Hace 200 años Francia impuso una deuda inhumana para aplastar la Revolución Haitiana
Vijay Prashad
On May 3, 2025
En una noche tormentosa de agosto de 1791, Dutty Boukman (1767–1791) y Cécile Fatiman (1771–1883) dirigieron una ceremonia de vudú en Bois Caïman, en la parte norte de Saint-Domingue, la parte de la isla La Española bajo dominio francés. Boukman había sido capturado en Senegambia (actualmente Senegal y Gambia), mientras que Fatiman era hija de una mujer del Congo (como escribió Aimé Césaire) y un hombre de Córcega.
Su ceremonia, realizada ante más de 200 africanxs esclavizadxs, fue el catalizador de un levantamiento masivo en las plantaciones francesas. Boukman pronunció en kreyòl palabras que se transmitieron de generación en generación y finalmente quedaron registradas en los libros de historia (incluido el clásico de 1938 de C. L. R. James, Los jacobinos negros):
El dios que creó el sol que nos alumbra, que levanta las olas y gobierna la tormenta, aunque escondido entre las nubes, nos observa. Ve todo lo que hace el blanco. El dios del blanco lo inspira con el crimen, pero nuestro dios nos llama a hacer buenas obras. El dios que es bueno para nosotros nos ordena que venguemos nuestros agravios. Dirigirá nuestros brazos y nos ayudará. Boten el símbolo del dios de los blancos que tanto nos ha hecho llorar, y escuchen la voz de la libertad, que nos habla en el corazón de todos nosotros.

En una noche tormentosa de agosto de 1791, Dutty Boukman (1767–1791) y Cécile Fatiman (1771–1883) dirigieron una ceremonia de vudú en Bois Caïman, en la parte norte de Saint-Domingue, la parte de la isla La Española bajo dominio francés. Boukman había sido capturado en Senegambia (actualmente Senegal y Gambia), mientras que Fatiman era hija de una mujer del Congo (como escribió Aimé Césaire) y un hombre de Córcega. Su ceremonia, realizada ante más de 200 africanos esclavizados, fue el catalizador de un levantamiento masivo en las plantaciones francesas.