Esta ecuación es delicada para los emergentes, que "deberán utilizar todas las soluciones posibles" y el control de capitales sólo puede ser "un último recurso", remarcó la jefa gerente del FMI.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, salió al cruce del presidente de Estados Unidos Donald Trump y dijo que "no asociaría" al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell "con la locura". Scuedió luego de que el jefe de Estado, cuestionara al titular de la Fed, que aumentó las tasas de interés en ese país.
"Powell y otros funcionarios de la Fed son extremadamente serios, sólidos y, sin duda, están dispuestos a basar sus decisiones en información real", dijo Lagarde a CNBC en una entrevista, agregando que los bancos centrales deben seguir siendo independientes en su funcionamiento.
Las subidas de las tasas directoras "son una evolución necesaria" e "inevitable" para las economías como Estados Unidos que experimentan un fuerte crecimiento, tienen una creciente inflación y un desempleo bajo, dijo Lagarde durante una rueda de prensa en Bali.
Después de que Wall Street viviera una jornada negra el miércoles Trump había dicho a periodistas que la Fed se volvió "loca" y que está cometiendo un error. El mandatario estadounidense se había vanagloriado una y otra vez de los récords de Wall Street este año al considerarlos como una prueba de la validez de su programa económico, con la guerra comercial incluida.
Lagarde, que habló al margen de una reunión anual del FMI, reconoció sin embargo que el alza de las tasas de interés estadounidenses coincidía de forma "inédita" con fuertes tensiones comerciales para oscurecer la coyuntura económica mundial.
"Muchos mercados emergentes y países en desarrollo sacaron provecho de los costos de financiamiento extremadamente bajos" garantizados por las tasas casi nulas en Estados Unidos de los últimos años, dijo. "Suscribieron préstamos a menudo en dólares", explicó.
El giro de la política monetaria en Estados Unidos hizo que se encareciera el costo del financiamiento, provocó fuertes variaciones de las divisas en relación al dólar y una fuga de capitales hacia Estados Unidos cuyas tasas altas aseguran retornos atractivos a los inversores. Esta ecuación es delicada para los emergentes, que "deberán utilizar todas las soluciones posibles" y el control de capitales sólo puede ser "un último recurso", insistió Lagarde.