ARGENTINA
La carrera al balotaje entre Sergio Massa y Javier Milei: No la vieron venirPor Luis Bruschtein
23 de octubre de 2023
Axel Kicillof festeja su tirunfo en provincia de Buenos Aires.. Imagen: Leandro Teysseire
El gran protagonista de la elección fue Axel Kicillof porque su resultado es la consecuencia de una gestión de cuatro años de remar en un contexto muy difícil. La sociedad le dio la espalda a los que proponían un país donde los pobres tendrían que vender sus órganos o sus hijos, donde los genocidas serían glorificados y las Malvinas entregadas, un sistema donde los candidatos usan metáforas de sexualidad perversa para rechazar a la educación sexual. No fue una elección más porque además de los problemas económicos estaban en juego valores básicos de la civilización. Y todavía falta la segunda vuelta.
Todavía sin el detalle de los datos finales se pueden sacar algunas conclusiones. En primer lugar fue decisiva la votación en la provincia de Buenos Aires. En segundo lugar, casi no hubo corte de boleta entre intendentes o gobernadores con Massa. En tercer lugar, están en disputa distritos que eran de Juntos por el Cambio, como La Plata y se recuperaron otros, como Lanús. En cuarto lugar, Unión por la Patria recuperó voto en provincias que había perdido, desde Tierra del Fuego y Río Negro, Chaco y las provincias del Noreste. En quinto lugar, Unión por la Patria será primera minoría en el Congreso de la Nación, tanto en el Senado, como en Diputados, independientemente de cómo salga la segunda vuelta. En sexto lugar, Massa hizo una buena elección en Santa Fe, una provincia que le era muy reacia. En séptimo lugar fue muy mala la elección de Patricia Bullrich y, la de Javier Milei, muy abajo de lo que esperaba. En ambos casos fue una fuerte derrota.
Los resultados completos de la elección del 22 de octubre
Los resultados sobrepasaron todos los números que habían apuntado las encuestas. Son muchas las explicaciones que se desprenden de esta elección. Se confirma que la sociedad es consciente de la diferencia entre las PASO y elecciones generales y que es muy difícil sacar conclusiones mecánicas de esos resultados. En este caso, los resultados han sido opuestos en cuanto a ganadores y diferencias.
En esa diferencia tan grande de estos resultados con las PASO influyó mucho la forma como encaró Sergio Massa su campaña. En vez de replegarse a una campaña defensiva o concesiva, salió con fuerza y con propuestas que sus competidores no tenían. Sobre todo en el flanco de la economía, donde la inflación lo hacía más vulnerable. La nueva discusión con el Fondo en términos de puja y no de resignación implicó un cambio ante la sociedad. De la misma manera que impactó la batería de medidas distributivas que emitió al terminar la discusión con el FMI.
Esa negociación dura y las medidas de alto impacto en la economía de la gente, sumó también la respuesta enérgica a los especuladores con el dólar. En poco tiempo pudo dar la imagen de timonel de carácter, de alguien que es capaz de tomar decisiones en situaciones adversas. Pero al mismo tiempo, esa imagen enérgica se dio sobre la base de una actitud más abierta y dispuesta al diálogo que la demostrada por sus competidores.
A este resultado se sumó también el temor que despertaron los anuncios más bizarros de Milei que pintaban un país sumido en el medioevo, en manos de un grupo de desquiciados. Y en Juntos por el Cambio resultó desangrante la interna feroz entre Horacio Rodríguez Larreta y Bullrich y la actitud ambigua de Mauricio Macri que hizo más gestos a favor de Milei que de los candidatos de su fuerza. Siendo ministro de Economía, Massa fue muy eficaz para dar vuelta el malhumor de la sociedad por una inflación tan alta, un tema muy pesado que queda pendiente.
Pero, sin duda, el gran protagonista de la elección fue Axel Kicillof porque su resultado es la consecuencia de una gestión de cuatro años de remar en un contexto muy difícil. Durante cuatro años tomó decisiones en el distrito más numeroso y el más complejo, en el que confluyen todos los conflictos y donde fue más fuerte el impacto de la crisis. Salió de la casa de gobierno, se mostró como un gobernador todo terreno, en el territorio, cerca de la gente y con mucha obra pública y gestión.
Fue la base de sustento de Massa para darse impulso. Con una provincia de Buenos Aires mal gobernada, hubiera resultado mucho más difícil dar vuelta las expectativas generalizadas de una victoria de la derecha.
Justamente por esas expectativas frustradas, que fueron alimentadas por los medios hegemónicos y las encuestas, la derrota de la derecha, tanto de Juntos por el Cambio, como la de La Libertad Avanza es doble.
El gran protagonista de la elección fue Axel Kicillof porque su resultado es la consecuencia de una gestión de cuatro años de remar en un contexto muy difícil. La sociedad le dio la espalda a los que proponían un país donde los pobres tendrían que vender sus órganos o sus hijos, donde los genocidas serían glorificados y las Malvinas entregadas, un sistema donde los candidatos usan metáforas de sexualidad perversa para rechazar a la educación sexual. No fue una elección más porque además de los problemas económicos estaban en juego valores básicos de la civilización. Y todavía falta la segunda vuelta.
Todavía sin el detalle de los datos finales se pueden sacar algunas conclusiones. En primer lugar fue decisiva la votación en la provincia de Buenos Aires. En segundo lugar, casi no hubo corte de boleta entre intendentes o gobernadores con Massa. En tercer lugar, están en disputa distritos que eran de Juntos por el Cambio, como La Plata y se recuperaron otros, como Lanús. En cuarto lugar, Unión por la Patria recuperó voto en provincias que había perdido, desde Tierra del Fuego y Río Negro, Chaco y las provincias del Noreste. En quinto lugar, Unión por la Patria será primera minoría en el Congreso de la Nación, tanto en el Senado, como en Diputados, independientemente de cómo salga la segunda vuelta. En sexto lugar, Massa hizo una buena elección en Santa Fe, una provincia que le era muy reacia. En séptimo lugar fue muy mala la elección de Patricia Bullrich y, la de Javier Milei, muy abajo de lo que esperaba. En ambos casos fue una fuerte derrota.
Los resultados completos de la elección del 22 de octubre
Los resultados sobrepasaron todos los números que habían apuntado las encuestas. Son muchas las explicaciones que se desprenden de esta elección. Se confirma que la sociedad es consciente de la diferencia entre las PASO y elecciones generales y que es muy difícil sacar conclusiones mecánicas de esos resultados. En este caso, los resultados han sido opuestos en cuanto a ganadores y diferencias.
En esa diferencia tan grande de estos resultados con las PASO influyó mucho la forma como encaró Sergio Massa su campaña. En vez de replegarse a una campaña defensiva o concesiva, salió con fuerza y con propuestas que sus competidores no tenían. Sobre todo en el flanco de la economía, donde la inflación lo hacía más vulnerable. La nueva discusión con el Fondo en términos de puja y no de resignación implicó un cambio ante la sociedad. De la misma manera que impactó la batería de medidas distributivas que emitió al terminar la discusión con el FMI.
Esa negociación dura y las medidas de alto impacto en la economía de la gente, sumó también la respuesta enérgica a los especuladores con el dólar. En poco tiempo pudo dar la imagen de timonel de carácter, de alguien que es capaz de tomar decisiones en situaciones adversas. Pero al mismo tiempo, esa imagen enérgica se dio sobre la base de una actitud más abierta y dispuesta al diálogo que la demostrada por sus competidores.
A este resultado se sumó también el temor que despertaron los anuncios más bizarros de Milei que pintaban un país sumido en el medioevo, en manos de un grupo de desquiciados. Y en Juntos por el Cambio resultó desangrante la interna feroz entre Horacio Rodríguez Larreta y Bullrich y la actitud ambigua de Mauricio Macri que hizo más gestos a favor de Milei que de los candidatos de su fuerza. Siendo ministro de Economía, Massa fue muy eficaz para dar vuelta el malhumor de la sociedad por una inflación tan alta, un tema muy pesado que queda pendiente.
Pero, sin duda, el gran protagonista de la elección fue Axel Kicillof porque su resultado es la consecuencia de una gestión de cuatro años de remar en un contexto muy difícil. Durante cuatro años tomó decisiones en el distrito más numeroso y el más complejo, en el que confluyen todos los conflictos y donde fue más fuerte el impacto de la crisis. Salió de la casa de gobierno, se mostró como un gobernador todo terreno, en el territorio, cerca de la gente y con mucha obra pública y gestión.
Fue la base de sustento de Massa para darse impulso. Con una provincia de Buenos Aires mal gobernada, hubiera resultado mucho más difícil dar vuelta las expectativas generalizadas de una victoria de la derecha.
Justamente por esas expectativas frustradas, que fueron alimentadas por los medios hegemónicos y las encuestas, la derrota de la derecha, tanto de Juntos por el Cambio, como la de La Libertad Avanza es doble.
Y para Massa es una doble victoria porque tuvo que remontar esa tendencia. La sociedad mostró una reacción sana porque ni Patricia Bullrich ni Milei les propusieron un camino de salida y se quedarson en gritos de guerra contra sus adversarios.
En la campaña para la segunda vuelta, Massa y Milei van a tironear de la base electoral de Juntos por el Cambio. Milei menospreció a los radicales, pero se mostró con Macri. Massa convocó a un gobierno de unidad nacional y se comprometió a integrar funcionarios y técnicos de todas las corrientes políticas. Juntos por el Cambio quedó muy golpeado con este resultado que ya no tiene revancha. Y debe soportar el tironeo de los otros dos candidatos. El futuro no le favorece.
Milei se apropió del discurso de Bullrich. En su discurso, al festejar su derrota como si fuera victoria, ya no habló contra la “casta”, sino contra el “kirchnerismo”. Obviamente, para él, gran parte de los dirigentes del macrismo y todo el radicalismo, con los que tratará de aliarse, son parte de la casta.
Milei se mostró como un candidato desesperado por conseguir los votos que le faltan. Massa, en cambio, en su discurso de anoche, se paró en el medio del ring y habló como presidente: agradeció a todos los argentinos, los felicitó por la votación. Se lo vio emocionado, pero al mismo tiempo calmado. En contraste con ese Milei exasperado, destilando odio contra sus adversarios, Massa se mostró tranquilo, habló de sus hijos, cuando los de Milei hablan de renunciar a la paternidad, habló del Papa, cuando Milei dice que es un representante del “maligno”. Fue la contracara exacta del histérico ultraderechista.
La campaña por la segunda vuelta seguramente tendrá otros contenidos y es mucho más clara la diferencia de modelos de país que propone cada uno.
En la campaña para la segunda vuelta, Massa y Milei van a tironear de la base electoral de Juntos por el Cambio. Milei menospreció a los radicales, pero se mostró con Macri. Massa convocó a un gobierno de unidad nacional y se comprometió a integrar funcionarios y técnicos de todas las corrientes políticas. Juntos por el Cambio quedó muy golpeado con este resultado que ya no tiene revancha. Y debe soportar el tironeo de los otros dos candidatos. El futuro no le favorece.
Milei se apropió del discurso de Bullrich. En su discurso, al festejar su derrota como si fuera victoria, ya no habló contra la “casta”, sino contra el “kirchnerismo”. Obviamente, para él, gran parte de los dirigentes del macrismo y todo el radicalismo, con los que tratará de aliarse, son parte de la casta.
Milei se mostró como un candidato desesperado por conseguir los votos que le faltan. Massa, en cambio, en su discurso de anoche, se paró en el medio del ring y habló como presidente: agradeció a todos los argentinos, los felicitó por la votación. Se lo vio emocionado, pero al mismo tiempo calmado. En contraste con ese Milei exasperado, destilando odio contra sus adversarios, Massa se mostró tranquilo, habló de sus hijos, cuando los de Milei hablan de renunciar a la paternidad, habló del Papa, cuando Milei dice que es un representante del “maligno”. Fue la contracara exacta del histérico ultraderechista.
La campaña por la segunda vuelta seguramente tendrá otros contenidos y es mucho más clara la diferencia de modelos de país que propone cada uno.