El odio motoriza a la ultraderecha global
Por Eduardo Febbro
8 de diciembre de 2021
Imagen: AFP
Las banderas del odio se mecen con la áspera virulencia de las palabras. El odio vende ideas y ha ido forjando la estructura de una suerte de movimiento político que llenó las democracias occidentales y sus satélites de agujeros negros y champiñones tóxicos. Racismo, cuestionamiento del Estado de Derecho, odio a la democracia, a sus instituciones y a sus cuerpos históricos de cuestionamiento del poder, es decir, la prensa, revisión de la historia, ultranacionalismo, negacionismo, invención de una realidad paralela, agresiones físicas, intimidaciones a través de las redes sociales y designación de un enemigo interior, o sea, el extranjero, son sus componentes más constantes.