Daniel Barrios
19.12.2025
Por más de dos milenios la perspectiva natural de China fue su dominio sobre Tianxia, un concepto de la doctrina confuciana para la gobernabilidad del mundo. Su nombre mismo, Zhongguo, o "Reino del Medio", es la expresión más emblemática de una cosmovisión cuyo resultado es un proyecto global que responde a su tradición milenaria. La concepción global del mundo, la visión "el mundo nos pertenece a todos" es casi tan antigua como la civilización china. Mientras para Occidente el mundo es la suma de las partes o de los Estados, China concibe al mundo como un todo.
El sistema Tianxia, instituido en la dinastía Zhou (1046-256 a.C.) para garantizar la unidad en la diversidad de los pueblos de la época y su legitimidad a través de un poder no coercitivo, es clave para comprender el comportamiento de China como potencia global.
El Tianxia es un concepto teórico que abarca un espacio cuasi ilimitado ("todo bajo el cielo") y busca conferir a los diferentes territorios de una lógica extraterritorial. En ese marco es que China está proponiendo una gobernanza global más allá de las relaciones estatales como las conocemos a partir del tratado de Westfalia y de las formas de dominación hegemónicas.
No es difícil hallar la vinculación entre la búsqueda de la sociedad mundial armónica que proclamaba el Tianxia confuciano, y la "diplomacia con características chinas" que defiende Xi Jinping. El presidente sostiene que su diplomacia busca promover "un entorno nacional armonioso y estable y un entorno internacional de paz y tranquilidad".
Un nuevo destino para un nuevo mundo
Superado el llamado "siglo de humillación", que eclipsó la grandeza secular del Reino del Medio, Xi retoma el Tianxia en su voluntad de crear una "comunidad de destino compartido para la humanidad", una mirada de la comunidad internacional desde un nuevo humanismo, la recuperación del Espíritu de Bandung y la reivindicación de la Cooperación Sur-Sur.
Ante tanta incertidumbre, amenazas y desafíos al orden internacional vigente (conflictos bélicos desembozados, cambio climático, migraciones, etc.), adquiere fuerza la noción de "comunidad de destino compartido", por la que China viene pregonando desde hace más de diez años, cuando comenzó a tomar consciencia de su estatura, su presencia internacional, sus capacidades y responsabilidades.
Fue precisamente en marzo de 2013, cuando Xi, en su primera salida al exterior como presidente, en un discurso pronunciado en el Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú, presentó su concepción del orden internacional como una "comunidad de destino compartido para la humanidad" en donde "en lo tuyo hay algo mío, y en lo mío hay algo tuyo".
Comprender la idea de "comunidad de destino compartido" (CDC) es imprescindible para interpretar los contenidos y alcances de la propuesta china para el nuevo ordenamiento mundial que se está gestando en la actualidad.
Desde que fuera formulada, esta concepción no ha dejado de enriquecerse y desarrollarse, se convirtió en doctrina para el Partido Comunista y el estado desde su inclusión en los Estatutos del PCCh en 2017 y en la constitución de la RPCh en 2018 y en un principio básico de la política exterior del gigante asiático y casi todas sus iniciativas internacionales significativas se enmarcan moral y conceptualmente en la CDC.
"China se opone al hegemonismo y la política de fuerza, defiende la paz mundial y promueve el progreso de la humanidad, a fin de impulsar la construcción de una comunidad de destino de la humanidad y un mundo caracterizado por la paz duradera, la seguridad universal, la prosperidad común, la apertura y la inclusión, y la limpieza y la hermosura (...). El impulso de la creación de la comunidad de destino de la humanidad y la construcción de un mundo armonioso caracterizado por la paz duradera y la prosperidad para todos son objetivos prioritarios para la etapa actual de la humanidad" se lee en el capítulo Programa General de la Carta Magna de los comunistas chino.
Desde esta perspectiva la CDC conceptualmente es el resultado de un largo proceso de maduración y reflexión del pensamiento chino. Estratégicamente responde a una posición más protagónica de China en el escenario global que obliga a sus dirigentes a elaborar una teoría y una práctica de las relaciones internacionales para lo que los comunistas chinos definen cómo "una nueva era".
Según el gobierno chino, a diferencia del pensamiento del "juego de suma cero" de Estados Unidos y países occidentales, el concepto de construcción de una comunidad de futuro compartido para la humanidad aboga por el beneficio mutuo y la cooperación beneficiosa para todos, por utilizar el desarrollo pacífico para prevenir el conflicto y la confrontación, sustituir la seguridad absoluta por la seguridad común, y evitar el choque de civilizaciones con intercambios y comprensión mutua.
La "globalidad con características chinas"
"Los asuntos globales deben ser debatidos por todos, el sistema de gobernanza debe ser construido por todos, y los frutos de la gobernanza deben ser compartidos por todos (...). Debemos vernos los unos a los otros como miembros de la misma gran familia, perseguir una cooperación en la que todos ganemos y ponernos por encima de disputas ideológicas y no caer en la trampa de la guerra de civilizaciones", señaló Xi en el Debate General de la 75ª Asamblea General de la ONU en septiembre de 2020.
El lanzamiento de las cuatro iniciativas "globales" de China, la Iniciativa de Desarrollo Global (IDG), la Iniciativa de Seguridad Global (ISG) y la Iniciativa de Civilización Global (ICG), Iniciativa de la Gobernanza Global (IGG), responden a esa concepción de "un mundo compartido" y al marcado interés chino de incidir en primera persona al momento de definir las reglas y estructuras de la gobernanza global.
La IDG fue propuesta por Xi en septiembre 2021 en el debate general del 76º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas como un marco de referencia conceptual para promover el desarrollo sostenible, el crecimiento compartido y acelerar la implementación de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible. La IDG ha creado una plataforma global abierta centrada en la reducción de la pobreza, la seguridad alimentaria, la financiación del desarrollo, el cambio climático, el desarrollo verde y la economía digital, entre otras áreas clave. Más de 120 países y numerosas organizaciones internacionales, incluida la ONU, han apoyado y participado en la IDG y casi un centenar se han unido al Grupo de Amigos de la iniciativa.
En el marco de esta iniciativa, China ha brindado asistencia para el desarrollo a más de 160 países. Tanto el secretario general de la ONU, António Guterres, como la vicesecretaria general, Amina Mohammed, creen que fortalecer la cooperación en el marco de la IDG es clave para lograr los objetivos comunes para las personas y el planeta.
El documento conceptual de la Iniciativa de Seguridad Global (ISG) fue divulgado en febrero de 2023. Partiendo del principio de "seguridad indivisible", se propone una nueva visión de seguridad colectiva, basada en el respeto mutuo y la resolución pacífica de conflictos, y el papel central de las Naciones Unidas.
Al fundamentar la propuesta, el presidente Xi, en el marco de su asistencia virtual al Foro de Boao, el 21 de abril de 2022, argumentó que los hechos demostraban "una vez más que la mentalidad de la Guerra Fría solo socavará el marco de paz global; el hegemonismo y la política de poder solo pondrán en peligro la paz mundial, y la confrontación grupal solo exacerbará los desafíos de seguridad en el siglo XXI". Para Xi, en la era de la globalización económica, la seguridad de todos los países -el terrorismo, el cambio climático, la ciberseguridad y la bioseguridad- está interrelacionada y tiene un impacto mutuo.
Ningún país puede mantener la seguridad absoluta con su propio esfuerzo, y ningún país puede lograr la estabilidad a partir de la inestabilidad de otros países. "Los hechos han demostrado una vez más que en medio de los furiosos torrentes de una crisis global, los países no viajan por separado en unos 190 botes pequeños, sino que están todos en un barco gigante del que depende nuestro destino compartido", concluyó Xi.
La ISG incluye varios de los temas identificados como principales desafíos de seguridad, tales como: terrorismo, crimen organizado transnacional, tráfico de drogas, proliferación nuclear, cambio climático y seguridad del empleo de la inteligencia artificial.
La tercer propuesta de alcance mundial, la Iniciativa de la Civilización Global (ICG), fue lanzada por Xi en marzo de 2023 durante de la Reunión de Alto Nivel del PCCh en Diálogo con Partidos Políticos Mundiales en Beijing, un encuentro multitudinario al que asistieron líderes de más de 500 partidos y organizaciones políticas de unos 150 países.
El mandatario chino enfatizó que la tolerancia, la coexistencia, los intercambios y el aprendizaje mutuo entre las diferentes civilizaciones desempeñan un papel insustituible en el avance del proceso de modernización de la humanidad y en hacer florecer el jardín de la civilización mundial, ya que el futuro de todos los países está estrechamente relacionado hoy en día.
El concepto de la ICG desmiente la teoría del "choque de civilizaciones" de Samuel Huntington (1997), que consideraba que China inevitablemente chocaría con la civilización occidental, desplazándola como la civilización dominante en el mundo.
La "Xivilización Global" es el complemento de las otras dos iniciativas en tanto el desarrollo y la seguridad común podrán ser alcanzadas si las distintas civilizaciones pueden coexistir de forma armónica.
Finalmente, el 1 de setiembre de este año - en el marco de los 80 años del fin de la segunda guerra mundial, su victoria ante Japón y la creación de las Naciones Unidas - el presidente Xi Jinping ante los jefes de estado y de gobierno miembros de la Organización de Cooperación de Shanghai (la organización regional más grande del mundo en población y territorio.), propuso, al mundo la cuarta y más significativa de sus iniciativas globales: la Iniciativa de Gobernanza Global (IGG) , una reforma del sistema multilateral post 1945, que viene languideciendo y dando muestras de su falta de representatividad y efectividad.
En un contexto de creciente incertidumbre geopolítica, mientras Washington se retira de sus compromisos internacionales, ataca el sistema de Naciones Unidas, desprecia a las organizaciones multilaterales de integración, cooperación y desarrollo, Beijing se posiciona como un actor clave en un mundo multipolar y ofrece, a través de su IGG los cinco principios centrales que deberían sustentar las relaciones entre todos los países del mundo : igualdad soberana, respeto por el derecho internacional, multilateralismo genuino, un enfoque centrado en las personas y un compromiso con resultados prácticos.
La Iniciativa no busca desmantelar el sistema existente, sino remodelar el orden internacional vigente, las prioridades globales hacia un mayor equilibrio y beneficio mutuo.
La introducción de la IGG refleja un reconocimiento de que el orden existente, en gran medida configurado después de la Segunda Guerra Mundial, ya no es capaz de gestionar los complejos desafíos globales de hoy. Crisis como el cambio climático, la gobernanza digital y la desigualdad económica requieren cooperación y reformas.
Los líderes chinos pretenden reconfigurar las normas dentro de las organizaciones multilaterales existentes (en distintos grados, según el tipo de institución) y aumentar la influencia de china y el Sur Global en las instituciones internacionales.
Que una potencia emergente no intente reformar el sistema de relaciones internacionales sería extraño; así ha sido a lo largo de la historia. Como tampoco debe sorprendernos que, al mismo tiempo, promueva la creación de un entramado de nuevas instituciones multilaterales que reflejen el creciente papel de China y de otras potencias emergentes en el escenario global (Organización de Cooperación de Shanghai, BRICS, Nuevo Banco de Desarrollo, Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, La nueva Ruta de la Seda, etc).
América Latina: La Doctrina Trump y la Doctrina Xi
El pasado 7 de diciembre la Casa Blanca publicó la Estrategia de Seguridad Nacional, un instrumento que articula el pensamiento estratégico estadounidense y ordena las principales prioridades de su política exterior, la diplomacia, la planificación militar, y su política económica internacional.
El documento describe en 33 páginas la quinta esencia de la Doctrina Trump del mundo que se propone construir: un rechazo al papel de las instituciones multilaterales, una critica despiadada al paradigma del liberalismo internacional y a la globalización económica y una revisión de las alianzas estratégicas construida por los Estados Unidos en las últimas décadas. Según Washington esos marcos hoy están reñidos con sus intereses nacionales, China habría explotado el orden liberal internacional y la globalización para erosionar la posición estratégica de EEUU, mientras que las alianzas, hasta ahora incondicionales como la trasatlántica, han generado dinámicas de dependencia enfrentadas a los intereses de Estados Unidos.
En un giro radical respecto a décadas de política exterior estadounidense, la nueva estrategia de seguridad convierte al continente americano en el principal escenario de operaciones de Estados Unidos en el extranjero, en detrimento de Europa o de Oriente Próximo.
"Tras años de abandono, Estados Unidos reafirmará y aplicará la doctrina Monroe para restaurar la preeminencia estadounidense en el hemisferio occidental y proteger nuestro territorio nacional y nuestro acceso a geografías clave en toda la región. Negaremos a competidores no hemisféricos la capacidad de posicionar fuerzas u otras capacidades amenazantes, o de poseer o controlar activos estratégicamente vitales en nuestro hemisferio. Haremos valer este "corolario Trump" de la doctrina Monroe".
"El hemisferio occidental es el vecindario de Estados Unidos, y lo protegeremos", declaró el jefe del Pentagono, Pete Hegseth, un día antes de que se hiciera público el documento.
Para Estados Unidos, América Latina se percibe como una región de donde emergen algunos de sus problemas más graves y para resolverlos opta por conminar a los países para que Washington cumpla sus metas: freno de la migración, narcotráfico y delincuencia transnacional y el gran objetivo regional de frenar la presencia china y de cualquier "competidor no hemisférico" (Rusia, Irán).
Dos siglos después de su proclamación, vuelve la versión Trump 2.0 de la doctrina Monroe (lo que muchos irónicamente han bautizado como doctrina "Donroe" , por el nombre del Presidente) , del siglo XIX que abrió una era de intervencionismo político y militar de Washington en América Latina (el patio trasero) dirigido en su mayor parte contra gobiernos de izquierda, progresistas y antiimperialistas.
El contenido de la nueva Estrategia no constituye una sorpresa. Desde su regreso a la Casa Blanca, El presidente Donald Trump comenzó el año con promesas de apoderarse del canal de Panamá, tomar el control de Groenlandia, anexar a Canada como el estado número 51 y rebautizar el golfo de México como golfo de América.
Exhumando las viejas prácticas injerencistas , ha intervenido en los procesos electorales de Argentina, condicionando la ayuda económica prometida (20.000 millones de dólares) al triunfo de Milei en los comicios del 26 de octubre y expresado su apoyo "incondicional" al candidato de la derecha Nasry Asfura en las elecciones de Honduras del 30 de noviembre.
Mientras, ha arremetido contra "los infieles" como Gustavo Petro, presidente de Colombia, al que ha insultado como "matón" y "narcotraficante", y Lula da Silva con una andanada de aranceles por considerar "las políticas, prácticas y acciones del gobierno de Brasil amenazan la seguridad nacional, la política exterior y la economía de los Estados Unidos".
Desde setiembre, el ejército estadounidense ha llevado a cabo 21 ataques contra lanchas rápidas que, según afirma (pero no prueba), transportaban drogas desde Venezuela, y han muerto 83 personas a causa de ello. Ha desplegado el portaaviones más grande del mundo en el Caribe, incrementado sustancialmente su presencia en el hemisferio en décadas, con más de 15.000 soldados.
Este martes, despejando las pocas dudas que podían quedar sobre el interés de Washington en el petróleo venezolano que venía justificando únicamente como una guerra como el narcotráfico, Trump ha ordenado el "bloqueo total de los petroleros sancionados que entren y salgan de Venezuela" y que el despliegue militar en el Caribe continuará "hasta que [el chavismo] devuelva a los Estados Unidos de América todo el petróleo, las tierras y demás activos que nos robaron".
Tres días después de conocida la Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, la Republica Popular publicó el "Documento sobre la Política de China hacia América Latina y el Caribe", su nueva hoja de ruta para "una región que forma parte importante del Sur Global y constituye una fuerza relevante para defender la paz y la estabilidad del mundo y promover su desarrollo y prosperidad" y que atraviesa una etapa caracterizada por el "beneficio mutuo".
El documento, el tercero de su tipo luego de los publicados en 2008 y 2016, reafirma el compromiso de la República Popular para impulsar junto con América Latina y el Caribe (ALC) los cinco programas de la solidaridad, el desarrollo, las civilizaciones, la paz y los pueblos, planificar juntos para el desarrollo y la revitalización, y escribir conjuntamente un nuevo capítulo en la construcción de la comunidad de futuro compartido China-ALC.
El texto repasa la trayectoria del desarrollo de las relaciones entre China y ALC, explica las políticas y propuestas de China sobre los intercambios y la cooperación en más de 40 áreas de cara a la siguiente fase, y responde activamente a las necesidades y los intereses de cooperación de ALC en ámbitos como comercio, inversión, finanzas, innovación científico-tecnológica y lucha contra el cambio climático.
Durante la ceremonia de lanzamiento del texto, Cai Wei, ministro adjunto de Relaciones Exteriores de China, sostuvo que "este documento pone de pleno manifiesto la alta importancia atribuida por China a sus relaciones con ALC y su sincera voluntad de materializar el desarrollo conjunto de ambas partes, y servirá como hoja de ruta y guía para el desarrollo de las relaciones entre China y ALC en la nueva etapa".
Estrategia de Seguridad Nacional o Política de China hacia América Latina y el Caribe. America First o Comunidad de Destino Compartido. Hegemonía o Multilateralismo. El mundo según Washington o el Mundo según Beijing. Esa es la cuestión.
"Llega un momento en el que hay que tomar definiciones en la vida y nosotros pensamos que este es un momento en el que hay que definir si estás de un lado o estás del otro", consideró Juan Castillo al momento de fundamentar la política internacional aprobada por el XXXIII Congreso del Partido Comunista de Uruguay.
Hace más de 700 años, Dante Alighieri, en el canto III de la «Divina Comedia» narraba su entrada al Infierno conducido por Virgilio, y el poeta se encuentra en un gran vestíbulo donde son castigados los indiferentes, los que en vida nunca tomaron partido por nada, los eternos «neutros», los que vivieron en «la gran renuncia».
Ec. Daniel Barrios
19.12.2025
Por más de dos milenios la perspectiva natural de China fue su dominio sobre Tianxia, un concepto de la doctrina confuciana para la gobernabilidad del mundo. Su nombre mismo, Zhongguo, o "Reino del Medio", es la expresión más emblemática de una cosmovisión cuyo resultado es un proyecto global que responde a su tradición milenaria. La concepción global del mundo, la visión "el mundo nos pertenece a todos" es casi tan antigua como la civilización china. Mientras para Occidente el mundo es la suma de las partes o de los Estados, China concibe al mundo como un todo.
El sistema Tianxia, instituido en la dinastía Zhou (1046-256 a.C.) para garantizar la unidad en la diversidad de los pueblos de la época y su legitimidad a través de un poder no coercitivo, es clave para comprender el comportamiento de China como potencia global.
El Tianxia es un concepto teórico que abarca un espacio cuasi ilimitado ("todo bajo el cielo") y busca conferir a los diferentes territorios de una lógica extraterritorial. En ese marco es que China está proponiendo una gobernanza global más allá de las relaciones estatales como las conocemos a partir del tratado de Westfalia y de las formas de dominación hegemónicas.
No es difícil hallar la vinculación entre la búsqueda de la sociedad mundial armónica que proclamaba el Tianxia confuciano, y la "diplomacia con características chinas" que defiende Xi Jinping. El presidente sostiene que su diplomacia busca promover "un entorno nacional armonioso y estable y un entorno internacional de paz y tranquilidad".
Un nuevo destino para un nuevo mundo
Superado el llamado "siglo de humillación", que eclipsó la grandeza secular del Reino del Medio, Xi retoma el Tianxia en su voluntad de crear una "comunidad de destino compartido para la humanidad", una mirada de la comunidad internacional desde un nuevo humanismo, la recuperación del Espíritu de Bandung y la reivindicación de la Cooperación Sur-Sur.
Ante tanta incertidumbre, amenazas y desafíos al orden internacional vigente (conflictos bélicos desembozados, cambio climático, migraciones, etc.), adquiere fuerza la noción de "comunidad de destino compartido", por la que China viene pregonando desde hace más de diez años, cuando comenzó a tomar consciencia de su estatura, su presencia internacional, sus capacidades y responsabilidades.
Fue precisamente en marzo de 2013, cuando Xi, en su primera salida al exterior como presidente, en un discurso pronunciado en el Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú, presentó su concepción del orden internacional como una "comunidad de destino compartido para la humanidad" en donde "en lo tuyo hay algo mío, y en lo mío hay algo tuyo".
Comprender la idea de "comunidad de destino compartido" (CDC) es imprescindible para interpretar los contenidos y alcances de la propuesta china para el nuevo ordenamiento mundial que se está gestando en la actualidad.
Desde que fuera formulada, esta concepción no ha dejado de enriquecerse y desarrollarse, se convirtió en doctrina para el Partido Comunista y el estado desde su inclusión en los Estatutos del PCCh en 2017 y en la constitución de la RPCh en 2018 y en un principio básico de la política exterior del gigante asiático y casi todas sus iniciativas internacionales significativas se enmarcan moral y conceptualmente en la CDC.
"China se opone al hegemonismo y la política de fuerza, defiende la paz mundial y promueve el progreso de la humanidad, a fin de impulsar la construcción de una comunidad de destino de la humanidad y un mundo caracterizado por la paz duradera, la seguridad universal, la prosperidad común, la apertura y la inclusión, y la limpieza y la hermosura (...). El impulso de la creación de la comunidad de destino de la humanidad y la construcción de un mundo armonioso caracterizado por la paz duradera y la prosperidad para todos son objetivos prioritarios para la etapa actual de la humanidad" se lee en el capítulo Programa General de la Carta Magna de los comunistas chino.
Desde esta perspectiva la CDC conceptualmente es el resultado de un largo proceso de maduración y reflexión del pensamiento chino. Estratégicamente responde a una posición más protagónica de China en el escenario global que obliga a sus dirigentes a elaborar una teoría y una práctica de las relaciones internacionales para lo que los comunistas chinos definen cómo "una nueva era".
Según el gobierno chino, a diferencia del pensamiento del "juego de suma cero" de Estados Unidos y países occidentales, el concepto de construcción de una comunidad de futuro compartido para la humanidad aboga por el beneficio mutuo y la cooperación beneficiosa para todos, por utilizar el desarrollo pacífico para prevenir el conflicto y la confrontación, sustituir la seguridad absoluta por la seguridad común, y evitar el choque de civilizaciones con intercambios y comprensión mutua.
La "globalidad con características chinas"
"Los asuntos globales deben ser debatidos por todos, el sistema de gobernanza debe ser construido por todos, y los frutos de la gobernanza deben ser compartidos por todos (...). Debemos vernos los unos a los otros como miembros de la misma gran familia, perseguir una cooperación en la que todos ganemos y ponernos por encima de disputas ideológicas y no caer en la trampa de la guerra de civilizaciones", señaló Xi en el Debate General de la 75ª Asamblea General de la ONU en septiembre de 2020.
El lanzamiento de las cuatro iniciativas "globales" de China, la Iniciativa de Desarrollo Global (IDG), la Iniciativa de Seguridad Global (ISG) y la Iniciativa de Civilización Global (ICG), Iniciativa de la Gobernanza Global (IGG), responden a esa concepción de "un mundo compartido" y al marcado interés chino de incidir en primera persona al momento de definir las reglas y estructuras de la gobernanza global.
La IDG fue propuesta por Xi en septiembre 2021 en el debate general del 76º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas como un marco de referencia conceptual para promover el desarrollo sostenible, el crecimiento compartido y acelerar la implementación de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible. La IDG ha creado una plataforma global abierta centrada en la reducción de la pobreza, la seguridad alimentaria, la financiación del desarrollo, el cambio climático, el desarrollo verde y la economía digital, entre otras áreas clave. Más de 120 países y numerosas organizaciones internacionales, incluida la ONU, han apoyado y participado en la IDG y casi un centenar se han unido al Grupo de Amigos de la iniciativa.
En el marco de esta iniciativa, China ha brindado asistencia para el desarrollo a más de 160 países. Tanto el secretario general de la ONU, António Guterres, como la vicesecretaria general, Amina Mohammed, creen que fortalecer la cooperación en el marco de la IDG es clave para lograr los objetivos comunes para las personas y el planeta.
El documento conceptual de la Iniciativa de Seguridad Global (ISG) fue divulgado en febrero de 2023. Partiendo del principio de "seguridad indivisible", se propone una nueva visión de seguridad colectiva, basada en el respeto mutuo y la resolución pacífica de conflictos, y el papel central de las Naciones Unidas.
Al fundamentar la propuesta, el presidente Xi, en el marco de su asistencia virtual al Foro de Boao, el 21 de abril de 2022, argumentó que los hechos demostraban "una vez más que la mentalidad de la Guerra Fría solo socavará el marco de paz global; el hegemonismo y la política de poder solo pondrán en peligro la paz mundial, y la confrontación grupal solo exacerbará los desafíos de seguridad en el siglo XXI". Para Xi, en la era de la globalización económica, la seguridad de todos los países -el terrorismo, el cambio climático, la ciberseguridad y la bioseguridad- está interrelacionada y tiene un impacto mutuo.
Ningún país puede mantener la seguridad absoluta con su propio esfuerzo, y ningún país puede lograr la estabilidad a partir de la inestabilidad de otros países. "Los hechos han demostrado una vez más que en medio de los furiosos torrentes de una crisis global, los países no viajan por separado en unos 190 botes pequeños, sino que están todos en un barco gigante del que depende nuestro destino compartido", concluyó Xi.
La ISG incluye varios de los temas identificados como principales desafíos de seguridad, tales como: terrorismo, crimen organizado transnacional, tráfico de drogas, proliferación nuclear, cambio climático y seguridad del empleo de la inteligencia artificial.
La tercer propuesta de alcance mundial, la Iniciativa de la Civilización Global (ICG), fue lanzada por Xi en marzo de 2023 durante de la Reunión de Alto Nivel del PCCh en Diálogo con Partidos Políticos Mundiales en Beijing, un encuentro multitudinario al que asistieron líderes de más de 500 partidos y organizaciones políticas de unos 150 países.
El mandatario chino enfatizó que la tolerancia, la coexistencia, los intercambios y el aprendizaje mutuo entre las diferentes civilizaciones desempeñan un papel insustituible en el avance del proceso de modernización de la humanidad y en hacer florecer el jardín de la civilización mundial, ya que el futuro de todos los países está estrechamente relacionado hoy en día.
El concepto de la ICG desmiente la teoría del "choque de civilizaciones" de Samuel Huntington (1997), que consideraba que China inevitablemente chocaría con la civilización occidental, desplazándola como la civilización dominante en el mundo.
La "Xivilización Global" es el complemento de las otras dos iniciativas en tanto el desarrollo y la seguridad común podrán ser alcanzadas si las distintas civilizaciones pueden coexistir de forma armónica.
Finalmente, el 1 de setiembre de este año - en el marco de los 80 años del fin de la segunda guerra mundial, su victoria ante Japón y la creación de las Naciones Unidas - el presidente Xi Jinping ante los jefes de estado y de gobierno miembros de la Organización de Cooperación de Shanghai (la organización regional más grande del mundo en población y territorio.), propuso, al mundo la cuarta y más significativa de sus iniciativas globales: la Iniciativa de Gobernanza Global (IGG) , una reforma del sistema multilateral post 1945, que viene languideciendo y dando muestras de su falta de representatividad y efectividad.
En un contexto de creciente incertidumbre geopolítica, mientras Washington se retira de sus compromisos internacionales, ataca el sistema de Naciones Unidas, desprecia a las organizaciones multilaterales de integración, cooperación y desarrollo, Beijing se posiciona como un actor clave en un mundo multipolar y ofrece, a través de su IGG los cinco principios centrales que deberían sustentar las relaciones entre todos los países del mundo : igualdad soberana, respeto por el derecho internacional, multilateralismo genuino, un enfoque centrado en las personas y un compromiso con resultados prácticos.
La Iniciativa no busca desmantelar el sistema existente, sino remodelar el orden internacional vigente, las prioridades globales hacia un mayor equilibrio y beneficio mutuo.
La introducción de la IGG refleja un reconocimiento de que el orden existente, en gran medida configurado después de la Segunda Guerra Mundial, ya no es capaz de gestionar los complejos desafíos globales de hoy. Crisis como el cambio climático, la gobernanza digital y la desigualdad económica requieren cooperación y reformas.
Los líderes chinos pretenden reconfigurar las normas dentro de las organizaciones multilaterales existentes (en distintos grados, según el tipo de institución) y aumentar la influencia de china y el Sur Global en las instituciones internacionales.
Que una potencia emergente no intente reformar el sistema de relaciones internacionales sería extraño; así ha sido a lo largo de la historia. Como tampoco debe sorprendernos que, al mismo tiempo, promueva la creación de un entramado de nuevas instituciones multilaterales que reflejen el creciente papel de China y de otras potencias emergentes en el escenario global (Organización de Cooperación de Shanghai, BRICS, Nuevo Banco de Desarrollo, Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, La nueva Ruta de la Seda, etc).
América Latina: La Doctrina Trump y la Doctrina Xi
El pasado 7 de diciembre la Casa Blanca publicó la Estrategia de Seguridad Nacional, un instrumento que articula el pensamiento estratégico estadounidense y ordena las principales prioridades de su política exterior, la diplomacia, la planificación militar, y su política económica internacional.
El documento describe en 33 páginas la quinta esencia de la Doctrina Trump del mundo que se propone construir: un rechazo al papel de las instituciones multilaterales, una critica despiadada al paradigma del liberalismo internacional y a la globalización económica y una revisión de las alianzas estratégicas construida por los Estados Unidos en las últimas décadas. Según Washington esos marcos hoy están reñidos con sus intereses nacionales, China habría explotado el orden liberal internacional y la globalización para erosionar la posición estratégica de EEUU, mientras que las alianzas, hasta ahora incondicionales como la trasatlántica, han generado dinámicas de dependencia enfrentadas a los intereses de Estados Unidos.
En un giro radical respecto a décadas de política exterior estadounidense, la nueva estrategia de seguridad convierte al continente americano en el principal escenario de operaciones de Estados Unidos en el extranjero, en detrimento de Europa o de Oriente Próximo.
"Tras años de abandono, Estados Unidos reafirmará y aplicará la doctrina Monroe para restaurar la preeminencia estadounidense en el hemisferio occidental y proteger nuestro territorio nacional y nuestro acceso a geografías clave en toda la región. Negaremos a competidores no hemisféricos la capacidad de posicionar fuerzas u otras capacidades amenazantes, o de poseer o controlar activos estratégicamente vitales en nuestro hemisferio. Haremos valer este "corolario Trump" de la doctrina Monroe".
"El hemisferio occidental es el vecindario de Estados Unidos, y lo protegeremos", declaró el jefe del Pentagono, Pete Hegseth, un día antes de que se hiciera público el documento.
Para Estados Unidos, América Latina se percibe como una región de donde emergen algunos de sus problemas más graves y para resolverlos opta por conminar a los países para que Washington cumpla sus metas: freno de la migración, narcotráfico y delincuencia transnacional y el gran objetivo regional de frenar la presencia china y de cualquier "competidor no hemisférico" (Rusia, Irán).
Dos siglos después de su proclamación, vuelve la versión Trump 2.0 de la doctrina Monroe (lo que muchos irónicamente han bautizado como doctrina "Donroe" , por el nombre del Presidente) , del siglo XIX que abrió una era de intervencionismo político y militar de Washington en América Latina (el patio trasero) dirigido en su mayor parte contra gobiernos de izquierda, progresistas y antiimperialistas.
El contenido de la nueva Estrategia no constituye una sorpresa. Desde su regreso a la Casa Blanca, El presidente Donald Trump comenzó el año con promesas de apoderarse del canal de Panamá, tomar el control de Groenlandia, anexar a Canada como el estado número 51 y rebautizar el golfo de México como golfo de América.
Exhumando las viejas prácticas injerencistas , ha intervenido en los procesos electorales de Argentina, condicionando la ayuda económica prometida (20.000 millones de dólares) al triunfo de Milei en los comicios del 26 de octubre y expresado su apoyo "incondicional" al candidato de la derecha Nasry Asfura en las elecciones de Honduras del 30 de noviembre.
Mientras, ha arremetido contra "los infieles" como Gustavo Petro, presidente de Colombia, al que ha insultado como "matón" y "narcotraficante", y Lula da Silva con una andanada de aranceles por considerar "las políticas, prácticas y acciones del gobierno de Brasil amenazan la seguridad nacional, la política exterior y la economía de los Estados Unidos".
Desde setiembre, el ejército estadounidense ha llevado a cabo 21 ataques contra lanchas rápidas que, según afirma (pero no prueba), transportaban drogas desde Venezuela, y han muerto 83 personas a causa de ello. Ha desplegado el portaaviones más grande del mundo en el Caribe, incrementado sustancialmente su presencia en el hemisferio en décadas, con más de 15.000 soldados.
Este martes, despejando las pocas dudas que podían quedar sobre el interés de Washington en el petróleo venezolano que venía justificando únicamente como una guerra como el narcotráfico, Trump ha ordenado el "bloqueo total de los petroleros sancionados que entren y salgan de Venezuela" y que el despliegue militar en el Caribe continuará "hasta que [el chavismo] devuelva a los Estados Unidos de América todo el petróleo, las tierras y demás activos que nos robaron".
Tres días después de conocida la Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, la Republica Popular publicó el "Documento sobre la Política de China hacia América Latina y el Caribe", su nueva hoja de ruta para "una región que forma parte importante del Sur Global y constituye una fuerza relevante para defender la paz y la estabilidad del mundo y promover su desarrollo y prosperidad" y que atraviesa una etapa caracterizada por el "beneficio mutuo".
El documento, el tercero de su tipo luego de los publicados en 2008 y 2016, reafirma el compromiso de la República Popular para impulsar junto con América Latina y el Caribe (ALC) los cinco programas de la solidaridad, el desarrollo, las civilizaciones, la paz y los pueblos, planificar juntos para el desarrollo y la revitalización, y escribir conjuntamente un nuevo capítulo en la construcción de la comunidad de futuro compartido China-ALC.
El texto repasa la trayectoria del desarrollo de las relaciones entre China y ALC, explica las políticas y propuestas de China sobre los intercambios y la cooperación en más de 40 áreas de cara a la siguiente fase, y responde activamente a las necesidades y los intereses de cooperación de ALC en ámbitos como comercio, inversión, finanzas, innovación científico-tecnológica y lucha contra el cambio climático.
Durante la ceremonia de lanzamiento del texto, Cai Wei, ministro adjunto de Relaciones Exteriores de China, sostuvo que "este documento pone de pleno manifiesto la alta importancia atribuida por China a sus relaciones con ALC y su sincera voluntad de materializar el desarrollo conjunto de ambas partes, y servirá como hoja de ruta y guía para el desarrollo de las relaciones entre China y ALC en la nueva etapa".
Estrategia de Seguridad Nacional o Política de China hacia América Latina y el Caribe. America First o Comunidad de Destino Compartido. Hegemonía o Multilateralismo. El mundo según Washington o el Mundo según Beijing. Esa es la cuestión.
"Llega un momento en el que hay que tomar definiciones en la vida y nosotros pensamos que este es un momento en el que hay que definir si estás de un lado o estás del otro", consideró Juan Castillo al momento de fundamentar la política internacional aprobada por el XXXIII Congreso del Partido Comunista de Uruguay.
Hace más de 700 años, Dante Alighieri, en el canto III de la «Divina Comedia» narraba su entrada al Infierno conducido por Virgilio, y el poeta se encuentra en un gran vestíbulo donde son castigados los indiferentes, los que en vida nunca tomaron partido por nada, los eternos «neutros», los que vivieron en «la gran renuncia».
Ec. Daniel Barrios