Contradicciones
Por Hernán Letcher
30 de noviembre de 2025

Fábrica planta Whirlpool Pilar (Archivo -)
En la última semana el Indec publicó el Estimación Mensual de Actividad (EMAE), que dio por resultado un incremento de 0,5% intermensual y revisó los datos para atrás ajustándolos al alza. Los libertarios se dedicaron a festejar el dato en redes porque se habría logrado evitar la recesión (no se cumplieron dos trimestres consecutivos con caída de actividad) incluso con riesgo kuka. Pero, a pesar de la operación comunicación, se dispararon cuestionamientos de todo el espectro ideológico sobre la veracidad de los datos y el escándalo fue tal que el propio organismo tuvo que salir a aclarar, a través de un comunicado, las supuestas razones que explicarían el dato publicado. Cualquier persona que haya vivido en la Argentina durante el trimestre julio-septiembre habrá podido notar que la realidad productiva y de servicios no ha sido para nada auspiciosa, particularmente en ese período.
Las excusas metodológicas. ¿Qué hay detrás del dato publicado? Existen al menos tres cuestiones para considerar. En primer lugar, el incremento sensible en el rubro de intermediación financiera. La metodología utilizada por el Indec mide la actividad a través del spread de tasa. En un contexto de tensión cambiaria como el de septiembre, ese spread se amplifica y, por lo tanto, dispara el valor agregado medido por el Indec. El problema —como suele ocurrir en estas coyunturas— es que el indicador utilizado para estimar la actividad del sector no captura adecuadamente lo que está pasando en la economía real, generando una sobreestimación que explica por qué septiembre aparece con un crecimiento atípico.
El impacto, además, se profundizó debido al proceso de desestacionalización, es decir, el mecanismo que quita el efecto estacional. La sobreponderación mencionada antes no sólo impacta en septiembre, sino que, además, termina corrigiendo los meses anteriores.
En el noveno mes del año el crecimiento interanual de la actividad fue de 5% interanual, y 1,87 puntos porcentuales de ese crecimiento provinieron exclusivamente del rubro Impuestos netos de subsidios (T-S), que explica el 37% del total. El aumento de los impuestos alcanzó el 10,5% interanual: 5,5 puntos por encima de la variación de la actividad, impulsando al alza el indicador global.
El dato sobresale porque si miramos el período julio–septiembre, la incidencia del rubro T–S alcanza en 2025 su máximo histórico, 23,1%, lo que implica un desvío de 11,9 puntos porcentuales por encima del promedio 2004–2024. Nunca antes este componente había explicado una proporción tan alta del crecimiento.
Pero además, ¿cómo se calcula este rubro? La metodología de Indec asigna la diferencia entre precios a vendedor y comprador al rubro Impuestos netos de subsidios. Este componente incorpora los impuestos indirectos. Lo llamativo es que esos impuestos, en conjunto, arrojaron un crecimiento real de sólo 1,2% en la comparación interanual trimestral. ¿De dónde sale semejante salto? Peor aún, el informe especial difundido por el Indec no hace ninguna mención al respecto.
Para ilustrar: si se quitasen el rubro Intermediación financiera e Impuestos netos de subsidios, el EMAE de septiembre se ubicaría prácticamente en el mismo nivel de noviembre de 2023 (+0,7%). ¿Hemos evitado la recesión? Hay más dudas que certezas.
Perfil productivo en la era Milei. Sobre lo que no hay dudas, más allá de las cuestiones metodológicas, es que a casi dos años de asumir Javier Milei, se consolida un perfil productivo orientado a la reprimarización económica. Cuando se compara la actividad de los primeros nueve meses de 2025 y 2023 se constata: La contundencia en la retracción de Construcción (-14,2%), Industria (-9,5%), Comercio (-4,5%), que representan el 50% de los puestos de trabajo.
En la última semana el Indec publicó el Estimación Mensual de Actividad (EMAE), que dio por resultado un incremento de 0,5% intermensual y revisó los datos para atrás ajustándolos al alza. Los libertarios se dedicaron a festejar el dato en redes porque se habría logrado evitar la recesión (no se cumplieron dos trimestres consecutivos con caída de actividad) incluso con riesgo kuka. Pero, a pesar de la operación comunicación, se dispararon cuestionamientos de todo el espectro ideológico sobre la veracidad de los datos y el escándalo fue tal que el propio organismo tuvo que salir a aclarar, a través de un comunicado, las supuestas razones que explicarían el dato publicado. Cualquier persona que haya vivido en la Argentina durante el trimestre julio-septiembre habrá podido notar que la realidad productiva y de servicios no ha sido para nada auspiciosa, particularmente en ese período.
Las excusas metodológicas. ¿Qué hay detrás del dato publicado? Existen al menos tres cuestiones para considerar. En primer lugar, el incremento sensible en el rubro de intermediación financiera. La metodología utilizada por el Indec mide la actividad a través del spread de tasa. En un contexto de tensión cambiaria como el de septiembre, ese spread se amplifica y, por lo tanto, dispara el valor agregado medido por el Indec. El problema —como suele ocurrir en estas coyunturas— es que el indicador utilizado para estimar la actividad del sector no captura adecuadamente lo que está pasando en la economía real, generando una sobreestimación que explica por qué septiembre aparece con un crecimiento atípico.
El impacto, además, se profundizó debido al proceso de desestacionalización, es decir, el mecanismo que quita el efecto estacional. La sobreponderación mencionada antes no sólo impacta en septiembre, sino que, además, termina corrigiendo los meses anteriores.
En el noveno mes del año el crecimiento interanual de la actividad fue de 5% interanual, y 1,87 puntos porcentuales de ese crecimiento provinieron exclusivamente del rubro Impuestos netos de subsidios (T-S), que explica el 37% del total. El aumento de los impuestos alcanzó el 10,5% interanual: 5,5 puntos por encima de la variación de la actividad, impulsando al alza el indicador global.
El dato sobresale porque si miramos el período julio–septiembre, la incidencia del rubro T–S alcanza en 2025 su máximo histórico, 23,1%, lo que implica un desvío de 11,9 puntos porcentuales por encima del promedio 2004–2024. Nunca antes este componente había explicado una proporción tan alta del crecimiento.
Pero además, ¿cómo se calcula este rubro? La metodología de Indec asigna la diferencia entre precios a vendedor y comprador al rubro Impuestos netos de subsidios. Este componente incorpora los impuestos indirectos. Lo llamativo es que esos impuestos, en conjunto, arrojaron un crecimiento real de sólo 1,2% en la comparación interanual trimestral. ¿De dónde sale semejante salto? Peor aún, el informe especial difundido por el Indec no hace ninguna mención al respecto.
Para ilustrar: si se quitasen el rubro Intermediación financiera e Impuestos netos de subsidios, el EMAE de septiembre se ubicaría prácticamente en el mismo nivel de noviembre de 2023 (+0,7%). ¿Hemos evitado la recesión? Hay más dudas que certezas.
Perfil productivo en la era Milei. Sobre lo que no hay dudas, más allá de las cuestiones metodológicas, es que a casi dos años de asumir Javier Milei, se consolida un perfil productivo orientado a la reprimarización económica. Cuando se compara la actividad de los primeros nueve meses de 2025 y 2023 se constata: La contundencia en la retracción de Construcción (-14,2%), Industria (-9,5%), Comercio (-4,5%), que representan el 50% de los puestos de trabajo.
La evolución al alza de Intermediación Financiera (16,8%), Explotación de Minas y Canteras (15,7%) y el sector agropecuario (45,1%, aunque influenciado por el efecto sequía), que sólo representan el 9% del empleo.
Lo que los ojos ven. Primer acto, la empresa Whirpool decide fabricar lavarropas en la Argentina en octubre de 2022. Segundo acto, en mayo de 2024 reporta 60 despidos. Tercer acto, la empresa decide cerrar la planta de Pilar. Vale la pena preguntarse cómo se llama la obra. ¿Es un caso aislado? ¿Nos va bien pero no nos damos cuenta? Para algún desprevenido, va una selección de las últimas tres semanas:
Quiebras en La Suipachense (140 trabajadores en la calle) y Alimentos Refrigerados Sociedad Anónima (ARSA) (180 personas en fábrica y 200 en el centro de distribución). Concurso preventivo en Bodegas Norton y tres empresas de transporte de Resistencia.
Cierres en Frávega (local en Temperley con 300 posibles despidos), Supermercado Yaguar (sucursal Bahía Blanca, con 100 trabajadores), Dana (cierre de planta autopartista de San Luis, más de 60 despidos y producción reemplazada por importados), Frigorífico Súper (trabajadores reasignados), Luxo (despidió a los últimos 40 empleados), Vulcalar (80 trabajadores sin empleo en el sector de calzado por caída de ventas y crecientes importaciones). Color Living cerró su planta de Pacheco, despidió 40 empleados y pondría un centro logístico para distribuir importados.
Profunda crisis en Lácteos Verónica (adeuda salarios a casi 700 trabajadores), Vassalli (produce maquinaria agrícola y casi no tiene actividad; 280 puestos), MABE (produce lavarropas, secarropas y cocinas y decidió reorganizar sus operaciones, afectando a 250 empleados). Fábrica Argentina de Aviones (Fadea) presentó su Plan Preventivo de Crisis en mayo y lo extendió hasta fines de noviembre, y el Hipermercado Libertad decidió reconvertirse y reducir personal en Posadas.
Blanco Nieve, textil con licencias oficiales de clubes para ropa de cama, despidió a 35 trabajadores y la fábrica de ollas y sartenes Essen, a 29 (van a importar de China). Ledesma sumó 22 despidos a los 200 de este año. Cattorini despidió a 10 trabajadores por crisis en el sector del vidrio. Newsan, la fábrica de electrónicos que visitó Milei en septiembre, despidió a 150 trabajadores. La textil Sueño Fueguino a 35; Metalnor 50 despidos; la ptroquímica Sealed Air, 89.
Suspensiones en Electrolux (rotativas para 400 trabajadores, prorrogadas hasta enero. Georgalos decidió parar la producción en la planta de Victoria y suspender por tres meses a más de 600 operarios por la caída de ventas e importaciones crecientes de Brasil, pagando entre el 75 y 80% del salario). La fábrica de pulóveres marplatense Textilana suspendió a 170 empleados hasta marzo, pagándoles el 78% del salario. Scania volverá a suspender a los trabajadores de su planta en noviembre y diciembre. La fábrica de generadores y alternadores eléctricos DBT despidió al 90% de su personal en Sastre.
Automotriz, textil, química y petroquímica, alimentos, metalúrgica, electrónica de consumo, supermercados, frigorífico, maquinaria agrícola... Prácticamente todos los sectores están afectados con quiebras, despidos, suspensiones, cierres y restructuraciones forzadas.
Automotriz, textil, química y petroquímica, alimentos, metalúrgica, electrónica de consumo, supermercados, frigorífico, maquinaria agrícola... Prácticamente todos los sectores están afectados con quiebras, despidos, suspensiones, cierres y restructuraciones forzadas.
Según el gobierno, todo marcha de acuerdo al plan. Un plan que es cada vez más evidente.