El Secretario de Estado de Seguridad anuncia un acuerdo con Apple y Boeing en el estreno de su sede en Silicon Valley
ROSA JIMÉNEZ CANO San Francisco 28 AGO 2015
Sensores integrados en la ropa, lo suficientemente sensibles como saber al milímetro cómo es el estado de salud de un soldado. Lo suficientemente resistentes como para poder ir a escenarios bélicos con ellos. Esa es la visión de Ashton Carter, el Secretario de Estado de Defensa de Estados Unidos. El número uno del Pentágono ha desvelado su plan para conseguirlo. FlexTech Alliance, un conglomerado de 162 empresas, universidades y centros de investigación de Silicon Valley, hará realidad este idea. Contarán con 75 millones de dólares del Estado y cuenta con nombres tan destacados como Boeing o Apple, que sumarán 15 millones adicionales. El plan apunta a que en cinco años la cifra llegará a 191 millones entre ambas partes.
Mientras que con Apple colaborarán en tejidos y aparatos integrados en la ropa, con Boeing se centrarán en nuevas forma de transporte y monitorización sobre el terreno. Llama la atención el hecho de que la firma de Tim Cook se sume. Aunque siempre se han mostrado dialogantes, mantuvieron una postura muy distante en cuanto a protección de datos y muy poco colaboradora con el Gobierno en cuanto a encriptación de contenido en sus iPhones. El único wearable de Apple hasta la fecha es el Apple Watch.
Esta iniciativa encaja con la ambición de la Casa Blanca por tender puentes con Silicon Valley. En febrero fue el presidente Obama el que se desplazó a la Universidad de Stanford para tender una mano y colaborar en seguridad. En abril, Carter desveló sus planes para abrir una oficina que hiciese el vínculo más fuerte. Los wearables, la tecnología integrada en la ropa, es el primer proyecto de este centro que acaba de estrenar. Se llama Unidad de Innovación y Experimentación en Defensa, cuyas siglas en inglés son DIUX. La sede, desde la que habló Carter, no podría ser más icónica. En Moffet Field, un antiguo centro de la NASA, muy cerca de la sede de Google, dónde se encuentran la Singularity University y el mayor túnel de viento del mundo. “Aquí se probaron los F8, es toda una metáfora de los que podemos hacer”, subrayó, “tenemos la mejor defensa que hay soñado nunca este país, pero no es suficiente. Reconstruir los puentes entre Silicon Valley y el Pentágono, retomar la confianza, es lo que necesitamos para mejorar”.
Carter reconoció una brecha entre los avances comerciales en el campo tecnológico y su eco en Defensa: “Otros países han seguido el camino que nosotros trazamos. Análisis de datos, biotecnología, motores, ciberseguridad… Todo eso nació aquí. La combinación entre el mundo comercial y el Pentágono trajo beneficios como el GPS. Hoy existe algo inimaginable, Siri de Apple. El Gobierno quiere volver a prender la llama para que creemos juntos”.
Sam Liccardo, alcalde de San José, límite de Silicon Valley al Sur, con un millón de habitantes, celebró la decisión. Su localidad será una de las grandes beneficiadas con este nuevo centro de innovación. Desveló que los avances que se hagan en DIUX tendrán impacto directo en la manufactura local. “Se habla mucho de las universidades, de los licenciados, pero los que somos de aquí, sabemos que es necesaria la clase media, esa que casi ha desparecido. No queremos dejar a nadie fuera de este boom, por lo que San José será el lugar natural para la fabricación”, celebró.
La intención del Pentágono es que esta investigación, inicialmente en tejidos, dé pronto resultados en sensores integrados en vehículos militares, tanto marinos como aéreos. También mostró interés en los últimos estudios sobre sobre consumo de energía, robótica y drones. Estas serán las áreas que impulsarán en la siguiente fase del proyecto.
El máximo responsable de Seguridad en EEUU visitará por la tarde la sede de LinkedIn, una red social especializada en empleo con una misión clara: “Queremos aprender a dar con el mejor talento, no se trata solo de aparatos, sino sobre todo, de personas”.