20/08/2021
La tasa de pobreza regional aumentó del 30,5 al 33,7 por ciento en 2020.. Imagen: AFP
La entidad de Naciones Unidas elaboró un documento en donde dice que la pandemia provocó una movilidad social descendente.
"América Latina y el Caribe representa el 8,4 por ciento de la población mundial, pero contabiliza el 21 por ciento de los contagios de la Covid-19 y el 32,5 por ciento de las muertes por esta enfermedad. Está claro que la región requiere una posición común para enfrentar la actual crisis y así avanzar hacia una cooperación internacional renovada", consideró Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en la Reunión Extraordinaria del Comité de Cooperación Sur-Sur.
Según la Cepal, la pandemia exacerbó la desigualdad económica entre países. "Desde el brote de la pandemia hasta marzo de 2021, las economías avanzadas movilizaron el 16,4 por ciento del PIB en gastos adicionales y créditos fiscales y el 11,3 por ciento del PIB en préstamos, capital y garantías, en comparación con el 10,7 por ciento y el 7,2 por ciento, respectivamente, en los mercados emergentes. El margen de respuesta en los países en desarrollo de bajos ingresos fue aún menor, con gastos adicionales y créditos fiscales equivalentes al 1,7 por ciento del PIB y al 0,2 por ciento del PIB en préstamos, capital social y garantías", indica el informe "Desarrollo en transición. Propuesta de concepto y medición para una cooperación renovada en América Latina y el Caribe" elaborado por el organismo que depende de Naciones Unidas.
La región en pandemia
Desde que comenzó el brote de coronavirus hasta el 28 de junio pasado, la región registra 1.260.000 fallecidos a causa de la enfermedad. "El impacto de la crisis sanitaria ha amplificado los problemas estructurales en una escala masiva y amenaza con arraigar aún más las trampas económicas, sociales y ambientales que entorpecen el desarrollo de la región", advierte la Cepal.
El informe estima que el PIB de la región disminuyó un 6,8 por ciento en 2020, lo cual representa su peor contracción económica en más de un siglo y la más profunda de todas las regiones del mundo en desarrollo. Además, la crisis provocó un aumento de la tasa de desempleo en la región, del 8,1 por ciento en 2019 al 10,5 por ciento en 2020.
La pérdida de puestos de trabajo y la disminución de los ingresos familiares resultaron en un aumento de los niveles de pobreza. "El número de personas en situación de pobreza pasó de 185,5 millones a 209 millones entre 2019 y 2020, con lo cual la tasa de pobreza regional aumentó del 30,5 al 33,7 por ciento. Por otra parte, el número de personas en situación de pobreza extrema alcanzó los 78 millones en 2020, 8 millones más que antes, de modo que la tasa de pobreza extrema aumentó del 11,3 al 12,5 por ciento", agrega el informe.
Movilidad descendente
Entre 2019 y 2020, la población cuyos ingresos se ubican en los estratos de bajos aumentó en 4,7 puntos porcentuales, lo cual equivale a un incremento de 31 millones más de personas. En cambio, los estratos de ingreso medio se contrajeron en una proporción similar (-4,1 puntos porcentuales o 25 millones de personas menos).
"De un total de alrededor de 59 millones de personas que en 2019 pertenecían a los estratos medios y que en 2020 estarían viviendo un proceso de movilidad económica descendente, poco más de 25 millones de personas lo habrían hecho sin dejar de pertenecer a los estratos medios. Mientras tanto, algo más de 3 millones habrían caído directamente en la pobreza o pobreza extrema y los restantes habrían pasado al estrato de ingreso bajo que se encuentra fuera de la pobreza", detalla el informe.
“América Latina y el Caribe requiere una posición común para enfrentar las asimetrías mundiales, como el acceso a las vacunas, la concentración de la riqueza, la lucha contra el cambio climático y el financiamiento para el desarrollo. La cooperación internacional para el desarrollo debe evolucionar hacia un concepto multidimensional para afrontar los desafíos que enfrentan especialmente los países de ingreso medio”, pidió Bárcena.
"América Latina y el Caribe representa el 8,4 por ciento de la población mundial, pero contabiliza el 21 por ciento de los contagios de la Covid-19 y el 32,5 por ciento de las muertes por esta enfermedad. Está claro que la región requiere una posición común para enfrentar la actual crisis y así avanzar hacia una cooperación internacional renovada", consideró Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en la Reunión Extraordinaria del Comité de Cooperación Sur-Sur.
Según la Cepal, la pandemia exacerbó la desigualdad económica entre países. "Desde el brote de la pandemia hasta marzo de 2021, las economías avanzadas movilizaron el 16,4 por ciento del PIB en gastos adicionales y créditos fiscales y el 11,3 por ciento del PIB en préstamos, capital y garantías, en comparación con el 10,7 por ciento y el 7,2 por ciento, respectivamente, en los mercados emergentes. El margen de respuesta en los países en desarrollo de bajos ingresos fue aún menor, con gastos adicionales y créditos fiscales equivalentes al 1,7 por ciento del PIB y al 0,2 por ciento del PIB en préstamos, capital social y garantías", indica el informe "Desarrollo en transición. Propuesta de concepto y medición para una cooperación renovada en América Latina y el Caribe" elaborado por el organismo que depende de Naciones Unidas.
La región en pandemia
Desde que comenzó el brote de coronavirus hasta el 28 de junio pasado, la región registra 1.260.000 fallecidos a causa de la enfermedad. "El impacto de la crisis sanitaria ha amplificado los problemas estructurales en una escala masiva y amenaza con arraigar aún más las trampas económicas, sociales y ambientales que entorpecen el desarrollo de la región", advierte la Cepal.
El informe estima que el PIB de la región disminuyó un 6,8 por ciento en 2020, lo cual representa su peor contracción económica en más de un siglo y la más profunda de todas las regiones del mundo en desarrollo. Además, la crisis provocó un aumento de la tasa de desempleo en la región, del 8,1 por ciento en 2019 al 10,5 por ciento en 2020.
La pérdida de puestos de trabajo y la disminución de los ingresos familiares resultaron en un aumento de los niveles de pobreza. "El número de personas en situación de pobreza pasó de 185,5 millones a 209 millones entre 2019 y 2020, con lo cual la tasa de pobreza regional aumentó del 30,5 al 33,7 por ciento. Por otra parte, el número de personas en situación de pobreza extrema alcanzó los 78 millones en 2020, 8 millones más que antes, de modo que la tasa de pobreza extrema aumentó del 11,3 al 12,5 por ciento", agrega el informe.
Movilidad descendente
Entre 2019 y 2020, la población cuyos ingresos se ubican en los estratos de bajos aumentó en 4,7 puntos porcentuales, lo cual equivale a un incremento de 31 millones más de personas. En cambio, los estratos de ingreso medio se contrajeron en una proporción similar (-4,1 puntos porcentuales o 25 millones de personas menos).
"De un total de alrededor de 59 millones de personas que en 2019 pertenecían a los estratos medios y que en 2020 estarían viviendo un proceso de movilidad económica descendente, poco más de 25 millones de personas lo habrían hecho sin dejar de pertenecer a los estratos medios. Mientras tanto, algo más de 3 millones habrían caído directamente en la pobreza o pobreza extrema y los restantes habrían pasado al estrato de ingreso bajo que se encuentra fuera de la pobreza", detalla el informe.
“América Latina y el Caribe requiere una posición común para enfrentar las asimetrías mundiales, como el acceso a las vacunas, la concentración de la riqueza, la lucha contra el cambio climático y el financiamiento para el desarrollo. La cooperación internacional para el desarrollo debe evolucionar hacia un concepto multidimensional para afrontar los desafíos que enfrentan especialmente los países de ingreso medio”, pidió Bárcena.