein.

Su colega japonés, Gen Nakatani, también advirtió de posibles consecuencias desastrosas en esas aguas. “Espero de todos los países, incluida China, que se comporten como potencias responsables”, instó, al advertir que “si dejamos pasar cualquier situación ilegal, el orden pronto se convertirá en desorden y la paz y la estabilidad se derrumbarán”.