Por Paul Walder
Sebastián Piñera, obsesionado con el crecimiento económico y la profundización del imaginario neoliberal, sacó de la manga un proyecto de reforma tributaria a escasos años del implementado por el gobierno anterior. En rigor, es el inicio del desmantelamiento por el lado de la economía de algunos, aun cuando pequeños, pasos dados por Michelle Bachelet para frenar la aplanadora liberal y mercantilista. Si el gobierno anterior subió los impuestos, Piñera propone bajarlos, aunque sólo los anuncie para la pequeña y mediana empresa y las clases medias, eufemismo utilizado para a la postre favorecer al capital.
28 agosto, 2018
Sebastián Piñera, obsesionado con el crecimiento económico y la profundización del imaginario neoliberal, sacó de la manga un proyecto de reforma tributaria a escasos años del implementado por el gobierno anterior. En rigor, es el inicio del desmantelamiento por el lado de la economía de algunos, aun cuando pequeños, pasos dados por Michelle Bachelet para frenar la aplanadora liberal y mercantilista. Si el gobierno anterior subió los impuestos, Piñera propone bajarlos, aunque sólo los anuncie para la pequeña y mediana empresa y las clases medias, eufemismo utilizado para a la postre favorecer al capital.