por Thierry Meyssan
Red Voltaire | París (Francia) | 16 de diciembre de 2025
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La videoconferencia del 10 de diciembre de 2025 sobre la venta de las “tierras raras” de Ucrania.
Las negociaciones alrededor de la paz en Ucrania encuentran como obstáculo la mala voluntad de la “administración Zelenski”, que trata desesperadamente de ganar tiempo, en el plano jurídico principalmente, así como en el plano militar y, finalmente, en el plano político. Los contactos iniciados nos obligan a reflexionar sobre el tipo de paz que Kiev está buscando.
Las negociaciones para la paz entre Ucrania y Rusia van haciéndose interminables. Es evidente que la parte rusa, segura de su victoria, tiene intenciones de hacerse con el control de toda la región de Donbass, mientras que Kiev sigue tratando de mantenerse allí.
Los dirigentes de los Estados de la Unión Europea y de Reino Unido corren de reunión en reunión, al ritmo de casi una reunión diaria, guiados sólo por la obsesión de continuar la guerra, con Estados Unidos o no.
Dos nuevos elementos han venido a modificar el contexto: Washington se plantea la posibilidad de salir de la OTAN y Kiev acepta la idea de vender el país a los estadounidenses.
Washington y la OTAN
El 1º de diciembre se desarrolló una videoconferencia secreta en la que participaron el presidente de Francia; Emmanuel Macron; el presidente de Finlandia, Alexander Stubb; el canciller de Alemania, Friedrich Merz; los primeros ministros de Polonia, Italia, Dinamarca y Noruega –respectivamente Donald Tusk, Giorgia Meloni, Mette Frederiksen y Jonas Gahr Store–; el secretario general de la OTAN, el neerlandés Mark Rutte; la presidente de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen; y el presidente del Consejo Europeo, el portugués Antonio Costa.
Según el semanario alemán Der Spiegel, que tuvo acceso a la síntesis escrita de la reunión, el secretario general de la OTAN dijo estar de acuerdo con el presidente de Finlandia en opinar que los europeos tenían que desconfiar de la paz para Ucrania que los enviados especiales del presidente estadounidense Donald Trump –Steve Witkoff y Jared Kushner– estaban negociando [1].
Es la primera vez que un secretario general de la OTAN en funciones se toma la libertad de criticar abiertamente a un presidente estadounidense, igualmente en ejercicio del cargo.
En la Estrategia de Seguridad Nacional 2025 que la Casa Blanca publicó el 4 de diciembre, se menciona la OTAN en 5 ocasiones. La OTAN ya no es una alianza fundamental para Estados Unidos en la medida en que el presidente Trump ha anunciado el fin del “Imperio estadounidense”. Washington está demasiado ocupado tratando de resolver el problema que representa su deuda nacional de 33 000 millardos de dólares [2] para tener que dedicarse también a la defensa del occidente de Europa.
Las negociaciones para la paz entre Ucrania y Rusia van haciéndose interminables. Es evidente que la parte rusa, segura de su victoria, tiene intenciones de hacerse con el control de toda la región de Donbass, mientras que Kiev sigue tratando de mantenerse allí.
Los dirigentes de los Estados de la Unión Europea y de Reino Unido corren de reunión en reunión, al ritmo de casi una reunión diaria, guiados sólo por la obsesión de continuar la guerra, con Estados Unidos o no.
Dos nuevos elementos han venido a modificar el contexto: Washington se plantea la posibilidad de salir de la OTAN y Kiev acepta la idea de vender el país a los estadounidenses.
Washington y la OTAN
El 1º de diciembre se desarrolló una videoconferencia secreta en la que participaron el presidente de Francia; Emmanuel Macron; el presidente de Finlandia, Alexander Stubb; el canciller de Alemania, Friedrich Merz; los primeros ministros de Polonia, Italia, Dinamarca y Noruega –respectivamente Donald Tusk, Giorgia Meloni, Mette Frederiksen y Jonas Gahr Store–; el secretario general de la OTAN, el neerlandés Mark Rutte; la presidente de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen; y el presidente del Consejo Europeo, el portugués Antonio Costa.
Según el semanario alemán Der Spiegel, que tuvo acceso a la síntesis escrita de la reunión, el secretario general de la OTAN dijo estar de acuerdo con el presidente de Finlandia en opinar que los europeos tenían que desconfiar de la paz para Ucrania que los enviados especiales del presidente estadounidense Donald Trump –Steve Witkoff y Jared Kushner– estaban negociando [1].
Es la primera vez que un secretario general de la OTAN en funciones se toma la libertad de criticar abiertamente a un presidente estadounidense, igualmente en ejercicio del cargo.
En la Estrategia de Seguridad Nacional 2025 que la Casa Blanca publicó el 4 de diciembre, se menciona la OTAN en 5 ocasiones. La OTAN ya no es una alianza fundamental para Estados Unidos en la medida en que el presidente Trump ha anunciado el fin del “Imperio estadounidense”. Washington está demasiado ocupado tratando de resolver el problema que representa su deuda nacional de 33 000 millardos de dólares [2] para tener que dedicarse también a la defensa del occidente de Europa.
Así que la Estrategia de Seguridad Nacional 2025 de la administración Trump se limita a señalar que todos los Estados miembros de la OTAN tendrán que garantizar su seguridad por sí mismos, dedicando a ese fin un 5% de su producto interno bruto (PIB), proporción muy superior a la que le dedican actualmente.
La Estrategia de Seguridad Nacional 2025 de Estados Unidos señala también que la OTAN no está destinada a continuar su expansión [3].
Cinco días después, el 9 de diciembre, un miembro republicano de la Cámara de Representantes, Thomas Massie (Kentucky), presento un proyecto de ley (HR 6508) que apunta a la salida de Estados Unidos de la OTAN. El 12 de diciembre, ese texto fue enviado a la comisión de Relaciones Exteriores [4]. Es la primera vez que el Congreso estadounidense se plantea la posibilidad de que los Estados Unidos de América abandonen la alianza atlántica.
Es demasiado pronto para sacar conclusiones, pero sí podemos observar que entre los seguidores del presidente Trump existe una corriente contraria a la OTAN y que los europeos saben perfectamente que, solos, son incapaces de garantizar simultáneamente su propia defensa y de mantener su política de hostilidad hacia la Federación Rusa.
Los colaboradores del presidente Trump afirman, en privado, que este sacará a Estados Unidos de la OTAN a mediados de 2027… pero eso podría suceder incluso antes.
Los dirigentes de la Unión Europea lo saben. El presidente del Consejo Europeo, el portugués Antonio Costa, declaraba el 8 de diciembre, en el Instituto Jacques Delors: «Si queremos protegernos, no sólo contra nuestros adversarios sino también contra los aliados que nos desafían, tenemos que reforzar a Europa. Necesitamos concertarnos para construir una Europa que debe entender que las relaciones de los aliados y las alianzas posteriores a la Segunda Guerra Mundial han cambiado.»
Eso es cierto, pero los miembros de la Unión Europea definitivamente no disponen de los medios con que cuenta Estados Unidos. Como máximo podrían, si así lo desean, organizarse alrededor de una de las 3 potencias nucleares que existen en Europa: Francia, Reino Unido o… Rusia.
El dictador Zelenski y las elecciones
Ya hace un mes que, el 11 de noviembre, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, dio el pitazo de inicio a la “Operación Midas” en Ucrania. Los principales aliados ucranianos del presidente –ahora no electo– Volodimir Zelenski han ido cayendo uno a uno. Es imposible seguir creyendo que el propio Zelenski no haya sido uno de los principales beneficiarios de los desvíos de fondos descubiertos en Ucrania y de los pagos ilegales que se exigían a las empresas. Pero nadie se atreve a detenerlo, y él se aferra al poder para garantizar sus ganancias personales o enviarlas fuera del país.
Ante la presión que las conversaciones de paz representan para él, Zelenski recurre constantemente a sus “padrinos”, multiplica las reuniones fuera de Ucrania –en Atenas, París, Londres, Bruselas, Roma y Berlín– mientras que su representante especial y secretario general de su Consejo de Seguridad y Defensa, Rustem Umerov, ya está prácticamente en el exilio. El régimen de Kiev se ha convertido en un juego de sombras. El “presidente”, cuyo mandato ya expiró, puede caer en cualquier momento y su principal negociador ya no se atreve a regresar al país.
El 9 de diciembre, en una entrevista concedida a Politico [5], el presidente Trump se expresó de la siguiente manera:
Politico: ¿Cree usted que ya es hora de que Ucrania organice una elección?
Donald Trump: Sí, pienso que sí. Desde hace tiempo. Es… no salió particularmente bien. Sí, creo que ya es hora. Pienso que es un momento importante para organizar elecciones. Utilizan la guerra para no hacer elecciones pero… pienso que el pueblo ucraniano debería… debería tener esa opción. Quizás Zelenski ganaría. Yo no sé quién ganaría. Pero hace tiempo que no han tenido elecciones. Usted sabe… hablan de una democracia, pero han llegado a un punto en que ya no es una democracia.
Es importante saber que la Constitución ucraniana prohíbe la realización de elecciones bajo la ley marcial. La ley marcial fue instaurada en Ucrania, por primera vez, en 2018, por el entonces presidente Petro Porochenko, precisamente durante la campaña electoral previa a la elección presidencial [6]. La segunda vez la instauró… Volodimir Zelenski, en 2022, durante la operación militar especial rusa.
En Ucrania, la ley marcial instituye 9 medidas:
Se restringen los derechos y las libertades constitucionales de los civiles.
Se introduce una «obligación de trabajar» que se aplica a todas las personas, tengan o no un empleo, el trabajo impuesto puede ser en el ejército.
Se incautan propiedades pertenecientes al Estado o se «dispone por la fuerza» de los bienes comunales y privados «para las necesidades del Estado».
Se impone un toque de queda.
Se implantan puntos militares de control y se restringen «la libertad de circulación de los ciudadanos, de los extranjeros y de los apátridas así como la circulación de vehículos».
Se verifican los documentos personales y se inspeccionan los lugares donde se encuentran las personas.
Se prohíben las manifestaciones pacíficas, las reuniones y los eventos de masas.
Se prohíben o se restringen los medios de prensa.
Se prohíbe o se restringe la difusión de información en las redes sociales.
Tanto en 2018 como en 2022, el objetivo de la ley marcial era claramente instaurar un régimen autoritario. Petro Porochenko la mantuvo sólo por 30 días. Pero Zelenski ha venido renovándola cada 3 meses desde febrero de 2022. El 16º decreto que promulgó en ese sentido la prolonga hasta febrero de 2026.
Según la Constitución ucraniana, el mandato presidencial de Volodimir Zelenski expiró en mayo de 2025. A partir de ese momento, el presidente del parlamento, Ruslan Stefanchuk, tendría que haber asumido la jefatura del Estado a título interino. Pero Stefanchuk no sólo se abstuvo de reclamar que se respetara la Constitución sino que acompañó a Zelenski en numerosos viajes para cubrirlo con una apariencia de legitimidad.
Si hoy se realizaran elecciones en Ucrania, las listas de electores estarían falseadas ya que todavía aparecen en ellas cientos de miles de soldados ucranianos muertos en combate. En esas condiciones, “arreglar” las elecciones sería para Kiev un juego de niños.
La parte rusa ha subrayado en numerosas ocasiones que no puede firmar la paz con una personalidad ilegítima como contraparte. En Moscú no han olvidado que el presidente Porochenko afirmó, de la noche a la mañana, que los Acuerdos de Minsk, firmados por su enviado especial y predecesor, Leonid Kuchma, “no tenían valor jurídico” porque el mandato de Kuchma no habia sido valido por él ni por el parlamento.
Por consiguiente, cuando Zelenski anuncia súbitamente que aceptaría organizar elecciones, probablemente está tratando de ganar tiempo y de retrasar todavía un poco más un eventual proceso de paz.
La venta del país al mejor postor
El 9 de junio de 2024, el senador republicano Lindsey Graham afirmaba en el programa Face the Nation, de CBS News, que el valor de las llamadas “tierras raras” ucranianas se situaba «entre 10 000 y 12 000 millardos de dólares».
Hace varios meses, el presidente Trump mencionó la posibilidad de poner en manos de Estados Unidos la explotación de esos recursos ucranianos como medio de «reembolsar» los fondos que la administración Biden dedicó a la guerra de Ucrania. El 12 de febrero de este año, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, viajó a Kiev para conversar sobre eso con Volodimir Zelenski.
El pasado 10 de diciembre, Zelenski se reunió por videoconferencia con el mismo Bessent y con Jared Kushner, quien no participó en la conversación como negociador sino en su calidad de director del fondo de inversiones Affinity Partners. También participó en esa videoconferencia el director ejecutivo del fondo de inversiones estadounidense BlackRock, el magnate Larry Fink, quien ya posee gran parte de las tierras agrícolas de Ucrania [7]. Evidentemente, el objetivo de la videoconferencia era evaluar qué podría obtener Kiev a cambio de las tierras raras. Lo que hace 10 meses parecía inconcebible, ahora se ve como algo posible.
Al día siguiente, el 11 de diciembre, hubo una segunda reunión. Otra vez por videoconferencia, Zelenski se reunió con los principales negociadores estadounidenses e hizo intervenir al secretario general de la OTAN. Esta vez se trataba de pasar discutir las “garantías de seguridad”… aunque ahora se sabe que la OTAN no está llamada a ser eterna.
La Estrategia de Seguridad Nacional 2025 de Estados Unidos señala también que la OTAN no está destinada a continuar su expansión [3].
Cinco días después, el 9 de diciembre, un miembro republicano de la Cámara de Representantes, Thomas Massie (Kentucky), presento un proyecto de ley (HR 6508) que apunta a la salida de Estados Unidos de la OTAN. El 12 de diciembre, ese texto fue enviado a la comisión de Relaciones Exteriores [4]. Es la primera vez que el Congreso estadounidense se plantea la posibilidad de que los Estados Unidos de América abandonen la alianza atlántica.
Es demasiado pronto para sacar conclusiones, pero sí podemos observar que entre los seguidores del presidente Trump existe una corriente contraria a la OTAN y que los europeos saben perfectamente que, solos, son incapaces de garantizar simultáneamente su propia defensa y de mantener su política de hostilidad hacia la Federación Rusa.
Los colaboradores del presidente Trump afirman, en privado, que este sacará a Estados Unidos de la OTAN a mediados de 2027… pero eso podría suceder incluso antes.
Los dirigentes de la Unión Europea lo saben. El presidente del Consejo Europeo, el portugués Antonio Costa, declaraba el 8 de diciembre, en el Instituto Jacques Delors: «Si queremos protegernos, no sólo contra nuestros adversarios sino también contra los aliados que nos desafían, tenemos que reforzar a Europa. Necesitamos concertarnos para construir una Europa que debe entender que las relaciones de los aliados y las alianzas posteriores a la Segunda Guerra Mundial han cambiado.»
Eso es cierto, pero los miembros de la Unión Europea definitivamente no disponen de los medios con que cuenta Estados Unidos. Como máximo podrían, si así lo desean, organizarse alrededor de una de las 3 potencias nucleares que existen en Europa: Francia, Reino Unido o… Rusia.
El dictador Zelenski y las elecciones
Ya hace un mes que, el 11 de noviembre, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, dio el pitazo de inicio a la “Operación Midas” en Ucrania. Los principales aliados ucranianos del presidente –ahora no electo– Volodimir Zelenski han ido cayendo uno a uno. Es imposible seguir creyendo que el propio Zelenski no haya sido uno de los principales beneficiarios de los desvíos de fondos descubiertos en Ucrania y de los pagos ilegales que se exigían a las empresas. Pero nadie se atreve a detenerlo, y él se aferra al poder para garantizar sus ganancias personales o enviarlas fuera del país.
Ante la presión que las conversaciones de paz representan para él, Zelenski recurre constantemente a sus “padrinos”, multiplica las reuniones fuera de Ucrania –en Atenas, París, Londres, Bruselas, Roma y Berlín– mientras que su representante especial y secretario general de su Consejo de Seguridad y Defensa, Rustem Umerov, ya está prácticamente en el exilio. El régimen de Kiev se ha convertido en un juego de sombras. El “presidente”, cuyo mandato ya expiró, puede caer en cualquier momento y su principal negociador ya no se atreve a regresar al país.
El 9 de diciembre, en una entrevista concedida a Politico [5], el presidente Trump se expresó de la siguiente manera:
Politico: ¿Cree usted que ya es hora de que Ucrania organice una elección?
Donald Trump: Sí, pienso que sí. Desde hace tiempo. Es… no salió particularmente bien. Sí, creo que ya es hora. Pienso que es un momento importante para organizar elecciones. Utilizan la guerra para no hacer elecciones pero… pienso que el pueblo ucraniano debería… debería tener esa opción. Quizás Zelenski ganaría. Yo no sé quién ganaría. Pero hace tiempo que no han tenido elecciones. Usted sabe… hablan de una democracia, pero han llegado a un punto en que ya no es una democracia.
Es importante saber que la Constitución ucraniana prohíbe la realización de elecciones bajo la ley marcial. La ley marcial fue instaurada en Ucrania, por primera vez, en 2018, por el entonces presidente Petro Porochenko, precisamente durante la campaña electoral previa a la elección presidencial [6]. La segunda vez la instauró… Volodimir Zelenski, en 2022, durante la operación militar especial rusa.
En Ucrania, la ley marcial instituye 9 medidas:
Se restringen los derechos y las libertades constitucionales de los civiles.
Se introduce una «obligación de trabajar» que se aplica a todas las personas, tengan o no un empleo, el trabajo impuesto puede ser en el ejército.
Se incautan propiedades pertenecientes al Estado o se «dispone por la fuerza» de los bienes comunales y privados «para las necesidades del Estado».
Se impone un toque de queda.
Se implantan puntos militares de control y se restringen «la libertad de circulación de los ciudadanos, de los extranjeros y de los apátridas así como la circulación de vehículos».
Se verifican los documentos personales y se inspeccionan los lugares donde se encuentran las personas.
Se prohíben las manifestaciones pacíficas, las reuniones y los eventos de masas.
Se prohíben o se restringen los medios de prensa.
Se prohíbe o se restringe la difusión de información en las redes sociales.
Tanto en 2018 como en 2022, el objetivo de la ley marcial era claramente instaurar un régimen autoritario. Petro Porochenko la mantuvo sólo por 30 días. Pero Zelenski ha venido renovándola cada 3 meses desde febrero de 2022. El 16º decreto que promulgó en ese sentido la prolonga hasta febrero de 2026.
Según la Constitución ucraniana, el mandato presidencial de Volodimir Zelenski expiró en mayo de 2025. A partir de ese momento, el presidente del parlamento, Ruslan Stefanchuk, tendría que haber asumido la jefatura del Estado a título interino. Pero Stefanchuk no sólo se abstuvo de reclamar que se respetara la Constitución sino que acompañó a Zelenski en numerosos viajes para cubrirlo con una apariencia de legitimidad.
Si hoy se realizaran elecciones en Ucrania, las listas de electores estarían falseadas ya que todavía aparecen en ellas cientos de miles de soldados ucranianos muertos en combate. En esas condiciones, “arreglar” las elecciones sería para Kiev un juego de niños.
La parte rusa ha subrayado en numerosas ocasiones que no puede firmar la paz con una personalidad ilegítima como contraparte. En Moscú no han olvidado que el presidente Porochenko afirmó, de la noche a la mañana, que los Acuerdos de Minsk, firmados por su enviado especial y predecesor, Leonid Kuchma, “no tenían valor jurídico” porque el mandato de Kuchma no habia sido valido por él ni por el parlamento.
Por consiguiente, cuando Zelenski anuncia súbitamente que aceptaría organizar elecciones, probablemente está tratando de ganar tiempo y de retrasar todavía un poco más un eventual proceso de paz.
La venta del país al mejor postor
El 9 de junio de 2024, el senador republicano Lindsey Graham afirmaba en el programa Face the Nation, de CBS News, que el valor de las llamadas “tierras raras” ucranianas se situaba «entre 10 000 y 12 000 millardos de dólares».
Hace varios meses, el presidente Trump mencionó la posibilidad de poner en manos de Estados Unidos la explotación de esos recursos ucranianos como medio de «reembolsar» los fondos que la administración Biden dedicó a la guerra de Ucrania. El 12 de febrero de este año, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, viajó a Kiev para conversar sobre eso con Volodimir Zelenski.
El pasado 10 de diciembre, Zelenski se reunió por videoconferencia con el mismo Bessent y con Jared Kushner, quien no participó en la conversación como negociador sino en su calidad de director del fondo de inversiones Affinity Partners. También participó en esa videoconferencia el director ejecutivo del fondo de inversiones estadounidense BlackRock, el magnate Larry Fink, quien ya posee gran parte de las tierras agrícolas de Ucrania [7]. Evidentemente, el objetivo de la videoconferencia era evaluar qué podría obtener Kiev a cambio de las tierras raras. Lo que hace 10 meses parecía inconcebible, ahora se ve como algo posible.
Al día siguiente, el 11 de diciembre, hubo una segunda reunión. Otra vez por videoconferencia, Zelenski se reunió con los principales negociadores estadounidenses e hizo intervenir al secretario general de la OTAN. Esta vez se trataba de pasar discutir las “garantías de seguridad”… aunque ahora se sabe que la OTAN no está llamada a ser eterna.
Para la mejor comprensión de este artículo, el lector puede ver nuestros trabajos anteriores:
1 - «Los straussianos al mando en la ONU y la OTAN», 7 de octubre de 2025.
2 - «La propaganda antirrusa y la preparación de la guerra contra Rusia», 28 de octubre de 2025.
3 - «El momento de la verdad: Occidente ante los adelantos militares de Rusia», 4 de noviembre de 2025.
4 - «La caída del régimen de Zelenski y de los regímenes de sus aliados», 25 de noviembre de 2025.
5 - «¿Qué se esconde tras las negociaciones de paz para Ucrania?», 2 de diciembre de 2025.
Thierry Meyssan
[1] “We Must Not Leave Ukraine and Volodymyr Alone with These Guys”, Matthias Gebauer, Leo Klimm, Paul-Anton Kruger, Timo Lehmann, Fedir Petrov, Jan Petter, Fidelius Schmid y Michael Weiss, Der Spiegel, 4 de diciembre de 2025.
[2] 1 millardo = 1 000 millones
[3] «El Pentágono adopta la visión del mundo de Donald Trump», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 10 de diciembre de 2025.
[4] “To require the President to give notice of denunciation of the North Atlantic Treaty for purposes of withdrawing the United States from the North Atlantic Treaty Organization, and for other purposes”, Thomas Massie, House of représentatives 6508, 9 de diciembre de 2025.
[5] “Donald Trump in The Conversation”, Dasha Burn, Politico, YouTube, 9 de diciembre de 2025.
[6] «L’Ukraine adopte une loi martiale aux visées très électorales», Stéphane Siohan, Le Temps, 27 de noviembre de 2018.
[7] «“Paz financiera jázara” en Ucrania: BlackRock intenta recuperar sus pérdidas con Zelenski», por Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada (México) , Red Voltaire , 15 de diciembre de 2025.
1 - «Los straussianos al mando en la ONU y la OTAN», 7 de octubre de 2025.
2 - «La propaganda antirrusa y la preparación de la guerra contra Rusia», 28 de octubre de 2025.
3 - «El momento de la verdad: Occidente ante los adelantos militares de Rusia», 4 de noviembre de 2025.
4 - «La caída del régimen de Zelenski y de los regímenes de sus aliados», 25 de noviembre de 2025.
5 - «¿Qué se esconde tras las negociaciones de paz para Ucrania?», 2 de diciembre de 2025.
Thierry Meyssan
[1] “We Must Not Leave Ukraine and Volodymyr Alone with These Guys”, Matthias Gebauer, Leo Klimm, Paul-Anton Kruger, Timo Lehmann, Fedir Petrov, Jan Petter, Fidelius Schmid y Michael Weiss, Der Spiegel, 4 de diciembre de 2025.
[2] 1 millardo = 1 000 millones
[3] «El Pentágono adopta la visión del mundo de Donald Trump», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 10 de diciembre de 2025.
[4] “To require the President to give notice of denunciation of the North Atlantic Treaty for purposes of withdrawing the United States from the North Atlantic Treaty Organization, and for other purposes”, Thomas Massie, House of représentatives 6508, 9 de diciembre de 2025.
[5] “Donald Trump in The Conversation”, Dasha Burn, Politico, YouTube, 9 de diciembre de 2025.
[6] «L’Ukraine adopte une loi martiale aux visées très électorales», Stéphane Siohan, Le Temps, 27 de noviembre de 2018.
[7] «“Paz financiera jázara” en Ucrania: BlackRock intenta recuperar sus pérdidas con Zelenski», por Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada (México) , Red Voltaire , 15 de diciembre de 2025.