Por Carolina Bracco
26 de enero de 2021
Imagen: EFE
Nadie puede saber cuándo empieza a gestarse una revolución. Mucho menos en un país donde la policía secreta, los servicios, la censura y la represión condicionan hasta los actos cotidianos más superfluos. Como hija de la “primavera alfonsinista”, vivir cuatro años en el Egipto de Hosni Mubarak, fue para mí una experiencia insospechadamente enriquecedora teniendo en cuenta los tiempos que corren.