8 jun 2023

JUGADOS

ARGENTINA
Para llegar al 22 de octubre, Massa mira a China y Brasil

Juan Guahán y Claudio della Croce

On Jun 6, 2023





Desde hace un tiempo es sabido que la principal estrategia del gobierno, conducido por el ministro de Economía Sergio Massa, es llegar, lo que significa cumplir con los plazos electorales y con la trasmisión del gobierno el 10 de diciembre, con el país y su economía estallados, pero funcionando, a pesar del estancamiento y con una inflación superior al 100%.

El gobierno de Alberto Fernández está saboteado por los grupos económicos que incumplen con los acuerdos de precios, presionado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) que sigue privilegiando cobrar lo pactado y presiona por medidas de ajuste que golpean a la base electoral del peronismo, con la renuncia a postularse de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, acorralada por la justicia.

Y frente a la amenaza permanente de corridas bancarias que promuevan una devaluación con un golpe brutal a los salarios. Ahora Massa festeja que regresa de la gira con créditos y convenios que le permitirá fortalecer las menguadas reservas del Banco Central. El interrogante es por qué se recurre ahora al crédito chino, cuando el gobierno está sumamente vulnerable y a pocos meses de terminar el mandato.

Las razones del tan demorado se deben a una secuencia de errores cometidos por el gobierno , que contaron con el aval del oficialista Frente de Todos.

Este gobierno heredó de la gestión neoliberal de Mauricio Macri las deudas por un préstamo de 45.000 millones de dólares, pactado en condiciones de franca ilegalidad y manifiesta ilegitimidad,firmado sin pasar por el Congreso.incumplió normas internas del FMI y garantizó que capitales especulativos pudieran fugar sus dólares, después de hacer grandes negocios con la bicicleta financiera.

La economía argentina se encuentra estancada desde hace más de diez años, atravesada por un proceso de inflación creciente que nadie parece capaz de controlar. Los gobiernos pasan y ninguno le encuentra la vuelta. ¿Mala gestión? Por supuesto. Pero tiene que haber algo más, alguna causa que explique este problema. ¿O acaso somos el único país del mundo que hizo todo mal?


La devaluación del peso, la alta inflación y la estrechez de reservas del Banco Central son, sin dudas, manifestaciones de un cambio de escenario en el cual se entremezclan, como siempre ocurre en momentos de encrucijadas de las sociedades, factores locales y externos.

El Índice de Precios al Consumidor se conocerá el 14 de junio, cuatro días después del Congreso del Frente Renovador de Massa y diez antes de la presentación de las candidaturas a las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) serán el 13 de agosto y la presidenciales y legislativas, el 22 de octubre.Aunque no se conozca el número exacto, es seguro que que el índice inflacionario no comenzará con 3, ni con 4, ni con 5, ni con 6, ni con 7. La duda es si será del 80 o 90%.

Los acuerdos conseguidos en China incluyen la renovación y ampliación de los swaps que le permitirá al país incrementar las divisas de libre disponibilidad en 10.000 de dólares, un convenio que le permitirá desdolarizar el intercambio comercial entre los dos países y un crédito de 3.500 millones destinado a obras de infraestructura, energía y transporte público.

La cara de sasisfacción de Massa revela un alivio para un país con finanzas en emergencia, porque la falta de dólares lo hace muy sensible a las corridas bancarias, comprometido con deudas impagables con el FMI y con un gobierno que está de salida, con escasas posibilidades de renovar mandato.



Los viajes de Massa a China (búsqueda de ampliación de swap y aval de BRICS a comercio de Brasil con la Argentina) y EEUU (para solicitar adelantos por parte del FMI) apuntan a lograr contra reloj el apoyo suplementario para afrontar los complejos meses por delante. No es serio anticipar la efectividad de sus gestiones y, de tener resultados, las posibles condiciones de contraparte en un marco en que se ponen en evidencia los desequilibrios financieros mundiales y las tensiones geopolíticas internacionales.

Con ese panorama, cumpliendo con los pagos y directivas del FMI, manteniendo la relación con los intereses de los EEUU e Israel en sus niveles actuales, Massa da por cumplidos sus compromisos con la “Embajada” (de EEUU) y su razón de ser en la función que desempeña. Es obvio que la proximidad de las elecciones, con sus guiños y acechos, puede hacer que esto no sea sencillo de alcanzar.

Para hacer posible lo anterior hacen falta divisas. Son necesarias para contener las corridas bancarias presionando por bruscas devaluaciones y también para disponer de los recursos para cumplir con el FMI y mantener viva la economía atendiendo a las importaciones básicas. Por ello el gobierno necesita –también- de China. Allí está la razón coyuntural del viaje que acaba de realizar Massa.

El FMI dejó trascender que es improbable que adelante la totalidad de los 10.700 millones de dólares solicitados por Argentina y autorice a emplear más del 20% en el control del mercado cambiario. Y si lo hace, seguramente impondrá a cambio condiciones severas.


El cumplimiento de las pautas establecidas con el FMI tiene consecuencias regresivas en las condiciones de vida de la población y la actividad económica. Provoca un mecanismo de generación inflacionaria recurrente (mayor devaluación, aumento de tarifas y de tasas de interés) y de redistribución regresiva del ingreso, en tanto el descenso de salarios, jubilaciones y gastos sociales corre detrás de los precios.

Se aspira a ahondar las viejas recetas de reformas presupuestarias, laborales y previsionales que amplían abismos laborales y sociales. Se apunta a la recesión económica y al golpe social de magnitud como únicas alternativas estabilizadoras.

El Fondo es intransigente en la demanda de una fuerte devaluación y lo que se discute es si acepta que no se produzca ahora mismo sino después de las elecciones de a. Esa es la lógica profunda del Acuerdo de Facilidades Extendidas: tener al deudor con el lazo al cuello y apretárselo ante cada merced que implore, dada la imposibilidad de cumplir con lo pactado.

En la confusión, señala el académico Jorge Marchini, la población más golpeada es pasto de cultivo para que su desasosiego sea azuzado en la perspectiva electoral por candidatos de oposición que piden más severidad.

Critican al gobierno -dice- por su falta de decisión en profundizar medidas (más devaluación, más prebendas para sectores dolarizados, menos gastos sociales) y exigen mayor desregulación laboral, reducción de gastos previsionales, y la apertura y privatización de la economía para los tentadores recursos naturales.

Yuanes



Este gobierno se encontró con el hecho que China está promoviendo la influencia del yuan (su moneda) en Nuestra América, particularmente en Brasil y Argentina, lo hace como un aspecto complementario al importante incremento comercial y de inversiones que está realizando en la región, arañando la consolidada presencia que tiene EEUU en la región.

Desde hace un par de meses, Argentina puede pagar algunas compras a China en yuanes y este país podrá hacer inversiones en yuanes. En Brasil el yuan ya es la segunda moneda, por encima del euro. El Presidente de Bolivia señala estos avances como “tendencias” a las que su país podría sumarse.

Si bien aún no se conocen todos los detalles de los acuerdos realizados, uno de los primeros fue el destinado a fortalecer las reservas, en ese sentido se renovaron y ampliaron (por tres años) los swaps, al equivalente a 18 mil millones de dólares; elevándose de 5 a 10 mil millones los fondos libremente disponibles para compras en China.

Con créditos por tres mil millones se aseguró el apoyo para distintas obras: la continuidad de la represa Jorge Cepernic en Santa Cruz; las plantas depuradoras de agua para AYSA en Laferrere y Jagüel; los créditos para líneas de alta tensión en el AMBA; la participación de empresas chinas en la licitación para la construcción de la segunda parte del gasoducto Néstor Kirchner.


No dejaron de ser llamativas las reuniones de Massa con empresarios chinos que hacen inversiones en materia de litio. Estas negociaciones son muy sensibles porque es sabido lo destructivo de estas explotaciones, para el ecosistema y las comunidades locales. Sería nefasto que el extractivismo sea la regla para la explotación de nuestros bienes comunes como ya se hizo y se sigue haciendo.

Massa comenzó por anunciar inversiones chinas por 900 millones de dólares, especialmente en la explotación del litio, y sobre el final de la gira celebró la renovación del swap por tres años y la duplicación de la parte activa.

El gesto político es ostensible en cuanto se advierta la paradoja de que hasta ahora la Argentina no utilizó los 5.000 millones de dólares iniciales (35.000 millones de yuanes), que ahora serán 10.000. Es prácticamente la misma suma solicitada al FMI. Pero China condiciona la ampliación a que primero se utilicen los 5.000 millones iniciales.

BRICS

En Brasil, Lula ha planteado la posibilidad que, mediante un cambio en los Estatutos del BRICS (el acuerdo que involucra a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), los países que lo integran puedan avalar compras de países no integrantes de ese agrupamiento, mediante el Banco de esa institución, con sede en Shanghái y que preside la brasileña Dilma Rousseff. Esa alternativa fue desechada, pero en agosto se discutirá -en Sudáfrica- la incorporación de Argentina al BRICS abriendo –ahí sí- esa posibilidad.



La gestión anunciada por Lula para que el banco de los BRICS, presidido desde el mes pasado por Dilma Rousseff, sea el garante del financiamiento solicitado por los bancos brasileños a los exportadores de su país para sus ventas a la Argentina, tampoco resultó.

Massa padeció in situ las consecuencias del optimismo sin causa del presidente Alberto Fernández, que tiende a dar por hechas cada una de las gestiones que emprende. Expresiones de deseos que sólo de tanto en cuanto se materializan. El propio Lula explicó que los estatutos del grupo no lo permiten, con lo cual enmendó la gaffe de su ministro de Economía Fernando Haddad, quien dijo que había faltado tiempo para tratar la solicitud argentina, una involuntaria ofensa.

Para Guillermo Cieza, el gobierno del Frente de Todos tuvo tres oportunidades para repudiar la hipoteca de la deuda externa y salir a buscar alternativas. Debía tomar decisiones en un mundo que no es el de la década del 90, donde pelearse con Estados Unidos significaba tener que enfrentar la marginalidad. Pero…



*Guahán es analista político y dirigente social argentino, Della Croce es economista y docente argentino. Ambos investigadores asociados al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)