NYT confirma que pedían coimas para reunir a Milei con empresarios
NUEVA YORK (Uypress)
01.03.2025
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Foto: ANSA
El New York Times confirmó que Hayden Davis, el creador de Libra, ofreció negocios con Milei por USD 90 millones, casi la cifra exacta que quedó en las billeteras de la estafa Libra.
Consigna La Política Online que The New York Times reveló que el creador de $LIBRA ofrecía hacer negocios con Javier Milei a cambio de "unos 90 millones de dólares en criptomonedas en 27 meses".
El escándalo del Criptogate está lejos de apagarse en los medios internacionales. Tras las publicaciones de The Economist y Forbes, el New York Times se sumó a las investigaciones.
El artículo del NYT es muy crítico del comportamiento de Milei: "Desde el colapso de la criptomoneda, han aparecido pruebas que contradicen las afirmaciones del presidente; los críticos en Argentina han acusado a su círculo íntimo de aceptar sobornos; y el consultor estadounidense, a quien Milei se refirió el mes pasado como asesor, ha admitido haber amasado 100 millones de dólares con la artimaña", asegura.
El diario publicó que Hayden Davis, creador de $LIBRA, ofrecía "una reunión con Milei y una asociación con el gobierno argentino" por 90 millones de dólares. La información se desprende de un contrato que un empresario le acercó a periodistas del diario neoyorquino. La posibilidad que exista un contrato que lleve la firma de Milei o alguno de sus funcionarios genera pánico entre los libertarios.
La revelación del diario más importante del mundo expone además la morosidad de los jueces y fiscales argentinos que no hacen nada ante la montaña de evidencia y testimonios que se van acumulando.
Desde el colapso de la criptomoneda, han aparecido pruebas que contradicen las afirmaciones del presidente; los críticos en Argentina han acusado a su círculo íntimo de aceptar sobornos; y el consultor estadounidense, a quien Milei se refirió el mes pasado como asesor, ha admitido haber amasado 100 millones de dólares con la artimaña.
El caso más escandaloso es el del fiscal federal, Eduardo Taiano, que tiene la investigación de la cripto estafa, pero congeló la causa: no secuestró los celulares de los involucrados, ni sus computadora, ni realizó ningún allanamiento, ni llamó a declarar a funcionarios, empezando por Karina Milei, mencionada directamente como quien recibió coimas.
El NYT reveló que Davis conoció al trader argentino Mauricio Novelli en Denver y que el creador de $LIBRA aseguraba tener "control" sobre Milei y que podía "negociar acuerdos" con el presidente argentino. De hecho, Milei antes de ser presidente estaba contratado por Novelli para dar charlas en su "academia" de finanzas.
"Todo, desde los tuits de Milei" hasta "todo lo relacionado con Milei, básicamente, hacer apariciones, etc.: tengo control sobre muchas de esas palancas", dijo Davis en un mensaje de audio a un empresario, obtenido por el New York Times.
El escándalo está lejos de disiparse porque, entre otras cosas, todavía hay más de 100 millones de dólares dando vueltas, que Davis dijo que quería entregarle a Milei y su "gente".
De hecho como contó LPO, el especialista Fernando Molina informó que una de las billeteras asociadas a la criptoestafa de $Libra movió recientemente 4,5 millones de dólares. Es la primera vez que se realiza una operación sobre los más de 110 millones de dólares que quedaron alojados en 4 billeteras virtuales y especialistas sospechan de lavado de activos.
El especialista en criptomonedas Santi Siri reveló días atrás que tres de las cuatro billeteras virtuales que concentran los más de 100 millones de dólares de la estafa, llevan en su nombre el apellido Milei.
El artículo del NYT también revela que empresarios declararon haber recibido pedidos de dinero para reunirse con Milei, confirmando declaraciones de otros empresarios como Carles Hoskinson, que insólitamente la justicia argentina todavía no llamó a declarar. Este tema incluso fue expuesto por la periodista Cristina Pérez, esposa del ministro de Defensa, Luis Petri. "Hay un círculo de entorno que pide plata a cambio de acercar empresarios al Presidente", denunció la periodista en televisión.
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias
La nota del NYT y la amenaza a Kicillof.
Un gesto de debilidad
Por Martín Granovsky
Presidente Javier Milei, preocupado por el impacto internacional del CriptoGate.. Imagen: Archivo
Fue muy sagaz el periodista Sebastián Iñurrieta. Publicó un tuit con una pregunta: “¿Sabía la Casa Rosada que se publicaría una nota en el NYT sobre Libra?”. Y agregaba que seguro sabía porque el New York Times siempre pide antes de publicar una versión oficial. Añadió: “El artículo se publicó a las 5.10 ET (7.10 hora argentina). A las 7.02 Milei tuiteó lo de Kicillof e instaló la intervención en agenda”.
La nota a la que se refirió Iñurrieta afirmaba ya desde el título que el Presidente había promovido la movida financiera (y no simplemente difundido, como se defendió Javier Milei) y estaba firmada por dos periodistas. Uno, Jack Nicas, cubre la Argentina. El otro, David Yaffe-Bellany, cubre la industria cripto desde San Francisco. Es decir, desde una ciudad cercana a Palo Alto, donde residen las empresas tecnológicas de los mil millonarios que apoyan a Donald Trump y, por ahora, aparentan entusiasmarse con el ultraderechista argentino.
“Cripto y política enriquecen a los poderosos y lo sacan (el dinero) desde cualquier otro”, dice el texto de uno de los diarios más influyentes del mundo.
Un jurista argentino que conoce bien los vericuetos del poder en los Estados Unidos y pidió reserva de su nombre deslizó una hipótesis: “Si trabajó alguien en San Francisco y el New York Times le dio tanta importancia, lo más probable es que considere que el asunto no es sólo argentino sino doméstico, o sea norteamericano”. Y aconsejó: “Hay que darle importancia a ese dato”. Hecho. Gracias, doctor.
¿Milei tuiteó amenazando con la intervención a una provincia donde viven 17 de los 47 millones de habitantes de la Argentina sólo tapar un escándalo con otro? ¿Para neutralizar cualquier efecto eventual de la nota del New York Times? ¿Realmente estaba entre las chances barajadas por la Casa Rosada insistir en el mecanismo que el constitucionalista Gustavo Ferreyra describe como una marcha hacia la autocracia, y que Milei ya practicó con Manuel José García-Mansilla? ¿O todo lo anterior junto?
Durante el día funcionarios del propio Gobierno fueron desparramando la versión de que se había tratado sólo de un enojo del Presidente. ¿Una jodita para Tinelli? Más bien un arranque.
Por cualquier cosa, tanto quienes hablaron en público, empezando por el gobernador Axel Kicillof y la dirigencia de Unión por la Patria, como quienes se preocuparon en privado e intercambiaron mensajes asustados, entre ellos la mayoría de los gobernadores y diplomáticos extranjeros, resolvieron tomarse las cosas en serio. “Lo haga o no la haga, el solo hecho de amenazar entraña peligro”, dijo un gobernador que no es amigo de Kicillof a este diario.
Al manejar estos datos, si es que alguien se los cuenta, el Presidente podría interpretar que sigue teniendo la fuerza de antes (de antes del criptogate, por ejemplo) y que un mero rugido le alcanza para infundir miedo. Se equivocaría: cuando en política entran las balas, la debilidad es mayor. Y no tiene vuelta atrás.
Fue muy sagaz el periodista Sebastián Iñurrieta. Publicó un tuit con una pregunta: “¿Sabía la Casa Rosada que se publicaría una nota en el NYT sobre Libra?”. Y agregaba que seguro sabía porque el New York Times siempre pide antes de publicar una versión oficial. Añadió: “El artículo se publicó a las 5.10 ET (7.10 hora argentina). A las 7.02 Milei tuiteó lo de Kicillof e instaló la intervención en agenda”.
La nota a la que se refirió Iñurrieta afirmaba ya desde el título que el Presidente había promovido la movida financiera (y no simplemente difundido, como se defendió Javier Milei) y estaba firmada por dos periodistas. Uno, Jack Nicas, cubre la Argentina. El otro, David Yaffe-Bellany, cubre la industria cripto desde San Francisco. Es decir, desde una ciudad cercana a Palo Alto, donde residen las empresas tecnológicas de los mil millonarios que apoyan a Donald Trump y, por ahora, aparentan entusiasmarse con el ultraderechista argentino.
“Cripto y política enriquecen a los poderosos y lo sacan (el dinero) desde cualquier otro”, dice el texto de uno de los diarios más influyentes del mundo.
Un jurista argentino que conoce bien los vericuetos del poder en los Estados Unidos y pidió reserva de su nombre deslizó una hipótesis: “Si trabajó alguien en San Francisco y el New York Times le dio tanta importancia, lo más probable es que considere que el asunto no es sólo argentino sino doméstico, o sea norteamericano”. Y aconsejó: “Hay que darle importancia a ese dato”. Hecho. Gracias, doctor.
¿Milei tuiteó amenazando con la intervención a una provincia donde viven 17 de los 47 millones de habitantes de la Argentina sólo tapar un escándalo con otro? ¿Para neutralizar cualquier efecto eventual de la nota del New York Times? ¿Realmente estaba entre las chances barajadas por la Casa Rosada insistir en el mecanismo que el constitucionalista Gustavo Ferreyra describe como una marcha hacia la autocracia, y que Milei ya practicó con Manuel José García-Mansilla? ¿O todo lo anterior junto?
Durante el día funcionarios del propio Gobierno fueron desparramando la versión de que se había tratado sólo de un enojo del Presidente. ¿Una jodita para Tinelli? Más bien un arranque.
Por cualquier cosa, tanto quienes hablaron en público, empezando por el gobernador Axel Kicillof y la dirigencia de Unión por la Patria, como quienes se preocuparon en privado e intercambiaron mensajes asustados, entre ellos la mayoría de los gobernadores y diplomáticos extranjeros, resolvieron tomarse las cosas en serio. “Lo haga o no la haga, el solo hecho de amenazar entraña peligro”, dijo un gobernador que no es amigo de Kicillof a este diario.
Al manejar estos datos, si es que alguien se los cuenta, el Presidente podría interpretar que sigue teniendo la fuerza de antes (de antes del criptogate, por ejemplo) y que un mero rugido le alcanza para infundir miedo. Se equivocaría: cuando en política entran las balas, la debilidad es mayor. Y no tiene vuelta atrás.