25 ago 2015

INVESTIGAN SI EL FISCAL ALBERTO NISMAN DEPOSITO EN ESTADOS UNIDOS PLATA PROVENIENTE DE SOBORNOS

Una cuenta con entradas sospechosas
La Unidad de Información Financiera de Estados Unidos envió un documento al juez federal Rodolfo Canicoba Corral en el que se detalla que investiga lavado de dinero y también posibles sobornos. Hay depósitos por más de 600.000 dólares en el Merrill Lynch.
 Por Raúl Kollmann

“La Justicia de Estados Unidos investiga la cuenta de Alberto Nisman por soborno y lavado de dinero –explicó ayer el juez federal Rodolfo Canicoba Corral–. Investigan si hubo soborno porque cuando abrió la cuenta en el banco Merrill Lynch de Nueva York escondió que era fiscal. Se presentó sólo como abogado. Y dado su cargo, en Estados Unidos lo que se investiga es si recibió un pago irregular por su trabajo. Es lo que nosotros llamamos cohecho. También se investiga el delito de lavado de dinero, porque las cuentas de Nisman no cierran por ningún lado: las transferencias a la cuenta de Nueva York no tienen relación con sus ingresos.” Canicoba Corral hizo así referencia a los depósitos por más de 600.000 dólares en el Merrill Lynch, incluyendo 150.000 transferidos por el empresario Damián Stefanini, desaparecido desde el 17 de octubre de 2014. Estos datos fueron adelantados en exclusiva por Página/12 y fueron confirmados por un documento de la Unidad de Información Financiera de Estados Unidos.
Canicoba Corral ratificó que el organismo estadounidense, equivalente a la UIF argentina, hizo llegar la información al juzgado en virtud de lo que se conoce como la red Egmond, un convenio por el cual las unidades de información financiera, que monitorean el lavado de dinero, se comprometen a brindarse asistencia recíproca. El textual del informe llegado desde el norte fue difundido por el diario Perfil este domingo, aunque los datos fueron publicados por Página/12 hace un mes. El documento fue incorporado el viernes al expediente que instruye Canicoba y en el que actúa el fiscal Juan Pedro Zoni.
Lo llamativo es que en el caso de Nisman, el organismo de Estados Unidos no sólo encaró la investigación por lavado de dinero, sino también por sobornos. El dato fue hecho público por Canicoba Corral en un diálogo con el programa Siempre es hoy de Radio del Plata. “Es cierto que figuraban como titulares de la cuenta del Merrill Lynch la madre del fiscal, Sara Garfunkel, la hermana Sandra Nisman y el técnico informático Diego Lagomarsino, que se incorporó en 2014. Al organismo norteamericano le parecieron sospechosos los movimientos y los vincularon con sobornos porque Nisman se escondió doblemente: no declaró que era una persona políticamente expuesta, un fiscal, y además no se ubicó como titular de la cuenta, sino como apoderado. Es evidente que él movía los fondos y que las cuentas no cierran por ningún lado, ya que se trata de depósitos que no tienen relación con sus ingresos. Es plata que no aparece justificada por sus ingresos.”
El juez y el fiscal no sólo están investigando los depósitos en el Merrill Lynch. Según dijo Canicoba Corral ayer, también existen movimientos en Uruguay, tanto de dinero como de propiedades, y también hay inversiones no declaradas en la Argentina. Como reveló hace un mes este diario, en la cuenta de Nueva York hay un depósito en Estados Unidos de Claudio Picón, un empresario que actuó en empresas de seguridad a las que se vincula con agencias norteamericanas. “El poder que la empresa de Picón le otorgó a Nisman por la camioneta Audi que manejaba me llamó la atención. Es un poder amplísimo, del estilo del que se otorga a alguien que compró el vehículo”, contó Canicoba. Tácitamente, el magistrado dio a entender que la lujosa camioneta Audi era propiedad del fiscal. Al mismo tiempo, Picón aparece firmando un cheque de 200.000 dólares y es titular de uno de los departamentos del edificio en la avenida Dorrego, en Palermo, en el que Nisman también tenía dos unidades. “Picón tendrá que venir a dar explicaciones en algún momento”, completó el magistrado.
–¿Le parece que Stefanini está con vida? –le preguntó anoche este diario a Canicoba Corral.
–No, no lo sé –respondió el juez–. Me queda claro que era un hombre que se dedicaba a actividades financieras poco claras, que diría que estaban orientadas a blanquear fondos que no tienen explicación.
En los depósitos sin explicación que recibió Nisman en la cuenta del Merrill Lynch no sólo están los 150.000 de Stefanini y los 75.000 de Picón, sino que hay otros 135.000 de una empresa de Hong Kong, Rodfa Limited, y 150.000 distribuidos en tres compañías con aspecto de ser sellos: Salimei, Las Tierras USA y Vivaterra. Hay finalmente varios depósitos de 10.000 dólares que serían a cambio de conferencias, asesoramientos o acciones de lobby, todo sin oficializar. Canicoba Corral está esperando un informe del propio banco, el Merrill Lynch, sobre todos los movimientos de la cuenta desde que se estableció, en 2012, hasta la muerte del fiscal, incluyendo las transferencias y quién las firmó.
La hipótesis que sobrevuela la investigación –por eso los norteamericanos hablan de soborno– es que buena parte de los fondos que le ingresaron a Nisman, vía Nueva York, provinieron de agencias o fundaciones de Estados Unidos.
Existe la creencia de que los servicios de inteligencia, la CIA, las distintas agencias de seguridad, el aparato militar y las fundaciones norteamericanas actúan como una especie de orquesta armónica, alineadas con la Casa Blanca. La realidad es muy otra. Esas organizaciones y dependencias del Estado compiten ferozmente entre sí, empezando por algo que se ve hoy a simple vista: el choque por el acuerdo de limitación nuclear firmado por Estados Unidos e Irán en Viena. La mayoría republicana va a votar en contra en ambas cámaras del Congreso y la derecha de ese partido tiene un enorme protagonismo en los esfuerzos por obstruir el acuerdo con Teherán. Para esa corriente, Nisman y el espía Antonio “Jaime” Stiuso eran piezas importantes, ya que operaban muy en línea con esas posturas de las derechas republicana e israelí.
raulkollmann@hotmail.com