28 dic 2025

SER COLONIA COMO VOCACION

ARGENTINA LIBERTARIA
Negocio financiero, importaciones y cosmética

Por Hernán Letcher

28 de diciembre de 2025 - 0:01


Productos Importados en gondolas (Imagen Web)


Made in donde sea. “Un día cualquiera en el supermercado argentino: fideos de Italia, manteca de Francia, mermelada de Alemania, café de Brasil, conservas de Francia y té de Sri Lanka. Todos con marca del supermercado, que antes le compraba a un productor local” posteé esta última semana, acompañando con foto de cada uno de esos productos y su origen. Podía haber incluido, además, leche de Uruguay y pan de Brasil. Mi posteo inquietó a los libertarios, y algún otro enamorado de Milei, que lo viralizaron festejando las supuestas bondades de la indiscriminada oferta de productos extranjeros y acusando al autor del tweet de cubano-venezolano.
Me sorprendió el esfuerzo por defender, con escasos argumentos, esa góndola cosmopolita. No hay que ser muy avispado para identificar que ni Cuba ni Venezuela han tenido ni ostentan la pampa argentina, y mucho menos la industria de nuestro país. El abandono a la aspiración de ser el supermercado del mundo es una característica libertaria que da por tierra la tradicional aspiración liberal argentina del modelo agroexportador, la división internacional del trabajo y la teoría de ventajas comparativas estáticas.

Argentina no debe producir todo. No hay debate al respecto. Pero la discusión en redes no fue respecto de que debe producir nuestro país, o sobre producir o no celulares o autos. Tampoco giró en torno al uso de la importación como herramienta de regulación de precios o de mejora de competitividad. El posteo, a todas luces, apuntaba a otra cosa: demostrar, con hechos, lo inviable de producir en la Argentina. Si, con las ventajas del agro, nuestra producción de leche, carnes o pan, no resulta rentable, entonces el problema es otro. 

Los cierres de empresas alimenticias lo demuestran con crueldad. Por cierto, los defensores a ciegas de lo importado se les nubla la vista cuando el socio de los libertarios, Donald Trump, aplica aranceles a troche y moche para defender la producción de EEUU. Milei podría copiarlo. Pero, al parecer, con petróleo y litio estamos bien. La pregunta es quiénes.


El negocio financiero del FAL. 

El 9 de enero de 2026, es decir, en un par de semanas, vencen Globales y Bonares por aproximadamente USD 4.600 millones de capital e interés. El gobierno licitó AL29D diez días atrás y logró captar unos USD 910 millones. Pero aun se desconoce como se pagará el resto. El ministro, en diversas entrevistas, sugirió que podría cumplirse el pago vía un repo con bancos, usarse el swap e incluso realizar una nueva colocación ese mismo 9, aprovechando que el presupuesto habilitó a tomar deuda sin las condiciones de la ley Guzman. 

En eses contexto, y promediando la semana, se produjo un intercambio de tweets entre el ministro Luis Caputo y algunos usuarios de redes. “Toto, vamos a tener emision en NY en enero?” le preguntaron al ministro en una evidente puesta en escena. “Trataremos que no la haya. El objetivo es ir eliminando la dependencia que el país tiene con Wall Street” respondió Caputo. La pregunta que caía de maduro era por qué quiere ir eliminando la dependencia de Wall Street habida cuenta de la relación estrecha que hay con Bessent y sus socios y del historial del propio Caputo con inversores como Blackrock y Fidelity. 

La pregunta se la hizo Francisco Jueguen, de La Nación. “Gracias por la pregunta, muy oportuna. Porque es muy difícil que un país pueda crecer sostenidamente en el tiempo sin un mercado de capitales interno más desarrollado. Este es un punto central de mediano y largo plazo. Y este gobierno, más allá de tener que lidiar con la coyuntura de corto plazo, está tratando de sentar las bases para qué es este período de crecimiento sea de largo plazo” escribió Toto.

Sugiero detenernos y releer las últimas frases del ministro. Caputo quiere crear “un mercado de capitales interno más desarrollado”, un objetivo loable y necesario que, incluso, permita financiar la deuda argentina. Nadie puede estar en desacuerdo. El problema es que Caputo no piensa en que el mercado de capitales se engrose con los ahorros de argentinos que deciden invertir en papeles argentinos. 

Está pensando en desarrollar del mercado de capitales para rollear deuda “a lo Cavallo”: el mercado financiero se va a engrosar con el 3% de los salarios del Fondo de Asistencia Laboral (FAL) para indemnizaciones, recursos que, como son compensable con contribuciones patronales, va a dejar de percibir el Estado. Así entonces, serán las entidades que administren esos fondos las que prestarán a Caputo para financiar el agujero de su propia decisión. Una película conocida. En los noventa, la pérdida de recaudación por la baja de contribuciones patronales se financió con los aportes y contribuciones que ahora iban a las AFJP, que recibían el dinero que había dejado de percibir el Estado y se lo prestaban.

¿Qué pasó en los noventa? 

En números, el Estado dejó de percibir en el período 1994-2000 unos $29.960 millones (a los que se sumaron $22.372 millones de menores ingresos por reducción de aportes patronales) y que ahora iban a las AFJP. En el mismo período, el déficit financiero, cuyo origen son los ingresos que el Estado dejó de percibir, ascendió a $54.615 millones y los montos correspondientes al pago la deuda representó una cifra similar, de $54.446 millones. Un negocio redondo. Por cierto, los costos administrativos fueron sustancialmente elevados y giraron en torno al 3,5 y 2,5 por ciento, representando el 30 por ciento de los aportes. La capitalización no significó más ahorro, dado que a la acumulación de recursos se le contrapone el desahorro estatal.

La cosmética del consumo. “Estamos en máximos de consumo, es el mayor de los últimos 8 años” sostuvo Javier Milei en una reciente entrevista con Luis Majul. “Está cambiando la forma en la cual consumen las personas. ¿Por qué no se fijan como evoluciona el comercio digital? ¿Por qué no miran los balances de Mercado Libre para ver cómo está funcionando el consumo?”. El presidente intentó responder con ese argumento a los recientes datos de consumo del INDEC, que muestran mes a mes la consolidación del consumo en niveles 10% inferiores a los de 2023 y de Scentia, que esta semana publicó un nuevo retroceso de consumo masivo en los datos de noviembre.

¿Cuán cierto es que el consumo masivo mutó en el canal de ventas? Los datos disponibles de la Cámara de E-Commerce indican que, si bien las ventas crecieron 11% interanual en términos reales, los principales rubros en facturación son línea blanca, herramientas y construcción, accesorios para autos y vehículos, hogar, y computación. Nada de consumo masivo. En lo referido a los datos de Alimentos, bebidas y artículos de limpieza, en el primer semestre de 2025 suman unos $2,5 a $2,8 billones mientras que, en el INDEC, promedian $11,7 billones, es decir, entre 21% a 24% aproximadamente, un incremento de apenas 2 a 3 puntos porcentuales. 

Pero en buena medida, eso se debe a que, justamente, caen las ventas en supermercados mientras que, durante 2024 y IS25, se mantienen estables o crecen en el margen las ventas en términos reales de e-commerce. Por eso, Osvaldo del Río, director de Scentia, sostiene que el consumo masivo mediante e-commerce “pesa relativamente poco” frente a la venta presencial”. Y que si bien crecen en el IS25, no logran “neutralizar” las caídas del consumo “offline”.

Pero con esta información es posible identificar un segundo proceso, que emula al de la década de los noventa: la dinámica binaria del consumo. Hagamos un cálculo: si una persona, en noviembre de 2023, ganaba un millón de pesos trabajando en el sector público, según el INDEC hoy ganaría $2,9 millones. Esa persona dedicaría todos sus ingresos a los gastos cotidianos de la vida, por lo que deflactado por la inflación publicada por INDEC, su consumo se redujo en 14,4%. Si ese mismo trabajador fuera del sector privado, la situación mejoraría levemente: cobraría $3,4 millones y habría perdido 1% de su poder de consumo. 

Pero si el ejemplo fuera sobre una persona con altos ingresos, por ejemplo, que a finales de 2023 ganara $10 millones, según INDEC hoy percibiría casi $34 millones. Supongamos que gastara en la vida cotidiana el mismo dinero que la persona del ejemplo anterior, es decir, $3,4 millones la comida, servicios y demás, pudiendo ahorrar el resto. Ese ahorro, medido al dólar MEP, incrementó su valor en 193,7%. Es decir, el poder adquisitivo toma dos formas diferentes entre quien tiene capacidad de ahorro y quien no la tiene. 

El primero, podrá cambiar el auto, el segundo dejará de comer carne para comer fideos. Los datos disponibles confirman este comportamiento dual: crecen la venta de algunos bienes durables y caen las ventas de consumo masivo. Pero con un asterisco: todo el adicional de durables que se comercializa, particularmente autos, son importados. Los libertarios festejan.