13 abr 2020

VOLVIO EL ESTADO

¿Qué hacen los países frente a la pandemia?



12 Abril 2020




La crisis global ocasionada por el coronavirus llega cuando la economía ya presentaba diversos síntomas de estancamiento.Imagen: Pixabay

Un detalle pormenorizado de los paquetes fiscales que las naciones adoptaron para mitigar los efectos del coronavirus. Al analizar qué hacen los países del mundo para enfrentar la crisis económica que sobreviene con esta pandemia –y que a su vez deriva de las propias medidas de aislamiento, único antídoto viral por ahora conocido-, el hallazgo muestra un mismo patrón. Si bien los Estados improvisan y si bien ningún gobierno tiene en claro qué tipo de medidas son las mejores, por el momento esa prueba y error es toda estatal. Recursos fiscales, garantías crediticias e importante reducción de tasas de interés son los tres ingredientes de una receta que se repite en tres continentes: Asia, América y Europa.[1]

Los paquetes fiscales representan, en gran parte de los países analizados, entre 1 punto y 2 puntos del PBI (Argentina 1%, Brasil 3,5%, México 0,7%, Reino Unido 2,1%, Francia 2%, Italia 1,4%, España 0,7%, Corea del Sur 0,8%). En estados con saldo fiscal positivo el margen para la inyección de recursos es mayor, mientras que en otros la emisión monetaria es la herramienta a mano, y re-legitimada en este contexto. En este contexto, sobresalen los casos Estados Unidos –por aprobarse un paquete de 10% del PBI--, Alemania - 14,5%- y Japón, con casi 20% del producto. Los dos dígitos en cada uno de estos casos también dicen otra cosa: la magnitud de la crisis que provoca el COVID-19 es tan grande, que aquellos que pueden hacer keynesianismo de guerra, lo hacen sin dudarlo.


Precisamente, la otra pata de la intervención estatal son las regulaciones monetario-financieras que se disponen para facilitar el crecimiento de préstamos a la economía real. Estas facilidades en algunos casos suponen garantías de préstamos con fondos estatales y en otros casos modificaciones regulatorias para incentivar a que el sistema bancario preste más. En Europa predominan las garantías estatales, que ascienden al 15% del PBI en Reino Unido (330 billones de euros), 13% en Francia (300 billones de euros), 15,07% en España (200 billones de euros) y 5,8% en Alemania. En el caso argentino, el anuncio de $350.000 millones significa 1,3% del producto y tiene por objetivo el direccionamiento de la liquidez a pymes para la financiación de sueldos a tasa de 24%, siendo $30.000 millones de éstos parte del expandido FOGAR, que es garantía estatal a préstamos para pymes. En el caso de Brasil, el BNDES negoció un swap con la Reserva Federal de Estados Unidos por cerca de USD 60 mil millones y tiene por finalidad el fortalecimiento de los canales crediticios. En el caso de Estados Unidos, anunció una inyección crediticia elevada, de 5,2%, y China una suma similar, por 5,2% del producto.

Por si faltaban medidas, el jueves 9 de abril la Unión Europea aprobó un paquete de rescate económico valuado en 540.000 millones de euros.

En tercer lugar, la baja de tasas de referencia es una característica común de prácticamente todos los casos analizados. El caso testigo es Estados Unidos, con su reducción de la tasa de la Fed a un rango entre 0 y 0,25% (-150 puntos base). Para expandir su economía, China redujo su tasa entre 50 y 100 puntos base. Los países al interior de la Unión Europa reciben las bajas de tasas del Banco Central Europeo -de 25 puntos base- y el Reino Unido –que conserva la autonomía de su banca- redujo tasas en 65 puntos base. En el caso argentino, se registra la drástica reducción fue de 200 puntos base (en un país que viene de reportar las tasas de referencia más altas del mundo, en torno al 80% nominal anual) y en Brasil y México la baja fue de 50 puntos. Se agrega Corea del Sur con baja de tasas en 50 puntos base.

Con 0,01 muertes por COVID-19 cada 100.000 habitantes, el gobierno argentino actuó rápidamente –en términos relativos- con la aplicación de medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio. La ventaja fue que la expansión del virus comenzó en China y siguió a Europa, y eso dio tiempo a Argentina a adelantarse a la exponencialidad de contagios a nivel local. El paquete anunciado de casi 2 puntos del producto (2,3%) es elevado para el nivel de gasto del estado argentino –que venía de un profundo ajuste fiscal-. Pero es menor en magnitud al de otros países y posiblemente la extensión en el tiempo de las medidas de aislamiento necesite de la expansión del mismo.

Europa actúa tardíamente, sobre un escenario de desborde sanitario in crescendo. Los paquetes europeos están entre los más grandes del globo –y al 9 de abril se anunció un apoyo de la Unión Europea por 540.000 millones de euros-, pero las necesidades de atención sanitaria y el costo en vidas es significativamente mayor. En Francia al 23 de marzo ya se registraban 1,3 muertes por cada 100.000 habitantes y crecieron a 16,5 al 9 de abril. En Italia el aumento fue de 10,12 a 29,4, en tan sólo 17 días. En España, las muertes cada 100.000 habitantes eran 5,05 y se elevaron a 33,35. En el caso de Alemania, de 0,19 a 2,88 y en Reino Unido de 0,5 a 10,64.

Podemos sumar los casos de Estados Unidos y Brasil, que a pesar de contar con la ventaja del “diario del lunes” por poder observar con anticipación el nivel de contagios y muertes en China y Europa, actuaron tarde. Tanto Trump como Bolsonaro demoraron en aplicar medidas de aislamiento en virtud de priorizar la preservación de la actividad económica –y aún Brasil se encuentra en debates internos respecto de la política sanitaria a aplicar ante la pandemia-. La exponencialidad del crecimiento del virus no se hizo esperar. En EEUU, en tan solo 17 días se produjo un aumento desde 0,16 muertes cada 100.000 habitantes a 4,43. Creció 27 veces. En Brasil, al 23 de marzo registraba 0,015 muertos por cada 100.000 habitantes y al 9 de abril 0,379. Subió 25 veces. Frente a estas situaciones, contrasta enormemente el caso chino, donde no registró variación en muertes por COVID-19 cada 100.000 habitantes: de 0,231 al 23 de marzo de 2020 y 0,236 al 9 de abril.

Ahora bien, ¿con qué espalda económica cuenta cada uno para afrontar esta crisis? A priori, cabe decir que las tasas de crecimiento globales reflejan el verdadero achatamiento de la curva. Esta crisis global llega cuando la economía ya presentaba diversos síntomas de estancamiento.

El caso argentino combina una de las tasas de desocupación más elevadas de América Latina –y del mundo-, con 10,9% (dato publicado por Banco Mundial y comparable a 2019 con otros países), con una caída de su producto en 2,2% en 2019 (único de todo el panel de países que tuvo caída el año pasado), deuda sobre PBI de 93% y déficit fiscal de 0,6%. Los niveles de deuda de Estados Unidos y de algunos países europeos son también equivalentes al producto, como en Argentina, con una sola diferencia crucial respecto de nuestro país: están endeudados en su misma moneda, Argentina en un 80% debe repagar en moneda extranjera.

En Brasil, como se mencionó, la tasa de desocupación es de dos dígitos -11,9%- y está entre las más elevadas del panel de países, al mismo tiempo que presenta una deuda de 91,6% del producto y déficit de 1,8% a 2019. La situación de México es mejor que la argentina y brasileña: creció 3,6% en 2019, su tasa de desocupación es baja (3,6%), tiene deuda sostenible (53,8% del PBI) y 0,86% de superávit fiscal primario.

En Europa la situación es dispar, Alemania y Reino Unido tienen las tasas de desocupación más bajas a 2019 (3,1% y 3,6%) e incidencia de deuda relativamente más reducida que sus vecinos (58,6% y 85,6% respectivamente). España, Italia y Francia tienen indicadores de desocupación que rozan –o superan- los dos dígitos: 13,8%, 9,8% y 8,4% y con deuda pública que equipara o supera al PBI, España 96,4%, Italia 133,2% y Francia 99,3% a 2019, según el Banco Mundial.

China creció 6,1% el año pasado, y casi triplicó el crecimiento que registró su rival, Estados Unidos (2,3%). Esta tendencia de mayor crecimiento de China mostraba la dinámica expansiva que incluso en un contexto de estancamiento global mostraba el país asiático. Por otro lado, el nivel de deuda de Estados Unidos asciende a 106% del PBI, lo que corrobora que su economía presenta altos niveles de dependencia financiera, mientras que China registra un 55% de relación deuda/PBI.

Si China, y también economías asiáticas como Japón y Corea del Sur, lograran salir más temprano que Occidente de este pozo provocado por la pandemia, podrían producirse alteraciones en el tenso equilibrio global que precedió a esta crisis, y que se expresó en la guerra comercial China- Estados Unidos. Uno de los indicadores para seguir esta tendencia es el comercio internacional, que ya en artículos sanitarios coloca a China como proveedora de distintos países occidentales, pero que podría crecer también en otros órdenes de la producción industrial. En ese mismo sentido, el último Informe de la CEPAL muestra que el propio EEUU presenta saldo comercial negativo con China, sobre todo en manufacturas de alta tecnología y que desde 2011 China ha superado al país norteamericano en solicitud de patentes, llegando casi al 50% (y creciendo), mientras que EEUU se encuentra entre el 15 y 20% desde hace 30 años[2]. Se trata, desde ya, de una historia en desarrollo.

Por otro lado, en virtud del revuelo que generó la reciente editorial del Financial Times, que llamaba a una mayor justicia tributaria y redistribución de ingresos, se abre la pregunta: ¿hay realmente un debate más profundo por parte de la dirigencia política y los poderes económicos del mundo? ¿Qué profundidad puede tener la revisión de la política económica global? Seguramente este tipo de discusiones seguirán creciendo, buscando encontrar un nuevo consenso sobre cómo se financian y cómo gastan las economías del mundo. Por ahora, pareciera haberse expandido, en este virus global, también una receta global: los Estados ponen recursos para compensar los efectos de la crisis. Y ello, en teoría, significa un golpe a la austeridad fiscal. Pero, ¿no será ésta la receta para salir de la crisis post-pandemia que muchos pedirán? ¿Cuánto tardará el “llamado a la austeridad” en resurgir de las cenizas?


Julia Strada

[1] Los datos están en el informe CEPA publicado el viernes 10 de abril: https://centrocepa.com.ar/informes/248-pandemia-global-receta-global.html

[2] “Coyuntura, escenarios y proyecciones hacia 2030 ante la presente crisis de Covid-19”. Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva, CEPAL. 3 de abril de 2020