26 Mayo 2021
El Palacio de Justicia de Tuluá, en el Valle de Cauca, fue incendiado en otra noche de protestas contra el gobierno de Iván Duque e Colombia.Gentileza: Blu Radio
El Palacio de Justicia de la ciudad de Tuluá, en el suroeste de Colombia, fue incendiado la noche del martes después de una jornada de protestas que terminó en disturbios y represión policial, en el marco de semanas ya de movilización social contra el gobierno de Iván Duque.Encapuchados incendiaron el edificio en la ciudad de Tuluá, en respuesta al intento de la policía de levantar por la fuerza un piquete.
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Las llamas destruyeron buena parte del techo y el segundo piso del edificio, según informes y videos difundidos por la Policía de esa ciudad, ubicada en el departamento del Valle del Cauca, 94 kilómetros al norte de Cali, la capital regional.
Según el medio local La voz de los robles, la quema del Palacio de Justicia ocurrió después de que policías antidisturbios trataron de "despejar los bloqueos" de manifestantes, que llevan varios días en varis puntos de Colombia.
En respuesta, encapuchados incendiaron el edificio y bloquearon el paso de bomberos, según se observa en diferentes videos difundidos en redes sociales.
El ministro de Justicia colombiano, Wilson Ruiz, condenó en Twitter los "actos de terrorismo que buscan sembrar caos y miedo", mientras que el jefe de la cartera de Defensa, Diego Molano, denunció a "los vándalos" que "quieren obstruir la justicia" con este ataque.
Durante la misma noche se registraron ataques contra la sede de la Fiscalía en Tuluá, si bien el edificio sólo amaneció con cristales rotos y daños menores en la fachada.
Desde que se iniciaron las movilizaciones contra el gobierno de derecha de Iván Duque el 28 de abril, el departamento del Valle del Cauca fue epicentro de las mayores protestas, las cuales fueron duramente reprimidas.
La mayoría de los 43 homicidios registrados a la fecha -que según fuentes extraoficiales serían al menos 50- ocurrieron en esa región, donde convergen pobreza, racismo, narcotráfico y el conflicto que repuntó tras la firma de la paz con la guerrilla FARC, en 2016.
El incendio y los disturbios se produjeron horas después de que el gobierno de Duque y el Comité del Paro elaboraran un documento en busca de una mesa de negociación para garantizar que no haya violencia contra las protestas antigubernamentales.
Los cierres de rutas, que se multiplican en el oeste de Colombia y ya causan desabastecimiento, amenazan con restarle apoyo popular a las manifestaciones antigubernamentales, coinciden analistas.
El presidente Duque exige su levantamiento como condición para negociar una salida a la crisis social.
El mandatario ordenó a la fuerza pública desmontar esas "expresiones que son violentas", pese a la condena internacional por los excesos cometidos por la policía en la represión de las manifestaciones.
El estallido social, que reclama un país más justo y solidario ante el deterioro económico que agudizó la pandemia, deja de momento más de 2.000 heridos, mientras persisten 84 piquetes.
Para este miércoles hay nuevas convocatorias de manifestaciones y bloqueos de rutas en diferentes puntos de Colombia.
