Álvaro Verzi Rangel
On Feb 18, 2024
Un estudio de investigadores de la Universidad de Michigan encontró que cuando Estados Unidos fabrica e importa más armas de fuego, las tasas de homicidios por ese tipo de armamento también aumentan en los países de América Central y el Caribe.
El informe ‘Fabricación e importaciones de armas de fuego en EEUU y su asociación con los homicidios con armas de fuego en Centroamérica y el Caribe, 1991-2019’ se centró en observar el impacto de la producción e importación de armas de fuego de EEUU en esas regiones de Latinoamérica.
Los investigadores encontraron que a medida que la primera aumentaba en un millón de unidades entre 1991 y 2019, Centroamérica y el Caribe veía un incremento de 1,42 homicidios por cada 100.000 personas, aproximadamente 3.020 homicidios relacionados con armas de fuego por cada millón de armas de fuego en el mercado estadounidense.
Centroamérica cargaba hasta no hace mucho con el dudoso honor de clasificar como la zona más violenta del mundo. Desangrada por guerras civiles hasta hace pocos años, la región se agita hoy en la encrucijada del narcotráfico y las pandillas. Ese torbellino de armas de fuego también diezma las frágiles economías de países como Guatemala, Honduras y El Salvador.
En los últimos años investigadores y agencias gubernamentales han descubierto una nueva ruta hacia los arsenales ilegales en Centroamérica: desde las tiendas y ferias de armas en Estados Unidos fluyen hacia el Sur pistolas y fusiles automáticos que alimentan a las poderosas bandas criminales. Aunque lejos aún del volumen de contrabando mexicano, esta conexión preocupa a las autoridades estadounidenses y a sus pares centroamericanas.
Centroamérica cargaba hasta no hace mucho con el dudoso honor de clasificar como la zona más violenta del mundo. Desangrada por guerras civiles hasta hace pocos años, la región se agita hoy en la encrucijada del narcotráfico y las pandillas. Ese torbellino de armas de fuego también diezma las frágiles economías de países como Guatemala, Honduras y El Salvador.
En los últimos años investigadores y agencias gubernamentales han descubierto una nueva ruta hacia los arsenales ilegales en Centroamérica: desde las tiendas y ferias de armas en Estados Unidos fluyen hacia el Sur pistolas y fusiles automáticos que alimentan a las poderosas bandas criminales. Aunque lejos aún del volumen de contrabando mexicano, esta conexión preocupa a las autoridades estadounidenses y a sus pares centroamericanas.
Las leyes flexibles para la compra de armas en Estados Unidos han convertido a este país en la principal fuente de su tráfico ilegal hacia Haití, que vive desde hace años una agudización de su crisis política, social y económica, con presencia de bandas armadas en las calles, señala el informe “Los mercados criminales en Haití: mapeo de tendencias en armas de fuego y tráfico de drogas”, publicado por la Oficina de Drogas y Crimen de las Naciones Unidas (UNODC).
“La principal fuente de armas de fuego y municiones en Haití se encuentra en los Estados Unidos y, en particular, en Florida. Las pistolas populares que se venden por 400-500 dólares en puntos de venta de armas de fuego con licencia federal o ferias privadas de armas en EEUU se pueden revender por 10,000 dólaresen Haití”, se establece en el documento.“Las AR15 y los Galil suelen tener una mayor demanda de las pandillas, lo que les otorga precios más altos”, añade el informe de la UNODC.
Las armas las pone EEUU
“La principal fuente de armas de fuego y municiones en Haití se encuentra en los Estados Unidos y, en particular, en Florida. Las pistolas populares que se venden por 400-500 dólares en puntos de venta de armas de fuego con licencia federal o ferias privadas de armas en EEUU se pueden revender por 10,000 dólaresen Haití”, se establece en el documento.“Las AR15 y los Galil suelen tener una mayor demanda de las pandillas, lo que les otorga precios más altos”, añade el informe de la UNODC.
Las armas las pone EEUU
Más de la mitad de las armas relacionadas a actividades criminales que son recuperadas y rastreadas en América Central provienen de Estados Unidos. Las armas estadounidenses, muchas de ellas exportadas legalmente, están fluyendo hacia América Latina en un «río de hierro» que termina en manos de carteles de la droga y fuerzas de seguridad abusivas. En el mundo hay al menos 857 millones de armas de fuego en manos de civiles, y de ellas 393 millones están en manos de estadounidenses.
Más de la mitad de las armas relacionadas a actividades criminales que son recuperadas y rastreadas en América Central provienen de Estados Unidos, según la agencia estadounidense de control de armas ATF. Este nivel se acerca al 70% para México y ronda el 80% en todo el Caribe.
«Se llama el río de hierro y está inundando los países del sur», dijo Elizabeth Burke, de la organización estadounidense sin ánimo de lucro Global Action on Gun Violence en un evento organizado por el Center for American Progress en Washington.
Burke pidió normas que impidan a los fabricantes vender a comerciantes con prácticas de distribución laxas. Los fabricantes también deberían dejar de vender armas perforantes y pistolas que puedan modificarse fácilmente para disparar cientos de balas a la vez, afirmó.
La investigadora Beverly Fanon-Clay señala que es posible entrar a una feria, recorrer módulos repletos de armas y otros dispositivos letales y salir con un fusil de asalto en las manos. En un supermercado uno puede agregar a su carrito de compras un paquete de municiones junto con los víveres para la semana.
Más de la mitad de las armas relacionadas a actividades criminales que son recuperadas y rastreadas en América Central provienen de Estados Unidos, según la agencia estadounidense de control de armas ATF. Este nivel se acerca al 70% para México y ronda el 80% en todo el Caribe.
«Se llama el río de hierro y está inundando los países del sur», dijo Elizabeth Burke, de la organización estadounidense sin ánimo de lucro Global Action on Gun Violence en un evento organizado por el Center for American Progress en Washington.
Burke pidió normas que impidan a los fabricantes vender a comerciantes con prácticas de distribución laxas. Los fabricantes también deberían dejar de vender armas perforantes y pistolas que puedan modificarse fácilmente para disparar cientos de balas a la vez, afirmó.
La investigadora Beverly Fanon-Clay señala que es posible entrar a una feria, recorrer módulos repletos de armas y otros dispositivos letales y salir con un fusil de asalto en las manos. En un supermercado uno puede agregar a su carrito de compras un paquete de municiones junto con los víveres para la semana.
En EEUU es ilegal comprar cerveza hasta los 21 años, pero es legal adquirir un rifle de asalto a los 18. ¿Será que la cerveza es más letal que un arma? En EEUU la libertad más respetada es la de comprar un arma.
John Lindsay-Poland, de Stop US Arms to Mexico, añadió que la laxitud de las normas sobre licencias y su aplicación contribuye a facilitar el flujo transfronterizo de armas, incluidas las de grado militar que desean los cárteles de la droga.»¿Por qué estaríamos armando a las mismas personas contra las que decimos estar luchando?», señaló, pidiendo más controles al inicio de la cadena de suministros.
Dieciséis estados de Estados Unidos y un puñado de gobiernos caribeños expresaron el mes pasado su apoyo al recurso de México en una demanda civil contra los fabricantes de armas estadounidenses, que pretende responsabilizarlos de facilitar el tráfico de armas letales.
Los fabricantes de armas estadounidenses han sostenido que venden armas de fuego legalmente a estadounidenses que pasan una verificación de antecedentes, y sus abogados han argumentado que responsabilizarlos abre la puerta a otras demandas, como la muerte de rusos asesinados por sus armas en Ucrania.
Las cifras del Gobierno estadounidense muestran que el año pasado los ingresos por envíos legales de armas de fuego a Latinoamérica aumentaron un 8%, y la mayoría de las ventas se destinaron a Brasil, México, Guatemala y Colombia.
Las armas de EEUU asesinan en Centroamérica
Las tasas de homicidios con armas de fuego en los países de América Central y el Caribe aumentaron de 8,38 por 100.000 habitantes en 2004 a 17,55 por 100.000 habitantes en 2012, y se mantuvieron estables a partir de entonces. Esos aumentos coincidieron con incrementos en la fabricación e importaciones de armas de fuego en Estados Unidos, de 4,99 millones en 2004 a 13,12 millones en 2012.
La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito señala que anualmente se incautan al menos 550 mil armas de fuego en todo el mundo.
De las armas incautadas en América Central en 2020, 68% de la incautadas en México habían sido fabricadas o importadas por Estados Unidos, 37 % de las de Guatemala, 53 % de las de El Salvador, y 57 % de las de Honduras y Panamá, 98% de las incautadas Bahamas, 87% de las de Haití, 74 % de las de República Dominicana, 67 % de las de Jamaica, y 52 % de las de Trinidad y Tobago.
El investigador Eugenio Weigend Vargas dijo que los hallazgos del estudio “sugieren que el flujo ilegal de armas de fuego de Estados Unidos es un problema que está afectando a regiones enteras”.
Para comprender el efecto de la fabricación e importación de armas de fuego de Estados Unidos en los homicidios de otros países, el instituto examinó el Estudio de la Carga Global de Enfermedades, que estima mortalidad y tasas de más de 360 enfermedades y lesiones por cada 100 000 personas en más de 200 países. También utilizó el Informe 2021 del estadounidense Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), sobre el comercio de armas de fuego en Estados Unidos.
Tanto la fabricación como la importación de armas de fuego crecieron en Estados Unidos a mediados de la primera década de este siglo, y la hipótesis de los investigadores es que esos aumentos correspondieron a mayor tráfico internacional y más homicidios con ese tipo de armas en el extranjero.
El análisis ajustado mostró que un aumento anual de un millón de armas de fuego fabricadas o importadas en Estados Unidos correspondió a un aumento anual de 1,42 homicidios con armas de fuego por cada 100 000 habitantes en países de América Central y el Caribe.Los homicidios sin armas de fuego se mantuvieron aproximadamente constantes entre 1991 y 2019.
El gobierno de México se ha querellado contra empresas estadounidenses en tribunales del país vecino, acusándolas de prácticas comerciales negligentes, pues tendrían estrategias deliberadas de mercadeo y diseño de productos para ser atractivas para los grupos criminales y beneficiarse del tráfico ilegal.
La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito señala que anualmente se incautan al menos 550 mil armas de fuego en todo el mundo.
De las armas incautadas en América Central en 2020, 68% de la incautadas en México habían sido fabricadas o importadas por Estados Unidos, 37 % de las de Guatemala, 53 % de las de El Salvador, y 57 % de las de Honduras y Panamá, 98% de las incautadas Bahamas, 87% de las de Haití, 74 % de las de República Dominicana, 67 % de las de Jamaica, y 52 % de las de Trinidad y Tobago.
El investigador Eugenio Weigend Vargas dijo que los hallazgos del estudio “sugieren que el flujo ilegal de armas de fuego de Estados Unidos es un problema que está afectando a regiones enteras”.
Para comprender el efecto de la fabricación e importación de armas de fuego de Estados Unidos en los homicidios de otros países, el instituto examinó el Estudio de la Carga Global de Enfermedades, que estima mortalidad y tasas de más de 360 enfermedades y lesiones por cada 100 000 personas en más de 200 países. También utilizó el Informe 2021 del estadounidense Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), sobre el comercio de armas de fuego en Estados Unidos.
Tanto la fabricación como la importación de armas de fuego crecieron en Estados Unidos a mediados de la primera década de este siglo, y la hipótesis de los investigadores es que esos aumentos correspondieron a mayor tráfico internacional y más homicidios con ese tipo de armas en el extranjero.
El análisis ajustado mostró que un aumento anual de un millón de armas de fuego fabricadas o importadas en Estados Unidos correspondió a un aumento anual de 1,42 homicidios con armas de fuego por cada 100 000 habitantes en países de América Central y el Caribe.Los homicidios sin armas de fuego se mantuvieron aproximadamente constantes entre 1991 y 2019.
El gobierno de México se ha querellado contra empresas estadounidenses en tribunales del país vecino, acusándolas de prácticas comerciales negligentes, pues tendrían estrategias deliberadas de mercadeo y diseño de productos para ser atractivas para los grupos criminales y beneficiarse del tráfico ilegal.
La lista de empresas demandadas incluye a las marcas más populares entre los carteles delictivos mexicanos, tales como Smith & Wesson, Barrett, Beretta, Glock, Colt’s y Ruger.
Las empresas se refugiaban en la Ley de Protección al Comercio Legal de Armas, aprobada por Estados Unidos durante la presidencia de George W. Bush (2001-2009), pero el pasado 23 de enero la Corte de Apelaciones del Primer Circuito en el estado de Massachusetts decidió que México sí puede demandar a los fabricantes.
*Sociólogo y analista internacional, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y analista senior del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
Las empresas se refugiaban en la Ley de Protección al Comercio Legal de Armas, aprobada por Estados Unidos durante la presidencia de George W. Bush (2001-2009), pero el pasado 23 de enero la Corte de Apelaciones del Primer Circuito en el estado de Massachusetts decidió que México sí puede demandar a los fabricantes.
*Sociólogo y analista internacional, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y analista senior del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)