26 dic 2025

GANSTERISMO LIBERTARIO

ARGENTINA
Al Capone tiene quien le escriba

Por Roberto Caballero
26 de diciembre de 2025 - 0:01


(AGENCIA NA )


Es comprensible el revuelo que se produjo al divulgarse algunos de los contenidos de “Defendiendo lo indefendible”, el libro de Walter Block que Javier Milei obsequió a sus agasajados con el asado de fin de año en la Quinta de Olivos. Que un presidente constitucional en ejercicio promueva un texto que elogia a chantajistas, explotadores de niños, proxenetas, estafadores o narcotraficantes, todas actividades que el Estado persigue como delitos penales, es el hombre que muerde al perro y, en este caso, además se lo desayuna crudo en materia de noticiabilidad.
Hablamos de un libro escrito por un economista con aires sociopáticos, cuya tesis es que no todas las acciones inmorales, cuando son concertadas entre individuos, merecen reproche estatal. Como no están contempladas las asimetrías de poder que forman parte del pensamiento moderno, siguiendo el planteo del tal Block, hasta la esclavitud podría ser buena si la relación de abuso y explotación es pactada entre un esclavista y un esclavo dispuesto a entender que la humanidad sólo progresa a latigazos en su espalda, aunque duelan. Los asesinos de Lincoln pensaban igual.

Del caso Libra al escándalo de coimas en Andis, del endeudamiento serial y la fuga de divisas, hasta el oro nacional desparecido del que el propio Banco Central dice no conocer su destino, las acciones del gobierno mileísta exudan esta filosofía criminosa. Una cosa es que falten jueces y fiscales con algún coraje para investigar algo más que lo que ordene la mafia de Lago Escondido, otra es que no haya prácticas múltiples y diversas reñidas con la legalidad.

Pero Milei no dio un viraje copernicano a su modo de entender el mundo desde que fue depositado en la Casa Rosada. No es Fernando de la Rúa prometiendo decencia pública y huyendo en helicóptero con 40 asesinatos en las calles del 2001. El tema es que nadie se lo tomaba en serio.

En julio de 2019, entrevistado por la TV paraguaya, cuando todavía era un panelista que buscaba llamar la atención y era raro pensar que podía ser jefe de Estado, Milei defendió la evasión fiscal y hasta reivindicó a un mafioso: “Lo que hace el contrabando es evitar al fisco –declaró-. Para mí los contrabandistas son héroes. Uno de mis grandes héroes, yo lo suelo mencionar en mis charlas, es Al Capone”.

“Un día, un supuestamente iluminado desde la poltrona en Chicago decidió que no se podía tomar más alcohol y los productores de alcohol no tenían a quién más venderle, con lo cual quebraban y los que querían tomar no tenían dónde, con lo cual los dueños de los bares estaban a la miseria. En ese contexto se crea una oportunidad de negocio y Al Capone la ve. Se convierte en un trader. Un héroe”, sentenció, absolutoriamente, tras recordar que Al Capone cayó, no por violar la Ley Seca, sino por no pagar los impuestos, es decir, por desfinanciar al Estado.

A la distancia, lo suyo no fue un exabrupto. Hay una mirada ideológica constante. El proyecto de ley de “inocencia fiscal” que impulsa su gobierno es un tributo a los evasores impositivos de todas las épocas. Al Capone tiene quien le escriba y hasta una bancada, la libertaria, que es capaz de proponer una norma que enaltezca a los violadores del fisco y eleve su figura al panteón de los héroes incomprendidos. Elliot Ness es el bandido en esta reescritura de la historia a lo Milei.

En aquella gira paraguaya, el diario Ultima Hora también entrevistó a Milei. Querían conocer su opinión sobre la viabilidad económica de la Argentina. El “experto en crecimiento económico con o sin dinero” respondió que el país era “absolutamente inviable y la única forma que en una situación de libre comercio en serio compensás esa presión fiscal, es bajando el salario en moneda dura”. Es lo que viene haciendo desde que asumió y con total éxito.

¿Cuánto Milei es capaz de soportar la sociedad argentina? Su proyecto es nítido: asegurar la transferencia de recursos desde los sectores mayoritarios a un núcleo privilegiado, removiendo cualquier regulación estatal, institucional o legal que amenace con ralentizarlo u obstaculizarlo. Hay libertad para la circulación de dinero en un solo sentido, de abajo hacia arriba, pero no a la inversa. El salario bajo es un objetivo de gobierno, no una consecuencia negativa. Funciona como ancla del modelo. Lo explica al menos desde 2019 y, ahora, lo ejecuta sin complejos ni frenos inhibitorios.

El libro de Block revela qué cosas tiene de verdad Milei en la cabeza. La crueldad de su modelo evidencia una determinación por normalizar, a cara descubierta, lo moralmente inaceptable, pero prácticamente indispensable para desmontar lo que del Estado protectivo todavía queda en nuestro país. Que encuentre adeptos en una sociedad donde las nociones de igualdad se han fragilizado tanto es una invitación a repensar de modo urgente de qué modo esta realidad con formato de pesadilla podría ser conjurada.

Ya se sabe que el presidente adoctrina a los propios. Les comparte su mundo. Los trata de convencer. En su batalla cultural contra “el comunismo”, a menudo cita autores y textos –cuando no los introduce en sus libros como si fueran ideas propias- para arraigar su pensamiento barbárico en alguna tradición intelectual. Son sus “cátedras antinacionales”.

El libro de Block salió a la calle cuando en la Argentina se producía el golpe del ’76. La pedagogía delictiva del genocidio se aplicó sobre nuestra sociedad para que acatara mediante la violencia en los cuerpos muchas de las ideas económicas de libre mercado que ese texto defiende. Es paradójico, porque el autor de Defendiendo lo indefendible se declara “antiestatista” pero fue un Estado terrorista al sur del mundo el que devoró a una generación que tenía en mente cambiar algo con la –hoy cuestionada por el libertarismo- justicia social como bandera.

Cuando Milei reivindicó a un mafioso, parecía el chiste de un personaje grotesco y efímero. Hoy estamos hablando de una política de Estado, que es la que asegura ante el FMI el pago de una deuda infame cuyos dólares no están puestos en puentes, ni en rutas, ni en hospitales, ni en universidades, ni en satélites.

Lo caro que nos viene saliendo Al Capone.

* Autor junto a Cynthia Ottaviano de “Proscripta y sublevada. Crónicas ardientes de una Argentina indomable”.