Por Adrián Paenza
28 de octubre de 2021
¿Cómo se calcula el costo de un pasaje en avión?
No sé lo que le sucede a usted, pero cada vez que uno quiere comprar un pasaje para viajar en avión, no importa el método que elija (con una agencia, buscando en internet, comprándolo sobre la hora, comprándolo con anticipación -entre algunas variantes-) uno tropieza casi siempre con el mismo problema: es muy difícil establecer qué es lo que conviene hacer. Los precios varían de tal manera que el otro día, conversando con un grupo de matemáticos amigos, nos preguntábamos “¿cuál es el algoritmo que utilizan las compañías aéreas para tomar la determinación?”.
La lógica o el sentido común hacen sospechar que tiene que ver con la longitud del viaje, o del número de segmentos o paradas que tenga que hacer el vuelo, sin embargo eso no es necesariamente cierto. Me explico: uno de mis amigos (voy a obviar todos los nombres tanto de las personas como de las compañías porque me parece que son irrelevantes a los efectos de la historia que quiero contar acá), me decía que hizo un experimento en uno de los viajes que lo transportó desde Barcelona hasta San Francisco. Era un vuelo directo, y el avión tenía tres categorías: económica, business y primera. Él tenía su ticket para volar en la clase económica. Decidió hacer una encuesta una vez que ya habían alcanzado la altura que les permitía a los pasajeros no tener que usar el cinturón de seguridad: decidió preguntarle a cada uno de los otros pasajeros, cuánto habían pagado el boleto.
No sé lo que le sucede a usted, pero cada vez que uno quiere comprar un pasaje para viajar en avión, no importa el método que elija (con una agencia, buscando en internet, comprándolo sobre la hora, comprándolo con anticipación -entre algunas variantes-) uno tropieza casi siempre con el mismo problema: es muy difícil establecer qué es lo que conviene hacer. Los precios varían de tal manera que el otro día, conversando con un grupo de matemáticos amigos, nos preguntábamos “¿cuál es el algoritmo que utilizan las compañías aéreas para tomar la determinación?”.
La lógica o el sentido común hacen sospechar que tiene que ver con la longitud del viaje, o del número de segmentos o paradas que tenga que hacer el vuelo, sin embargo eso no es necesariamente cierto. Me explico: uno de mis amigos (voy a obviar todos los nombres tanto de las personas como de las compañías porque me parece que son irrelevantes a los efectos de la historia que quiero contar acá), me decía que hizo un experimento en uno de los viajes que lo transportó desde Barcelona hasta San Francisco. Era un vuelo directo, y el avión tenía tres categorías: económica, business y primera. Él tenía su ticket para volar en la clase económica. Decidió hacer una encuesta una vez que ya habían alcanzado la altura que les permitía a los pasajeros no tener que usar el cinturón de seguridad: decidió preguntarle a cada uno de los otros pasajeros, cuánto habían pagado el boleto.
Lo EXTRAORDINARIO (por definición fuera de lo ordinario) es que ¡TODOS habían pagado un precio diferente! Tengo que hacer la excepción de que aquellos que viajaban con familiares los contabilizo como si fuera un solo pasaje, porque los habían comprado todos juntos, pero eso no invalida lo que siguió: ¡todos habían pagado un número diferente! La mayoría los había comprado en días distintos y utilizando métodos variados (como expresé más arriba).
Uno puede intuir que las compañías aéreas no quieren hacer vuelos con asientos vacíos, por lo que -intuyo-, si falta muy poco para que el avión despegue y hay asientos sin ocupar, esos pasajes cuesten menos. Pero uno lo podría mirar de otra forma: alguien que quiere acceder a un pasaje tan cerca de la fecha de partida, es porque tiene una necesidad que no tenía el día anterior, o los días anteriores. Desde el punto de vista de la compañía, uno puede sospechar que tratan de maximizar sus ganancias. De hecho, hay un estudio que indica que el verdadero negocio para la aerolínea, lo consigue si vende la o las cabinas de mayor precio: ejecutiva y/o primera. Pero igual. Podría ser que aquellos que forman parte de un club aéreo del que participan la mayoría de las compañías, ellas se juntan aunque tengan bandera de diferentes países e intercambian millas recorridas en cualquiera de las del grupo. Con esto, se busca una suerte de lealtad por parte del pasajero/a.
Entre los datos que él tenía, figuraba que alguno de quienes habían contemplado comprar sus boletos para un día viernes, domingo o lunes, decidieron viajar un martes (el día del vuelo), pero hubiera sido indistinto si compraban el vuelo del miércoles o del jueves… o incluso del sábado. Pero había un pequeño grupo que había pagado un valor diferente porque la compañía le cobraba menos si permanecía el sábado en el lugar. Eso los forzaba a quedarse no solo un sábado sino que tampoco podían viajar ni el domingo ni el lunes. Más aún: una señora que viajaría sola a San Francisco a visitar a su hermana, recibió una oferta que si viajaba con el marido, el precio de los dos boletos era equivalente a uno y medio de lo que habría pagado ella si viajaba sola. Resultado: viajaron los dos.
Uno puede intuir que las compañías aéreas no quieren hacer vuelos con asientos vacíos, por lo que -intuyo-, si falta muy poco para que el avión despegue y hay asientos sin ocupar, esos pasajes cuesten menos. Pero uno lo podría mirar de otra forma: alguien que quiere acceder a un pasaje tan cerca de la fecha de partida, es porque tiene una necesidad que no tenía el día anterior, o los días anteriores. Desde el punto de vista de la compañía, uno puede sospechar que tratan de maximizar sus ganancias. De hecho, hay un estudio que indica que el verdadero negocio para la aerolínea, lo consigue si vende la o las cabinas de mayor precio: ejecutiva y/o primera. Pero igual. Podría ser que aquellos que forman parte de un club aéreo del que participan la mayoría de las compañías, ellas se juntan aunque tengan bandera de diferentes países e intercambian millas recorridas en cualquiera de las del grupo. Con esto, se busca una suerte de lealtad por parte del pasajero/a.
Entre los datos que él tenía, figuraba que alguno de quienes habían contemplado comprar sus boletos para un día viernes, domingo o lunes, decidieron viajar un martes (el día del vuelo), pero hubiera sido indistinto si compraban el vuelo del miércoles o del jueves… o incluso del sábado. Pero había un pequeño grupo que había pagado un valor diferente porque la compañía le cobraba menos si permanecía el sábado en el lugar. Eso los forzaba a quedarse no solo un sábado sino que tampoco podían viajar ni el domingo ni el lunes. Más aún: una señora que viajaría sola a San Francisco a visitar a su hermana, recibió una oferta que si viajaba con el marido, el precio de los dos boletos era equivalente a uno y medio de lo que habría pagado ella si viajaba sola. Resultado: viajaron los dos.
La gran mayoría había usado la página web de la compañía y había comprado sus vuelos por internet, pero días diferentes y horas diferentes, significaron también una variación en el precio. Aquellos que habían comprado sus pasajes después de la medianoche (en Europa) y antes de las cuatro de la mañana, habían pagado menos, en ofertas que únicamente eran válidas por cuatro horas. Estoy escribiendo solamente alguno de los casos que recuerdo, porque en un momento me aburrí de anotar ¿Quién diseña el algoritmo? ¿Usan el mismo todas las compañías? ¿Depende del número de comidas o del servicio que ofrezcan a bordo? ¿Del número de valijas que despachen? ¿Del peso? Mi amigo me contaba que una persona le comentó que había visto un precio a las tres de la tarde, pero no compró el pasaje en ese momento. Esperó una hora mientras buscaba otras alternativas. Cuando volvió al lugar original, el precio ya había cambiado: era un ¡50 por ciento más caro! Llamó por teléfono y dijo que él lo había visto, y que mirando por internet en el número de asientos vacíos (aún), no tenía sentido (para él) que se hubiera producido un cambio.
La operadora que lo atendió le dijo que los asientos están divididos en diferentes bloques, y que cada uno tiene un precio diferente. El asiento que estaba vacío a las tres, pertenecía a uno de esos bloques. A la hora, ese grupo de asientos ya estaba vendido.
Antes de avanzar por otro lado, un caso que me pareció increíble: una persona quería viajar de Barcelona a New York. Entre las posibilidades, descubrió que había un vuelo ¡con una escala en San Francisco! que después de esperar tres horas viajaba de San Francisco a New York, que era mucho más barato que viajar directamente ¿Qué cree que hizo? Compró el pasaje, se bajó en San Francisco y allí se quedó: nunca voló en el asiento que tenía pagado para ir de vuelta hacia el este y terminar en New York.
Un par de observaciones más. Primero, hace un par de décadas, sí, más de 20 años, un grupo de matemáticos liderados por Jeremy Wertheimer, graduado en el MIT en Cambridge, Massachusetts, junto a un grupo de quienes eran estudiantes en ese momento, quisieron desarrollar un programa que les permitiera encontrar cuál era el mejor precio para hacer un viaje. En el camino, descubrieron que el problema tenía que contemplar tantas posibilidades que matemáticamente es imposible de resolver (es lo que se llama un problema NP-completo) que significa que a la computadora más rápida que existe hoy le llevaría más tiempo que la vida del Universo para poder llegar a la solución. Crearon una compañía de software que llamaron ITA que les vendía sus servicios a Orbitz y en ese momento a Delta Airlines.
Pero lo más interesante sucedió en el año 2015, cuando un joven Aktarer Zaman, que en ese momento tenía 23 años, fue acusado y llevado a juicio justamente por Orbitz y United Airlines porque había creado una compañía (llamada skiplagged.com, que aún hoy existe) y que le permite a los potenciales pasajeros encontrar los pasajes más baratos. Zaman no se amilanó. El juicio era por 75.000 dólares que él no tenía[1], pero muchísimas personas, enteradas de la situación, juntaron dinero para ayudarlo después que él mismo iniciara una campaña para recaudar fondos [2] y poder pagar a un grupo de abogados. El quería 10 mil dólares. La gente le consiguió 81.000 dólares. Poco tiempo después de haberle iniciado el juicio, Orbitz se bajó pero United se mantuvo un tiempo más. Igualmente, duró poco. Con argumentos técnicos pero negándose a darle la razón (y permitirse seguir más adelante), United desistió también. El sitio que en principio tenía 250.000 visitas por mes, pasó a un millón mensuales (en aquella época). Como dice el artículo que le dedicó en su momento la CNN, Reddit le hizo una entrevista que tuvo más lectores que las que el sitio le hizo a Bernie Sanders (candidato a presidente en EEUU), Edward Snowden (el hacker que ahora vive en Moscú) y solo por debajo de Elon Musk, el CEO de Tesla.
Todavía no sé cómo hacen, pero la historia continuará. Tengo muchos más detalles pero voy a seguir la semana que viene. Por ahora … recreo.
[1] https://money.cnn.com/2015/12/31/investing/aktarer-zaman-how-i-beat-united-airlines/index.html
[2] https://www.gofundme.com/f/skiplagged