4 nov 2020

PARA NEGACIONISTAS

#COVID-19

The New York Times demuestra que “las mascarillas funcionan”: “En serio”

NEW YORK (Uypress)

03.11.2020




Pablo Vignali / adhocFOTOS


El pasado lunes 2 de noviembre, la edición en español de The New York Times, publicó un artículo donde demuestra la utilidad y funcionamiento de los tapabocas contra la pandemia del Covid-19.
La mencionada nota, de Or Fleisher, Gabriel Gianordoli, Yuliya Parshina-Kottas, Karthik Patanjali, Miles Peyton y Bedel Saget, sostiene que el debate sobre los tapabocas "está zanjado".

A continuación, les ofrecemos el texto de la misma, completo:

El debate de salud pública sobre las mascarillas está zanjado, dijo Joseph G. Allen, director del programa de Edificios Saludables de Harvard. Al usar una mascarilla, "te proteges a ti mismo, proteges a los demás, evitas tocarte la cara", dijo. Y demuestras que usarla es lo correcto.

Como los casos de coronavirus siguen en aumento, usar una mascarilla es más importante que nunca. En esta animación, verás lo efectivo que puede ser un trozo de tela para combatir la pandemia.

Hay cubrebocas en muchos estilos y materiales, pero por lo general funcionan de la misma manera. Las capas de fibras capturan las gotículas respiratorias y son eficaces al capturar aerosoles más pequeños que pueden transportar el coronavirus.

Este proceso se conoce como filtración, y la capacidad de un material para atrapar partículas se llama eficiencia de filtración.





El apretado tejido del algodón supera a la mayoría de las telas comunes. Un material no tejido como el de un respirador N95 es más efectivo.

Veamos más de cerca cómo funciona la filtración a nivel microscópico.

Así es como las fibras de una mascarilla de algodón se comparan con las partículas de aerosol de diferentes tamaños. El coronavirus tiene aproximadamente el tamaño de las partículas más pequeñas, pero normalmente viaja dentro de las más grandes.





Las fibras presentan un denso bosque por el que las partículas deben navegar al moverse con la corriente de aire. Las leyes de la física influyen en la forma en que las partículas interactúan con las fibras y en lo bien que el cubrebocas puede capturarlas.

Las partículas más grandes son más fáciles de atrapar. Se estrellan contra las fibras y se atascan cuando la corriente de aire las lleva a una distancia de contacto, o cuando su impulso hace que se desvíen de su trayectoria.

Las moléculas de aire hacen rebotar a las partículas más pequeñas en un patrón aleatorio de zig-zag, por lo que pasan más tiempo en el bosque de fibra y aumentan sus posibilidades de ser capturadas.

Las partículas de tamaño mediano son las más difíciles de filtrar. Evaden la captura porque siguen el flujo de aire, giran y dan vueltas alrededor de las fibras.

Estas son las fibras de un respirador N95. Están hechas de material sintético, varían en tamaño y están dispuestas al azar.





Y tienen una característica adicional: una carga electrostática que atrae y captura partículas de todos los tamaños.

Las N95 sobresalen donde la mayoría de las mascarillas fallan. Su material puede filtrar al menos el 95 por ciento de las escurridizas partículas medianas y aún más de las grandes y pequeñas.

Las fibras no son el único factor de filtración. Las mascarillas de todo tipo varían en la eficiencia de filtración según su forma y ajuste.

Las mascarillas mal ajustadas o las que se presionan contra el vello facial permiten que los aerosoles se filtren.





Una buena mascarilla tiene una gran superficie, un ajuste apretado alrededor de los bordes y una forma que deja espacio alrededor de las fosas nasales y la boca.

Esto crea una zona de respiración más amplia para atrapar las partículas y aumenta la posibilidad de que se topen con una fibra.

Algunas mascarillas tienen válvulas que facilitan la exhalación, pero sin filtros, estas válvulas no atrapan los aerosoles que exhalas, por lo que sirven poco para proteger a los demás.





Una N95 bien ajustada es el estándar de referencia, pero no te preocupes si no puedes conseguir una. Cuando todo el mundo lleva mascarilla, la eficacia de la filtración combinada aumenta.

Digamos que tu mascarilla filtra la mitad de las partículas que exhalas. Las partículas que escapan se dispersan por el aire y se diluyen aún más.





Las partículas que eventualmente llegan a la mascarilla de otra persona se filtran de nuevo, lo que reduce la cantidad de las que logran pasar.

"Ha quedado claro que las mascarillas de tela, aunque no son tan efectivas como las N95, siguen siendo eficaces para reducir la transmisión", explicó Linsey Marr, experta en aerosoles de la universidad Virginia Tech. "Incluso si no se logra esa reducción del 95 por ciento, algo es mejor que nada".

Una ventilación adecuada y el distanciamiento social reducen aún más el riesgo de transmisión. Y si todos usan mascarilla y mantienen su distancia, el beneficio colectivo aumenta.