Marcos Salgado
Oct 21, 2021
El Senado colombiano, por unanimidad, acompañó una iniciativa de tres de sus miembros, para solicitar a la Asamblea Nacional de Venezuela la conformación de una comisión parlamentaria binacional para normalizar las relaciones diplomáticas y comerciales entre ambos países, rotas desde el 23 de febrero de 2019, cuando desde Colombia se alentó la irrupción por los pasos fronterizos que buscaba tumbar al gobierno de Nicolás Maduro.
En Caracas no tardaron casi nada en decir que sí. El presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, dijo que están listos para “establecer cualquier tipo de coordinación necesaria” para comenzar el trabajo y fijó una sesión que debe definir la composición de esa comisión por el lado venezolano. También el presidente Maduro le dio un “aplauso” a la iniciativa.
«Creo que esto puede ser un avance, tal vez un mensaje importante para la canciller Marta Lucía Ramírez y para el mismo presidente Iván Duque porque este es un asunto que no tiene ideología política, es un asunto comercial que yo diría es de países de frontera” , dijo Juan Diego Gómez, presidente del Senado colombiano.
Hace pocos días, el gobierno de Venezuela anunció su decisión de abrir los pasos fronterizos. Antes, autoridades de ambos lados habían empezado a conversar, en especial las del departamento de Norte de Santander (Colombia) y del estado Táchira (Venezuela). En esa región binacional el día a día parece pesar más que la puja política.
Estadísticas oficiales en Colombia ponen a Cúcuta (capital de Norte de Santander), como la ciudad con más desempleo del país (20,4%) y con una informalidad en el empleo que ronda el 70%. Empresarios locales aseguran que la situación crítica es por la pandemia, pero también por el cierre de fronteras, que afecta especialmente a comerciantes minoristas.
Duque, cuesta abajo en la rodada, transita su complejo último año.
*Periodista argentino del equipo fundacional de Telesur. Corresponsal de HispanTv en Venezuel, editor de Questiondigital.com. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
El Senado colombiano, por unanimidad, acompañó una iniciativa de tres de sus miembros, para solicitar a la Asamblea Nacional de Venezuela la conformación de una comisión parlamentaria binacional para normalizar las relaciones diplomáticas y comerciales entre ambos países, rotas desde el 23 de febrero de 2019, cuando desde Colombia se alentó la irrupción por los pasos fronterizos que buscaba tumbar al gobierno de Nicolás Maduro.
En Caracas no tardaron casi nada en decir que sí. El presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, dijo que están listos para “establecer cualquier tipo de coordinación necesaria” para comenzar el trabajo y fijó una sesión que debe definir la composición de esa comisión por el lado venezolano. También el presidente Maduro le dio un “aplauso” a la iniciativa.
Es que para el gobierno en Venezuela la movida en el Capitolio Nacional de Colombia es todo ganancia. Porque implica un reconocimiento a la Asamblea Nacional venezolana, con hegemonía del Partido Socialista Unido de Venezuela, uno de los poderes públicos venezolanos que el presidente colombiano, Iván Duque, se empeña en desconocer.
Por eso Duque no tardó en recoger el guante en una conferencia de prensa con (nada más y nada menos que) Antony Blinken, el secretario de Estado de los Estados Unidos, de visita en Bogotá. “Colombia no va reconocer a una dictadura oprobiosa, corrupta, narcotraficante”, dijo Duque, siempre generoso a la hora de prodigar adjetivos contra su vecino al oriente.
“Mientras yo sea presidente de Colombia, y en defensa de la Carta Democrática y de los valores que hemos construido con muchos países y además soportado por una denuncia contra el dictador en la Corte Penal Internacional, no vamos a reconocerlo. Reconocerlo sería una claudicación de los valores que ha defendido nuestro país”, pontificó Duque.
Quizás la clave de toda la verborrea sea, precisamente, eso de “mientras yo sea presidente”. Es que a Duque le quedan apenas 10 meses más al frente del Ejecutivo colombiano. Para su reemplazo la derecha busca a pasos acelerados un candidato que pueda enfrentar al progresismo encarnado en Gustavo Petro, con posibilidades de llegar, esta vez sí, al Palacio de Nariño en los comicios previstos para mayo-junio de 2022.
Por eso Duque no tardó en recoger el guante en una conferencia de prensa con (nada más y nada menos que) Antony Blinken, el secretario de Estado de los Estados Unidos, de visita en Bogotá. “Colombia no va reconocer a una dictadura oprobiosa, corrupta, narcotraficante”, dijo Duque, siempre generoso a la hora de prodigar adjetivos contra su vecino al oriente.
“Mientras yo sea presidente de Colombia, y en defensa de la Carta Democrática y de los valores que hemos construido con muchos países y además soportado por una denuncia contra el dictador en la Corte Penal Internacional, no vamos a reconocerlo. Reconocerlo sería una claudicación de los valores que ha defendido nuestro país”, pontificó Duque.
Quizás la clave de toda la verborrea sea, precisamente, eso de “mientras yo sea presidente”. Es que a Duque le quedan apenas 10 meses más al frente del Ejecutivo colombiano. Para su reemplazo la derecha busca a pasos acelerados un candidato que pueda enfrentar al progresismo encarnado en Gustavo Petro, con posibilidades de llegar, esta vez sí, al Palacio de Nariño en los comicios previstos para mayo-junio de 2022.
«Creo que esto puede ser un avance, tal vez un mensaje importante para la canciller Marta Lucía Ramírez y para el mismo presidente Iván Duque porque este es un asunto que no tiene ideología política, es un asunto comercial que yo diría es de países de frontera” , dijo Juan Diego Gómez, presidente del Senado colombiano.
Hace pocos días, el gobierno de Venezuela anunció su decisión de abrir los pasos fronterizos. Antes, autoridades de ambos lados habían empezado a conversar, en especial las del departamento de Norte de Santander (Colombia) y del estado Táchira (Venezuela). En esa región binacional el día a día parece pesar más que la puja política.
Estadísticas oficiales en Colombia ponen a Cúcuta (capital de Norte de Santander), como la ciudad con más desempleo del país (20,4%) y con una informalidad en el empleo que ronda el 70%. Empresarios locales aseguran que la situación crítica es por la pandemia, pero también por el cierre de fronteras, que afecta especialmente a comerciantes minoristas.
Duque, cuesta abajo en la rodada, transita su complejo último año.
*Periodista argentino del equipo fundacional de Telesur. Corresponsal de HispanTv en Venezuel, editor de Questiondigital.com. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)