Los ataques militares en Siria y Afganistán, así como el aumento de la tensión con Corea del Norte, derriban viejas presunciones y arrojan luz sobre la visión del jefe de la Casa Blanca. ¿Hacia un giro realista?
MARCELO FALAK
17 de Abril de 2017
Donald Trump es un enigma en pleno proceso de revelación y, para complejizar más el fenómeno que encarna, de cambio. En el plano internacional, generan debate los ataques militares decididos en su joven administración en Yemen y, más recientemente, en Siria y Afganistán, así como su decisión de escalar la tensión prebélica con un régimen siempre dispuesto a recoger el guante, como el de Corea del Norte. Para algunos, esas acciones revelan un Trump que, al conocer las complejidades de la realidad y al acceder a un mejor entendimiento del interés nacional de los EE.UU. fue virando de su aislacionismo de campaña y de sus flirteos con Vladímir Putin a una postura pro-occidental y pro-OTAN compatible con lo que es tradicional. ¿Es así?





