20 oct 2013

Israel contra Irán, lobos y corderos



Israel contra Irán, lobos y corderos
Por Niko Schvarz*


La actitud beligerante, tremendamente agresiva del gobierno de Israel contra Irán volvió a incrementar la tensión en el Oriente Medio, que había entrado en un período de mayor calma luego que la feliz iniciativa de Rusia desmontara el andamiaje de la agresión inminente de Estados Unidos contra Siria y abriera la perspectiva de negociaciones en torno al problema de las armas químicas.

La agresión de Israel se expresó en el discurso de su primer ministro Benyamin Netanyahu en la Asamblea General de Naciones Unidas. Este discurso fue pronunciado apenas cuatro días después de haberse producido el diálogo entre el presidente Barack Obama y el nuevo presidente de Irán, Hassan Rohani, que fue calificado de histórico porque era el primero que tenía lugar entre gobernantes de ambos países desde la ruptura del año 1979. Más aún, a partir de ese diálogo habían comenzado las consultas preparatorias para las negociaciones que tendrán lugar el 15 y 16 de octubre próximos en Ginebra entre Irán y las naciones del Grupo 5+1, a saber, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China) más Alemania, con el objetivo de concretar una salida pacífica al tema del desarrollo nuclear iraní, que se viene persiguiendo por vía diplomática desde el 2006.

El propio presidente Rohani había declarado a The Washington Post, previamente a su conversación con Obama, que aspiraba a alcanzar en un plazo breve un acuerdo con la comunidad internacional en torno al programa nuclear en que está empeñado su país, reiterando sus finalidades total y absolutamente pacíficas. Expresó que Irán no se propone la producción de armas atómicas y reclamó el cese de las sanciones impuestas por EEUU y las potencias occidentales, ilegales e infundadas, y que afectan la economía y la vida diaria de la población.

La alocución de Netanyahu tendió a desvirtuar brutalmente ese clima y a colocar en primer plano la agresión contra Irán. Lo expresó sin vueltas: “Si Israel se ve obligado a quedarse solo, Israel se quedará solo”. Esto ha sido catalogado como “una nueva advertencia de que Israel no vacilará en bombardear las instalaciones nucleares de Irán, con el apoyo de EEUU o sin él, desatando una guerra de imprevisibles consecuencias”. Hay antecedentes en la materia: el 17 de junio de 1981, con el pretexto de que Irak se proponía producir armas atómicas, la aviación israelí destruyó la central nuclear civil de Osirak (Tamuz).

Tampoco está de más recordar que el único país que tiene bombas atómicas en la región es precisamente Israel, en número de varios cientos, en condiciones de hacerlas estallar en cualquier momento, con el agregado de que no ha suscrito el Tratado de No Proliferación Nuclear y se niega a hacerlo. Otro hecho relevante a este respecto se produjo en la reunión mundial sobre desarme nuclear efectuada en paralelo con la Asamblea General de la ONU y que tiene lugar por primera vez en la historia. En la misma intervino el presidente iraní Hassan Rohani, y lo hizo en su calidad de presidente de turno del Movimiento de los Países No Alineados (NOAL), que está integrado por la mayoría absoluta de los países miembros de la ONU. El presidente Rohani reclamó que Israel firmara el Tratado de No Proliferación Nuclear, adoptado en 1979 y que busca contener la proliferación de armas nucleares. En dicha reunión, el canciller cubano Bruno Rodríguez Padilla habló en su carácter de presidente turno de la CELAC (integrada por 33 países que componen una zona libre de armas nucleares), y solicitó la eliminación total de estas armas de destrucción masiva.

La toma de posición de Netanyahu en la ONU estuvo precedida de un ataque personal al presidente Rohani (y a su antecesor) en términos de una brutalidad desusada en el organismo internacional. Dijo: “Ahmadinejad era un lobo con piel de lobo y Rohani es un lobo con piel de cordero”.

En la víspera de su intervención, Netanyahu se reunió con Obama en la Casa Blanca y le expresó “su desconcierto por el reciente acercamiento entre EEUU e Irán”. Los cables al respecto agregan: “Netanyahu pidió a Estados Unidos que mantenga las sanciones contra Irán por su programa nuclear. Instó a Obama a rechazar cualquier acuerdo que solicite concesiones a Occidente y en su lugar exigió pasos específicos a Irán, incluido el cierre de sus proyectos de enriquecimiento de uranio y plutonio y el envío al extranjero de todos sus inventarios de material fisible”. Más adelante expresó que las sanciones contra Irán no sólo debían mantenerse, sino que debían endurecerse, argumentando que la amenaza militar creíble y las sanciones han llevado a Irán a la mesa de negociaciones, y la presión no debe ser reducida.

En sintonía, el presidente israelí Shimon Peres declaró que su país “mantiene abiertas todas las opciones para una eventual respuesta contra el programa nuclear iraní”.

Gobernantes y dirigentes políticos prominentes de Israel han acentuado en las últimas horas su disposición a atacar a Irán por su cuenta, incluso sin el acompañamiento de Estados Unidos. Se han citado en tal sentido declaraciones del parlamentario del Likud Tzachi Hanegbi, ex ministro de Seguridad Interior y ex ministro de Inteligencia y Asuntos Nucleares de Israel. El periodista Juan Gelman revela en Página/12 que Israel ha creado un nuevo ministerio: el de Asuntos Estratégicos, cuyo objetivo es el planeamiento de iniciativas concernientes a una eventual guerra contra Irán. Citando las fuentes documentales, señala que el titular del mismo, Yuval Steinitz (muy próximo a Netanyahu), declaró que las sanciones impuestas por la ONU a Teherán “no bastan y las conversaciones tampoco. Ha llegado el momento de enfrentar a los iraníes con una amenaza militar del mundo entero y de Occidente para obtener resultados”. En entrevista a la radio del ejército israelí subrayó que esa acción debería materializarse “en pocas semanas, un mes” si no hay señales de que Irán pone fin a su programa nuclear.

La conspiración marcha por varias vías a la vez. Otras fuentes señalan que la semana pasada funcionarios israelíes de alto rango, bajo supervisión del propio Netanyahu, se reunieron con figuras destacadas de varios países árabes y del Golfo “para crear una alianza capaz de bloquear la intención iraní de obtener armas nucleares”. Se considera que esos países poseen varios elementos en común: “autocracias sunnitas como las de Arabia Saudita, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos también condenan el programa nuclear de un Irán chiíta”.

La conclusión es que la actitud decididamente beligerante de Israel contra Irán amenaza con sumir a toda la región “en una guerra de imprevisibles consecuencias”, como se dijo. No son palabras al viento, y hay antecedentes. Esto resuena como un alerta para el mundo entero.


*Periodista y escritor uruguayo

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