25 ago 2015

INVESTIGAN SI EL FISCAL ALBERTO NISMAN DEPOSITO EN ESTADOS UNIDOS PLATA PROVENIENTE DE SOBORNOS

Una cuenta con entradas sospechosas
La Unidad de Información Financiera de Estados Unidos envió un documento al juez federal Rodolfo Canicoba Corral en el que se detalla que investiga lavado de dinero y también posibles sobornos. Hay depósitos por más de 600.000 dólares en el Merrill Lynch.
 Por Raúl Kollmann

“La Justicia de Estados Unidos investiga la cuenta de Alberto Nisman por soborno y lavado de dinero –explicó ayer el juez federal Rodolfo Canicoba Corral–. Investigan si hubo soborno porque cuando abrió la cuenta en el banco Merrill Lynch de Nueva York escondió que era fiscal. Se presentó sólo como abogado. Y dado su cargo, en Estados Unidos lo que se investiga es si recibió un pago irregular por su trabajo. Es lo que nosotros llamamos cohecho. También se investiga el delito de lavado de dinero, porque las cuentas de Nisman no cierran por ningún lado: las transferencias a la cuenta de Nueva York no tienen relación con sus ingresos.” Canicoba Corral hizo así referencia a los depósitos por más de 600.000 dólares en el Merrill Lynch, incluyendo 150.000 transferidos por el empresario Damián Stefanini, desaparecido desde el 17 de octubre de 2014. Estos datos fueron adelantados en exclusiva por Página/12 y fueron confirmados por un documento de la Unidad de Información Financiera de Estados Unidos.
Canicoba Corral ratificó que el organismo estadounidense, equivalente a la UIF argentina, hizo llegar la información al juzgado en virtud de lo que se conoce como la red Egmond, un convenio por el cual las unidades de información financiera, que monitorean el lavado de dinero, se comprometen a brindarse asistencia recíproca. El textual del informe llegado desde el norte fue difundido por el diario Perfil este domingo, aunque los datos fueron publicados por Página/12 hace un mes. El documento fue incorporado el viernes al expediente que instruye Canicoba y en el que actúa el fiscal Juan Pedro Zoni.
Lo llamativo es que en el caso de Nisman, el organismo de Estados Unidos no sólo encaró la investigación por lavado de dinero, sino también por sobornos. El dato fue hecho público por Canicoba Corral en un diálogo con el programa Siempre es hoy de Radio del Plata. “Es cierto que figuraban como titulares de la cuenta del Merrill Lynch la madre del fiscal, Sara Garfunkel, la hermana Sandra Nisman y el técnico informático Diego Lagomarsino, que se incorporó en 2014. Al organismo norteamericano le parecieron sospechosos los movimientos y los vincularon con sobornos porque Nisman se escondió doblemente: no declaró que era una persona políticamente expuesta, un fiscal, y además no se ubicó como titular de la cuenta, sino como apoderado. Es evidente que él movía los fondos y que las cuentas no cierran por ningún lado, ya que se trata de depósitos que no tienen relación con sus ingresos. Es plata que no aparece justificada por sus ingresos.”
El juez y el fiscal no sólo están investigando los depósitos en el Merrill Lynch. Según dijo Canicoba Corral ayer, también existen movimientos en Uruguay, tanto de dinero como de propiedades, y también hay inversiones no declaradas en la Argentina. Como reveló hace un mes este diario, en la cuenta de Nueva York hay un depósito en Estados Unidos de Claudio Picón, un empresario que actuó en empresas de seguridad a las que se vincula con agencias norteamericanas. “El poder que la empresa de Picón le otorgó a Nisman por la camioneta Audi que manejaba me llamó la atención. Es un poder amplísimo, del estilo del que se otorga a alguien que compró el vehículo”, contó Canicoba. Tácitamente, el magistrado dio a entender que la lujosa camioneta Audi era propiedad del fiscal. Al mismo tiempo, Picón aparece firmando un cheque de 200.000 dólares y es titular de uno de los departamentos del edificio en la avenida Dorrego, en Palermo, en el que Nisman también tenía dos unidades. “Picón tendrá que venir a dar explicaciones en algún momento”, completó el magistrado.
–¿Le parece que Stefanini está con vida? –le preguntó anoche este diario a Canicoba Corral.
–No, no lo sé –respondió el juez–. Me queda claro que era un hombre que se dedicaba a actividades financieras poco claras, que diría que estaban orientadas a blanquear fondos que no tienen explicación.
En los depósitos sin explicación que recibió Nisman en la cuenta del Merrill Lynch no sólo están los 150.000 de Stefanini y los 75.000 de Picón, sino que hay otros 135.000 de una empresa de Hong Kong, Rodfa Limited, y 150.000 distribuidos en tres compañías con aspecto de ser sellos: Salimei, Las Tierras USA y Vivaterra. Hay finalmente varios depósitos de 10.000 dólares que serían a cambio de conferencias, asesoramientos o acciones de lobby, todo sin oficializar. Canicoba Corral está esperando un informe del propio banco, el Merrill Lynch, sobre todos los movimientos de la cuenta desde que se estableció, en 2012, hasta la muerte del fiscal, incluyendo las transferencias y quién las firmó.
La hipótesis que sobrevuela la investigación –por eso los norteamericanos hablan de soborno– es que buena parte de los fondos que le ingresaron a Nisman, vía Nueva York, provinieron de agencias o fundaciones de Estados Unidos.
Existe la creencia de que los servicios de inteligencia, la CIA, las distintas agencias de seguridad, el aparato militar y las fundaciones norteamericanas actúan como una especie de orquesta armónica, alineadas con la Casa Blanca. La realidad es muy otra. Esas organizaciones y dependencias del Estado compiten ferozmente entre sí, empezando por algo que se ve hoy a simple vista: el choque por el acuerdo de limitación nuclear firmado por Estados Unidos e Irán en Viena. La mayoría republicana va a votar en contra en ambas cámaras del Congreso y la derecha de ese partido tiene un enorme protagonismo en los esfuerzos por obstruir el acuerdo con Teherán. Para esa corriente, Nisman y el espía Antonio “Jaime” Stiuso eran piezas importantes, ya que operaban muy en línea con esas posturas de las derechas republicana e israelí.
raulkollmann@hotmail.com

Docentes rechazan propuesta salarial del gobierno y continúan el paro

La mayoría de los sindicatos de la educación pública resolvieron durante el fin de semana rechazar la propuesta de convenio presentada el viernes por el Poder Ejecutivo y continuar con las medidas de paro durante toda la semana, la última antes del envío, por parte del Ejecutivo, del proyecto de ley de presupuesto quinquenal al Parlamento.

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Representantes de los ministerios de Economía y Finanzas y de Trabajo y Seguridad Social, de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y de la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza del Uruguay (CSEU) firmaron un acta que registra una propuesta de convenio hasta el 31 de diciembre de 2017 y que establece la intención de alcanzar en el año 2020 un salario nominal de 25.000 pesos para los docentes con 20 horas semanales y en el mismo plazo, llegar a 23.455 pesos para los funcionarios no docentes con 40 horas semanales.
Pero en los últimos artículos la propuesta establece que las partidas presupuestales a asignar se otorgarán “conforme se cumpla con los cronogramas establecidos en los calendarios dispuestos en los respectivos planes y programas de estudio de la ANEP” y si las partes “se comprometen a no realizar acciones que contradigan lo pactado ni aplicarmedidas de fuerza de ningún tipo por este motivo”. “Esta cláusula es de aplicación a todos los temas que integraron la negociación, así como a cualquier reivindicación o planteos de naturaleza salarial”, agrega, aunque se excluye la adhesión a medidas sindicales generales convocadas por el PIT-CNT o el sector público.
José Olivera, dirigente de la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes), dijo que el acta firmada “no es un preconvenio”, sino un registro de “la primera propuesta” concreta delPoder Ejecutivo, distinta de la inicial -ya que se concretó después de siete horas de reunión-. Esta propuesta, añadió, tenía que “ser considerada por todos los gremios”.
La Asociación de Docentes de Enseñanza Secundaria (ADES) de Montevideo, que se encuentra en huelga por tiempo indeterminado desde el 17 de agosto, resolvió el viernes continuar con la medida y rechazar la propuesta “por considerarla inadmisible en su contenido y formulación”.
Fenapes decidió ayer no firmar la propuesta, rechazar los artículos relacionados con la “cláusula de paz” y convocar a un paro de 72 horas para hoy, el miércoles y el jueves, teniendo en cuenta que el martes 25 es feriado. Mario Bango, de Fenapes, explicó que se va a proponer alcanzar los 25.000 pesos en 2017 y no en 2020, como pretende el Poder Ejecutivo, y solicitar que se habilite otra instancia de negociación antes del 31 de agosto, fecha límite para la presentación del presupuesto al Parlamento. Bango puntualizó que como “se va a presentar una contrapropuesta”, se decidió no votar el inicio de una huelga a partir del 27. Ese día se volverá a reunir la Asamblea General de Delegados para “evaluar” los avances de la negociación y decidir “cómo continuar”. Hoy realizarán asambleas informativas en los liceos.
También rechazó la propuesta la Asociación de Trabajadores de Enseñanza Secundaria, que se declaró en asamblea permanente y hoy ocupará el Liceo Nº 46 y el miércoles el Liceo Nº 50.
Por su parte, la Asociación de Maestros (Ademu) de Montevideo consideró “insuficiente” la propuesta salarial, ya que “ni se acerca” al reclamo de alcanzar un salario de 30.000 pesos en el quinquenio, y rechazó la introducción de una “cláusula de paz” que considera “ilegal e inmoral”, ya que “pretende maniatar a los trabajadores en su lucha por reclamos salariales, impidiendo la realización de medidas de paro por salario durante el año 2016 y hasta abril de 2017”. El sindicato decidió parar y movilizarse desde mañana hasta el viernes inclusive. Lunes y miércoles concurrirán a las puertas de las escuelas a dialogar con las familias y los alumnos, el jueves participarán en una movilización y el viernes 28 realizarán un “cordón de túnicas” alrededor del Palacio Legislativo. Ademu Canelones y Ademu Río Negro se sumaron al rechazo y también pararán toda la semana.
La CSEU se reúne hoy para analizar los resultados de las asambleas de las filiales y definir los pasos a seguir.

Sospechas sobre la reactivación de EE UU

Más presión para la Reserva Federal

Cuando el banco central debe decidir si sube tipos por primera vez tras la Gran Recesión


Fábrica de la empresa de vehículos militares AM General en Mishawaka (Indiana)




En Mishawaka, una ciudad de Indiana de menos de 50.000 habitantes, se encuentra una muestra piloto de lo que sería la recuperación económica más deseada para Estados Unidos. La fábrica de AM General, que cayó en desgracia en 2009 con el cese de la marca Hummer, aquellos medio coches medio tanques de lujo símbolo de la América próspera, ha vuelto a la vida con un contrato para producir automóviles Mercedes-Benz para el mercado chino.
“Esta es la primera vez que un fabricante de lujo extranjero utiliza una planta de propiedad estadounidense para construir sus vehículos, pero lo que es emocionante de veras es que AM General va a producir en Indiana coches de lujo alemanes que se van a vender exclusivamente en China”, explica Howard Glaser, presidente de AM General Comercial, apenas dos semanas después de sacar el primer modelo.
Empuje a la industria en suelo estadounidense con un producto de alto valor encargado por un país europeo y para nada más ni menos que el gran mercado asiático. Si esta fuera la norma, a la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, no le temblaría el pulso a la hora de aprobar la primera subida de tipos de interés en 10 años, una medida sobre la que ha advertido hasta la saciedad y que, aun así, hoy sigue despertando inquietud en todo el globo.
Porque ese ejemplo de Indiana reúne también el rosario de peligros que acechan la reactivación americana. Si el cliente chino de pronto deja de comprar los flamantes Mercedes, si el fabricante alemán reduce los pedidos y si esa factoría de automóviles de lujo deja de ser competitiva porque el dólar empieza a resultar demasiado caro para el euro, la resurrección industrial de Mishawaka puede darse al traste. Hablando en términos macroeconómicos, la ralentización económica de China, las pocas alegrías en el resto de países emergentes y la revalorización de la divisa pueden tentar a la Fed para aplazar de nuevo la decisión de subir el precio del dinero pese a que el paro está en el 5,3% y la economía crece de forma sostenida.

PERSPECTIVA GLOBAL

“Lo que está bajo amenaza son las perspectivas globales, no tanto la de Estados Unidos. En tanto que la actividad continúe en la tendencia actual, la Fed continuará inclinada a subir los tipos”, apunta Roberto Perli, jefe del área de política monetaria de la firma de análisis independiente Cornerstone Macro. Aunque añade que la fortaleza del dólar, los débiles precios del petróleo y el frenazo de China suponen riesgos para la primera potencia mundial.
Todos los ojos están puestos en la próxima reunión de la Fed, el 17 de septiembre. El relato interno avala la subida de tipos, pero lo que ocurre fuera no, y, aunque la Reserva Federal debe atender a los indicadores estadounidenses, y sobre todo el empleo, está muy claro que no los puede obviar.
Algo chirría además en los números internos: genera inquietud un producto interior bruto (PIB) que tiembla con una fuerte nevada o con una huelga de estibadores en California. Con crecimientos del entorno del 2%, esta recuperación está siendo la más lenta y mediocre de EE UU desde la Gran Depresión. Y ha aumentado la precariedad del empleo, lo que está impidiendo una recuperación plena del consumo. “Es una recuperación más frágil que las anteriores, y es cierto que no hay una inflación fuerte que obligue a frenar [el dinero gratis], pero si miras todos los elementos en conjunto, la Fed tiene los argumentos para subir los tipos. Nosotros creemos que lo hará en septiembre, es una manera también de enviar una señal”, explica Chris Christopher, de IHS Global Insight.
Se han cernido tantas nubes en las últimas semanas en los mercados que renunciar de nuevo la subida de tipos podría tener incluso el efecto adverso de legitimar los miedos de los más pesimistas. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha reclamado que se postergue la medida hasta 2016. Las actas de la última reunión de la Fed, que se conocieron esta semana, no aclaran nada.
Pero, en realidad, no es en sí crucial que este movimiento se produzca el mes que viene o en la reunión de octubre o diciembre, sino más bien el mensaje que lo acompañe. Una opción que barajan algunos analistas es que Yellen opte por subir ya los tipos y transmitir al mismo tiempo —en el gaseoso lenguaje de los banqueros centrales— que habrá que esperar para ver otra subida.

SIN MUNICIÓN

Y, aun así, el precio del dinero seguirá en un mínimo irrisorio, porque la tan traída y llevada subida de tipos de interés en EE UU no se espera que suba del cuarto de punto; es decir, en pasar la barrera del cero, donde llevan ni más ni menos que desde 2008, al 0,25%. Ha sido tan inédito el arsenal monetario lanzado para reactivar la economía después del pánico financiero y la recesión que se han agotado las balas, así que muchos analistas, como Juan Ignacio Crespo, ven que la Reserva Federal se inclina por subir los tipos para, entre otras cosas, tener margen para bajarlos si hay una recaída.
“Yo creo que hay otras cosas que pueden hacer en caso de que las cosas vayan mal, por ejemplo, los tipos negativos, pero probablemente unos tipos por encima de cero ayudan a afrontar un futuro declive, cuando se produzca”, apunta por su parte Roberto Perli.
Hay además problemas estructurales en la primera economía del mundo. Estados Unidos ha perdido crecimiento potencial, que es lo que puede llegar a crecer una economía si pone todos sus recursos en marcha y, por tanto, es una estimación. La gran economía tira con menos brío que antes de la crisis, los beneficios de las empresas se ven lastrados por la fuerza del dólar y la productividad va a la baja: en los últimos 10 años subió un 1,4%, la mitad que en la década anterior.

CRISIS ESTRUCTURAL

Roberto Perli señala que los problemas estructurales de EEUU “fueron infravalorados al principio de la recuperación y por eso tanto las previsiones de la Fed como las de muchos analistas fueron demasiado optimistas. Ahora los tienen en cuenta y los pronósticos son más plausibles”.
Y si algo escuece especialmente en el país emprendedor por excelencia, ese que reduce las vacaciones a la mínima expresión, es haber estado perdiendo lo que se conoce como tasa de participación. El concepto es muy parecido a la tasa de actividad española porque recoge a todos aquellos mayores de 16 años que o trabajan o buscan trabajo. Este grupo está menguando: antes de la Gran Recesión era del 66% y ahora está en el 62%. Hace más de 30 años que no había una tasa tan baja.
El jefe de estudios de la Cámara de Comercio de EE UU, Marty Regalia, es muy crítico con la Administración Obama y no le valen los argumentos del envejecimiento de la población y el hecho de que la dureza del invierno alargase algunos periodos escolares y frenase algunas incorporaciones al mercado de trabajo. “No hay ninguna explicación para la cantidad de gente que está dejando el mercado de trabajo”, critica, y lo achaca a la falta de expectativas de hallar un empleo.
El pasado 11 de agosto salió el primer Mercedes indiano para el mercado chino y muchos de los trabajadores que perdieron su trabajo en lo peor de la crisis han vuelto a su antiguo empleo. Ese mismo día, el Banco Central de China, a donde va dirigido el producto, devaluó el yuan. La Fed se la juega entre ambas realidades. El director de AM General es optimista: “Este proyecto habla de la habilidad no solo de esta compañía, sino de la capacidad de la industria americana para adaptarse a los cambios globales del mercado”.

El desplome del precio del crudo se cobra 100.000 puestos de trabajo

Las grandes petroleras reducen sus beneficios y recortan la inversión en servicios y prospecciones. Las empresas españolas sortean el bache por las refinerías



Una plataforma petrolífera cerca de la costa de Libia / DARRIN ZAMMIT  (REUTERS)


El desplome del precio del petróleo está pasando una amarga factura a las empresas del sector. La caída libre del barril, que se ha abaratado un 60% en 12 meses —el brent, de referencia en Europa, cuesta 45 dólares—, se ha traducido en caídas récords en los resultados de las principales firmas energéticas mundiales. Como consecuencia, han reducido gastos administrativos, en prospecciones y en servicios, los que ha provocado despidos en cadena. En lo que va de año, se han recortado ya 100.000 puestos de trabajos en todo el mundo.
Exxon ha sido la última del club de las cinco compañía petroleras de mayor envergadura a escala mundial —las llamadas big five— en anunciar el golpe de la bajada del precio del crudo en sus cuentas. El gigante estadounidense ganó en el segundo trimestre del año 4.339 millones de euros. Es el peor resultado trimestral desde 2009, y supone embolsarse la mitad que en el mismo periodo del año anterior. Chevron, otro peso pesado de la industria petrolera norteamericana, ganó en los primeros seis meses 513,6 millones de euros, un 90% menos con respecto al segundo trimestre de 2014, justo antes de que el precio del crudo tomara la vertiginosa senda de bajada.

Estas dos empresas estadounidenses son las últimas en sumarse a una ya larga lista de compañías que han pagado el precio del nuevo equilibrio en el mercado del crudo. La disminución de los beneficios ha llevado a la anglo-holandesa Shell a recortar 6.500 puestos de trabajo, y BP, que hasta ahora ha despedido a unos 1.200 empleados, convocó ya en enero a sus 15.000 trabajadores en el Reino Unido para prepararles ante otros “planes de reestructuración” de la compañía.
Los grandes grupos productores viven momentos difíciles, pero son las compañías de servicios petroleros las que están pagando el precio más alto. Saipem, proveedora de servicios controlada por la italiana ENI, anunció hace poco más de un mes el despido de casi 9.000 trabajadores. Antes lo hicieron, entre otras, las estadounidenses Schlumberger, la mayor empresa del mundo de asistencia petrolera (11.000 puestos de trabajo) y también Weatherford (11.000), Baker and Hughes (10.500) y Halliburton (9.000). Entre los despidos en el sector de servicios, de prospección y extracción y de producción de maquinarias, los puestos de trabajo perdidos en la industria petrolera ya ascienden a cerca de 100.000.
“La primera medida que han tomado las grandes petroleras ante el desplome del crudo ha sido recortar el gasto en inversión y limitar las nuevas prospecciones. Por eso la ola de despidos ha azotado con más fuerza a las empresas de servicios”, explica Ariel Bergman, economista de la energía de la Universidad Dundee (Escocia), el principal centro petrolero de Reino Unido. “Si el precio del petróleo sigue bajo en los próximos meses, probablemente haya una segunda oleada de despidos: las empresas con más liquidez tratarán de adquirir las que naveguen en aguas más difíciles para aprovechar sus yacimientos. Y para ahorrar costes podrían deshacerse de sus plantillas”.

Las españolas sortean el bache

Las principales empresas del sector petrolero en España, de momento, compensan el problema de la bajada del precio del barril gracias a sus negocios de refinería. Así, Repsol registró un beneficio ajustado de 1.240 millones de euros el primer semestre. Descontando los extraordinarios del año anterior, es un 35% más. Su negocio downstream, es decir, de refinería, creció el 115%. Su plantilla incluso se elevó en 3.700 personas, hasta 27.510. En cuanto a Cepsa, también la fuerte subida de los márgenes de refino le ayudó a mejorar su beneficio un 60%.
La Agencia Internacional de la Energía (EIA, por sus siglas en inglés) prevé que la actual sobreoferta de crudo, principal causa de la drástica reducción de su valor, persistirá a lo largo de todo 2016, lo que hace presagiar que los precios sigan bajos.
“Los impactos de la bajada del valor del crudo en la industria están empezando a verse con claridad ahora. Dentro de 12 o 18 meses la producción fuera de la OPEP [el cartel de los países productores de crudo] disminuirá y los precios más asequibles estimularán por fin la demanda. Pero el escenario que se prevé para 2016 inducirá a las compañías a evitar nuevas inversiones, y eso puede acarrear nuevos despidos”, avisa Gareth Lewis-Davis, analista especializado de BNB Paribas.
Mientras tanto, la OPEP está inundando el mercado mundial: en julio bombeó una media de 31,5 millones de barriles diarios, la cantidad más elevada en los últimos tres años. Las autoridades iraníes, además, dicen que están listos para incrementar rápidamente sus exportaciones, si por fin el acuerdo nuclear con EE UU se traduce en un levantamiento de las sanciones internacionales.
Dentro del sector, el único revés esperanzador para el negocio petrolero mundial está en la petroquímica: “Las empresas que elaboran productos petroquímicos viven en un mundo a las antípodas de las productoras. Aquí el petróleo es una materia prima y, al ser barata, está empujando sus actividades. De ellos saldrán los beneficiarios más a corto plazo para el conjunto de la industria petrolera”, asegura Don Bari, vice- presidente del sector de análisis y tecnología de la consultora estadounidense IHS Chemical.

24 ago 2015

El cierre de FRIPUR (Frigorífico Pesquero del Uruguay)

Una empresa amiga del poder político de turno

Los vínculos de los Fernández (Alberto y Máximo) con el poder político no se limitan a las administraciones del Frente Amplio, más bien parecen abrazarse al gobernante que esté de turno.

MARCOS REY

Brecha, Montevideo, 22-8-2015

A Tabaré Vázquez le prestaron una avioneta para la campaña electoral de 2004, así como a José Mujica y a Danilo Astori para viajar a Brasil en 2009. A Mujica, además, le financiaron la banda presidencial en 2010 (pese a que el Estado luego devolvió el dinero), y luego aportaron 15 mil dólares para el acto de asunción, al igual que lo hicieron otras empresas que por entonces coqueteaban con el progresismo, como Buquebus y Tenfield.
Pero los Fernández también tuvieron una relación cercana con los gobiernos de Luis Alberto Lacalle y Julio María Sanguinetti, con quienes solían compartir asados en Punta del Este

En tiempos electorales, Máximo y Alberto Fernández aportaron dinero a varios partidos políticos. Por ejemplo, en la elección de octubre de 2014 donaron fondos en nombre de FRIPUR al Partido Colorado y al Frente Amplio, como lo muestra la aplicación creada por el portal Sudestada. Y en la última elección interna de junio de 2014 Alberto Fernández invitó a varios empresarios a colaborar con la campaña del nacionalista Jorge Larrañaga, según publicó ayer El País.
Pero también hicieron buenas migas con los militares

Desde su fundación en 1976, FRIPUR abastecía con sus productos a los centros de detención, según los relatos de varios ex presos políticos. Al disponer de una flota pesquera, que requiere permisos y controles de la Prefectura, varios mandos medios de la planta industrial de la Aguada han sido retirados militares, como los gerentes de mantenimiento. (Brecha)
No Huele Nada Bien

El sindicato de la pesca denunció en el Parlamento que los dueños de FRIPUR utilizaron los créditos bancarios del Estado para invertir en negocios familiares colaterales. La quiebra del gigante pesquero es para los trabajadores la “crónica de una muerte anunciada” debido a la falta de inversión en la planta y en los barcos, a la caída de las exportaciones y a las múltiples deudas.

“Fábrica fundida, empresarios enriquecidos”, repiten con impotencia, como si recitaran un mandato bíblico, sindicalistas y políticos de varias tiendas partidarias. Después de cuatro décadas se paralizó la actividad en el Frigorífico Pesquero del Uruguay (FRIPUR), la planta industrial más grande del país en el rubro y líder en exportaciones hasta hace poco tiempo. Con la paralización, FRIPUR dejó un reguero de deudas con el Estado, los trabajadores y con varios acreedores privados, y un pasivo estimado en 70 millones de dólares.

Lejos de la bancarrota personal, los fundadores en 1976 del frigorífico ahora quebrado, los hermanos Alberto y Máximo Fernández, lograron reciclarse diversificando sus inversiones en negocios agropecuarios, forestales, inmobiliarios, eólicos, entre otras empresas familiares que actualmente dirigen sus hijos Pese a la riqueza que multiplicó la familia Fernández, casi 960 trabajadores –muchas jefas de hogar que, como jornaleras, solían cobrar menos de 15 mil pesos mensuales– esperan desde hace dos años que los empresarios les paguen las licencias y los salarios vacacionales adeudados. Basta charlar con ellas unos minutos para compartir la indignación y la frustración que sienten. FRIPUR no sólo se hizo célebre por vender pescado empanado en cajitas con destino a Europa, sino por la persecución sindical y el maltrato sistemático a sus trabajadores, como lo probaron múltiples inspecciones y multas aplicadas por el Ministerio de Trabajo (MTSS). En 2012, por ejemplo, se sancionó a FRIPUR con una histórica multa de 80 mil dólares por persecución sindical, la más alta que haya puesto hasta entonces esa cartera.

Con el respaldo del Pit-Cnt, los trabajadores ocupan desde el martes la fábrica, por tiempo indeterminado. Lo harán hasta que se garantice por escrito en el MTSS que cobrarán los créditos laborales adeudados (unos 2 millones de dólares, según supo Brecha) y que el seguro de paro se extenderá por 120 días e incluirá a los empleados que no llegan a los jornales necesarios para cobrarlo. También buscarán negociar que, si la empresa es vendida en bloque, se mantengan los puestos laborales o, si no fuera posible para todos, que se cree una bolsa de trabajo para ubicarlos en otras empresas del rubro, confirmó a Brecha el dirigente del Sindicato Único de Trabajadores del Mar y Afines (SUNTMA) José Franco. Sin embargo, según contaron en privado a Brecha jerarcas del gabinete de Tabaré Vázquez, en filas del Poder Ejecutivo ven difícil que todos los trabajadores pueden ser reincorporados en el sector pesquero, y evalúan ofrecer la reconversión laboral a través de cursos en el Inefop. Por otro lado, los trabajadores descartaron apostar a un proyecto cooperativo autogestionario en el frigorífico, como sugirieron los empresarios, por el tamaño de la empresa y el capital que necesitarían para ponerla en funcionamiento nuevamente.

El SUNTMA pretende que una parte de los ingresos que se generen por la venta de la mercadería prendada en favor del Banco de Previsión Social (BPS) –por las deudas de aportes patronales que tiene FRIPUR– se destine a pagar los créditos laborales de los trabajadores, pues temen que no haya dinero suficiente. Los activos de la empresa incluyen la planta industrial, 16 barcos, la flota de camiones y una planta de harina de pescado en el Cerro, y no llegarían a cubrir ni la mitad del pasivo de 70 millones de dólares de FRIPUR.

Según datos del Banco Central, el frigorífico le debe casi 40 millones de dólares al Banco República (BROU) y 5 millones al Banco Santander, las dos entidades que tienen hipotecas y prendas sobre los bienes del frigorífico y que cobrarían primero en la liquidación. Además le debe medio millón de dólares a UTE, empresa con la que el interventor tuvo que negociar para que no cortaran el suministro de energía eléctrica –previsto para ayer, 20 de agosto–, porque se perderían los productos congelados, prendados en favor del Estado. Al SUNTMA le parece “paradójico” que mientras FRIPUR mantiene una deuda con UTE, Máximo Fernández, titular también del parque eólico Kentilux SA, le venda energía eléctrica al ente, gracias a los diez molinos eólicos que instaló en la estancia familiar La Magdalena, en San José (una inversión que por otra parte financió el BROU en un 70 por ciento).
Desvío de fondos

El sindicato no desconoce las dificultades que ha tenido FRIPUR en los últimos años para colocar los productos en sus tradicionales mercados de África, la Unión Europea y Brasil, ni la desigual competencia asiática que se vale de mano obra prácticamente esclava en la pesca. Pero insiste en que la quiebra no sólo está asociada a la pérdida de mercados, sino a “graves problemas de gestión”. En concreto, denuncian que los Fernández desviaron hacia otros negocios familiares parte de los préstamos que recibieron del Banco República para reinvertir en la planta y en la flota de barcos. “La pérdida de mercados aceleró el proceso, pero en el fondo el problema es que la empresa utilizó el dinero prestado para otros fines. Desde la dictadura hasta ahora, todos los gobiernos le han refinanciado las deudas y le han prestado muchísimo dinero. Pero FRIPUR no reinvirtió toda esa plata en el sector, sino en otros negocios, dejando caer esta empresa”, afirmó a Brecha Franco, para quien el derrotero de la pesquera es la crónica de una muerte anunciada.
A modo de ejemplo, el sindicato señala que de los 16 barcos que la empresa tiene en Uruguay, sólo cuatro están en funcionamiento, por la falta de mantenimiento de las cámaras refrigeradoras. Durante algunos años los empresarios procesaron en la planta de La Aguada parte de la producción agrícola (brócoli, espinaca, espárrago) de los establecimientos que tienen en San José, mientras que solían llevar hasta allí a trabajadores del frigorífico pesquero (electricistas y albañiles) para tareas de mantenimiento, cuenta a Brecha José Umpiérrez, maquinista y dirigente del comité de base del SUNTMA en FRIPUR.

La última inversión importante que recuerdan los trabajadores en la planta se realizó en 2009, cuando se utilizó parte de los préstamos bancarios para acondicionar las cámaras de frío con tecnología de última generación. Hasta entonces, para almacenar la mercadería FRIPUR solía alquilar los contenedores refrigerados de la empresa Fimaral, firma que actualmente está a nombre de Javier Fernández, hijo de Alberto.

El sindicato denunció este miércoles, en la Comisión de Legislación del Trabajo de Diputados, lo que entienden fue una “maniobra” para desviar hacia otros emprendimientos parte de los créditos otorgados por el Estado.
Y, en los hechos, en épocas de cautela y prudencia, volvió a poner la lupa sobre los controles, las garantías y los recaudos que toma el Estado frente a los privados. No sólo los legisladores de la oposición consideraron “graves” estas denuncias y anunciaron que citarán a las autoridades del Banco República, también la preocupación se extendió entre varios legisladores oficialistas consultados por Brecha. Por ejemplo, el diputado frenteamplista Luis Puig (PVP), que estuvo en la sesión de la comisión, explicó a este semanario que “es necesario investigar si la empresa desvió fondos hacia otros negocios de la familia con los préstamos recibidos, así como qué tipo de garantías se otorgaron por los créditos y si son ejecutables. Esa información se la pediremos al BROU”.

Desde el gobierno, el presidente del Banco Central, Mario Bergara, así como la ministra de Industria, Carolina Cosse, aseguraron a la prensa que el endeudamiento de FRIPUR se arrastra desde hace varias décadas. En la misma línea opinó el ministro de Trabajo, Ernesto Murro, cuando en Canal 12 lanzó que sin la ayuda del Estado la empresa “hubiera cerrado hace varios años”. Sin embargo, hasta el momento no se han brindado detalles sobre los montos y las fechas en que se otorgaron los préstamos al frigorífico pesquero, ni las garantías de los créditos. “FRIPUR trabajó con créditos otorgados por todos los gobiernos, porque ha sido cliente del banco por más de 25 años”, se limitó a responder a Brecha el ex director herrerista en el BROU durante la administración pasada, Alejandro Irastorza. Consultado por este semanario, el director de la DINARA, Daniel Gilardoni, enmarcó la crisis de FRIPUR en la pérdida de competitividad que ha tenido el sector pesquero en los últimos años, y recordó que las empresas pesqueras demandan una reducción de los aportes patronales, incrementados desde que en 2009 se aprobó la jubilación bonificada para los pescadores. El sindicato, sin embargo, señala la prescindencia que ha tenido el Estado al no haber apuntalado una política de pesca con objetivos claros y con diálogo entre todas las partes.
La liquidación

La crisis financiera de FRIPUR se arrastraría desde hace varios años. Desde 2010, según el sindicato, la gestión de la fábrica quedó en manos de Adriana y Laura Fernández, dos de las hijas de Máximo. Durante 2013 el gobierno de José Mujica intentó sin éxito que la planta fuera comprada por empresarios chinos. Poco después, cuando la empresa se presentó a concurso de acreedores, en julio de 2014, la justicia designó como interventor al estudio Rueda, Abadie y Pereira. La semana pasada, finalmente, los Fernández informaron al Poder Ejecutivo que no podrían mantener la planta en funcionamiento por falta de liquidez. Los empresarios serán desplazados y el estudio actuará como síndico administrando temporalmente la planta y buscando la venta en bloque de la empresa.

La etapa que se iniciará ahora con la liquidación de la firma es clave no sólo para encontrar un comprador que reactive la producción y mantenga los puestos de trabajo, sino para determinar la conducta de la empresa durante el concordato. “Ahora viene la calificación del concurso, que puede ser fortuito o culpable, es decir, se juzgará la conducta del deudor (FRIPUR). Los acreedores pueden denunciar o no que hubo dolo o culpa grave del deudor en la producción o la agravación de la insolvencia. Con esos datos el síndico realiza un informe y la jueza decide. Sólo si el concurso es juzgado como culpable se podría ir contra el patrimonio personal (de los empresarios) o, incluso, contra los bienes de otras personas vinculadas al negocio. Pero eso dependerá de la calificación de la justicia”, explicó a Brecha el abogado Francisco Cobas, que oficiará de síndico.

De modo que cuando la jueza dictamine la liquidación de FRIPUR comenzará a correr un plazo de 90 días (hasta fines de noviembre) para vender la empresa en bloque, de lo contrario, si no hubiera comprador, se rematará por partes. Cobas prefirió no adelantar una opinión sobre presuntas maniobras de la empresa para desviar fondos hacia otros negocios. Pero sí confirmó a este semanario que el BROU tiene una garantía real por 23 millones de dólares sobre los créditos que proporcionó a FRIPUR, lo que no llega a cubrir el total de la deuda del banco estatal (superior a los 40 millones). Mientas prepara la licitación para encontrar compradores para la planta, Cobas negocia con los dos acreedores que tienen hipotecas y prendas a su favor (el BROU y el Banco Santander) para que “acompañen el proceso” de liquidación y el eventual comprador “no tenga dudas” de qué sucederá con el embargo genérico que recae sobre la planta industrial de La Aguada, los barcos, los camiones y la mercadería. A favor del Santander están hipotecados dos buques pesqueros, mientras que a favor del BROU está el resto de los bienes.

Valor quitado

A pesar de las pésimas condiciones laborales, a FRIPUR le solían reconocer la capacidad para agregar valor a los productos pesqueros que exportaba, en particular en su línea de empanado de merluza con destino a Europa. Sin embargo, las condiciones sanitarias de algunos embarques o las inspecciones que certificaron irregularidades en el proceso productivo le quitaron valor y mercados a sus productos.

La Unión Europea (UE) cerró el ingreso de pescado uruguayo entre noviembre de 2007 y junio de 2008 al detectar irregularidades sanitarias en el proceso productivo de varias plantas uruguayas. En su informe, los inspectores de la UE mencionaron que en FRIPUR hubo “un pobre manejo de higiene en el procesamiento”, al detectar cadmio (un metal potencialmente cancerígeno) en una partida de calamares, y “alta presencia de entero bacterias y coliformes fecales” (Brecha, 25-II-11). A fines de 2010 la UE volvió a emitir una alerta sanitaria y frenó en Italia el ingreso de un embarque de calamares que otra vez se excedía en los niveles permitidos de cadmio. A la par, durante varios meses de 2010 Rusia cerró las puertas al ingreso de mercadería de FRIPUR por “contaminación microbiológica”.

Sin embargo, tampoco el Estado colaboró demasiado en hacer notar la gravedad de las sanciones. Pese a que los inspectores de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (DINARA) habían advertido de las irregularidades antes de que llegara la sanción de la UE, e incluso habían sugerido que se multara a FRIPUR con la máxima sanción (115 mil dólares), la oficina estatal le aplicó, tres años después, una multa irrisoria de 100 unidades reajustables (2.300 dólares). EL ABOGADO GUSTAVO SALLE denunció el caso en el juzgado de crimen organizado, con la idea de probar que la empresa recibía favores del gobierno. Por entonces se supo que la esposa del director de la DINARA durante el primer gobierno frenteamplista, Daniel Montiel (MPP), había sido contratada, en 2007, por la empresa de taxis aéreos Vuele Ya, propiedad de los Fernández.

Pero quizás el hecho más llamativo fue cuando Brecha publicó un extenso informe, en febrero de 2011, en el que daba cuenta de que una inspectora de la DINARA había denunciado ante sus jefes que FRIPUR había adulterado la fecha de vencimiento de los productos que estuvieron sin exportarse a Europa mientras duró la sanción. La inspectora tomó fotografías y documentó la maniobra, pero los jerarcas resolvieron archivar la denuncia y destinar a la mujer a otras tareas. Aunque este hecho se sumó a la investigación judicial, pocos meses después el fiscal Ricardo Percivalle archivó la causa. Sin embargo, el destino de la firma, sacudida por denuncias y multas varias, tomó la ruta de la decadencia y la falta de inversión, tocando esta semana fondo definitivo.


Los negocios familiares
El reciclaje

Los septuagenarios Alberto y Máximo Fernández, fundadores de FRIPUR, han sido secundados por sus hijos en las múltiples empresas vinculadas a bienes de exportación (pescados, pollos, soja, trigo, ganadería) y de servicios locales (empresas de bolsas de plástico, harina, contenedores), además de inversiones inmobiliarias y en parques eólicos. Por ejemplo, Javier Fernández, hijo de Alberto, es el titular de la empresa Frimaral, proveedora de contenedores para organismos como el INAU y la ANEP.

Está casado con Natalie Manhard –cuya familia es propietaria del grupo Parisien (Chic Parisien, Indian Outlet, La Casa de la Telas, entre otras) y principal accionista en Punta Carretas Shopping–, y fue en la mansión que esta joven pareja tiene en Carrasco donde Cotidiano Mujer denunció –y Brecha investigó– el trabajo esclavo al que eran sometidas varias empleadas domésticas bolivianas. Ricardo Fernández, otro miembro del clan familiar, es el director de la empresa Kentilux SA, dueña de más de diez molinos eólicos en la estancia La Magdalena, en San José.

En el establecimiento familiar de los Fernández, de unas 1.000 hectáreas, se engorda ganado en feedlots y se cultiva soja y trigo, entre otras actividades agropecuarias. La familia tiene otra estancia, La Floresta, sobre la ruta 45, que ha ido creciendo con la compra de campos linderos, por lo cual las tierras de los Fernández se extienden desde el Río de la Plata hasta el río San José. Además, Alberto Fernández fue director de Grinfin SA, una pesquera que operaba en Argentina desde 1992 y que el año pasado fue denunciada por un legislador de la provincia de Río Negro por adeudar tres meses de sueldo a sus empleados, según publicó ayer El País.


Cierre de FRIPUR
Las chicas de la línea




A través del relato de distintas operarias, Brecha reconstruyó el ambiente de la planta de FRIPUR que ocupan desde el martes, y el hostigamiento, que no es novedad, pero vuelve a impactar al oírlo.

Eliana Gilet

Brecha, Montevideo, 21-8-2015


Verborrágicas, reconstruyen los pesares sufridos entre las paredes blancas como los lomos del pescado que manosearon durante años. Hay una situación catártica que les permite adueñarse de la planta en la que dejaron horas de vida en la línea de producción. Las sensaciones mezclan el enojo declarado, alguna lágrima, frustraciones tragadas a prepo, y mucho desencanto. También hay movimiento, y muchas se quedan en la calle a la salida del último turno, a las dos de la tarde. Suele terminar a las tres, pero ese martes trabajaron “hasta sacar la producción” con la que la empresa prometió pagar un adelanto de los adeudados jornales de agosto. También les deben tres años de vacaciones. El miércoles les pagaron un adelanto y en ese acto comprobaron que la plata estaba. La empresa no necesitaba realmente de esa última jornada de producción.

Las chicas de la línea son la mayoría. Las hay altas y flacas que gritan por las deudas, jovencitas que transaron 10 mil pesos menos por una liquidación. Las hay de pelo recién lavado que cuentan lo que conversan con su pareja, madres que amamantan en la calle mientras liberan el odio para que no pase al crío: “Por mi parte, que cierre y le pongan una bomba”.

En la planta el trabajo se organizaba en torno a una cinta transportadora donde cada trabajador hacía una tarea repetitiva. Se volcaban unos 45 pescados por minuto. El primer trabajador lo acomodaba en las tolvas para que el filetero hiciera un par de cortes a los flancos del pescado. Esos dos solían ser hombres. Luego pasaba al desprendido, “que es la parte peor, porque es una línea con canillas y se trabaja mojado todo el día. Si el desprendido no funciona, no funciona el resto de la línea. Y eso que los que trabajaban en el desprendido, como en la plancha, que es una cinta que desprende la piel, no tienen categoría”. Las mujeres explican que “la categoría” es una sola y aumenta un poco el valor del jornal. Ese jornal era de 96 pesos por hora. Las que no tienen categoría, así como los trabajadores nuevos, cobraban menos, 77 pesos la hora. De todas maneras, hay trabajadoras que llevan cinco o diez años en la empresa y no han accedido a la categoría, una distinción discrecional. “De la plancha en adelante estamos todas las mujeres, que trabajamos a cuchillo. La que lo recibe, le saca las manchas, lo limpia, hasta que llega a las moldeadoras. El balancero lo pesa, luego lo empacan para que lo congelen, o vendan o le hagan el proceso que quieran.”

La mano de obra en el sector pesquero está feminizada hace décadas. “En 1984 las mujeres representaban el 75 por ciento de los 4.400 puestos efectivos ocupados dentro de las plantas procesadoras”. (1) FRIPUR tenía en plantilla 960 empleados, pero esta cifra abarca también a los mercantes que trabajan en sus barcos y a toda la plana gerencial, incluyendo a Máximo y Alberto Fernández que, según los trabajadores, tenían un sueldo de 180 mil pesos cada uno. Casi el 80 por ciento de las trabajadoras de planta son mujeres. Su salario fluctuaba según los días trabajados y las horas que les permitieran hacer en cada jornada: “No llegábamos a los 15 días de trabajo al mes. Podías hacer cuatro u ocho horas, o si te pedían que hicieras extra, trabajabas 12. Eso lo sabíamos al momento de llegar. Yo vivo a 26 quilómetros y gasto casi cien pesos en boletos. A veces venía a trabajar cuatro horas, pagando a alguien que se quedara con mis hijos. Sacá la cuenta…”.

Las 14 líneas de producción no se usaban desde hacía un buen tiempo. Cuentan las trabajadoras que en el último año apenas funcionaban entre dos y cuatro. “Últimamente había tres encargadas y un capataz de toda la planta. Las encargadas tenían libertad para sancionar. Por más que le reclamaras, él no pasaba sobre la encargada, aunque vos tuvieras razón. Ese es el tema, la sanción te la ibas a comer igual. Te estaban exigiendo una cosa que no podías hacer y querían que te saliera perfecto. Todo dependía del humor de la encargada y de la cara del cliente.”

Lo que brota de todos y cada uno de los relatos es el destrato y la presión psicológica que ejercían los mandos medios. ¿Creen que eso era una directiva de la empresa? “Sí, se ve que el jefe les daba un librito y se memorizaban las palabras, porque siempre era el mismo canto: que no servís para nada, que dónde te van a dar trabajo, que el trabajo lo viniste a pedir vos. Algo que nos decían siempre era: te voy a ver del otro lado de la calle y vas a vivir comiendo arroz blanco.” Otra de las chicas completa el relato: “Desde la empresa siempre le dieron para atrás al sindicato, decían que no servía para nada. Me llegaron a decir: “la cuota que a vos te descuentan, van y se la gastan en vino, ¿qué te pensás?”.

No es nuevo lo que cuentan pero impacta cada vez. En 2012 el Ministerio de Trabajo condenó a FRIPUR a pagar una multa de 80 mil dólares por persecución sindical y por vulnerar los derechos de los trabajadores (Brecha, 24-VIII-12). Fue por la misma época que los inspectores del ministerio descubrían la situación de varias mujeres bolivianas que trabajaban de forma ilegal en la casa de Javier Fernández, hijo de uno de los dueños de FRIPUR.

Debacle y chanchadas

Hace tres años la pesquera eliminó el turno de la tarde y concentró su producción en la mañana. Desde entonces se olfateaban problemas. Pero lo peor fue el último año. No había jabón, ni alcohol en gel, ni papel higiénico. “La situación siempre fue la misma, siempre nos ocultaron que las cosas estaban mal. Nos decían que había compradores, que había pedidos, que era una falsa alarma del sindicato. Hasta que llegó el día.”

Las fallas siempre estaban en el mismo lado: “Te querían meter que por una espina perdían clientes. Ellos perdieron clientes por las chanchadas que se mandaban. Recuerdo que una vez descongelaron toda una cámara y nos hacían poner todo lo amarillo del pescado en el medio y después taparlo por fuera con pescado fresco”.

Pero el punto que más discuten es el de las mejoras a la planta. Improvisan una recorrida por las duchas y los vestuarios nuevos, en los que pueden verse baños clausurados y espesas manchas de humedad. “La plata la invirtieron en otro lado. Si llovía, salías del vestuario mojado. Incluso en el lugar de trabajo, ¿cuántas veces cayó agua en la línea?”

¿Qué fue para ustedes lo que ocasionó esta situación? “¡Máximo se quedó con la plata!”, responde un par a coro. “El hombre jugó con nosotros todos estos años, no le importó nada y se guardó la plata en el bolsillo. Tiene 40 molinos de viento en San José, tiene la chacra, tiene una fábrica de bolsas en el Paso de la Arena. Estamos hablando de la persona que tiene más plata del Uruguay…” Las chicas cuentan que una vez que empezaron los problemas de dinero, ni a los Fernández ni a sus hijos se los volvió a ver por allí. “En conclusión, decís, aguantaste todos estos años, ¿y con qué te pagan? El tipo no da la cara.” Pero la pregunta que se hacen todas es cómo puede por un lado deberle tanto a la UTE y por otro proveerla de energía? También se responden: “Máximo Fernández siempre ha estado al lado de los gobiernos”.

En el relato cotidiano surge otro detalle del manejo de esta familia de empresarios, bien propios de un conjunto económico: “Me llevaron a limpiar la casa de Máximo en Punta Carretas, también me mandaron a limpiar los barcos de la empresa. Y sabemos de algunos compañeros de mantenimiento, electricistas, que los llevaron a trabajar a sus otras propiedades”.

Desde hoy. Jimena Peralta es delegada de la planta en el comité de base del Sindicato del Mar (SUNTMA). Siempre trabajó en la línea y le tocó experimentar el traslado constante: “Algunas compañeras nos dijeron que teníamos razón, que si no hubiese un sindicato ahí adentro no se hubieran enterado de nada”. Las movidas sindicales empezaron a hacerse más frecuentes hace tres años. Hace uno pararon la planta por completo, y la semana pasada, ya con el cierre en el horizonte, cortaron calles, fueron al Parlamento, a la casa de Máximo Fernández, e incluso hasta la puerta de Canal 4. Hay un relato que se repite: “Frente a Canal 4 nos hicieron una nota con la cámara apagada y nunca salió.

Sabemos que los Fernández son amigos de los dueños del 4”. Jimena habla con calma y cuenta que han hecho limpieza durante la ocupación porque la planta es su garantía. La autogestión, increíblemente, fue propuesta por los Fernández en uno de sus primeros acercamientos al gobierno durante este año. Dejarles una fábrica llena de deudas para que gestionen. “Eso está descartado totalmente. Hay que tener un capital grande para mantener la empresa en movimiento, por más que sea una empresa viable y tenga una cartera de clientes.”

Pasado el mediodía del jueves, las que velaban la fábrica y cocinaban guisos y pasteles para sostener la ocupación tomaron la calle Tajes. Al frente, las chicas de la línea desplegaron la pancarta que en letras de colores insistía en el punto fuerte de su denuncia: la plata que se le otorgó a los Fernández no se destinó a realizar mejoras en la planta. Sonreían al reconocerse en las calles las chicas de la línea, que durante un par de días se pasearon con libertad por la planta de paredes blancas como el pescado que manosearon durante años. Y en esa acción, se fueron limpiando de la opresión que les hizo bajar la cabeza y que ya no se las baja más.

Nota

1)Referencia extraída de Un mar de mujeres. Trabajadoras en la industria de la pesca, de Luz López, Beatriz Lovesio, Clara Murguialday y Carmen Varela, Gremcu, Trilce, 1992.


Correspondencia de Prensa - Ernesto Herrera

EH - postaporteñ@ 1454 - 2015-08-23

Fasano responde a Amodio Pérez

DESPUÉS DE 43 AÑOS DE SILENCIO

En 1972, Héctor Amodio Pérez le entregó a Federico Fasano un manuscrito para que, a partir de él, escribiera un libro. Fasano comprendió enseguida que el libro legitimaría el golpe de Estado que estaba por producirse, y se negó a escribirlo. En esta entrevista con Caras y Caretas recuerda los detalles de aquel episodio negro y aventura las razones que pudieron haber traído a Amodio de regreso a Montevideo.


Por    Mateo Grille  ago 22, 2015





Federico Fasano Mertens es bien conocido por los uruguayos. Fue director de seis diarios nacionales, de tres radios, de dos canales de televisión y del periódico francés Le Monde Diplomatique para América Latina. También fue director de Comunicación Social de la Presidencia de la República de México y autor del Plan Nacional de democratización de la prensa, radio y televisión de ese país, que propuso una ley de 450 artículos que la Unesco consideró, en 1981, como “única en América Latina”. Ocupó la Secretaría de Cultura de la Federación Latinoamericana de Periodistas y presidió el Tribunal de Honor de la Asociación de la Prensa Uruguaya. En 1983 le fue otorgado, en España, el Premio Internacional de Periodismo, que donó a los familiares de los presos políticos uruguayos.


¿Cuándo y cómo conoció a Héctor Amodio Pérez?


Lo conocí a principios de la década del 60, cuando se fundó BPColor, el primer diario offset de América Latina. Él era dirigente del Sindicato de Artes Gráficas, trabajaba en la sección fotomecánica del matutino, y yo era dirigente de la Asociación de la Prensa y trabajaba como jefe de noticias en el diario. Ambos integrábamos las comisiones internas sindicales, en las que también militaba Samuel Blixen, cronista policial. Amodio compartió con nosotros esas jornadas sindicales, exhibiendo su solidaridad, su energía y su capacidad organizativa.

Nos hicimos amigos. Todos lo queríamos. Así como nos sorprendía su coraje, que no contemplaba consecuencias.


Un año después dejé de verlo. Había pasado a la clandestinidad. Fue uno de los fundadores del MLN.

Amodio, un hombre de acción por sobre todas las cosas –las palabras dividen, decía en esas épocas–, se constituyó en leyenda. Muchas de las increíbles acciones tupamaras que asombraron al mundo le fueron atribuidas, con o sin razón. Cuando las prisioneras tupamaras fueron liberadas de la Cárcel de Mujeres, dejaron como recuerdo un corazón dibujado con la foto de Amodio, como símbolo de gratitud por su valor.

¡Qué tragedia la de Amodio Pérez, qué tragedia! Cuanto más alto es el pedestal, más dolorosa es la caída. Los sueños, en general, vuelan alto, pero si tocan el suelo, como pasó con Amodio, se arrastran y mueren.


¿Cuándo volvió a verlo?


Diez años después. Al comienzo de la primavera de 1972, hace 43 largos años. Su padre, un proletario a quien yo había designado jefe del taller de Impresora Alborada y que había trabajado conmigo en los otros diarios que dirigí hasta que fueron clausurados, me entrega en mi domicilio, frente a la Plaza del Entrevero, una esquela de puño y letra de su hijo Héctor, donde me informa que está detenido en una unidad militar y que quiere verme para sacar un libro con sus memorias. Aclara que tiene escrito un borrador al que yo debo dar forma periodística y editarlo. Insiste en que quiere explicarme personalmente las razones de su decisión, y que si acepto, la reunión podría llevarse a cabo en el Batallón Florida. Le contesté que iba a reflexionar sobre el tema y lo llamaba.


Me llamó mucho la atención que fuera posible reunirme con Amodio en el Batallón Florida. Lo primero que hice fue hablar con mi hermano Carlos, dirigente de los GAU, quien de inmediato se reunió con Héctor Rodríguez, secretario general de su organización. Aunque había rumores, nadie sabía que Amodio estaba detenido en un cuartel. Con Rodríguez y mi hermano fuimos a ver al general Liber Seregni, quien me pidió que continuara el diálogo para saber qué estaba pasando, “que tirara del piolín a ver hasta dónde llegaba”. Le informo a Amodio padre que acepto reunirme con su hijo, pero que primero debo ver el borrador que escribió, para saber dónde estoy parado.


El domingo 24 de setiembre me entrega los originales de las 61 carillas de cincuenta líneas y ochenta espacios cada una, que debían ser transformadas por mí en un libro de trescientas páginas.


Sólo hojear esas carillas me bastó para comprender que se trataba de un texto cuya difusión implicaba el desafuero y la prisión de varios legisladores del Frente Amplio y de parlamentarios antigolpistas del Partido Nacional e, incluso, aunque en menor proporción, legisladores del Partido Colorado; gran excusa para hacer florecer las condiciones subjetivas para un golpe de Estado.


Con mi hermano Carlos y Héctor Rodríguez le llevamos el texto a Seregni, quien, visiblemente preocupado, citó a una reunión en su propia casa para la mañana del jueves 28 de setiembre, a la que asistieron Zelmar Michelini, Rodney Arismendi, José Pedro Cardozo, Juan Pablo Terra, Héctor Rodríguez y yo, mientras que a Mario Benedetti, que estaba internado con un ataque de asma, se le informó, recién al día siguiente, para conocer la opinión del 26 de Marzo. Ahí informé sobre el contenido de los apuntes y la posibilidad de mi encuentro con Amodio en el Cuartel Florida.


Hubo unanimidad: había que abortar la idea de ese libro, que comprometería a todos los antigolpistas de izquierda y de los partidos tradicionales, y para ello yo debía correr el riesgo de reunirme con Amodio en el Batallón Florida, a fin de descubrir los alcances del complot contra las instituciones. También se resolvió que la tarea le quedaba grande al Frente Amplio, asediado por el autoritarismo en ciernes, y que se debía buscar el apoyo de Wilson Ferreira Aldunate.


Culminado el cónclave me dirigí, en horas de la tarde, al despacho del presidente de la Cámara de Diputados, Héctor Gutiérrez Ruiz, de quien era amigo personal, confidente de primicias en largas tertulias nocturnas que manteníamos en El Balón de Oro, cuando yo dirigía aquellos cinco diarios clausurados por Pacheco. Asombrado, el Toba convocó de inmediato a su despacho a Wilson, a quien le dije que actuaba por instrucciones del general Seregni y que estaba autorizado a entregarle una copia de las 61 páginas del manuscrito de Amodio.


A esa reunión siguieron otras en la casa de la madre de Wilson, frente al Gaucho, y finalmente Ferreira se comunicó con el entonces comandante en jefe del Ejército, general César Martínez, e intentaron proteger mi vida.


Me habían advertido que en cualquier momento me pasaban a buscar para ir al Florida. Me reúno con el padre de Amodio el domingo 1º de octubre, y la reunión queda para el día siguiente, a las 10 de la noche.


Mi esposa, Charo Márquez, médica siquiatra, un lujo de mujer, intenta por todos los medios convencerme de no encontrarme clandestinamente con Amodio, alegando el peligro al que me exponía no sólo yo, sino también a ella y a mis cinco hijos. Estoy atado al mástil, le dije. Nunca me lo pudo perdonar. Fue una de las causas de nuestra separación; cuando me condenó el Escuadrón de la Muerte, cuando me avisan que los capitanes del Florida me buscan para vengarse, cuando irrumpió el infame golpe de Estado, el asalto a mi casa, la huida, mis hijos quedando como rehenes del inspector Víctor Castiglioni, el exilio y todo lo demás. Fue otra de las tristes consecuencias de mi intervención en el caso Amodio. Y Charo tenía razón. Pero, como en las tragedias griegas, hay hechos que son inevitables. No me arrepiento de haber corrido el riesgo por una causa justa.


La reunión en el Florida finalmente se llevó a cabo en la medianoche del lunes 2 de octubre de 1972 y duró hasta las 7 y 30 de la mañana del martes 3. Me llevó el capitán Luis Eduardo González. Al entrar al Florida conmigo, la guardia se cuadró ante él. González me presentó a los capitanes Calcagno y Aguirregaray y luego me dejaron a solas con Amodio durante casi 8 horas.


¿Qué pasó en esas 8 horas?


Es muy largo para resumirlas. Algún día lo contaré in extenso, pero por ahora, después de 43 años, siento con orgullo haber cumplido con el mandato que me dieron la izquierda uruguaya y los propios compañeros tupamaros consultados: no publicar ni una sola letra de ese manuscrito.


Puedo decir que Amodio intentó convencerme de las bondades del golpe antioligárquico, protagonizado por oficiales nacionalistas de las FFAA, que detonaría en diciembre con la publicación de sus memorias.


¿Fue esa idea la que llevó a Amodio a elegirlo a usted para escribir sus memorias?


Fue multicausal. La amistad, el compañerismo sindical, el haber designado a su padre como jefe del taller de la impresora, mi revisionismo histórico, la necesidad de nuevos recursos económicos para editar un nuevo diario de izquierda, la lucha de mis diarios contra la rosca oligárquica –término éste que se constituyó en el santo y seña de la denuncia de esos diarios contra la corrupción del poder económico–, así como otras circunstancias que convergieron en una “alineación de astros” para estar en el lugar y en el momento exactos para ser parte de esta historia, para nada agradable.


Me ofreció 200 millones de pesos de la época, que yo podría utilizar para la edición del nuevo diario de izquierda, ya que todos los anteriores estaban clausurados.


Salí en defensa de Sendic, a quien respetaba por su honestidad política y personal. Y en eso fue intransigente. Culpaba a Sendic de la derrota. Todo su manuscrito resumía un gran rencor hacia la máxima figura de los tupamaros. Me aseguró que Fernández Huidobro y otros dirigentes guerrilleros, no así Sendic, estaban trabajando con los militares del Florida en la investigación de los ilícitos económicos del poder oligárquico, y que mi amigo Ettore Pierri, a quien yo había contratado como periodista en mis diarios, trabajaba en esa tarea 8 horas por día. Le dije que me parecía muy bien que los prisioneros trataran de convencer a sus captores, haciéndoles saber que estaban al servicio de la oligarquía y no de la emancipación popular. Es la regla de oro de la contradicción principal, oligarquía-pueblo.


Pero muy distinto era unirse a los militares, como hacía él, para intentar editar un libro que terminaría con el procesamiento de los principales líderes de la izquierda uruguaya y de los dirigentes antigolpistas de la burguesía nacional.


En ese punto todo se trancaba. No podía explicar cómo revelaba los encuentros del MLN con el Frente Amplio y con los líderes antigolpistas, principalmente del Partido Nacional y algunos del Partido Colorado. El manuscrito era el pretexto perfecto para el inicio del terrorismo de Estado más implacable que conoció el país.


A sabiendas de encontrarme en un cuartel, del cual podría no salir, le dije que consideraría la idea siempre y cuando se suprimieran todos los nombres de los dirigentes de izquierda y de los antigolpistas que no eran de izquierda. Me contestó que eso era lo único que no podía suprimir.


La confesión era clara. La moneda de cambio de su libertad y la de su mujer no era el arreglo de los papeles del teniente Méndez, ni la señalización de lugares o la entrega de compañeros: era la edición de ese libro, buscando el desafuero de gran parte de la clase política, para legitimar el golpe de Estado.


Amodio me miró por última vez y creo que se dio cuenta de que su misión conmigo había fracasado. Sin embargo me dejó ir con la derrota en su rostro. Quizás aún no había condiciones para intentar retenerme prisionero.


Han pasado tantos años y aún no puedo explicarme cómo a Amodio se le ocurrió pensar, aunque fuera por un instante, que yo podría escribir un libro en el que delataba a los principales dirigentes del Frente Amplio, la organización política que ayudé a formar con todas las fuerzas de los diarios de masas que fundé, sufriendo clausuras, prisión, atentados, persecuciones y penurias. Sólo la insensatez puede explicar esa falta de intuición y de análisis sobre el destinatario de su propuesta.


¿Volvió a verlo o a saber de él en alguna otra oportunidad?


Nunca más lo vi, ni supe de él.


Después de la entrevista, los hechos ya han sido revelados: mis cinco reuniones con dirigentes de todas las organizaciones frentistas y con Wilson y Gutiérrez Ruiz, mi condena a muerte por el Escuadrón de la Muerte –publicada en el semanario Azul y Blanco–, el intento de los capitanes del Florida de llevarme de nuevo por la fuerza al cuartel, desestimado por el coronel Legnani, el secuestro del que fui objeto en mi domicilio, donde me encapucharon y trasladaron a una casa secreta donde me interrogó el coronel Trabal, mi reunión con el comandante del Ejército, el general antigolpista César Martínez, mi retorno al Batallón Florida para reconocer todos los lugares donde estuve, ya que el jefe del batallón negaba mi presencia clandestina en su unidad, mis citaciones al Regimiento Nº 1, en el kilómetro 14 de Camino Maldonado, del cual dependía el Batallón Nº 1 Florida. Ese regimiento estaba comandado por un militar de honor, antigolpista, el coronel Caballero, con el cual mantuve varias reuniones con mensajes para Seregni. El primer papelito que me dio el padre de Amodio, redactado por su hijo, y que le entregué al senador Dardo Ortiz, permitió confirmar mi denuncia sobre los preparativos del golpe de Estado.


En la sesión parlamentaria del 8 de mayo de 1973, cuyas actas conservo con orgullo luego de los peligros vividos, todos los partidos políticos reconocieron, a través de las exposiciones de los senadores Ferreira Aldunate, Michelini, Paz Aguirre y Terra, que “la conducta intachable y muy digna del señor Fasano, desechando una abultadísima suma de dinero, contribuyó eficazmente a desbaratar una conjura contra las instituciones y el sistema político del país”.


¿Por qué estima que volvió Amodio Pérez?


No tengo ninguna duda, conociéndolo, de que volvió porque no quiere llevarse a la tumba su imagen de traidor.


Se irá con las dos versiones. Si el silencio lo condenaba, la elocuencia de hoy, también.

Un hombre que deja su tranquila vida de trabajador especializado y la pone en riesgo al servicio de una idea noble y solidaria, que es concretar ese sueño milenario de justicia y libertad, que nos era tan esquivo; que pierde poder en la correlación de fuerzas internas y es desplazado de todos los mandos, escurriéndosele, además, todo aliciente en la lucha social debido a su orgullo, su falta de autocrítica, su rencor frente al líder y fundador; agravada su desolación por la captura de su compañera afectiva, hundiéndose en el abismo de colaborar con los torturadores y ayudar a los terroristas de Estado en su macabro plan de exterminio selectivo de las fuerzas populares, no puede irse de este mundo sin una oportunidad de expiación personal.


Creo que en sus últimos 43 años de vida debe haber padecido un infierno dantesco. No soy de los que creen que al huir, en la forma en que lo hizo, obtuvo su felicidad.


Fui su amigo. Fue, durante una década, un idealista, y el hubris lo derrotó. Y como la historia, como me enseñó Tácito, debe escribirse sin pasión y sin ira, no puedo ocultar que me duele Amodio Pérez. No me solazo con su tragedia personal. Me entristece.


Hubiera preferido que volviera a pedir perdón a la izquierda uruguaya y a sus compañeros tupamaros por los crímenes de conciencia cometidos. Le digo lo mismo que a los militares que instalaron el terrorismo de Estado en nuestra Nación: no puede haber perdón sin un acto de contrición, sin el reconocimiento de las terribles sevicias cometidas.


Pero no fue así. Volvió con el orgullo herido, atacando nuevamente a su organización, a sus compañeros, en definitiva, a la izquierda en el poder, y lo hizo de la mano de un diario que fue el intelectual orgánico de la dictadura.

En lo que a mí respecta, sigue sin entender que hice lo que debía hacer.


Me dedica, en el libro Palabra de Amodio, veintitrés referencias. Afirma en la página 218 del primer libro de Marius, Tiranía de la miseria, que “contactar con Fasano fue uno de los errores más grandes de mi vida”.


Y tiene razón. No se le ocurre, por un instante, que si yo hubiera escrito sus memorias, el traidor era yo; traidor a mi conciencia, a mis ideas, a mi historia y a la izquierda a la que entregué mi vida. No puedo ni imaginarme en esa situación. En ese mismo libro también me acusa de haberle “tendido una trampa y caí como un chorlito” (página 218), para agregar que lo usé para “encumbrar a Fasano como salvador de la democracia y a punto estuvo de conseguirlo” (páginas 219 y 224).


En el libro reitera el tema de la trampa de Fasano (página 136) y me acusa de construirle “una encerrona con el MLN y Ferreira Aldunate” (página 197) y de haber pergeñado, junto con Trabal, Ferreira Aldunate y Fernández Huidobro, “la estratagema de mi manuscrito escrito en hojillas” (páginas 211, 219 y 220).

Acá lo único cierto es que yo no traicioné mi conciencia y él sí lo hizo, y vaya si lo estará pagando, porque Amodio es también un ser humano y también tiene conciencia, y debe estar sufriendo como sufría Shylock en El Mercader de Venecia.

Traicionar su conciencia debe ser lo más terrible que puede pasarle a un ser humano, cuando se mira todos los días al espejo de su propia alma.


Y cómo cuesta curarse de la infección del alma. La única vacuna es la humildad y el arrepentimiento.


Volvió con más de lo mismo. Denigrando a la organización que fundó, siendo funcional a los intereses contrarios a un gobierno de izquierda, llevado a todos lados de la mano del diario que fuera intelectual orgánico de la dictadura. Este rifirrafe que está protagonizando es la reiteración de un gran error.


¿Tiene algún mensaje para su ex amigo?


Se me ocurren rápidamente tres.


El primero, que intente ser el original de los años 60, tirando al basurero de su historia la fotocopia impresentable que es hoy. Y no comparo los crímenes de conciencia que cometió un prisionero aterrado ante el horror de la tortura y la muerte, suyas y de su compañera, con los crímenes de lesa humanidad que esa jauría uniformada, que gozaba con las torturas y violaciones de seres humanos indefensos, cometió contra prisioneros desarmados.


Segundo, que lea a Hegel, que explica cómo cuando se tiene una segunda derrota generalmente es por no haber comprendido el significado de la primera.


Este retorno es su segunda derrota.


Y finalmente, decirle que aún tiene espacio y tiempo para expiar sus culpas. Que aproveche esta estadía prolongada en nuestro país, no prevista en sus planes, para ponerse al servicio de la Justicia, demandada a gritos por veintiocho mujeres dignas, ultrajadas por esa cobarde pandilla de bribones armados que, violando su juramento estatal, transformaron su obligación de proteger a los ciudadanos en el miserable derecho de pernada sobre mujeres indefensas.


No creo que Amodio haya torturado a nadie. No lo concibo. Pero si es verdad, como afirma una de las denunciantes, que estaba presente en la tortura, obligado o no, si es verdad que presenció cómo violaban a sus compañeras, delito estatal imprescriptible, que agradezca al destino haber retornado, para denunciar con nombres y apellidos a esas lacras humanas. Puede ser su gran minuto de piedad de los últimos 43 años. Como decía el genio Jorge Luis Borges en su ‘Biografía de Tadeo Isidoro Cruz’, “cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento: el momento en que el hombre sabe para siempre quién es”. Quizás este sea el momento más importante en el presente de Amodio. El momento de mirarse al espejo queriendo encontrar la imagen de su juventud perdida, comprometida antaño con el mejor humanismo, y quizás, ¿por qué no?, se anime a zambullirse en ese gesto que le propongo.


Quizás un gesto que cambie el rumbo de su desdichada vida.


Y así, podría morir en paz consigo mismo.