Por Marcos Salgado
En 13/03/2023
En 13/03/2023
Juan Guaidó, la ex diputada María Corina Machado, el humorista Benjamín Rausseo (más conocido como Er Conde del Guácharo), Henrique Capriles Radonsky el ex alcalde de un municipio suburbano de Caracas, Carlos Ocariz, entre otros, figuran entre los postulantes oficializados para las primarias del que a priori se considera el sector más grande de la oposición venezolana, el mismo que durante años saboteó la participación en elecciones y fue actor activo de la estrategia destituyente diseñada por los halcones de Donald Trump en Washington y fracasada definitivamente.
Pero el interrogante mayor en el futuro próximo es qué pasa con las inhabilitaciones para ejercer cargos públicos que pesan sobre Capriles y también sobre María Corina Machado y Juan Guaidó. Según el presidente de la Comisión Nacional de Primaria (CNP), Jesús María Casal, la inhabilitación no es un impedimento para participar en las elecciones internas prevista para el 22 de octubre.
El presidente de la Asamblea Nacional (AN) de Venezuela, Jorge Rodríguez, afirmó este jueves que el Gobierno no firmará ningún acuerdo con sector de las oposiciones si no se levanten las medidas coercitivas unilaterales impuestas, “hasta que esté 100 por ciento libre de sanciones, hasta que no se levanten las 765 medidas coercitivas unilaterales firmadas por Donald Trump y Barack Hussein Obama».
«No lo vamos a hacer porque estamos de acuerdo con esa conseja de ellos, elecciones libres de sanciones. Es un insulto a la vida republicana de este pueblo indómito, es la barbarie hecha derecho internacional», afirmó.
Capriles, de nuevo al ruedo
Henrique Capriles, ex gobernador del estado Miranda y dos veces candidatos presidencial (perdió frente Hugo Chávez en 2012 y frente a Nicolás Maduro en 2013), dijo que “Si nosotros nos llamamos Primero Justicia, esa tiene que ser nuestra primera causa, los pobres, los que andan descalzos, para mí la política es la gente”. PJ fue una de las agrupaciones más activas a la hora de intentar terminar con el chavismo en el gobierno. promoviendo activamente el golpe de Estado de 2002, las protestas violentas de 2014 y 2017 y aportando cuadros al “experimento Guaidó”, de la Casa Blanca.
El mismo Capriles protagonizó uno de los episodios más recordados durante el golpe de Estado contra Hugo Chávez de 2002, cuando siendo alcalde de un municipio suburbano de Caracas encabezó el hostigamiento sobre la embajada de Cuba.
Su permanencia en la centralidad política lo llevó luego a la gobernación del estado Miranda, uno de los más importantes del país.En 2008 le ganó a un peso pesado del chavismo, Diosdado Cabello, y logró ser reelecto para otro período. Como candidato presidencial no le fue bien. Perdió con Hugo Chávez en 2012, (55% a 44%) y se acercó a Nicolás Maduro en las elecciones sobrevenidas por la muerte del líder bolivariano en 2013 (50,61% a 49,12%).
En aquel momento Capriles no reconoció la derrota, y llamó a la calle a sus seguidores para “drenar la arrechera”, lo quuue produjo enfrentamientos y emboscadas callejeras en distintos puntos del país, en las que murieron siete personas, entre ellas un niño. Era apenas un indicio de lo que llegaría después: una violencia política extendida, con picos en 2014 y 2017.
En esas dos oleadas de “guarimbas” Capriles tuvo una participación clara. En 2017, por caso, fue uno de los dirigentes que convocó a una multitud a marchar desde el este de Caracas hacia el Palacio de Miraflores, en el oeste, abriendo meses de duros enfrentamientos con la Guardia Nacional y la Policía Nacional, con un saldo de más de un centenar de muertos, entre efectivos policiales, manifestantes opositores y personas referenciadas con el chavismo, escalando a crímenes de odio como personas quemadas vivas por ser (o parecer) chavistas.
El bloqueo y la oposición
Según el gobierno, en los ocho años de bloqueo y sanciones, los recursos y activos congelados, confiscados o retenidos en el exterior, suman 24.000 millones de dólares. Entre ellos destacan: siete mil millones de dólares congelados en bancos, cinco mil millones de dólares retenidos en el Fondo Monetario Internacional, dos mil millones de dólares s en 31 toneladas de oro confiscadas por el Reino Unidos y diez mil millones de dólares de Citgo Corp., filial de la estatal Padvsa, confiscados por EEUU.
Apenas anunciada la candidatura, Guaidó se subió a una moto para acompañar a inscribirse en el registro electoral a nuevos votantes. En Venezuela el voto es doblemente no obligatorio: para participar en comicios hay que previamente inscribirse en el Registro Electoral, y los inscriptos tampoco están obligados a concurrir a las urnas electorales. Los porcentajes de inscripción en el registro lograron niveles históricos con Hugo Chávez, quien promovió la participación especialmente de los sectores populares, desde siempre postergados.
Pero esos niveles de participación fueron cayendo de la mano de una acentuada apatía (algunos analistas hablan de hastío) en la última década. Guaidó es uno de los que identifica ese nicho de jóvenes potenciales electores, y hacia allí apunta el tramo inicial de su precampaña. De cualquier forma, el ex “presidente interino” tiene otros problemas: el más importante, es la inhabilitación por las múltiples investigaciones que tiene abierta en el Ministerio Público, y sobre las que varias veces desde el gobierno se sugirió que podría terminar preso. No es para menos: arrogarse ser el presidente de la República es delito. Y grave.
Además, Guaidó todavía tiene que calibrar cuán grande fue la decepción de los sectores que acompañaron la aventura golpista, a los que les prometieron una caída del “régimen” de Nicolas Maduro que no llegó. Sectores sobre los que sobrevuelan también las informaciones (que no solo vienen de medios chavistas) de los negocios millonarios del encargado y su entorno.
En rigor, esa necesidad de calibrar la permanente decepción del electorado opositor corre para todos los posibles candidatos de ese lado. Es difícil saber cómo va a reaccionar ante una primaria un electorado al que se le prometió tanto y se le cumplió nada.
La estrategia Lorenzo
Sabiendo de las limitaciones de candidatos “gastados” como Guaidó y otros que vienen de los partidos y el fracaso directo de la estrategia Trump, algunos medios y algunas encuestadoras de reciente y oportuna aparición impulsan a los candidatos “independientes”, como la furibunda antichavista Machado y el humorista Rausseo.
Otros coquetean con una irrupción en política de la que ya se ha hablado mucho en el pasado reciente, la del dueño de Empresas Polar, el oligopolio de los alimentos en Venezuela, Lorenzo Mendoza. Con un perfil descontracturado y de empresario exitoso (evoca a otro millonario que tuvo éxito en elecciones, el argentino Mauricio Macri), Mendoza se mantiene en silencio mientras Carlos Fernández, presidente de Fedecámaras, el lobby empresarial, “recomienda” a Mendoza que participe como precandidato presidencial en la primaria de octubre. Más excursiones de pesca.
Mientras tanto, el Consejo Nacional Electoral venezolano instaló una comisión técnica “para establecer el alcance de una eventual asistencia técnica” del organismo en la primaria opositora, que fue solicitada por la Comisión Nacional de Primaria de la oposición. El mismo presidente del CNE, Pedro Calzadilla, está al frente de la comisión, revelando así la importancia del pedido.
Los alcances de una eventual participación del CNE en la primaria del sector de la oposición que todavía coquetea con una narrativa de fraude electoral continuado como causa de no haber podido alcanzar la Presidencia está por verse. De hecho ya hay opositores precandidateados para la primaria que fustigan la posibilidad de una participación del poder electoral.
El reputado analista Leopoldo Puchi alerta sobre los riesgos de un viraje electoral inconcluso. Advierte que “el viraje hacia una nueva política no puede ser hecho a medias, sino que debe asumirse en todas sus dimensiones. Dar un paso de manera incompleta o inconclusa puede tener graves consecuencias”.
Puchi advierte a los opositores sobre los riesgos que se corren cuando “no se anuncia ni se da una explicación clara sobre los motivos del viraje y se actúa como si nada hubiera pasado”.
¿Se convencerá la oposición que fracasó con Trump que son las elecciones de 2024 el único intento válido para alcanzar el Palacio de Miraflores? A juzgar por los antecedentes, hay que imaginar defecciones de acá a octubre.
*Periodista argentino del equipo fundacional de Telesur. Corresponsal de HispanTV en Venezuela, editor de Questiondigital.com. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
Pero el interrogante mayor en el futuro próximo es qué pasa con las inhabilitaciones para ejercer cargos públicos que pesan sobre Capriles y también sobre María Corina Machado y Juan Guaidó. Según el presidente de la Comisión Nacional de Primaria (CNP), Jesús María Casal, la inhabilitación no es un impedimento para participar en las elecciones internas prevista para el 22 de octubre.
El presidente de la Asamblea Nacional (AN) de Venezuela, Jorge Rodríguez, afirmó este jueves que el Gobierno no firmará ningún acuerdo con sector de las oposiciones si no se levanten las medidas coercitivas unilaterales impuestas, “hasta que esté 100 por ciento libre de sanciones, hasta que no se levanten las 765 medidas coercitivas unilaterales firmadas por Donald Trump y Barack Hussein Obama».
«No lo vamos a hacer porque estamos de acuerdo con esa conseja de ellos, elecciones libres de sanciones. Es un insulto a la vida republicana de este pueblo indómito, es la barbarie hecha derecho internacional», afirmó.
Capriles, de nuevo al ruedo
Henrique Capriles, ex gobernador del estado Miranda y dos veces candidatos presidencial (perdió frente Hugo Chávez en 2012 y frente a Nicolás Maduro en 2013), dijo que “Si nosotros nos llamamos Primero Justicia, esa tiene que ser nuestra primera causa, los pobres, los que andan descalzos, para mí la política es la gente”. PJ fue una de las agrupaciones más activas a la hora de intentar terminar con el chavismo en el gobierno. promoviendo activamente el golpe de Estado de 2002, las protestas violentas de 2014 y 2017 y aportando cuadros al “experimento Guaidó”, de la Casa Blanca.
El mismo Capriles protagonizó uno de los episodios más recordados durante el golpe de Estado contra Hugo Chávez de 2002, cuando siendo alcalde de un municipio suburbano de Caracas encabezó el hostigamiento sobre la embajada de Cuba.
Su permanencia en la centralidad política lo llevó luego a la gobernación del estado Miranda, uno de los más importantes del país.En 2008 le ganó a un peso pesado del chavismo, Diosdado Cabello, y logró ser reelecto para otro período. Como candidato presidencial no le fue bien. Perdió con Hugo Chávez en 2012, (55% a 44%) y se acercó a Nicolás Maduro en las elecciones sobrevenidas por la muerte del líder bolivariano en 2013 (50,61% a 49,12%).
En aquel momento Capriles no reconoció la derrota, y llamó a la calle a sus seguidores para “drenar la arrechera”, lo quuue produjo enfrentamientos y emboscadas callejeras en distintos puntos del país, en las que murieron siete personas, entre ellas un niño. Era apenas un indicio de lo que llegaría después: una violencia política extendida, con picos en 2014 y 2017.
En esas dos oleadas de “guarimbas” Capriles tuvo una participación clara. En 2017, por caso, fue uno de los dirigentes que convocó a una multitud a marchar desde el este de Caracas hacia el Palacio de Miraflores, en el oeste, abriendo meses de duros enfrentamientos con la Guardia Nacional y la Policía Nacional, con un saldo de más de un centenar de muertos, entre efectivos policiales, manifestantes opositores y personas referenciadas con el chavismo, escalando a crímenes de odio como personas quemadas vivas por ser (o parecer) chavistas.
El bloqueo y la oposición
Según el gobierno, en los ocho años de bloqueo y sanciones, los recursos y activos congelados, confiscados o retenidos en el exterior, suman 24.000 millones de dólares. Entre ellos destacan: siete mil millones de dólares congelados en bancos, cinco mil millones de dólares retenidos en el Fondo Monetario Internacional, dos mil millones de dólares s en 31 toneladas de oro confiscadas por el Reino Unidos y diez mil millones de dólares de Citgo Corp., filial de la estatal Padvsa, confiscados por EEUU.
Apenas anunciada la candidatura, Guaidó se subió a una moto para acompañar a inscribirse en el registro electoral a nuevos votantes. En Venezuela el voto es doblemente no obligatorio: para participar en comicios hay que previamente inscribirse en el Registro Electoral, y los inscriptos tampoco están obligados a concurrir a las urnas electorales. Los porcentajes de inscripción en el registro lograron niveles históricos con Hugo Chávez, quien promovió la participación especialmente de los sectores populares, desde siempre postergados.
Pero esos niveles de participación fueron cayendo de la mano de una acentuada apatía (algunos analistas hablan de hastío) en la última década. Guaidó es uno de los que identifica ese nicho de jóvenes potenciales electores, y hacia allí apunta el tramo inicial de su precampaña. De cualquier forma, el ex “presidente interino” tiene otros problemas: el más importante, es la inhabilitación por las múltiples investigaciones que tiene abierta en el Ministerio Público, y sobre las que varias veces desde el gobierno se sugirió que podría terminar preso. No es para menos: arrogarse ser el presidente de la República es delito. Y grave.
Además, Guaidó todavía tiene que calibrar cuán grande fue la decepción de los sectores que acompañaron la aventura golpista, a los que les prometieron una caída del “régimen” de Nicolas Maduro que no llegó. Sectores sobre los que sobrevuelan también las informaciones (que no solo vienen de medios chavistas) de los negocios millonarios del encargado y su entorno.
En rigor, esa necesidad de calibrar la permanente decepción del electorado opositor corre para todos los posibles candidatos de ese lado. Es difícil saber cómo va a reaccionar ante una primaria un electorado al que se le prometió tanto y se le cumplió nada.
La estrategia Lorenzo
Sabiendo de las limitaciones de candidatos “gastados” como Guaidó y otros que vienen de los partidos y el fracaso directo de la estrategia Trump, algunos medios y algunas encuestadoras de reciente y oportuna aparición impulsan a los candidatos “independientes”, como la furibunda antichavista Machado y el humorista Rausseo.
Otros coquetean con una irrupción en política de la que ya se ha hablado mucho en el pasado reciente, la del dueño de Empresas Polar, el oligopolio de los alimentos en Venezuela, Lorenzo Mendoza. Con un perfil descontracturado y de empresario exitoso (evoca a otro millonario que tuvo éxito en elecciones, el argentino Mauricio Macri), Mendoza se mantiene en silencio mientras Carlos Fernández, presidente de Fedecámaras, el lobby empresarial, “recomienda” a Mendoza que participe como precandidato presidencial en la primaria de octubre. Más excursiones de pesca.
Mientras tanto, el Consejo Nacional Electoral venezolano instaló una comisión técnica “para establecer el alcance de una eventual asistencia técnica” del organismo en la primaria opositora, que fue solicitada por la Comisión Nacional de Primaria de la oposición. El mismo presidente del CNE, Pedro Calzadilla, está al frente de la comisión, revelando así la importancia del pedido.
Los alcances de una eventual participación del CNE en la primaria del sector de la oposición que todavía coquetea con una narrativa de fraude electoral continuado como causa de no haber podido alcanzar la Presidencia está por verse. De hecho ya hay opositores precandidateados para la primaria que fustigan la posibilidad de una participación del poder electoral.
El reputado analista Leopoldo Puchi alerta sobre los riesgos de un viraje electoral inconcluso. Advierte que “el viraje hacia una nueva política no puede ser hecho a medias, sino que debe asumirse en todas sus dimensiones. Dar un paso de manera incompleta o inconclusa puede tener graves consecuencias”.
Puchi advierte a los opositores sobre los riesgos que se corren cuando “no se anuncia ni se da una explicación clara sobre los motivos del viraje y se actúa como si nada hubiera pasado”.
¿Se convencerá la oposición que fracasó con Trump que son las elecciones de 2024 el único intento válido para alcanzar el Palacio de Miraflores? A juzgar por los antecedentes, hay que imaginar defecciones de acá a octubre.
*Periodista argentino del equipo fundacional de Telesur. Corresponsal de HispanTV en Venezuela, editor de Questiondigital.com. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)