TEL AVIV (Sputnik)- 17.11.2023
Foto: Twitter / @Netanyahu
Lo afirmó Yair Lapid, quien dijo que Israel "ha perdido la fe en el primer ministro" tras el fracaso de seguridad que propició el ataque de Hamás el pasado 7 de octubre y puso en marcha la escalada bélica en la Franja de Gaza, que ya dejó 11.500 palestinos asesinados.
Hablando con la cadena local Canal 12 el miércoles 15 de noviembre, Lapid, quien lidera la oposición parlamentaria en Israel, sostuvo que el país no puede permitirse "llevar a cabo una guerra prolongada con un primer ministro en el que la audiencia no confía".
Por ello, argumentó el parlamentario, el primer ministro Benjamín Netanyahu "debe irse ahora".
Además, el dirigente y experiodista israelí, que encabeza la formación Yesh Atid ("Hay un futuro", en hebreo) declaró que estaría dispuesto a unirse a un Gobierno liderado por partidos de derecha siempre y cuando queden afuera Netanyahu y sus socios ortodoxos que conforman la actual coalición gobernante.
Desde el ataque de Hamás al Estado hebreo, que se calcula provocó la muerte de 1.400 personas, la mayoría israelíes, pero también decenas de ciudadanos extranjeros, y más de 200 secuestrados, las críticas internas al Gobierno de Netanyahu han crecido.
Entre otros cuestionamientos, se acusa que el primer ministro se encontraba distraído defendiendo su resistido proyecto de reforma judicial y blindando sus propios juicios por corrupción, lo que llevó a un descuido de la seguridad del país.
Si bien varias agrupaciones políticas decidieron sumarse al gabinete de emergencia establecido tras el 7 de octubre, Lapid y su formación, que controlan 24 de las 120 bancas de la Knéset, el parlamento israelí, rechazó la oferta de unirse a la coalición gobernante.
Los críticos del primer ministro israelí también le reprochan no realizar ningún tipo de autocrítica por la política que ha llevado adelante en sus 15 años en el poder en relación a los palestinos y su ambición de establecer un Estado propio, prefiriendo escalar el enfrentamiento con Hamás e impulsar una política de expansión de los asentamientos judíos en Cisjordania, los Altos del Golán y Jesuralén oriental.
A la par de los cuestionamientos en Israel por parte de la población, la prensa y las dirigencias políticas, en el plano internacional crecen los pedidos a Netanyahu (y a su principal socio, el presidente estadounidense Joe Biden) para que cese el fuego, que multiplica las víctimas civiles en la Franja de Gaza por miles.
Sin embargo, tanto el primer ministro israelí como el mandatario estadounidense han rechazado de plano la posibilidad, con Tel Aviv aceptando apenas pausas humanitarias diarias de cuatro horas para que los ciudadanos puedan huir del bombardeado contra enclave costero, mientras el Gobierno del presidente demócrata aumenta secretamente sus envíos de armas y municiones a Israel.
Netanyahu también anunció recientemente que pretende que, después de que se consume la invasión a Gaza, Israel tome el control de la seguridad del territorio gazatí. Sostuvo, además, que la lucha contra Hamás seguirá "con toda su fuerza" hasta que cada uno de sus miembros pierda la vida.
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