El mundo del trabajo según Milei
Por Hernán Letcher
07 de diciembre de 2025

Sturzenegger con Milei (prensa)
En las últimas horas apareció una nueva versión de reforma laboral. Nadie sabe a ciencia cierta si esta versión es la definitiva o, como las anteriores, una especie de “globo de ensayo” para testear los eventuales impactos sociales. Es posible presumir que, más allá del texto final del proyecto, cualquier tipo de propuesta tendrá dos aspectos centrales: el intento de condicionar el accionar sindical y limitar la negociación colectiva y la eliminación/reducción de derechos laborales bajo la premisa de que el costo laboral argentino es demasiado elevado e impide la generación de puestos de trabajo.
En las últimas horas apareció una nueva versión de reforma laboral. Nadie sabe a ciencia cierta si esta versión es la definitiva o, como las anteriores, una especie de “globo de ensayo” para testear los eventuales impactos sociales. Es posible presumir que, más allá del texto final del proyecto, cualquier tipo de propuesta tendrá dos aspectos centrales: el intento de condicionar el accionar sindical y limitar la negociación colectiva y la eliminación/reducción de derechos laborales bajo la premisa de que el costo laboral argentino es demasiado elevado e impide la generación de puestos de trabajo.
Pero este artículo no pretende profundizar en las particularidades de la reforma sino más bien en su espíritu, es decir, en qué cree Milei o a quienes él representa, sobre el mundo del trabajo ¿Cuál es el modelo laboral libertario y que pretende el poder económico?
Enamorado de Milei
En abril de 2024, y mientras en Argentina se discutía el Régimen de Grandes Inversiones (RIGI), se publica en la revista Forbes una nota con el sugestivo título de “La historia del magnate canadiense fascinado con Milei que quiere invertir en la Argentina”. La entrevista refiere a Robert Mc Ewen y resulta muy ilustrativa. En ella, el empresario relata que, cuando se invirtió en minería “teníamos una mina sindicalizada con un acuerdo que estaba vigente hace 40 años y que yo quería cambiar porque lo veía muy perjudicial para la empresa.
Enamorado de Milei
En abril de 2024, y mientras en Argentina se discutía el Régimen de Grandes Inversiones (RIGI), se publica en la revista Forbes una nota con el sugestivo título de “La historia del magnate canadiense fascinado con Milei que quiere invertir en la Argentina”. La entrevista refiere a Robert Mc Ewen y resulta muy ilustrativa. En ella, el empresario relata que, cuando se invirtió en minería “teníamos una mina sindicalizada con un acuerdo que estaba vigente hace 40 años y que yo quería cambiar porque lo veía muy perjudicial para la empresa.
Entonces, iniciaron una huelga que duró 46 meses... Cada vez que volvíamos a la mesa de negociaciones, les ofrecía menos dinero que antes”. Y agregó “yo sabía que era algo que había que hacer. Y, al final del día, el sindicato decidió irse.... Y después de que terminó la huelga ... nuestro costo de producción pasó de 360 dólares por onza a 60 dólares”.
¿Por qué es interesante esta nota y que tiene que ver con nuestro país? Porque este empresario se reunió con Milei a finales de 2023. “¿Le pediste algo (a Milei) en particular para poder desarrollar el proyecto?” preguntó el periodista de Forbes. “Estamos buscando libertad para mover el dinero de un lado a otro, traerlo al país sin que el dinero sea confiscado. Y luego, cuando estás obteniendo ganancias, estás reinvirtiendo en el país, pero también quieres sacar ganancias del país.
¿Por qué es interesante esta nota y que tiene que ver con nuestro país? Porque este empresario se reunió con Milei a finales de 2023. “¿Le pediste algo (a Milei) en particular para poder desarrollar el proyecto?” preguntó el periodista de Forbes. “Estamos buscando libertad para mover el dinero de un lado a otro, traerlo al país sin que el dinero sea confiscado. Y luego, cuando estás obteniendo ganancias, estás reinvirtiendo en el país, pero también quieres sacar ganancias del país.
Quiero decir, cualquiera que dirija un negocio no comienza un negocio para dejar todo su dinero allí”, a lo que agregó los ejes principales de la propuesta del RIGI: baja de impuestos, libre disponibilidad de divisas, altos márgenes de rentabilidad. Desde este punto de vista, la reforma laboral resulta una parada inevitable en el camino para cumplir con el compromiso asumido con Mc Ewen: generar las condiciones para reducir el salario y costo laboral a un quinto del valor actual.
El caso Perú
El 8 de agosto de este año, en un streaming conducido por Alejandro Fantino en Neura, se presenta la plana mayor del equipo económico: Santiago Bausili, Santiago Caputo y Rubén Daza. Promediando la entrevista, el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, sostuvo: “Mirá los países que hicieron la tarea consistentemente en el tiempo. Y no te voy a llevar a Suiza, a Estados Unidos, a Irlanda, sino países como Paraguay, Uruguay, Perú. Esas sociedades viven tranquilas. Nadie habla de economía, nadie habla de tipo de cambio.
La inflación está debajo del 5% anual. ¿Qué hicieron?, se ordenaron e hicieron las cosas como se tienen que hacer”. Y continuó elogiando un caso en particular: “Perú tiene el 70% del mercado laboral en la informalidad”. “¿En la informalidad?”, preguntó el conductor Fantino, incrédulo. “Sí. Pero tiene una macro economía ordenada”, aclaró Bausili.
La comparación con Perú abrió un debate aún más amplio. Hace aproximadamente un mes, la periodista Luciana Vázquez entrevista al economista peruano Piero Ghezzi, para analizar la dinámica del mercado laboral en su país. Allí Ghezzi sostuvo que “Perú es prueba de que el crecimiento no garantiza empleo formal”, dando por tierra las supuestas virtudes de la desregulación laboral. Acto seguido el aún legislador Martin Tetaz tuiteó textual: “Hay que entender que está cambiando la forma de creación de valor. Ya no existe más la economía industrial asalariada formal, homogénea; hoy hay múltiples contratos de distinta naturaleza.
La comparación con Perú abrió un debate aún más amplio. Hace aproximadamente un mes, la periodista Luciana Vázquez entrevista al economista peruano Piero Ghezzi, para analizar la dinámica del mercado laboral en su país. Allí Ghezzi sostuvo que “Perú es prueba de que el crecimiento no garantiza empleo formal”, dando por tierra las supuestas virtudes de la desregulación laboral. Acto seguido el aún legislador Martin Tetaz tuiteó textual: “Hay que entender que está cambiando la forma de creación de valor. Ya no existe más la economía industrial asalariada formal, homogénea; hoy hay múltiples contratos de distinta naturaleza.
Por ejemplo, un abogado puede hacer Uber y facturar como monotributista. Las plataformas eliminaron el desempleo, pero mataron la relación de dependencia. Por eso hay que desconectar la seguridad social del mundo del empleo y la formalidad tiene que estar acotada a asegurar riesgos del trabajo”. El tuit de Tetaz tiene la virtud de la sinceridad. Tetaz decreta:Que se acabó el desempleo.
Que se acabó la movilidad social ascendente.
Que no existe más la relación de dependencia.
Que el sistema de seguridad social debe dejar de existir.
Por esos días otro libertario, Fernando Marull, se animó a más y sentenció (a raíz del debate sobre monotributo): “Recuerden: no vas a tener jubilación; así que ahorrá (en bonos/crypto/acciones) para tu retiro”. Faltó decir a que ALyC (Agente de Liquidación y Compensación) o sociedad de bolsa darle la administración de tu plata.
Y como si faltara algo, esta última semana apareció Julio Velarde, titular del Banco Central de Perú, elogiando la política económica de nuestro país. Mientras Velarde preside el banco desde hace 19 años, en ese mismo período el país pasó por diez presidentes, a razón de menos de dos años cada uno. Es evidente donde reside el poder.
La reforma en marcha
La reforma laboral no es nueva. El gobierno impulsó, en la Ley Bases, una serie de modificaciones donde, si bien buena parte fueron suspendidas en sede judicial (como la ampliación de actividades esenciales, modificaciones del derecho a huelga y otros planteos), logró avanzar en condicionar derechos:Régimen de blanqueo y regularización laboral.
Se excluyó la aplicación a las contrataciones de obra y servicios y se eliminó la presunción de existencia de trabajo en esos casos, se extendió el periodo de prueba a 6 meses, o incluso hasta 8 o 12 según cantidad de trabajadores en la empresa, y se fijaron supuestos de despido con causa vinculados al derecho a la protesta.
Se creó el Fondo de cese.
Régimen de colaboradores.
Derogación de las normas que imponían multas por falta o irregular registro de relaciones laborales, por reclamo judicial, o entrega de certificados de trabajo.
Desnaturalización del SMVM: desde que asumió Milei, la retracción del ya magro salario mínimo fue tal que se requiere de un incremento de 75% nominal hasta abril para compensar lo perdido respecto del promedio de 2023
Si bien la implementación tuvo escaso éxito (el blanqueo significó sólo 12.000 casos, el régimen de trabajador colaborador implicó 5.000 casos y el fondo de cese no se implementó, lo que implicó el reclamo de Sturzenegger a empresarios hace sólo unos días), el gobierno logró correr los límites y va por más: en el acuerdo con el FMI, Argentina se compromete a “reducir gradualmente los impuestos distorsionadores sobre las exportaciones y las transacciones financieras, sustituyéndolos por impuestos directos más sencillos y mejor administrados sobre hogares y empresas. Esto requeriría armonizar la tasa del monotributo y mejorar la transición de los pequeños contribuyentes al sistema tributario general” lo que en la práctica significa eliminar el régimen de monotributo y subir el mínimo no imponible de Ganancias para personas humanas.
En palabras de Bausili, más cerca del 70% de Perú. TMAP.