Los costos de producción de los medicamentos han sido siempre un secreto celosamente guardado por los laboratorios para disimular ganancias extraordinarias. A su vez, los productos farmacéuticos innovadores han tenido y tienen una rentabilidad mayor aún, justificada en los falsos altos costos de investigación, tal como nos ilustra en su libro La verdad acerca de la industria farmacéutica la ex editora jefe del New England Journal of Medicine, Marcia Angell (disponible en PDF).
Por Daniel Gollan *
Actualmente, nos encontramos en otra etapa, que podría definirse como la “del precio según la capacidad de pago de cada país y del comprador particular o institucional”, que se establece por cálculos farmacoeconómicos basados en el cálculo de variables tales como PBI del país, PBI per cápita, capacidad de pago del Estado, de las obras sociales o de las empresas de medicina prepaga, cantidad de pacientes a tratar y comparación con tratamientos alternativos. Se establecen así precios diferenciales para cada país dentro de éstos, para cada institución pagadora. Son los llamados MAC, los medicamentos de alto costo.
En los últimos años, los fondos globales de inversión se vienen consolidando como la principal masa accionaria de los grandes laboratorios biotecnológicos y entre sus principales dueños/accionistas aparecen rutilantes nombres del poder político/económico mundial y de nuestros conocidos “fondos buitre”. Varias de estas empresas farmacéuticas siquiera producen medicamentos: sólo se dedican a comprar patentes utilizando su enorme poder financiero para luego tercerizar su producción y obtener enormes ganancias utilizando maniobras monopólicas, de posición dominante, de manipulación de la demanda y de extorsión a los gobiernos.
La comercialización de los productos farmacéuticos según la capacidad de pago del comprador lleva a que, por ejemplo, por un mismo medicamento se cobre 1000 dólares en países de renta alta, 100 en países de renta media y 10 en países de renta baja. El costo de I+D+Producción de ese fármaco es 2 dólares, lo que explica las ganancias extraordinarias. Esta manera de comercializar fármacos es inmoral, inhumana e injusta, al igual que la ganancia usurera que pretenden obtener los fondos buitre comprando bonos basura para luego litigar contra los Estados. Y es que la lógica predatoria en ambos casos es la misma.
Los MAC son hoy la principal causa de desfinanciamiento de los sistemas de salud en el mundo, inclusive en los países de economías más fuertes. Como respuesta, los gobiernos vienen instrumentando diversas acciones para enfrentar esta situación, como la aplicación de evaluaciones de costoefectividad previas a las autorizaciones de registro de estos fármacos o la creación de fondos específicos para su financiamiento que, irremediablemente, terminan siendo rebasados.
A nivel Mercosur, Unasur y Organización Panamericana de la Salud se ha comenzado a tomar medidas en conjunto. Y el problema está instalado en la agenda de la Organización Mundial de la Salud. Es preciso garantizar que todos quienes necesiten MAC con efectividad comprobada puedan acceder a ellos. Pero la única variable pasible de modificación para garantizar ese acceso es el precio, ya que éste no puede regirse por los parámetros de la especulación financiera.
Esta tarea atañe no sólo a los gobiernos y a las autoridades sanitarias sino a toda la sociedad, en particular, a profesionales tratantes, asociaciones de pacientes, al Poder Judicial y a los medios de comunicación.
* Ministro de Salud de la Nación.