Maniobras financieras delictivas se desarrollan en el mercado cambiario paralelo
El dólar blue no subió por la "falta confianza"
Por Juan Latrichano
22 de noviembre de 2020
Los "arbolitos" en la calle Florida antes de la pandemia. Imagen: Bernardino Avila
El análisis tradicional del mercado de cambios omite la hipótesis delictiva como factor de presión en la cotización del dólar marginal.
La fuerte suba del dólar marginal, contado con liqui y del que se adquiere por Bolsa, suscitó innúmeros análisis que arrojaron diversas conclusiones. La mayoría de ellas aparece reflejadas por analistas económicos y políticos en forma recurrente en medios masivos de comunicación. Una de las más utilizadas concierne a la falta de confianza originada por la carencia de un plan económico equilibrado.
Desde luego esta visión hace responsables de esta irregularidad a las autoridades que manejan el Ministerio de Economía. Por carácter transitivo se extiende la responsabilidad hacia el Presidente de la República. Este tipo de comentarios se vienen haciendo a lo largo de estos últimos días. Indudablemente esto va debilitando la fe de los ahorristas hasta que una parte de ellos se asusta y arbitra pesos por dólares.
A medida que esto va sucediendo las reservas del Banco Central disminuyen. Llega un punto, como ya sucedió, en que no queda otra alternativa que aumentar las restricciones para disminuir la compra de dólar ahorro. En esta circunstancia la demanda va al marginal o a los dólares liqui o bolsa. La brecha entre el precio del dólar oficial y el de los paralelos comienza a crecer.
Esto hace que se demoren las exportaciones y se aceleren las importaciones, todo impulsado por la expectativa de suba del dólar oficial.
¿Que intereses promueven todo esto?
Los que desean que el Gobierne se debilite.
Indudablemente una devaluación se transferirá a precios e iniciaría un sendero de alta inflación, que erosionaría el poder del Gobierno. La razón de esto tiene que ver con la pérdida que han experimentado los grupos de poder, entre otras cosas , con el congelamiento de tarifas y con el acuerdo de precios.
¿Que quiere decir que sobran delitos?
En primer lugar debemos señalar que esta visión contradice la idea de la falta de confianza. Existen innúmeras maniobras que se han conocido en estos últimos días.
Las principales son las siguientes:
1. Narcotraficantes intentaron comprar 40 millones de dólares en una cueva . La idea seguramente era sacarlos al exterior. Típica acción de lavado de activos. Intervino la Gendarmería.
2. En Misiones se frenaron ocho camiones que intentaban pasar soja hacia Paraguay. Desde luego pretendían sacar la mercadería sin necesidad de ingresar las divisas y liquidarlas en el mercado oficial.
3. Las operaciones más elevadas de contado con liqui fueron hechas por fondos e instituciones, que habían traído dólares el año pasado para ganar en pesos con las enormes tasas que se pagaban. Al ser reperfilados quedaron atascados y aprovecharon esta modalidad para escapar.
4. Parece que Paraguay exportó más soja de la que produce. Existe un informe que habla de un gran excedente de dólares en los bancos paraguayos.
5. La AFIP comenzó a pedir un plan impositivo a las grandes empresas. Se dice que los negocios con Sociedades Paralelas, en paraísos fiscales, están a la orden del día, especialmente la subfacturación de exportaciones.
6. En septiembre crecieron las importaciones. Es probable que sea por sobrefacturaciones. Figura seguramente en la mayoría de ellas, un gasto mayor que permite girar por el mercado oficial más dólares de lo que corresponde. La diferencia es ganancia para la empresa importadora.
7. Es probable que los que retienen exportaciones se financien en pesos en el sistema crediticio local. De este modo oxigenan el giro de sus negocios. Esta es una maniobra especulativa que perjudicaría hasta a los propios depositantes. Esto último por la perdida que le traería aparejada una devaluación.
En resumen, se debe tener en cuenta que el análisis tradicional omite la hipótesis delictiva. Urge disponer del aparato estatal, previo ajuste de su funcionamiento, para evitar este tipo de maniobras. Así es posible que la brecha comience a descender y que la devaluación no sea inexorable.
El análisis tradicional del mercado de cambios omite la hipótesis delictiva como factor de presión en la cotización del dólar marginal.
La fuerte suba del dólar marginal, contado con liqui y del que se adquiere por Bolsa, suscitó innúmeros análisis que arrojaron diversas conclusiones. La mayoría de ellas aparece reflejadas por analistas económicos y políticos en forma recurrente en medios masivos de comunicación. Una de las más utilizadas concierne a la falta de confianza originada por la carencia de un plan económico equilibrado.
Desde luego esta visión hace responsables de esta irregularidad a las autoridades que manejan el Ministerio de Economía. Por carácter transitivo se extiende la responsabilidad hacia el Presidente de la República. Este tipo de comentarios se vienen haciendo a lo largo de estos últimos días. Indudablemente esto va debilitando la fe de los ahorristas hasta que una parte de ellos se asusta y arbitra pesos por dólares.
A medida que esto va sucediendo las reservas del Banco Central disminuyen. Llega un punto, como ya sucedió, en que no queda otra alternativa que aumentar las restricciones para disminuir la compra de dólar ahorro. En esta circunstancia la demanda va al marginal o a los dólares liqui o bolsa. La brecha entre el precio del dólar oficial y el de los paralelos comienza a crecer.
Esto hace que se demoren las exportaciones y se aceleren las importaciones, todo impulsado por la expectativa de suba del dólar oficial.
¿Que intereses promueven todo esto?
Los que desean que el Gobierne se debilite.
Indudablemente una devaluación se transferirá a precios e iniciaría un sendero de alta inflación, que erosionaría el poder del Gobierno. La razón de esto tiene que ver con la pérdida que han experimentado los grupos de poder, entre otras cosas , con el congelamiento de tarifas y con el acuerdo de precios.
¿Que quiere decir que sobran delitos?
En primer lugar debemos señalar que esta visión contradice la idea de la falta de confianza. Existen innúmeras maniobras que se han conocido en estos últimos días.
Las principales son las siguientes:
1. Narcotraficantes intentaron comprar 40 millones de dólares en una cueva . La idea seguramente era sacarlos al exterior. Típica acción de lavado de activos. Intervino la Gendarmería.
2. En Misiones se frenaron ocho camiones que intentaban pasar soja hacia Paraguay. Desde luego pretendían sacar la mercadería sin necesidad de ingresar las divisas y liquidarlas en el mercado oficial.
3. Las operaciones más elevadas de contado con liqui fueron hechas por fondos e instituciones, que habían traído dólares el año pasado para ganar en pesos con las enormes tasas que se pagaban. Al ser reperfilados quedaron atascados y aprovecharon esta modalidad para escapar.
4. Parece que Paraguay exportó más soja de la que produce. Existe un informe que habla de un gran excedente de dólares en los bancos paraguayos.
5. La AFIP comenzó a pedir un plan impositivo a las grandes empresas. Se dice que los negocios con Sociedades Paralelas, en paraísos fiscales, están a la orden del día, especialmente la subfacturación de exportaciones.
6. En septiembre crecieron las importaciones. Es probable que sea por sobrefacturaciones. Figura seguramente en la mayoría de ellas, un gasto mayor que permite girar por el mercado oficial más dólares de lo que corresponde. La diferencia es ganancia para la empresa importadora.
7. Es probable que los que retienen exportaciones se financien en pesos en el sistema crediticio local. De este modo oxigenan el giro de sus negocios. Esta es una maniobra especulativa que perjudicaría hasta a los propios depositantes. Esto último por la perdida que le traería aparejada una devaluación.
En resumen, se debe tener en cuenta que el análisis tradicional omite la hipótesis delictiva. Urge disponer del aparato estatal, previo ajuste de su funcionamiento, para evitar este tipo de maniobras. Así es posible que la brecha comience a descender y que la devaluación no sea inexorable.
Por Juan Latrichano
Economista.