Nicolás Centurión|
Jul 2, 2021
El gabinete del gobierno de Luis Lacalle Pou es el que más cambios ha tenido desde la reapertura democrática en 1984 en Uruguay. Cinco han sido los cambios ministeriales en menos de 18 meses. A primera vista puede demostrar inseguridad, inestabilidad o inconformidad. Al contrario, el primer mandatario se rodea de jerarcas de su núcleo duro para potenciar a su sector partidario y a los posibles candidatos de cara a 2024; mientras el ajuste se profundiza día a día.
De a peones se fortalece
El primero de julio de 2020 sucedió la primera y única renuncia, hasta el momento, de un ministro. Ernesto Talvi del Partido Colorado y Ministro de Relaciones, anunció en una misiva el abandono del cargo y a la vez, de la actividad política. El Partido Colorado que estaba sin rumbo desde las elecciones del 2004 cuando tocó fondo en su peor desempeño electoral, parecía haber encontrado en Talvi un referente que lo sacara del ostracismo.
Las continuas fricciones dentro del ministerio y con los socios de la coalición, incluso con el propio Lacalle Pou, hicieron que un outsider (a medias) como Talvi renunciara a toda actividad política partidaria. El Presidente colocó a Fernando Bustillo, diplomático del Partido Nacional. La compensación para el Partido Colorado fue la creación del Ministerio de Medio Ambiente que quedó a cargo de Adrian Peña, hasta el momento la única figura que parece proyectarse, pero que no tiene alcance a nivel nacional.
Las aguas parecen calmas pero en los últimos dos meses se sucedieron los cuatro cambios restantes. Oportunamente, minutos antes del discurso por el primero de mayo de la central única de trabajadores PIT-CNT, Lacalle Pou anunció vía twitter la destitución del ministro de Desarrollo Social, Pablo Bartol. Otro outsider, hombre del Opus Dei, que no había participado de política partidaria pero siempre estuvo vinculado a los think tanks de la derecha criolla.
En su lugar el Presidente colocó a un hombre de su confianza: Martín Lema, figura con proyección dentro del Partido Nacional, que ya ha expresado su deseo de ser presidenciable en los próximos comicios. Esta designación generó un efecto dominó que hizo que el segundo al mando en el Ministerio de Desarrollo Social, Armando Castaingdebat, renunciara ya que es suegro de Lema.
Las aguas parecen calmas pero en los últimos dos meses se sucedieron los cuatro cambios restantes. Oportunamente, minutos antes del discurso por el primero de mayo de la central única de trabajadores PIT-CNT, Lacalle Pou anunció vía twitter la destitución del ministro de Desarrollo Social, Pablo Bartol. Otro outsider, hombre del Opus Dei, que no había participado de política partidaria pero siempre estuvo vinculado a los think tanks de la derecha criolla.
En su lugar el Presidente colocó a un hombre de su confianza: Martín Lema, figura con proyección dentro del Partido Nacional, que ya ha expresado su deseo de ser presidenciable en los próximos comicios. Esta designación generó un efecto dominó que hizo que el segundo al mando en el Ministerio de Desarrollo Social, Armando Castaingdebat, renunciara ya que es suegro de Lema.
El 2 de mayo falleció de un paro cardíaco el entonces ministro del Interior Jorge Larrañaga, que formaba parte de Alianza Nacional, un sector opositor de Lacalle Pou a la interna del Partido Nacional, y que había sido vencido en varias ocasiones por éste. En su lugar el Presidente designó a alguien de su propio sector, Luis Alberto Heber ,que se desempeñaba como Ministro de Transporte y Obras Públicas.
Para la vacante de ese ministerio fue designado otro hombre de Lacalle Pou, José Luis Falero que fungía como subsecretario de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto.
El último enroque, hasta el momento, se llevó a cabo en el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca. La cartera la encabezaba Carlos María Uriarte, hombre de la Federación Rural que apenas asumió declaró que él venía en representación de dicha patronal. Lo sucedió Fernando Mattos Moglia, sobrino de Carlos Mattos Moglia, que fue Ministro de Agricultura en la dictadura (1973-1985).
Mattos Moglia es productor agropecuario, fue delegado de la Asociación Rural en la junta del Instituto Nacional de Carnes, entre 1997 y 2005, miembro de la Junta Directiva de la Asociación Rural del Uruguay (2000-2006) y su presidente entre 2004 y 2006. Es columnista en el diario de derechas y oficialista El País y desde marzo de 2020 era presidente del Instituto Nacional de Carnes.
El 27 de junio, en el aniversario del golpe de Estado, Lacalle Pou acaparó la atención anunciando vía twitter, nuevamente, la designación de Mattos Moglia como nuevo ministro. Uruguay atendido por sus propios dueños y los alfiles de Lacalle Pou y la oligarquía listos para lanzar el ataque.
Gambito de Rey
Expertos en ajedrez plantean que el Gambito de Rey es una de las ofensivas más agresivas de las blancas. Lacalle Pou del Partido Nacional (los blancos, como le dicen) y sus ínfulas de monarca, con una impronta “hiperpresidencialista” según el analista político Oscar Botinelli, avanza con la nueva rendición de cuentas en su ofensiva de transferencia de recursos de abajo hacia arriba.
En su proyecto de ajuste, la Ley de Urgente de Consideración es su pilar fundamental que se complementa con el presupuesto quinquenal. La rendición de cuentas se monta sobre estos dos y profundiza un poco más el saqueo de las clases dominantes. Cuenta con blindaje mediático: por ejemplo los diario olvidaron subir en tapa una nueva suba de combustibles – aumentos que ahora serán mensuales- y así el camino queda allanado.
El 27 de junio, en el aniversario del golpe de Estado, Lacalle Pou acaparó la atención anunciando vía twitter, nuevamente, la designación de Mattos Moglia como nuevo ministro. Uruguay atendido por sus propios dueños y los alfiles de Lacalle Pou y la oligarquía listos para lanzar el ataque.
Gambito de Rey
Expertos en ajedrez plantean que el Gambito de Rey es una de las ofensivas más agresivas de las blancas. Lacalle Pou del Partido Nacional (los blancos, como le dicen) y sus ínfulas de monarca, con una impronta “hiperpresidencialista” según el analista político Oscar Botinelli, avanza con la nueva rendición de cuentas en su ofensiva de transferencia de recursos de abajo hacia arriba.
En su proyecto de ajuste, la Ley de Urgente de Consideración es su pilar fundamental que se complementa con el presupuesto quinquenal. La rendición de cuentas se monta sobre estos dos y profundiza un poco más el saqueo de las clases dominantes. Cuenta con blindaje mediático: por ejemplo los diario olvidaron subir en tapa una nueva suba de combustibles – aumentos que ahora serán mensuales- y así el camino queda allanado.
Todavía queda desgranar varios artículos de la rendición de cuentas, pero ya se vislumbran sus posibles resultados y conclusiones. Los sueldos de jerarcas se aumentan en 100.000 pesos; el Estado ante demoras en pagos por juicios o demandas no pagará multas ni recargos; el presupuesto en salud tiende a cero. Las medidas para reactivar la economía, la regeneración de empleo y la pérdida de salarios brillan por su ausencia, pero tampoco eso sorprende.
Afuera del tablero
En mayo hubo 180.170 personas desempleadas, lo que implicó 8.267 trabajadores más en relación al desempleo de abril y 15.369 más si se compara frente al mismo mes del año pasado. Más de 180 mil personas desempleadas en un país que apenas supera los tres millones de habitantes.
El Operativo Frío Polar, que se ejecuta para salvar de las inclemencias climáticas a personas en situación de calle, ya cuenta en su haber con dos fallecidos. Personas que murieron a la intemperie por hipotermia en un país que tiene muchas casas sin gente y gente sin casas; donde prima la especulación inmobiliaria antes que la vida.
Un país que produce alimentos para 30 millones de personas donde su población es diez veces menor, pero los mayores porcentajes de pobreza se dan en la primera infancia y con altos índices de desnutrición.
Por si fuera poco, “Las venas abiertas de América Latina fue una obra profundamente dañina”, declaró el Ministro de Educación y Cultura, Pablo Da Silveira. Será mejor que le conteste el propio Galeano: “La derecha tiene razón cuando se identifica a sí misma con la tranquilidad y el orden: es el orden, en efecto, de la cotidiana humillación de las mayorías, pero orden al fin: la tranquilidad de que la injusticia siga siendo injusta y el hambre hambrienta.”
Nicolás Centurión
Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP). Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)