Eloy Osvaldo Proaño
May 25, 2021
El noliberal banquero Guillermo Lasso recibió el lunes el gobierno de Ecuador, de manos de su aliado Lenín Moreno, en medio de una severa crisis económica que se extendió al nivel social y sanitario a causa del coronavirus y un escenario nada esperanzador, con un Congreso dividido y una deuda externa a pagar entre 2021 y 2025 de más de 40 mil millones de dólares.
Según cifras oficiales, 32 de cada 100 ecuatorianos viven en situación de pobreza y 15 de cada 100 en pobreza extrema. En el último año la economía se contrajo casi 8 por ciento, en un país cuya deuda pública asciende a 63 por ciento del producto interno bruto, unos 63 mil 100 mil millones de dólares.
Pero no respetó a su antecesor y aliado, y en su discurso disparó contra Moreno, al señalar que recibió un país con históricos niveles de desempleo, incapacidad para hacer frente a la pandemia, elevados índices de corrupción, alarmantes indicadores de desnutrición infantil y lacerantes desigualdades entre el mundo rural y el urbano. Dos días antes Lenin Moreno había dicho que “sin duda dejo al país en mejores condiciones de lo que lo encontré”.
”Se acabó la persecución política en Ecuador; no he venido a saciar el odio de pocos, sino a saciar el hambre de muchos”, sostuvo Lasso en su discurso ante la Asamblea Nacional, que tuvo fuertes críticas al correísmo y donde proclamando el fin de la «era de los caudillos», en clara referencia al expresidente Rafael Correa
Para este gobierno será importante la relación con su principal socio comercial, Estados Unidos y por ello nombró como canciller al diplomático Mauricio Montalvo, quien estuvo al frente de la embajada ecuatoriana en Australia hasta el 10 de mayo. Anunció además que al frente del ministerio de Economía estará el exfuncionario del Banco Mundial, Simón Cuevas.
En sus primeras declaraciones, Cueva dio pautas de su habilidad para jugar con los conceptos, y lo hace de manera cínica. Según él, la mitad de la población que vive con un promedio de 550 dólares mensuales, «somos parte del 50% más rico de los ecuatorianos», señala el politólogo Guido Proaño.
Anunciar que se mantendrán los recortes presupuestarios es sumamente grave. La crisis que vive el país ha dejado lecciones que los neoliberales no las quieren aprender, como por ejemplo, que los sectores salud y educación necesitan mayor inversión, así como también la necesidad de promover la inversión estatal en obra pública, como mecanismo para generar fuentes de empleo, añadió.
Lasso anticipó que su administración apostará por duplicar la producción petrolera, impulsará la minería y ofrecerá a la iniciativa privada varias áreas estatales, pero para el de ministerio de Energía y Minería nombró Roberto Salas, empresario de un conglomerado agroindustrial e inmobiliario privado sin experiencia en el sector petrolero.
En sus primeras declaraciones, Cueva dio pautas de su habilidad para jugar con los conceptos, y lo hace de manera cínica. Según el ex funcionario de Banco Mundial —esto da ya indicios de lo que nos espera— la mitad de la población que vive con un promedio de 550 dólares mensuales, «somos parte del 50% más rico de los ecuatorianos», señala el politólogo Guido Proaño.
Anunciar que se mantendrán los recortes presupuestarios es sumamente grave. La crisis que vive el país ha dejado lecciones que los neoliberales no las quieren aprender, como por ejemplo, que los sectores salud y educación necesitan mayor inversión, así como también la necesidad de promover la inversión estatal en obra pública, como mecanismo para generar fuentes de empleo, añade Proaño.
Lasso prometió un «gobierno del encuentro» y una promocionada «lucha contra la corrupción», premisas características de los gobiernos de derecha en la región. Sin embargo, el escenario no es muy esperanzador: Lasso ya rompió la principal alianza que lo llevó al poder, con los socialcristianos.
El sábado pasado, después de tres intentos fallidos para elegir al nuevo titular del Congreso y de romperse el acuerdo entre su movimiento Creando Oportunidades (CREO) y su aliado en las elecciones, el Partido Social Cristiano (PSC), la Asamblea Nacional eligió a la legisladora Guadalupe Llori, de Pachakutik (PK), como su nueva presidenta. «CREO tiene apenas 12 de los 137 parlamentarios.
Tras reiterar la promesa de vacunar nueve millones de ecuatorianos en 100 días, reiteró que Ecuador buscará incorporarse como socio pleno a la Alianza del Pacífico, que se abrirá a Tratados de Libre Comercio con sus más grandes aliados, con la premisa de que la economía se reactive, con el apoyo del sector privado, al cual retó a emprender miedo la reactivación.
La presencia de mandatarios en el acto de asunción fue bastante austera. Lasso juró ante la mirada de los presidentes de Brasil, Jair Bolsonaro; República Dominicana, Luis Abinader; y Haití, Jovenel Moise. Lo acompañaron además el vicepresidente de Paraguay, Hugo Velázquez, y el rey de España, Felipe VI.
Anunciar que se mantendrán los recortes presupuestarios es sumamente grave. La crisis que vive el país ha dejado lecciones que los neoliberales no las quieren aprender, como por ejemplo, que los sectores salud y educación necesitan mayor inversión, así como también la necesidad de promover la inversión estatal en obra pública, como mecanismo para generar fuentes de empleo, añade Proaño.
Lasso prometió un «gobierno del encuentro» y una promocionada «lucha contra la corrupción», premisas características de los gobiernos de derecha en la región. Sin embargo, el escenario no es muy esperanzador: Lasso ya rompió la principal alianza que lo llevó al poder, con los socialcristianos.
El sábado pasado, después de tres intentos fallidos para elegir al nuevo titular del Congreso y de romperse el acuerdo entre su movimiento Creando Oportunidades (CREO) y su aliado en las elecciones, el Partido Social Cristiano (PSC), la Asamblea Nacional eligió a la legisladora Guadalupe Llori, de Pachakutik (PK), como su nueva presidenta. «CREO tiene apenas 12 de los 137 parlamentarios.
Tras reiterar la promesa de vacunar nueve millones de ecuatorianos en 100 días, reiteró que Ecuador buscará incorporarse como socio pleno a la Alianza del Pacífico, que se abrirá a Tratados de Libre Comercio con sus más grandes aliados, con la premisa de que la economía se reactive, con el apoyo del sector privado, al cual retó a emprender miedo la reactivación.
La presencia de mandatarios en el acto de asunción fue bastante austera. Lasso juró ante la mirada de los presidentes de Brasil, Jair Bolsonaro; República Dominicana, Luis Abinader; y Haití, Jovenel Moise. Lo acompañaron además el vicepresidente de Paraguay, Hugo Velázquez, y el rey de España, Felipe VI.
La delegación del gobierno de Estados Unidos estuvo liderada por su embajadora ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield. Los presidentes de Colombia, Iván Duque; de Chile, Sebastián Piñera; y de Uruguay, Luis Lacalle Pou, cancelaron a último momento sus viajes y Agentina estuvo representada por su canciller Felipe Solá.
Pero no faltaron los exponentes de la ultraderecha iberoamericana como los exmandatarios José María Aznar de España; Álvaro Uribe de Colombia; y el opositor venezolano Leopoldo López.
La pregunta es si este gobierno con un proyecto neoliberal puede satisfacer esas aspiraciones, señaló el director del Centro Andino de Estudios Estratégicos, Mario Ramos, quien recordó que el modelo empresarial-neoliberal que siguió Lenín Moreno, que revivió porque regía en los años 80 y 90 en Ecuador, agravó no solo las condiciones de vida y trabajo de una amplia población, sino la misma economía porque no se articuló un tipo de políticas que incluso permitan el fomento privado.
Los dineros salieron fuera del país para esconderse en paraísos fiscales y no existieron inversiones en Ecuador», planteó el historiador Juan Paz y Miño. Lo cierto es que para paliar las dificultades económicas, Moreno recurrió a un alto endeudamiento con organismos multilaterales, entre ellos el Fondo Monetario Internacional (FMI).
«La política exterior del gobierno será completamente entreguista y anti-soberana. Su primer viaje al exterior, como es de conocimiento público, fue visitar a Iván Duque en Colombia. Asombró una declaración en la que justificó el bombardeo de Angostura, cuando los colombianos atacaron territorio ecuatoriano. Entonces, si un presidente no defiende la soberanía de un país, ¿qué podemos esperar de la política exterior de Lasso?», cuestionó Ramos.
¿Y ahora qué? Eso no se lo preguntan sólo los analistas sino el pueblo llano. ¿Más de lo mismo? Hay dos incertidumbres grandes: qué pasará con el hoy divido movimiento indígena y que pasará con UNES, el movimiento creado por el correísmo para las elecciones.
UNES tiene es la mayor fuerza política de la Asamblea Nacional con 49 escaños, que si bien no le alcanza para ser mayoría, será decisivo en decisiones trascendentes. ¿Será hora de renovarse, aggiornarse y organizarse para poder oponerse al proyecto neoiberal?
Eloy Osvaldo Proaño
Analista e investigador ecuatoriano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)