No quiero
"Protestas" en Buenos Aires contra el modelo
Por Eduardo Aliverti
Unos por poco. Otros, por demasiado. Y una ¿menudencia?, con tanto de hipocresía como de ingenuidad. Esas podrían ser algunas de las definiciones que caben a lo sucedido el jueves a la noche.
El “poco” atañe a quienes, desde el Gobierno y sus alrededores, minimizaron por completo la magnitud de la protesta. Al margen de discusiones bizantinas sobre el número aproximado de manifestantes, fue mucha gente. Mucha. No provino con exclusividad de los barrios acaudalados. No fue sólo en Buenos Aires. Vamos: con ese mismo volumen de muchedumbre, si es del palo decimos que fue imponente. Y también es veraz que el origen estuvo en las redes sociales, porque no podría haber sido de otra forma a partir de que la oposición dirigencial no existe. Este último dato, en gran medida, es lo que llevó a desmerecer la convocatoria porque su proyección sería nula, al carecer de quienes la articulen. Pero eso no significa que deje de prestársele atención. Si es verdad que “siempre volveremos”, como dijo la Presidenta, también lo es que siempre amenaza la existencia de un núcleo de derecha, activo en más o en menos según las épocas, y conformado por factores de poder que se nutren del privilegio propio, junto con la tilinguería que les hace el coro. Eso está y que sea un paquidermo medio dormido, o espontaneísta, no quiere decir que deje de ser un elefante. Tienen recursos, ya lo demostraron en 2008 y, precisamente por no habérselos atendido, se sufrió una derrota que pudo haberse evitado. De esa pérdida se salió fugando para adelante, cuando nadie lo apostaba. Y es eso lo que vuelve a imponerse: a más reacción, más acción. Lo de la re-re es una estrategia equivocada que les proporciona gimnasia aglutinante. Es lo único de que pueden valerse y por eso lo amplifican.
Del “demasiado” no parece que haga falta agregar mucho. Colegas de la oposición llegaron a permitirse la extravagancia insultante de comparar el jueves a la noche con 2001. Más de veinte muertos por la represión, cincuenta por ciento de pobres e indigentes, un país incendiado, fueron entusiastamente asimilados a un montón de miles que salieron a pedir “libertad”. La libertad que estaban ejerciendo sin ningún problema. Se les confirió a los ruidosos la categoría del total de la sociedad, o de un grueso relevante. Quizá baste y sobre con lo que se le escuchó a un salame televisado, en rol de conductor, al momento de la desconcentración. Alertó que debía chequearse cómo andaba el Roca, porque los protestadores tenían que volver al sur del conurbano y esa línea de tren había sufrido inconvenientes durante el día. El tipo se pegó un viaje hasta el 17 de octubre del ’45. Se creyó que andaba viendo las patas en la fuente de Plaza de Mayo, con las masas indignadas cruzando el Riachuelo. Emblematizó la visión de los agentes de prensa que compraron o vendieron estar ante una gesta épica, inolvidable, determinante.
El tercer aspecto se cuela entre esos extremos de los que ningunean lo ocurrido y quienes le otorgan un valor histórico. Se da hace cierto tiempo, estimulado por el discurso de los medios opositores. El cacerolazo lo potenció. Los reaccionarios orgánicos se valen de él porque es una fachada que les permite predicar sus intereses sin retruque probable, al ser un argumento cuyo mentís es de altísima incorrección política. Pero también habrá los preocupados legítimos. Por ejemplo, gente agotada o inquieta frente al hecho de espaciar relaciones, o directamente perder amistades, porque cada vez que salta lo político –y no hay forma de que no salte, por un lado o por otro y más temprano o más tarde– los choques son irreconciliables. Este tercer elemento es eso de la división de los argentinos. De los riesgos de profundizar las diferencias, de fijarnos en lo que separa antes que en lo unificador, de no promover el consenso. Eso de que la confrontación es buscada adrede y no como producto del intercambio de ideas. Eso de que pueblo dividido es sinónimo de sociedad que no avanzará nunca. Eso de que en una democracia no hay enemigos sino adversarios. Pues bien: uno ya está harto de estas boludeces monumentales y cree que es hora de salirles al cruce, porque de lo contrario se asienta un embuste que impide debates serios. ¿Desde cuándo resulta que la política no es conflicto invariable y progresivo, si es que realmente hay pugna ideológica y no una escenografía institucional de cartón? ¿O es tan difícil darse cuenta de que estos sectores afiebrados por la necesidad de diálogo –para concederles candor– son el árbol genealógico de la oligarquía, de las masacres de toda nuestra historia, de las dos toneladas de bombas sobre civiles indefensos en junio del ’55, del genocidio del ’76, del sultán riojano que añoran, de la deuda externa que socializaron, de la propiedad agropecuaria nacida en cada oreja de indio entregada a las huestes de Roca? ¿De qué diálogo y de qué dictadura hablan? ¿Así que el pueblo fue y es su enemigo, pero para el pueblo deben ser sus adversarios democráticos?
Este diario publicó anteayer una columna del sacerdote quilmeño Eduardo de la Serna, coordinador del Grupo de Curas en Opción por los Pobres Argentinos. El texto es de una sencillez y precisión arrolladoras, en esencia sobre los cánticos, consignas y cuestionamientos vertidos el jueves. En su mayoría, aunque lícitos de expresar, eran totalmente individuales. “Quiero salir a la calle sin que me roben”, era el planteo acerca de la “inseguridad” en reemplazo de la seguridad como bienestar social. “Quiero poder viajar”, como si los millones de pobres hubieran podido ir al extranjero sin que nadie levantara la voz a favor de ese derecho. “La multitudinaria ‘marcha del yo’, preocupada por ‘mis’ derechos, se manifestó coherentemente en que cada ‘yo’ tenía su propia consigna; no había un ‘nosotros’, un ‘Pueblo’, salvo en el extraño momento en que se cantó aquello de ‘si éste no es el pueblo...’ (que dicho sea de paso, al igual que respecto de haber coreado que el pueblo unido jamás será vencido: dejen de robar emblemas de izquierda para aplicarlos a que no pueden conseguir dólares) (...) Pocas cosas me parecen tan clásicas de la ‘clase media’ argentina (no es toda) como su ‘amor al yo’, el mismo de Sri Sri, el mismo del ‘yo, argentino’, del ‘no te metás’, del ‘por algo será’, del ‘en algo andaría’. Multitudinarios ‘yoes’ que pareciera que nunca pueden mirar un ‘nosotros’. Hace ya 200 años que estamos habituados a convivir (?) unos y otros, puerto y pueblos, civilización y barbarie, blancos y negros... De Proyectos se trata. Pero mientras unos insinúan siempre el deseo del voto calificado, otros proponen ampliación de derechos aunque los calificados (o clarinificados) no tomen nota. Total, se han copiado siempre.” Puede agregarse que cuando hay muchas consignas termina no habiendo ninguna, como no sea una expresión de malhumor. De odio de clase. Finalmente, de impotencia.
Esta columna termina en primera persona, como es de estilo y pertinente aclarar cuando un periodista –más aún en rol opinativo– se dispone a violar una regla básica de la profesión. Me importa una infinita cantidad de carajos tener el más mínimo grado de consenso con esta gente. Casi desde que el mundo es mundo, el mundo se divide en clases. Y en las más postergadas, por obra de las dominantes de la pirámide y sobre todo en las medias, que son el jamón del sandwich, hay franjas asemejadas que hasta salen a la calle para defender intereses que no les son propios sino de quienes las sojuzgan. Se puede creer que vale convencer a los privilegiados y a sus loritos por vía del “diálogo”, siempre desparejo gracias a los medios de comunicación que pertenecen a la clase de punta. O practicar el “centralismo democrático” de dar la batalla a través de los hechos, tal y como toda la vida hicieron ellos. No quiero saber absolutamente nada de pacificar relaciones con esta gente. No quiero ni diálogo ni consenso con quienes vociferan “yegua, puta y montonera”. No quiero sentarme a soportar, ni por un solo segundo, a los que quieren para Cristina el final de De la Rúa. Me repugna que salgan a manifestar muchos de los que hace poco más de diez años canturreaban que entre piquetes y cacerola la lucha era una sola, porque les habían pasado la cuenta de la fiesta de la rata. No quiero saber nada con esa gente que a la primera de cambio apoyaría el golpe militar del que ya no disponen. Quiero tener con ellos una profunda división. Y concentrarme en de cuál manera se garantizaría mejor que se hundan en el fondo de su historia antropológico-nacional, consistente en que el negro de al lado no porte ni siquiera el derecho de mejorar un poquito.
Quiero a esa gente cada vez más lejos. Y cuanto más los veo, más seguro estoy.
19 sept 2012
15 sept 2012
HOMENAJE MERECIDO
"Lo importante en la vida es poder dar al otro lo mejor de uno, nuestro tiempo.........."
Román Lezama S.J.
(quien compartiera la prisión junto a Octavio en Uruguay)
Despacho Diputado Rafael A. Gentili
Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires
Perú 160 - 3º piso - Of. 313
Tel./fax 4338-3331/2
13 sept 2012
APOYO A ROGER RODRIGUEZ
La “defensiva” militar
La “ofensiva psicopolítica” de 2011 fracasó. Los militares retirados planifican ahora una “acción defensiva” para lograr algún arresto domiciliario y evitar nuevos procesamientos. Sus abogados preparan su alegato contra la ley que impidió las prescripciones, pero la norma no es utilizada por los jueces en sus fallos. Nuevas sentencias se aguardan, mientras desde el gobierno se analiza si no corresponde someter a los condenados a tribunales de honor.
ROGER RODRÍGUEZ
rogerrodriguez@adinet.com.uy
Treinta y nueve años después de aquel 9 de febrero en que el presidente Juan María Bordaberry admitió la creación del Consejo de Seguridad Nacional (Cosena), los militares que protagonizaron el golpe de Estado de 1973 y gobernaron durante más de una década de dictadura en Uruguay se disponen a lanzar una operación “defensiva” con el propósito de evitar nuevos encarcelamientos y, de ser posible, lograr la liberación o el arresto domiciliario de algunos de sus camaradas presos por violar los derechos humanos.
Hace un año, estos militares –en su mayoría coroneles retirados– lanzaron una “ofensiva psicopolítica” por la que pretendieron colocar sus argumentos en la prensa para incidir ante la opinión pública, presionar al gobierno, el Parlamento y la Justicia, y lograr la liberación de los oficiales procesados con prisión, cuando era evidente que una nueva tanda de encarcelamientos surgiría de las causas que se estaban indagando en el ámbito judicial, en particular en el expediente que había llevado a la condena del dictador Bordaberry.
La “ofensiva” de 2011 se debilitó cuando trascendió que el grupo tenía conexiones con organizaciones nazis locales e internacionales y en la medida en que las nuevas generaciones de oficiales no se plegaron al reclamo de ‘los viejos’, cuya incidencia quedó reducida a la última generación de egresados de la Escuela de las Américas (SOA) en 1975, quienes en su mayoría ya comenzaron a pasar a retiro o alcanzaron el generalato, un grado que les otorga poder pero les exige responsabilidad en sus decisiones.
Aquel plan de acción del autodenominado Foro de Libertad y Concordia (que se organizó desde tandas de egresados en “secciones” que incluían un área de “inteligencia” y otra de “operaciones”), no logró impedir –como pretendía– que la Justicia enviara a prisión al coronel (r) Tranquilino Machado por el homicidio del estudiante Ramón Peré en 1973. Machado obtuvo la solidaridad de mandos en actividad, pero terminó tras las rejas junto a un general en actividad, Miguel Ángel Dalmao, ya preso por el homicidio de Nibia Sabalsagaray en 1974.
COORDINACIÓN DEFENSIVA
El grupo de oficiales retirados que dirige la planificación de esta acción defensiva (o autodefensiva, ya que la mayoría de ellos son ‘indagables’ por su participación en la represión de la dictadura) ha propiciado el trabajo conjunto y la coordinación de los estudios de abogados que defienden a los militares presos. No siempre lo han logrado, porque existen rencillas entre algunos de los ex militares procesados y condenados en la cárcel de Domingo Arena, con quienes tampoco quieren aliarse los presos en la Guardia de Granaderos.
Con la asesoría de grupos de abogados argentinos (que se dedican a defender a los militares presos en ese país), se planifica interponer recursos de todo tipo contra todo nuevo fallo judicial. Esperan alguna alusión a la ley aprobada a fines de octubre en el Parlamento por la que se decidió que no rige la prescripción en los delitos cometidos por la dictadura, según establecen las normas y convenios internacionales suscritos por Uruguay y de acuerdo al fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Gelman.
Mientras los abogados de los militares presos analizan fórmulas para generar nuevas ‘chicanas’ jurídicas y profundizan con el asesoramiento del ex vicepresidente Gonzalo Aguirre Ramírez su alegato de inconstitucionalidad contra la ley que eliminó las prescripciones, el ex capitán de navío Juan Carlos Larcebeau, auspiciado por el abogado Pablo Galán (quien en Alemania estudió el tema Justicia de Transición), se propone plantear su caso ante la propia Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
La estrategia de los abogados no descarta internacionalizar otros casos propiciando la victimización de los violadores de los derechos humanos y recurrir a medios de prensa internacionales cuyos titulares “golpeen” al gobierno del presidente José Mujica, cuando el oficialista partido Frente Amplio se aboca a disputar hasta el mes de mayo una tensa interna en la que definirá líneas políticas, autoridades, alianzas y correlación de fuerzas, que determinarán las futuras candidaturas de la coalición de izquierda.
PRESCRIPCIÓN SIN LA LEY
Los abogados de los militares creyeron lograr su propósito en tres causas que indaga la jueza penal de 7º turno, Mariana Mota. Pero en los tres casos la magistrada no hizo en sus pronunciamientos alusión alguna a la nueva ley aprobada por el Parlamento y alegó otros motivos para establecer que no habían prescripto los fusilamientos de Soca en 1974, el homicidio de Aldo Perrini el mismo año y la desaparición de Horacio Gelós Bonilla en 1976. Mota basó su decisión en convenios internacionales y en la sentencia por el caso Gelman.
El recurso contra la causa por el fusilamiento de los uruguayos Floreal García, Mirtha Hernández, Héctor Brum, Ángeles Corbo y Graciela Stefanell había sido presentado por el ex coronel Jorge Pajarito Silveira en noviembre pasado. La decisión de Mota explica que Silveira no puede alegar la prescripción en la medida en que está condenado por otros crímenes que determinan la interrupción de los plazos según el Código Penal. Mota derivó a tribunales de apelaciones los casos recusados por los defensores.
Otro tanto promete ocurrir con un esperado pronunciamiento del juez penal de primer turno, Juan Carlos Fernández Lecchini, quien se referiría al tema prescripciones antes de fin de mes, cuando seguramente alegue la continuación de las actuaciones en la causa por el maestro y periodista Julio Castro, desaparecido en 1978, cuyos restos fueron finalmente encontrados el año pasado en un campo de entrenamiento militar frente al Batallón de Paracaidistas Nº 14 de Toledo.
En tanto continúan instruyéndose los casos de los 19 muertos por tortura (varios procesamientos podrían surgir de las actuaciones realizadas) y las denuncias de torturas en distintas unidades militares, en el propio gobierno se analiza si algunos de los militares ya condenados son pasibles de enfrentar tribunales de honor que podrían modificar en forma significativa su condición castrense y los beneficios que siguen recibiendo por haber sido represores durante la dictadura.
La “ofensiva psicopolítica” de 2011 fracasó. Los militares retirados planifican ahora una “acción defensiva” para lograr algún arresto domiciliario y evitar nuevos procesamientos. Sus abogados preparan su alegato contra la ley que impidió las prescripciones, pero la norma no es utilizada por los jueces en sus fallos. Nuevas sentencias se aguardan, mientras desde el gobierno se analiza si no corresponde someter a los condenados a tribunales de honor.
ROGER RODRÍGUEZ
rogerrodriguez@adinet.com.uy
Treinta y nueve años después de aquel 9 de febrero en que el presidente Juan María Bordaberry admitió la creación del Consejo de Seguridad Nacional (Cosena), los militares que protagonizaron el golpe de Estado de 1973 y gobernaron durante más de una década de dictadura en Uruguay se disponen a lanzar una operación “defensiva” con el propósito de evitar nuevos encarcelamientos y, de ser posible, lograr la liberación o el arresto domiciliario de algunos de sus camaradas presos por violar los derechos humanos.
Hace un año, estos militares –en su mayoría coroneles retirados– lanzaron una “ofensiva psicopolítica” por la que pretendieron colocar sus argumentos en la prensa para incidir ante la opinión pública, presionar al gobierno, el Parlamento y la Justicia, y lograr la liberación de los oficiales procesados con prisión, cuando era evidente que una nueva tanda de encarcelamientos surgiría de las causas que se estaban indagando en el ámbito judicial, en particular en el expediente que había llevado a la condena del dictador Bordaberry.
La “ofensiva” de 2011 se debilitó cuando trascendió que el grupo tenía conexiones con organizaciones nazis locales e internacionales y en la medida en que las nuevas generaciones de oficiales no se plegaron al reclamo de ‘los viejos’, cuya incidencia quedó reducida a la última generación de egresados de la Escuela de las Américas (SOA) en 1975, quienes en su mayoría ya comenzaron a pasar a retiro o alcanzaron el generalato, un grado que les otorga poder pero les exige responsabilidad en sus decisiones.
Aquel plan de acción del autodenominado Foro de Libertad y Concordia (que se organizó desde tandas de egresados en “secciones” que incluían un área de “inteligencia” y otra de “operaciones”), no logró impedir –como pretendía– que la Justicia enviara a prisión al coronel (r) Tranquilino Machado por el homicidio del estudiante Ramón Peré en 1973. Machado obtuvo la solidaridad de mandos en actividad, pero terminó tras las rejas junto a un general en actividad, Miguel Ángel Dalmao, ya preso por el homicidio de Nibia Sabalsagaray en 1974.
COORDINACIÓN DEFENSIVA
El grupo de oficiales retirados que dirige la planificación de esta acción defensiva (o autodefensiva, ya que la mayoría de ellos son ‘indagables’ por su participación en la represión de la dictadura) ha propiciado el trabajo conjunto y la coordinación de los estudios de abogados que defienden a los militares presos. No siempre lo han logrado, porque existen rencillas entre algunos de los ex militares procesados y condenados en la cárcel de Domingo Arena, con quienes tampoco quieren aliarse los presos en la Guardia de Granaderos.
Con la asesoría de grupos de abogados argentinos (que se dedican a defender a los militares presos en ese país), se planifica interponer recursos de todo tipo contra todo nuevo fallo judicial. Esperan alguna alusión a la ley aprobada a fines de octubre en el Parlamento por la que se decidió que no rige la prescripción en los delitos cometidos por la dictadura, según establecen las normas y convenios internacionales suscritos por Uruguay y de acuerdo al fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Gelman.
Mientras los abogados de los militares presos analizan fórmulas para generar nuevas ‘chicanas’ jurídicas y profundizan con el asesoramiento del ex vicepresidente Gonzalo Aguirre Ramírez su alegato de inconstitucionalidad contra la ley que eliminó las prescripciones, el ex capitán de navío Juan Carlos Larcebeau, auspiciado por el abogado Pablo Galán (quien en Alemania estudió el tema Justicia de Transición), se propone plantear su caso ante la propia Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
La estrategia de los abogados no descarta internacionalizar otros casos propiciando la victimización de los violadores de los derechos humanos y recurrir a medios de prensa internacionales cuyos titulares “golpeen” al gobierno del presidente José Mujica, cuando el oficialista partido Frente Amplio se aboca a disputar hasta el mes de mayo una tensa interna en la que definirá líneas políticas, autoridades, alianzas y correlación de fuerzas, que determinarán las futuras candidaturas de la coalición de izquierda.
PRESCRIPCIÓN SIN LA LEY
Los abogados de los militares creyeron lograr su propósito en tres causas que indaga la jueza penal de 7º turno, Mariana Mota. Pero en los tres casos la magistrada no hizo en sus pronunciamientos alusión alguna a la nueva ley aprobada por el Parlamento y alegó otros motivos para establecer que no habían prescripto los fusilamientos de Soca en 1974, el homicidio de Aldo Perrini el mismo año y la desaparición de Horacio Gelós Bonilla en 1976. Mota basó su decisión en convenios internacionales y en la sentencia por el caso Gelman.
El recurso contra la causa por el fusilamiento de los uruguayos Floreal García, Mirtha Hernández, Héctor Brum, Ángeles Corbo y Graciela Stefanell había sido presentado por el ex coronel Jorge Pajarito Silveira en noviembre pasado. La decisión de Mota explica que Silveira no puede alegar la prescripción en la medida en que está condenado por otros crímenes que determinan la interrupción de los plazos según el Código Penal. Mota derivó a tribunales de apelaciones los casos recusados por los defensores.
Otro tanto promete ocurrir con un esperado pronunciamiento del juez penal de primer turno, Juan Carlos Fernández Lecchini, quien se referiría al tema prescripciones antes de fin de mes, cuando seguramente alegue la continuación de las actuaciones en la causa por el maestro y periodista Julio Castro, desaparecido en 1978, cuyos restos fueron finalmente encontrados el año pasado en un campo de entrenamiento militar frente al Batallón de Paracaidistas Nº 14 de Toledo.
En tanto continúan instruyéndose los casos de los 19 muertos por tortura (varios procesamientos podrían surgir de las actuaciones realizadas) y las denuncias de torturas en distintas unidades militares, en el propio gobierno se analiza si algunos de los militares ya condenados son pasibles de enfrentar tribunales de honor que podrían modificar en forma significativa su condición castrense y los beneficios que siguen recibiendo por haber sido represores durante la dictadura.
5 sept 2012
MOON Y UNoticias han muerto, queda "EL CHARLETA"
Walter Pernas (Brecha)
La máscara de Jorge "Charleta" Guldenzoph tras la secta Moon
Presidente de la Conferencia del Liderazgo Nacional (Uruguay)
Presidente Fundador del Movimiento Compromiso Ciudadano (Uruguay)
Vicepresidente, Editorialista y Columnista de opinión del diario Ultimas Noticias. Ha escrito más de 1.000 artículos y dos libros, cinco ensayos y tres manuales de educación.
Trabajo 10 años en la agencia de noticias UPI como editor de noticias de política y finanzas
internacionales en español y como corresponsal para Uruguay y Paraguay.
Conferencista nacional e internacional sobre temas de religión, espiritualidad, valores,
educación y política internacional. Ha brindado disertaciones en más de 1.500 seminarios en
unas 40 ciudades del Uruguay y en Argentina, Chile, Paraguay, Perú, Brasil y EE.UU.
Ha representado a varias Fundaciones Internacionales en el Uruguay y es desde hace años
consultor sobre Asuntos Latinoamericanos para grupos y personalidades extranjeras.
Luna menguante
Algunas de las explicaciones para que el diario de la secta coreana haya dejado de existir hay que encontrarlas en el declive del hotel Radisson Victoria Plaza, que se encuentra en plena reestructura, y mensualmente inyectaba 50 mil dólares en la publicación. Las negociaciones se encaminan hacia al final con la desocupación de la redacción, previo acuerdo entre las partes.
El ex torturador, y hoy hombre de letras, Jorge Guldenzoph aparece vinculado a la desaparición de dirigentes del PST y eventualmente al tercer vuelo de la muerte.
El testimonio de un ex integrante del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), sobreviviente de las torturas en Inteligencia y Enlace, vincula al ex agente de ese organismo policial y actual editorialista del diario ULTIMAS NOTICIAS Jorge “Charleta” Guldenzoph con la desaparición del dirigente Ary Severo Barreto, presuntamente trasladado desde Argentina a Uruguay junto a su familia en un tercer vuelo de la muerte.
Las declaraciones del ex integrante del PST, de iniciales W F, ante el Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) en el año 1985 y en 2001, describen una sesión de torturas en el edificio de Maldonado y Paraguay (Inteligencia) en mayo de 1978, donde fue bestialmente maltratado por Guldenzoph y otros integrantes de los cuadros represivos de la época dictatorial. W F había vuelto a Uruguay el 23 de abril de 1978 para realizar un contacto con otro dirigente. Su viaje respondía a una solicitud de la dirección del PST, la que integraba Ary Severo, alias “Tatú”.
A W F lo detienen en Canelones. “A los cinco días lo traen a Montevideo y lo llevan a Jefatura donde los recibe Víctor Castiglioni. Ahí lo torturan de nuevo y lo derivan a la Dirección de Información (a cargo del) comisario Pablo Fontana Zunino. Ahí comienzan de nuevo los maltratos, los interrogatorios se hacen duros, tratan de sacar información en torno al contacto que él venía a ver acá. Lo negó diciendo que volvía porque extrañaba a su familia y comienza a empeorar el trato en torno a su vínculo con Ary Severo Barreto”, señalan las actas del Serpaj a las que accedió BRECHA.
Recuerda W F que sobre Ary Severo “comienza a interrogarme Fontana Zunino. Después sobre los Severo me interroga un subcomisario de alias el ‘Turco’, un hombre de aproximadamente 40 años, de estatura media, canoso, ojos verde claro”. Esta última descripción coincide con los datos físicos y la edad de Ricardo Arab, apodado el “Turco”, pero éste era oficial del Ejército. Las actas del Serpaj señalan que W F “tiene la certeza” de que alguien de Inteligencia y Enlace “participa de la detención de Ary Severo Barreto y de todos sus familiares”, porque van a la casa donde había vivido este último en Buenos Aires y detienen a Mario Mosteiro, un pintor uruguayo.
Las actas registradas por el Serpaj durante una conversación mantenida con W F en 2001, y entregadas a la Comisión para la Paz, señalan: “La persona que participa en la detención de Ary Severo Barreto y de Mario Mosteiro (...) es Jorge, funcionario del SOF, el ‘Charleta’. Es el que lo torturaba y el que sabe lo que pasó con Barreto”.
Severo Barreto fue detenido el 24 de abril de 1978 junto a su esposa Beatriz Anglet, su hermano Carlos, su hermana Marta y su cuñado Jorge Martínez Horminoguez. Todos fueron vistos con vida en el Pozo de Quilmes por varios testigos que sobrevivieron a la tortura y brindaron sus testimonios ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales.
Los últimos datos que se obtuvieron de esas personas señalan que fueron trasladadas con destino incierto después del 18 de mayo de 1978. Ary Severo y sus familiares fueron detenidos durante la arremetida contra los Grupos de Acción Unificadora (GAU) y organizaciones afines como el PST a partir de diciembre de 1977, cuando se hicieron ostensibles las acciones coordinadas entre la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) argentina y Fusileros Navales (Fusna) de Uruguay. En esa coordinación le cupo un papel importante al entonces jefe del S 2 del Fusna, capitán de navío Jorge Tróccoli.
No obstante, la coordinación represiva uruguayo-argentina tenía otras ramificaciones en las que destacaba el Servicio de Información de Defensa (SID), del que participaba personal del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y de la Policía. El testimonio de W F abre la posibilidad de que alguna autoridad pueda indagar al ex torturador Guldenzoph acerca de qué sabe sobre la desaparición de los Severo y sus familiares en una trama que involucra a personajes de varias áreas vinculadas a las operaciones represivas de los años oscuros.
El Charleta fue miembro del Partido Comunista y luego se convirtió en colaborador y torturador de la dictadura cívico-militar, como lo denunciaron, entre otros, el ex senador fallecido Germán Araújo y el ex director de Cultura de la Intendencia de Montevideo Gonzalo Carámbula (víctima directa en 1976 de las torturas de Guldenzoph). A la salida de la dictadura pasó a trabajar activamente para la secta Moon. Fue secretario general de la Federación para Salvar la Nueva Nación y del Movimiento Pro Verdaderas Familias, dos organismos de corte religioso dentro de la secta. También presidió CAUSA, un movimiento político de corte antimarxista, considerado el ala política de la organización del reverendo Moon.
Hoy es editorialista, columnista y vicepresidente del directorio del diario ULTIMAS NOTICIAS, propiedad de Moon. Oficialmente fue un colaborador activo de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia hasta 1982, aunque años más tarde el gobierno de Julio María Sanguinetti reconoció que estuvo activo hasta fines de 1996. No obstante, fuentes policiales consultadas por BRECHA indicaron que es probable que permanezca vinculado a la “comunidad de inteligencia”.
Testimonio de Wilson Noel Falero Díaz (fs. 784 a 788):
"Yo estuve detenido en el Noveno de Caballería en 1972 tenía 16 años, me detuvo, mi interrogó, Gavazzo, que una oportunidad me puso una 45 en la sien, yo estaba encapuchado y sonó un tiro en mi oreja." "Fue en la Colonia Berro que conocía a Ary Severo Barreto y a Jorge Martínez -ambos desparecidos- tenían 16 años y eran de los menores que estaban por política, eran del MLN. Después que me dan la libertad continuó la relación amistosa con Ary Severo Barreto, incluso le dí clases a su hermano Carlos Severo, desaparecido en Argentina a los 16 años. Vuelvo a re-encontrarme con Ary Severo Barreto en Buenos Aires en el año 1976."
En 1978 habiendo regresado a Uruguay, fui detenido, "el comisario Fontana Zunino me preguntaba por Ary Severo Barreto y que hacíamos en Buenos Aires- Mucho después supe que a Ary lo habían detenido 5 días antes en Buenos Aires.-
En los interrogatorios y las torturas participaba un SubComisario del Departamento IV alias El Turco y un muchacho joven muy elegante y correcto." "Me describían perfectamente la casa de Ary Severo Barreto" en Buenos Aires.-
"Años después descubrí que el joven elegante que me torturó era Jorge Guldenzoph, alias el Charleta".-
"En determinado momento me llevan al baño y el SubComisario El Turco, estaba orinando con Jorge Guldenzoph y oí que decían -el Negro Tatú si que aguantaba y no largaba nada- a lo que El Charleta le dice -callate que está el detenido detrás de nosotros.- A Ary todos le decíamos El Negro Tatú hasta su familia." "En los días siguientes en otro interrogatorio, estas dos personas me decían que El Tatú era mucho más fuerte que yo." "...Alguna que otra noche me sacaban para otra pieza para interrogarme un oficial de Inteligencia y Enlace, no se el nombre..., vestía camisa, pantalón y campera del Ejército, sin charreteras ni galones, le decían El Pibe o El Gurí, el que también me interrogó sobre Buenos Aires y conocía al detalle la casa de Ary en Buenos Aires y mi casa en La Boca, este desaparecía por 5 o 6 días y cuando volvía fumaba cigarrillos argentinos." "En dos oportunidades me sacó encapuchado en una camioneta a un descampado y en ambos casos me hizo simulacro de fusilamiento, quería que le dijera cosas vinculadas al PST y me preguntaba por el PVP que yo no tenía idea de lo que era. También me preguntaban por Jorge Martínez, pero sobre quien insistían era sobre Ary Severo Barreto y su mujer Beatriz Anglet también desaparecida."
Testimonio de Jorge Guldenzoph (fs. 3874 a 3879): Negó haber conocido a Ary Severo Barreto, alias "El Tatú".- "De las fotos de gente que esta desaparecida, no conozco a ninguno, con ninguno de ellos tuve contacto en su condición de detenido.- "No conocí nunca a Ary Severo, ni se de eso de la casa." "Yo fui a La Tablada enviado por Castiglioni, 1 o 2 veces para leer un conjunto de actas de ellos, los que operaban en La Tablada, no querían dar copias..." "Recuerdo que traté con el Coronel Rama y con el Capitán Jorge Silveira, que era quien a veces iba a la Dirección en representación del OCOA." "Yo iba muy puntualmente a La Tablada, solo cuando Castiglioni me mandaba, el tenía gran desconfianza de todos los militares, porque él estaba trabajando para la vuelta de Pacheco y en los militares se había producido el incidente de la publicaciones que se remitieron con el título de El Talero, donde se enviaron cartas a muchas personas y Castiglioni me dijo que Alvarez, que había asumido como Comandante en Jefe, estaba preparando su camino para la Presidencia de la República."
El informe de la Comisión para la Paz refiere que Jorge Martinez Horminoguez, Marta Beatriz Severo Barreto y Carlos Baldomiro Severo Barreto fueron posiblemente trasladados después del día 18 mayo de 1978, con destino final desconocido.-
El “Charleta” fue un militante del Partido Comunista (PCU). Detenido por el Departamento Nº 5 (Inteligencia y Enlace) delató y entregó a muchísimos de sus compañeros. Salía a la calle con personal del Departamento de Investigaciones, señalando militantes, casas y contactos. Participó en los interrogatorios, en la aplicación de torturas y violación de sus propias compañeras.
Nunca fue procesado en reconocimiento a su eficaz trabajo por lo contrario- pasó a trabajar bajo las órdenes directas del Director hasta que ingresa formalmente a la DII en los años 1980/81. Hoy en día ocupa un puesto clave en esa división, aunque figura como un empleado de Investigaciones.
Guldenzoph: ex-síndico del Banco de Crédito, cagatintas en “Ultimas Noticias”, violador y torturador... es considerado uno de los mejores cuadros de la DII y presta servicios especiales a los gringos. Es autor junto con el tristemente célebre Castiglioni- del libro: “U.J.C.: escuela de comunismo”, editado por la propia DII-Ministerio del Interior y usado como manual de aprendizaje para los cursos de especialización en “Inteligencia”.
El “Charleta” presta sus servicios desde su Sección Información que es como el cerebro de la DII, funciona bajo las órdenes directas del Director General y es el centro de los grandes “teóricos” super-evaluadores de la Inteligencia. Al frente de estos equipos está Carlos Ramírez (alias “el facho”): Agente del Departamento 2 en la época de Bonaudi, trabajó en “asuntos gremiales” bajo las órdenes del “caballo” Tellechea. Su mano derecha es el “Charleta” (alias “Pancho” en ese círculo)... Pero el “Charleta” además- es miembro de importancia en la Secta Moon, siendo vocero de la misma para América del Sur. Tiene oficina montada en el Victoria Plaza y brinda conferencias internacionales y de alto nivel en la DII.
Guldenzoph tiene hoy una edad que media en los 50 años. Los servicios de información italianos han manifestado su interés en contar con su colaboración: opinan que es un profundo conocedor acerca de cómo combatir al comunismo y las organizaciones de conspiradores.
Durante la dictadura Castiglioni asumió con energía las tareas de represión e inflitración de organizaciones clandestinas. Entre sus logros más resonantes, se recuerda el reclutamiento del ex integrante del Partido Comunista Jorge Guldenzoph, hoy un activo miembro de la secta del reverendo Moon.
http://www.lr21.com.uy/politica/31104-nino-gavazzo-participo-en-la-misa-por-el-inspector-victor-castiglioni
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