El periodista Jamal Khashoggi y el desmembramiento de Yemen causado por Arabia Saudí
Amy Goodman
Jamal Khashoggi. Foto de archivo / Facebook
“Arabia Saudí debe afrontar el daño de la guerra que lleva adelante desde hace más de tres años en Yemen”. Con estas palabras se inicia la última columna firmada por el periodista Jamal Khashoggi en el periódico The Washington Post, publicada mientras aún estaba vivo. Tres semanas después, el 2 de octubre, Khashoggi ingresó al consulado de Arabia Saudí en Estambul, Turquía, y nunca más se lo volvió a ver. El embajador saudí en Estados Unidos, hermano del príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, fue quien le había indicado al periodista que se dirigiera allí para recoger unos documentos necesarios para volver a casarse. Era un engaño. Inmediatamente después de ingresar, Khashoggi fue interceptado por un grupo de 15 “sicarios” saudíes, que lo torturaron, lo asesinaron y lo desmembraron allí mismo.