Javier Tolcachier|
Clae, 09/10/2018
Dos son los principales argumentos por los que muchas personas votaron a la extrema derecha en Brasil: el combate al delito y a la corrupción. El legítimo reclamo de muchos electores es simple: las personas quieren vivir en paz y con seguridad, no quieren trampas ni abusos, desean prosperidad para ellos y sus familias. Pues bien: Bolsonaro, los que mueven los hilos detrás de él y los que lo apoyan, representan todo lo contrario.