El Mediterráneo, principal acceso
El número de inmigrantes y refugiados que han atravesado el mar Mediterráneo en lo que va de año para llegar a Europa superó ya el umbral de los 300.000, pero muchos no lograron terminar la travesía con vida: se estima en 2.500 el número de muertos o desaparecidos.
El dato, anunciado en Ginebra por el Alto Comisariato de la ONU para los Refugiados (ACNUR), es alarmante, y no incluye el balance aún no confirmado de las personas fallecidas en la última tragedia, ayer frente a las costas de Libia.
El total de más de 300.000 llegadas registradas desde el inicio de 2015, de las cuales casi 200.000 a Grecia y 110.000 a Italia, supone "un fuerte aumento respecto al año pasado, cuando unas 219.000 personas atravesaron el Mediterráneo durante todo
el 2014", subrayó la portavoz del ACNUR, Melissa Fleming.
El año pasado, los muertos o desaparecidos en el mismo mar fueron unos 3.500.
"Pese a los esfuerzos de la operación europea de búsqueda y rescate, que en el último año salvó decenas de miles de vidas, el Mediterráneo sigue siendo, con los cerca de 2.500 muertos, la ruta más mortal para refugiados e inmigrantes", dijo Fleming.
Y el modo en el que los traficantes de seres humanos hacinan a las personas es la causa de la muerte. Según el testimonio de un sobreviviente a bordo de una barcaza socorrido frente a las costas libias el miércoles -indicó la portavoz-, los contrabandistas se hacían pagar para permitir a los pasajeros salir de la bodega para respirar.
"No queríamos estar en la bodega, pero nos obligaron pegándonos con bastones", les contó Adbel, un sudanés de 25 años.
Otro superviviente, Madhi, un cirujano traumatólogo de Bagdad, relató haber pagado 3.000 euros para que su esposa y su hijo de 2 años pudiesen estar en el puente superior.
Los equipos de rescate encontraron 51 personas muertas sofocadas en la bodega del barco.
ACNUR subrayó que muchas de las personas que llegan por mar al sur de Europa, en particular a Grecia, provienen de países sacudidos por violencia y conflictos, como Siria, Irak y Afganistán, y todos necesitan protección internacional.
Además, "aunque los números son aplastantes para países individuales, ya sobrecargados, como Grecia, la ex República Yugoslavia de Macedonia, Hungría, Serbia o Alemania, son cifras que en cambio se pueden gestionar a través de respuestas
conjuntas y coordinadas a nivel europeo".
"Todos los países europeos y la UE deben actuar juntos para responder a la creciente emergencia y demostrar responsabilidad y solidaridad", dijo la vocero del ACNUR.
El total de más de 300.000 llegadas registradas desde el inicio de 2015, de las cuales casi 200.000 a Grecia y 110.000 a Italia, supone "un fuerte aumento respecto al año pasado, cuando unas 219.000 personas atravesaron el Mediterráneo durante todo
el 2014", subrayó la portavoz del ACNUR, Melissa Fleming.
El año pasado, los muertos o desaparecidos en el mismo mar fueron unos 3.500.
"Pese a los esfuerzos de la operación europea de búsqueda y rescate, que en el último año salvó decenas de miles de vidas, el Mediterráneo sigue siendo, con los cerca de 2.500 muertos, la ruta más mortal para refugiados e inmigrantes", dijo Fleming.
Y el modo en el que los traficantes de seres humanos hacinan a las personas es la causa de la muerte. Según el testimonio de un sobreviviente a bordo de una barcaza socorrido frente a las costas libias el miércoles -indicó la portavoz-, los contrabandistas se hacían pagar para permitir a los pasajeros salir de la bodega para respirar.
"No queríamos estar en la bodega, pero nos obligaron pegándonos con bastones", les contó Adbel, un sudanés de 25 años.
Otro superviviente, Madhi, un cirujano traumatólogo de Bagdad, relató haber pagado 3.000 euros para que su esposa y su hijo de 2 años pudiesen estar en el puente superior.
Los equipos de rescate encontraron 51 personas muertas sofocadas en la bodega del barco.
ACNUR subrayó que muchas de las personas que llegan por mar al sur de Europa, en particular a Grecia, provienen de países sacudidos por violencia y conflictos, como Siria, Irak y Afganistán, y todos necesitan protección internacional.
Además, "aunque los números son aplastantes para países individuales, ya sobrecargados, como Grecia, la ex República Yugoslavia de Macedonia, Hungría, Serbia o Alemania, son cifras que en cambio se pueden gestionar a través de respuestas
conjuntas y coordinadas a nivel europeo".
"Todos los países europeos y la UE deben actuar juntos para responder a la creciente emergencia y demostrar responsabilidad y solidaridad", dijo la vocero del ACNUR.