Había asumido como presidente el martes pasado
Por Carlos Noriega
15 de noviembre de 2020
Imagen: AFP
En la tarde de este domingo renunció como presidente del Perú Manuel Merino, que asumió el martes pasado luego que el Congreso, que él presidía, destituyera al mandatario Martín Vizcarra, en una decisión denunciada por distintos sectores como un golpe parlamentario.
El régimen de Merino tenía las horas contadas. Masivas protestas en todo el país exigen su renuncia. Ayer las manifestaciones antigubernamentales dejaron dos muertos. Esas muertes gatillaron lo que a este momento parecen las horas finales del presidente denunciado masivamente como “usurpador”. Las protestas comenzaron la noche del pasado lunes, apenas se conoció la destitución de Vizcarra y la designación de Merino como presidente y se han repetido todos los días.
Desde diversos sectores políticos, sociales, académicos, sindicales, empresariales, incluso la Iglesia, le demandan a Merino que deje el cargo. Hasta sus aliados, entre ellos el fujimorismo y otros grupos de derecha, que hace menos de una semana lo pusieron en el poder, le han comenzado a quitar su respaldo. Sus ministros, nombrados el jueves, han comenzado a renunciar. Ya habían dimitido dieciséis de los dieciocho ministros de un gabinete que representaba a la ultraderecha del país. Internacionalmente, el gobierno de Merino no ha sido reconocido por otros países.
Al momento del envío de este despacho, el Congreso que lo llevó al poder se reúne para tomar una decisión sobre la crisis. Luego de la destitución de Vizcarra por el Parlamento, Merino asumió la presidencia en su condición de presidente del Congreso, si el Legislativo censura la mesa directiva del Parlamento que encabezaba Merino, una postura que los voceros de diversas bancadas acordaron hace unos minutos, tendría que dejar el cargo de presidente de la República.
La presidencia del país la asumiría el nuevo presidente del Congreso. Esa elección se realizaría en las próximas horas. La demanda generalizada es que ese cargo lo asuma alguno de los diecinueve legisladores que no apoyaron la destitución de Vizcarra. Eso le abre las puertas a uno d ellos nueve legisladores del centrista Partido Morado, la púnica de las nueve bancadas que votó en bloque contra la salida de Vizcarra y la llegada de Merino a Palacio de Gobierno.
La situación del gobierno de Merino se volvió insostenible luego que las masivas protestas de la noche del sábado dejaron dos muertes y más de un centenar de heridos. Las autoridades negaban información sobre la cantidad de detenidos. Cuarenta manifestantes estaban como desaparecidos. Los fallecidos son dos estudiantes universitarios, Jack Pintado de 22 años e Inti Sotelo de 24 años. Pintado falleció por múltiples impactos de perdigones en la cara, cuello y tórax, Sotelo de un balazo en el pecho.
15 de noviembre de 2020
Imagen: AFP
En la tarde de este domingo renunció como presidente del Perú Manuel Merino, que asumió el martes pasado luego que el Congreso, que él presidía, destituyera al mandatario Martín Vizcarra, en una decisión denunciada por distintos sectores como un golpe parlamentario.
El régimen de Merino tenía las horas contadas. Masivas protestas en todo el país exigen su renuncia. Ayer las manifestaciones antigubernamentales dejaron dos muertos. Esas muertes gatillaron lo que a este momento parecen las horas finales del presidente denunciado masivamente como “usurpador”. Las protestas comenzaron la noche del pasado lunes, apenas se conoció la destitución de Vizcarra y la designación de Merino como presidente y se han repetido todos los días.
Desde diversos sectores políticos, sociales, académicos, sindicales, empresariales, incluso la Iglesia, le demandan a Merino que deje el cargo. Hasta sus aliados, entre ellos el fujimorismo y otros grupos de derecha, que hace menos de una semana lo pusieron en el poder, le han comenzado a quitar su respaldo. Sus ministros, nombrados el jueves, han comenzado a renunciar. Ya habían dimitido dieciséis de los dieciocho ministros de un gabinete que representaba a la ultraderecha del país. Internacionalmente, el gobierno de Merino no ha sido reconocido por otros países.
Al momento del envío de este despacho, el Congreso que lo llevó al poder se reúne para tomar una decisión sobre la crisis. Luego de la destitución de Vizcarra por el Parlamento, Merino asumió la presidencia en su condición de presidente del Congreso, si el Legislativo censura la mesa directiva del Parlamento que encabezaba Merino, una postura que los voceros de diversas bancadas acordaron hace unos minutos, tendría que dejar el cargo de presidente de la República.
La presidencia del país la asumiría el nuevo presidente del Congreso. Esa elección se realizaría en las próximas horas. La demanda generalizada es que ese cargo lo asuma alguno de los diecinueve legisladores que no apoyaron la destitución de Vizcarra. Eso le abre las puertas a uno d ellos nueve legisladores del centrista Partido Morado, la púnica de las nueve bancadas que votó en bloque contra la salida de Vizcarra y la llegada de Merino a Palacio de Gobierno.
La situación del gobierno de Merino se volvió insostenible luego que las masivas protestas de la noche del sábado dejaron dos muertes y más de un centenar de heridos. Las autoridades negaban información sobre la cantidad de detenidos. Cuarenta manifestantes estaban como desaparecidos. Los fallecidos son dos estudiantes universitarios, Jack Pintado de 22 años e Inti Sotelo de 24 años. Pintado falleció por múltiples impactos de perdigones en la cara, cuello y tórax, Sotelo de un balazo en el pecho.
Las movilizaciones se dieron masivamente en todo el país. En Lima el centro de las manifestaciones fue en el centro de la capital, pero se repitieron simultáneamente en diversos distritos, desde los barrios populares hasta las zonas residenciales exclusivas. Han sido las protestas más grandes que recuerde el país en mucho tiempo.
Organismos locales de derechos humanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos han condenado la represión contra las protestas y han denunciado que el agonizante régimen de Merino pone obstáculos a la información sobre los detenidos en las protestas.
Organismos locales de derechos humanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos han condenado la represión contra las protestas y han denunciado que el agonizante régimen de Merino pone obstáculos a la información sobre los detenidos en las protestas.