18 feb 2014

Crecimiento y riesgos globales

Graciana Del Castillo

Crecimiento y riesgos globales

Se espera que la economía mundial crezca casi 4% en el 2014, empujada por un mayor dinamismo en economías avanzadas. En Estados Unidos 3%, en Japón 2% y 1% en la zona del euro. A pesar de que el comienzo del año no fue auspicioso para la economía americana, con un nivel de contratación mediocre, una desaceleración de las ventas minoristas, una caída en las ventas de autos y los empresarios quejándose de condiciones débiles, mucho de esto se atribuye al clima. Por el lado positivo, bajó la incertidumbre fiscal al llegarse a un acuerdo sobre el presupuesto y sobre el aumento en el tope de deuda que evitará el cierre del gobierno federal como ocurrió en octubre pasado. Sin embargo, las medidas fiscales contractivas automáticas se mantienen vigentes.

No se esperan grandes cambios al asumir Janet Yellen la presidencia de la Reserva Federal. El anuncio en mayo del 2013 que la Fed reduciría su política monetaria no ortodoxa de compra de activos-conocida como QE-llevó a un ajuste importante en los mercados emergentes. Yellen continuará con la política actual de reducción en dicha compra-actualmente de $ 10 mil millones por mes-y dio a entender que la tasa de interés de referencia no se fijará solo basado en que el desempleo caiga del 6.6% actual-muy cerca del umbral de 6.5%-ya que ese bajo nivel refleja no solamente nueva creación de empleo sino también gente descorazonada que ha dejado de buscar trabajo.

Todo parece indicar entonces, que la tasa de interés permanecerá cerca del 0.25% actual por algún tiempo, sobre todo mientras la tasa de inflación siga muy por debajo del objetivo del 2%. Yellen no piensa que la turbulencia en los mercados emergentes presente un riesgo para la economía americana pero aseguró que la Fed no está bajo piloto automático y que se tomarán medidas si la situación lo requiriese.

La promesa del presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, de hacer "lo que sea necesario" para salvar el euro, parece haber dado sus frutos y se espera una reactivación. El principal riesgo de este pronóstico son las presiones deflacionarias que pondrían presión para que la política del BCE fuera aun más expansiva. Hasta ahora, sin embargo, el BCE mantiene la tasa de referencia a 0.25 % y se niega a una compra directa de bonos-lo que se conoce como OMT. Para la zona del euro, en donde el tipo de cambio no es una variable de ajuste, lo deben ser los salarios y las tasas de interés. A países como Grecia, Portugal, Italia e Irlanda (con deudas de entre el 160 y 120% de los respectivos PIB) y España (90%) una deflación les dificultaría aun más el ajuste.

Con respecto a los emergentes, mayor crecimiento en las economías avanzadas se verá reflejado en más demanda externa y eso aumentará su crecimiento al 5%.

Al mismo tiempo, muchos de estos países, se han acostumbrado a grandes flujos de capital que han aceitado sus economías y tienen en la actualidad déficits gemelos-fiscal y externo-importantes, que los hacen muy vulnerables a una interrupción de dichos flujos. Como sabemos, la turbulencia hace que los inversores sean más discriminadores y penalicen a aquéllos que son más vulnerables, es decir, a los que precisamente tendrían más dificultades en financiar sus necesidades, lo cual no es el caso de Uruguay, pero sí de la India, Sudáfrica, Turquía, Brasil y otros.

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