30 oct 2013

LOS BUITRES AL ACECHO: Acuerdo INIA Monsanto...

Uruguay: Acuerdo INIA Monsanto
18 octubre 2012

REDES-Amigos de la Tierra Uruguay (REDES-AT) se opone a la firma de un convenio confidencial entre el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y la transnacional Monsanto, y alerta sobre una nueva ofensiva de la empresa en la región para la privatización de recursos fitogenéticos y el cobro de regalías.

El 16 de Mayo del 2012 el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria del Uruguay (INIA)firma un acuerdo con la transnacional Monsanto para incluir en el germoplasma de soja, que maneja el Instituto, transgenes con la tecnología INTACTA RR2 PRO propiedad de la empresa.

El acuerdo fue gestado durante la presidencia en el INIA del actual Subsecretario de Ganadería Agricultura y Pesca, Ing. Agr. Enzo Benech, quien también preside la Comisión para la gestión de riesgos a la liberación de cultivos transgénicos.

La firma del acuerdo fue cuestionada por la Comisión Nacional de Fomento Rural (CNFR), gremial que agrupa y representa a los productores familiares en la Junta Directiva del INIA, dado que sus representantes no fueron informados a tiempo sobre las gestiones que se venían realizando para su concreción.
El convenio, no accesible al público, suscitó un pedido de informes por parte de legisladores del Frente Amplio (FA)

La concreción de este acuerdo refleja el alineamiento de ciertas instituciones y agentes del estado con las estrategias desarrolladas por las corporaciones biotecnológicas (en este caso Monsanto) en su afán por ocupar porciones cada vez mas importantes del mercado de las semillas,
Como se explica en este informe, desde REDES-AT entendemos que fortalecer el poder de lobby de estas corporaciones va en detrimento de iniciativas que apunten al desarrollo de la Soberanía Alimentaria

Tal como se pone de manifiesto en las condiciones puestas por Monsanto para cumplir con su parte del acuerdo, el objetivo de la empresa es patentar en el país semillas que contengan transgenes de su propiedad, asegurarse el cobro de regalías y comprometer al país en su esfuerzo por desregular la tecnología transgénica en otros países. Como veremos, esta estrategia ya cosechó sus frutos.

En qué consiste el acuerdo?

Concretamente, el acuerdo es para incorporar la tecnología INTACTA RR2 PRO en hasta tres líneas de soja del programa de mejoramiento del INIA. Esta tecnología incorpora al genoma de la soja dos transgenes: uno que le aporta tolerancia al herbicida glifosato (RR2Y) (evento MON89788).
Así el INIA incorpora en su programa de mejoramiento de soja líneas transgénicas que contienen tecnología de la cual Monsanto es propietaria

El proceso de incorporar los transgenes y luego desarrollar las variedades mejoradas insumiría unos ocho años, por lo que se estima que para el 2020 estarían prontas las nuevas variedades de soja transgénicas.

Según el INIA , este acuerdo le permitiría disponer a los productores uruguayos de variedades de soja adaptadas localmente que tienen incorporadas “tecnología de alto valor agregado”.
El tema es que la “tecnología de alto valor agregado” tiene un dueño se llama MONSANTO y, obviamente, cobra por su uso. Además , en el acuerdo Monsanto establece algunas condiciones que se deben cumplir para que sus transgenes puedan ser utilizados . A saber:

*Que Monsanto tenga en Uruguay una patente sobre la tecnología INTACTA RR2 PRO .

Sería la primer patente sobre genes aprobada en Uruguay, la cual generaría un antecedente legal muy valioso para la empresa.

*Que el país disponga de un sistema seguro para que Monsanto pueda cobrar regalías sobre la tecnología INTACTA.

*Obtener la desregulación (o sea la autorización para consumo o liberación comercial de soja con la tecnología INTACTA) en países potenciales importadores del producto.

Claramente estas condiciones que tienen que ver con las normas jurídicas vigentes en el país, superan los cometidos del INIA que de esta forma se transforma en un aliado de Monsanto a la hora de desarrollar el lobby tendiente a lograr los objetivos planteados por la empresa.

Quién se beneficia?

No es casual que a dos años de caer sus derechos de propiedad intelectual a nivel mundial sobre la soja RR que actualmente se cultiva en la región, Monsanto esté desarrollando una agresiva estrategia para imponer la tecnología INTACTA RR2 PRO.
La empresa pretende comenzar a cobrar regalías por el uso de semillas de soja modificadas genéticamente con esta tecnología, lo que no ocurre con la actual soja RR en nuestro país.

En Argentina, Monsanto realiza intensas negociaciones con el gobierno para modificar las leyes de semillas en el sentido de disminuir los derechos de los agricultores a favor de los beneficios de la empresa

En Brasil en tanto, la transnacional realiza negociaciones para cobrar más royalties por la nueva tecnología que los que ya cobra por la soja RR, lo cual ha provocado que algunos sindicatos de productores ya estén haciendo campaña contra el pago de los mismos, dado que pasarán a pagar hasta cinco veces más por la soja INTACTA RR2 PRO de lo que pagan hoy por la soja RR.

En Paraguay, luego del golpe de Estado que destituyera al Presidente Fernando Lugo, Monsanto logró que el gobierno golpista aprobara aceleradamente una serie de eventos transgénicos cuestionados por el anterior gobierno. Entre estos eventos se encuentra la soja INTACTA RR2 PRO.

La tecnología INTACTA RR2 PRO es tan tolerante al glifosato como la soja RR. Su supuesta mayor productividad no ha sido demostrada para nuestro país y su resistencia es a un tipo de insectos que no son la principal plaga del cultivo de soja en Uruguay. Su mayor novedad es que su patente está fresca y no se vence en dos años como la de la soja RR.

Es de resaltar que la soja RR es una tecnología que ha favorecido al sector más capitalizado del agronegocio, acelerando los procesos de concentración de la tierra y desde el punto de vista ambiental ha “simplificado” el manejo de los agro ecosistemas, provocando el deterioro de los mismos, al tiempo que ha conducido también a un incremento del uso de agrotóxicos. Con la nueva soja de Monsanto tendremos más de lo mismo.

De tener éxito los planes de mejoramiento de soja, los primeros cultivares con la tecnología INTACTA obtenidos por INIA serían liberados en el 2020. Es de destacar que ya existen cultivares de soja con esta tecnología que comenzarán a plantearse en Uruguay en la próxima zafra.
Estas semillas son producidas por empresas como Nidera, Don Mario y la propia Monsanto. Para el 2020, ¿Qué posibilidades tienen los cultivares INIA de competir en el mercado?

¿La tecnología INTACTA no estará desactualizada para aquel entonces? Esta pregunta es pertinente porque cada vez es más importante la presencia de malezas tolerantes al glifosato y de hecho ya existen solicitudes para liberar en Uruguay cultivares de soja transgénica tolerantes a otros herbicidas (2,4-D, Dicamba e Imidazolinonas) algunos de los cuales incorporan la tolerancia a más de un herbicida.

El principal beneficiario de este acuerdo sin lugar a dudas es Monsanto. De hecho la empresa ya comenzó a cosechar los frutos de este acuerdo.
El gabinete Nacional de Bioseguridad, la instancia encargada de aprobar la liberación de cultivos transgénicos aprobó en setiembre de 2012 la liberación de cultivares de soja INTACTA RR2 PRO. Actualmente la empresa tramita ante la Dirección de Propiedad Industrial del MIEM UNA PATENTE SOBRE EL USO DE LOS TRANSGENES CONTENIDOS EN ESTAS SOJAS. Pero tal vez el hecho que mejor muestra el éxito de la estrategia de la multinacional es la gestión que el Ministro de Ganadería Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre, llevó adelante ante el gobierno chino en junio de este año, para que aquel país autorice la importación de granos de soja conteniendo la tecnología INTACTA. El gobierno chino finalmente autorizó la importación de esta soja transgénica, que era lo que Monsanto necesitaba para comenzar sus semillas en nuestra región.

Comentarios de REDES-AT

Es de esperar que Monsanto publicite sus productos biotecnológicos presentándolos como ambientalmente sustentables.
Pero el INIA no debería sumarse al discurso de una empresa que tiene un historial criminal en cuanto al manejo de la información sobre los impactos de los productos que ha desarrollado, cuando su principal actividad estaba relacionada a la industria química. Esta empresa utiliza argumentos falsos para vender su tecnología, por ejemplo en agosto de 2012 un Tribunal Regional Federal de Rio Grande do Sul (Brasil) condenó a Monsanto a pagar aproximadamente 250.000 dólares por publicidad engañosa, dado que la empresa desarrolló una campaña publicitaria en la que afirmaba que el uso de semillas de soja transgénica y glifosato era beneficioso para el medio ambiente, lo cual es FALSO.

Resulta incoherente con los cometidos del INIA y su papel en transferencia de tecnología al sector agropecuario el hecho de que se firme un convenio de estas características y se mantenga el mismo, además, en un marco de estricto silencio y opacidad en función de la“confidencialidad” solicitada por la contraparte empresarial

Para conocer los principales contenidos de este convenio REDES debió acceder a un informe que el INIA elaboró a solicitud de un diputado, el cual tampoco pudo tener acceso al texto integro de acuerdo.

Por último nos preocupa que INIA acepte, entre las condiciones para que Monsanto cumpla con su parte del acuerdo, aspectos vinculados a la desregulación de esta tecnología en otros países potenciales importadores de la soja INTACTA RR2 PRO

Es claro que Monsanto usa el monopolio que tiene sobre el uso de esta tecnología y el control sobre el mercado de las semillas para impulsar modificaciones regulatorias que la beneficien.
Nos preocupa que el INIA se convierta en un aliado de Monsanto en esa estrategia, la cual vulnera los derechos de los agricultores a escala global.

Como organización que reivindica la Soberanía Alimentaria y el desarrollo rural sustentable con justicia social, REDES-AT propone el fortalecimiento de las organizaciones de la agricultura familiar y que el sistema de investigación nacional se centre en sus necesidades y no en las del agronegocio.

Estamos convencidos que convenios como éste va en el sentido opuesto


katty - postaporteñ@ 1052 - 2013-10-