Kintto Lucas
La semana pasada, el candidato a la presidencia de Ecuador, Andrés Arauz, mantuvo un importante encuentro con el cuerpo diplomático acreditado en el país. Importante por la presencia de todos los embajadores,que mostraron un particular interés por las propuestas de Arauz, a quien consideran desde ya futuro presidente, así no lo expresen públicamente. Pero importante, sobre todo, por la claridad de Arauz al esbozar algunos puntos fundamentales de su política exterior.
Por un lado hay que destacar el énfasis en la necesidad de fortalecer y profundizar la integración regional, el rol del multilateralismo y la cooperación internacional para la lucha contra el COVID. “Nuestra política exterior será soberana, digna, integracionista y comprometida con el multilateralismo y la defensa irrestricta de los derechos humanos”, dijo Arauz.
Señaló que la integración regional en lo político, económico y social será una prioridad de la política internacional del Ecuador. En ese sentido, enfatizó en la necesidad de reconstruir la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y fortalecer la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Dejó muy claro que Ecuador mantendrá las mejores relaciones con todos los pueblos del mundo. Esa frase toma un sentido muy importante en el relacionamiento internacional dentro de la nueva geopolítica mundial que se está gestando.
Durante la guerra fría se fue construyendo un mundo bipolar con dos grandes bloques: uno liderado por Estados Unidos y el otro por la Unión Soviética.En el medio surgió un tercer bloque en el que participaron una amplia variedad de países: el de los No Alineados.
Tras la derrota de la Unión Soviética en la guerra fría y la consolidación del capitalismo global, surgió un mundo hegemonizado militar, política y económicamente por Estados Unidos, con el aval del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. El multilateralismo entró en crisis y las opciones integracionistas fueron olvidadas. El tercer bloque se debilitó.
En medio de esa hegemonía global, se fueron consolidando dos potencias. China desde su poder económico-comercial y Rusia desde su importancia geoestratégica y sus recursos energéticos. Así, poco a poco y luego de un distanciamiento con Estados Unidos, empezaron a disputarle la hegemonía.Pero además se han ido fortaleciendo en sus regiones países como India o Sudáfrica.
El mundo unipolar posterior a la guerra fría se quebró y empezó a surgir un mundo multipolar con varios bloques de poder en el mundo. En esa realidad, la integración de América del Sur en UNASUR y de América Latina en CELAC, que fue impulsada por los gobiernos progresistas pero apoyada por otros gobiernos es una opción de sobrevivencia a futuro.
La nueva etapa neoliberal en muchos países de América Latina y en particular de América del Sur, pusieron en jaque el avance integracionista. En la actualidad con la realidad de disputa global que vive el mundo, de consolidación de bloques es fundamental volver a retomar el proceso integrador.
Retomar la construcción de UNASUR como un bloque de poder en este nuevo mundo multipolar. Un bloque que asuma una opción no alineada del mundo, capaz de relacionarse soberanamente con los distintos polos, dentro de un nuevo multilateralismo.
El multilateralismo esta en crisis total y la relaciones internacionales tradicionales ya no tienen vigencia. Desde América Latina y América del Sur, es necesario construir un nuevo relacionamiento en este mundo multipolar, retomando el no alineamiento como opción soberana desde el progresismo. Como opción, desde la diversidad, ante la disputa global por la hegemonía.
Pero además, como dice Arauz, hoy la integración tiene un objetivo fundamental en la lucha contra la pandemia. Hoy, es mucho más urgente la cooperación y solidaridad regional.Si el Consejo de Salud de UNASUR estuviese funcionando, las acciones conjuntas para mitigar los efectos de la pandemiaen en la región, y para acceder a las vacunas hubiese salvado miles de vidas.
Los lineamientos de política internacional mencionados por Andrés Arauz ante los embajadores evidencian un nuevo camino en el relacionamiento de Ecuador con la región y el mundo en un momento de profundos cambios globales.
Kintto Lucas
Escritor, periodista y analista internacional. Ex Vicecanciller de Ecuador y ex embajador de Uruguay para Unasur, Celac y Alba.